LA CRISIS CLIMÁTICA Y LA MIGRACIÓN MASIVA A LAS CIUDADES YA COMENZÓ

La realidad es que todas y cada una de las recomendaciones que emergen desde todos los niveles para evitar estas consecuencias dramáticas no se están llevando a cabo. Lo que queda es que asumamos que esto es lo que viene. Y no hablaremos más en futuro. Esto es lo que está pasando. Hoy. Y empezó hace bastante.
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Esta vez han sido los alcaldes del Reino Unido quienes han dado el alerta. “Debemos preparanos” han advertido en el día de ayer.

Es que esa migración masiva a algunas de las ciudades del mundo provocada por la catástrofe climática ya está en marcha. En 2020, 40 millones de personas fueron desplazadas debido a la crisis climática, y el 70% de las personas desplazadas internamente debido a la crisis climática viven en áreas urbanas.

Las proyecciones son más alarmantes ya que se calcula que 216 millones de personas podrían estar en movimiento para 2050. Es que la crisis es de tal magnitud en especial en determinados lugares del planeta que más de mil millones de personas corren el riesgo de ser expulsadas de sus hogares por razones relacionadas con el clima.

Todas estas cifras son las proporcionadas por los organismos internacionales. A todas luces, optimistas. En la cantidad de personas, en pensar que en el 2050 habrá condiciones para que esas 216 millones de personas se desplacen y más aún, que quedará del planeta para ese momento.

La crisis ecológica y el calentamiento global producidos por la acción humana tienen un profundo impacto sobre la salud alimentaria y las reservas de agua y, por tanto, sobre la salud de la población y acentúan la migración y los conflictos. Por ejemplo, la escasez de agua, las sequías persistentes y la progresiva desertificación conllevan hambrunas y generan o profundizan conflictos geoestratégicos.

Todavía hay discursos como este “Las ciudades están liderando el camino para abordar la emergencia climática” o “Hay que tomar medidas urgentes para abordar las causas y el costo humano devastador de la migración forzada creada por la emergencia climática”.

Ante la catástrofe instituciones tan “humanitarias” como el Banco Mundial recomiendan: a:

1) reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para aliviar la presión climática sobre las personas y sus medios de subsistencia, y reducir la magnitud general de la migración por motivos climáticos. NO ESTÁ PASANDO

2) transformar la planificación del desarrollo para tener en cuenta el ciclo completo de la migración por motivos climáticos (antes, durante y después de la migración). NO ESTÁ PASANDO

3) invertir en datos y análisis para mejorar la comprensión de las tendencias y trayectorias de la migración interna por motivos climáticos a nivel de los países. NO ESTÁ PASANDO

El discurso oficial habla extensamiente de todo lo que hay que hacer para enfrentar ese “flagelo”. Se presentan planes, se dan subsidios, se arman comisiones, se celebran congresos y encuentros mundiales, pero…

La palabra de los y las activistas en lucha ante la crisis climática es contundente a la hora de evaluar la realidad: No existen avances ni se aborda nada y mucho menos hay medidas reales para afrontar la crisis climática.

El capitalismo depredador y sus secuaces van por libre.

Y para ratificar esta afirmación no hay más que saber que:

  • En el 2020 hubo 40 millones de personas obligadas a dejar su lugar de residencia habitual y el 75% se debieron a desastres naturales.
  • Las comunidades vulnerables, que en su gran mayoría dependen de la agricultura, la pesca y la ganadería y son las que menos contribuyen a la crisis climática, seguirán soportando la peor parte de los impactos medioambientales con escasos recursos para amortiguarlos.
  • Grandes extensiones del planeta, desde Madagascar hasta Honduras y Bangladesh, están sumidas en una crisis climática que es ya una realidad cotidiana para millones de personas. La crisis climática está fomentando una crisis alimentaria.
  • El hambre es, a su vez, causa y efecto de la movilidad forzosa en el mundo. La mayoría de los 70 millones de personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares no suelen hacerlo por una sola razón, sino por una multitud de factores. El hambre es uno de los principales.

La realidad es que todas y cada una de las recomendaciones que emergen desde todos los niveles para evitar estas consecuencias dramáticas no se están llevando a cabo. Lo que queda es que asumamos que esto es lo que viene. Y no hablaremos más en futuro. Esto es lo que está pasando. Hoy. Y empezó hace bastante.

 

Fuentes consultadas: Informe del Banco Mundial, Greenpeace, Acnur, Informe sobre seguridad alimentaria de la ONU 2020, información de agencias.

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