ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN Y PROPUESTAS PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS INSECTOS(INFORME)

Se calcula que existen en el mundo un millón y medio de especies animales, de las que los artrópodos representan el 86 % de la biodiversidad.

[Informe] Análisis de la situación y propuestas para la conservación de los insectos

 

Se calcula que existen en el mundo un millón y medio de especies animales, de las que los artrópodos representan el 86 % de la biodiversidad. Alrededor de un millón de especies son de insectos, unas 100.000 de arácnidos, 11.500 de miriápodos y unas 47.000 de crustáceos. Pero seguramente existen muchos más insectos, de los que se estima que quedan unos 30 millones de especies más por descubrir, ya que son el grupo más diverso y abundante de seres vivos del planeta. Por ejemplo, de cada tres especies de animales dos son insectos y se ha considerado que por cada persona existen 300 millones de individuos de estos animales. Además, han colonizado todos los medios, aéreo, terrestre y acuático y, excepto en el medio marino, donde solo se encuentran unas pocas especies, y las zonas extremas polares, los insectos llegan a grandes altitudes y a profundidades del medio edáfico y cavernícola, y se reparten, desde el Ecuador, a lo largo de todas las latitudes del planeta.

En términos económicos, su valor es altísimo. Por ejemplo, de cada euro que produce un cultivo de manzana, unos 92 céntimos (incluso su total) proceden del servicio de polinización por insectos, entre 80 y 99 céntimos en arándanos, 78 céntimos en el kiwi y casi 50 céntimos en la fresa (Losey & Vaughan, 2006; Miñarro et al., 2018) y suponen 2.400 millones de euros de valor asociado a la agricultura española (FAO, 2016). Por otro lado, de acuerdo con la FAO (2013), la ingesta de insectos complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas y se trata este de un hábito que siempre ha estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos. En Papúa, Nueva Guinea, las mariposas son un recurso incluido en su Constitución, con el que comercian y al que protegen, ya que les produce altos beneficios económicos.

Vistas tales cifras, aunque solo se midiera en número de especies y de individuos, ya podría inducirse que los insectos juegan un extraordinario y valioso papel en nuestras vidas y que desempeñan roles clave en la polinización, en la degradación de residuos, en el ciclo de nutrientes, en las cadenas alimenticias de las aves y otros insectívoros, que son uno de los pilares de nuestros ecosistemas y bioindicadores de calidad, así como que nos proporcionan alimentos y otros productos no alimentarios como biocombustibles o fibras y son símbolos de identidad y patrimonio cultural y natural. Pero este papel, y sus muchos otros servicios, es tan generalmente desconocido, infravalorado y menospreciado como indudablemente es irremplazable. Curiosamente, la percepción negativa que la sociedad tiene de estos seres es injusta y errónea, porque no son más de un 2 % los insectos perjudiciales.

La Península Ibérica por su situación geográfica, su carácter peninsular y sus vicisitudes biogeográficas es uno de los territorios con mayor diversidad de artrópodos de Europa y una de las zonas más ricas en insectos, si bien se desconoce el estado de conservación de gran parte de esta fauna, una demanda histórica de la sociedad científica que sigue sin cubrirse en la actualidad, incluso en grupos de alta utilidad como los insectos polinizadores, los insectos edáficos o los insectos saproxílicos (Stefanescu et al., 2018; Ramírez-Hernández et al., 2015; Trabajo Colaborativo, 2019).

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