CONTRA EL GENOCIDIO Y LA ROBOTIZACIÓN, LA AUTOORGANIZACIÓN

CONTRA EL GENOCIDIO Y LA ROBOTIZACIÓN, LA AUTOORGANIZACIÓN

Dominadores autoorganizados

A partir de ahora, los que saben acceder a la información auténtica tienen evidencias irrefutables: los miembros de la oligarquía mundial, representados por el Foro Económico Mundial, lo han escrito y declarado públicamente.

1) Debemos reducir la población mundial, considerada excedentaria en relación a los recursos naturales disponibles (la idea nació ya, hace mucho tiempo, con Malthus, 1798); la parte sobreviviente, decidida por la oligarquía mundial, podrá disfrutar de los beneficios del planeta Tierra.

2) Hay que robotizar y “trans-humanizar” (en realidad “trans-robotizar”) en exceso. Por una parte, para deshacerse de la mano de obra humana: los robots no hacen huelga, no necesitan sindicatos, no necesitan salarios y trabajan 24 horas al día; en resumen, la esclavitud absoluta a través de la tecnología. Por otra parte, la robotización y la mal llamada “inteligencia” artificial(1) permitirán a la oligarquía del planeta controlar el “rebaño” y neutralizar a las “ovejas negras” recalcitrantes a la dominación oligárquica. “¡No tendrás nada y serás feliz!”, proclama el Joseph Goebbels del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab. Sí, el pueblo no tendrá nada (salvo sus “smart”-“inteligentes”-cadenas tecnológicas) mientras que sus dominadores tendrán todo el capital, y ellos serán los felices.

Desde los años 70, las acciones de la oligarquía mundial prueban la realidad de su programa de dominación planetaria, en forma de “neoliberalismo” (más exactamente neocapitalismo): creación del Club de Roma por Rockefeller (con sus “límites al crecimiento”, -adivinen de quién-), creación de la Comisión Trilateral por el mismo Rockefeller, Margaret Thatcher y Reagan en el poder,… hasta el Vaticano, que entró en una “Alianza Global” con Rothschild, la Fundación Rockefeller y otros buitres de las finanzas para llevar a cabo el “Gran Reinicio”, este intento desesperado de salvar al capitalismo de su crisis más grave: la deuda ilimitada e imposible de pagar.

Sin embargo, la mayoría de la población, atrapada en las cadenas del trabajo agotador y el “ocio” cretinizante, no dispone de la información necesaria. Los medios de comunicación de la oligarquía la mantienen en la ignorancia programada, a través de vigilantes bien pagados (“¡Hay que vivir y alimentar a la familia!”, ¿no?).

La misma oligarquía mundial dispone de todos los medios para dominar; magistrados y leyes (nunca han sido la expresión de la justicia sino del equilibrio de poder), políticastros (2) y gobiernos, por tanto sus fuerzas de represión, medios de condicionamiento y “entretenimiento”.

Dominados desorganizados

Frente a la dominación de esta oligarquía mundial, ¿qué disponen sus víctimas?

Una minoría consciente y comprometida(3).

Pero esta minoría, ¿dónde están sus leyes y sus magistrados (expresión de la verdadera justicia), sus políticos (verdaderos defensores de los intereses del pueblo), sus fuerzas defensivas (la no violencia, bien interpretada, es una de las formas) contra la represión violenta, sus medios de descondicionamiento y de liberador entretenimiento?

Todo lo que constituye la fuerza de la oligarquía proviene en primer lugar de su capacidad de autoorganizarse de forma libre, autónoma y solidaria.

Por el contrario, sus víctimas no tienen ninguna forma de organización, al menos efectiva. Los partidos políticos supuestamente al servicio del pueblo y los sindicatos supuestamente al servicio de los trabajadores muestran lo que son: los mercenarios de la oligarquía, la correa de transmisión entre ésta y la “populacho”.

Mientras que la minoría consciente y activa sufre, a nivel local, nacional e internacional, de una carencia casi total de autoorganización. Sin embargo, sin  organización, toda acción es inútil. Y cualquier organización que no se autoorganice está condenada a ser tomada por la oligarquía, aunque se proclame “comunista”, “socialista”, “popular”, “democrática” y otros adjetivos tan encantadores como engañosos.

Esta necesidad de autoorganización está tan ausente entre los dominados que la mayoría de los escritos y declaraciones de los que resisten a la dominación oligárquica dedican su energía a la denuncia, ciertamente legítima, a veces proponen soluciones pero siempre parciales y sesgadas; pero rara vez, muy raramente, se evoca la necesidad de autoorganización en todos los ámbitos de la actividad social, a todos los niveles: local, regional, nacional, mundial.

Según parece que la mayoría de los ponentes, generalmente intelectuales no organizados o al menos no organizados en colectivos ciudadanos, tienen la creencia más o menos inconsciente de que los ciudadanos, incluso su minoría consciente y activa, son incapaces de autoorganizarse y sólo necesitan “Salvadores” que prediquen desde su torre de observación. La autoridad y la jerarquía siguen siendo la ideología dominante, incluso entre los resistentes intelectuales.

Sin embargo, no hace falta ser Nostradamus para afirmar que, frente a un enemigo autoorganizado, los resistentes que no dispongan de las mismas armas ganarán como mucho algunas batallas, pero no la guerra. Podrán, por ejemplo, acabar con el “nazi-pass” sanitario, pero no con la dominación de la casta gubernamental, instrumento de la oligarquía mundial. Encontrará otras tácticas para seguir dominando, incluso hasta la impostura de llamar “inteligentes” a sus medios de dominación: ciudades “inteligentes”, teléfonos “inteligentes”, vehículos “inteligentes”, etc.

En resumen: acabar con la amenaza de eliminación de la mayoría de la humanidad y la robotización a los que se libraron es el programa de un adversario autoorganizado. Por lo tanto, es a través de la autoorganización que debemos luchar contra ella. Por supuesto, se trata de una empresa muy difícil. Pero ¿qué lucha no es difícil cuando se trata de la lucha despiadada entre dominadores y dominados? Sin embargo, es cierto que pensar y practicar la autoorganización ciudadana es complejo. Corresponde a las mejores mentes de la humanidad aceptar el reto. No es una cuestión de diplomas: el maestro Nguyen Giap venció a los súper doctores franceses y luego a los estadounidenses.

Recordemos: las fuerzas a disposición de los adversarios son desiguales. La oligarquía tiene el poder material y mediático. Pero la historia nos enseña: simbólicamente, David derrotó a Goliat, realmente la inteligencia (ésta es  auténtica) del pueblo vietnamita derrotó a los franceses y luego a la maquinaria bélica imperialista estadounidense.

Se objetará que las formas autoorganizadas de combate fueron todas derrotadas: la revuelta de los esclavos dirigida por Espartaco, la revuelta de los campesinos dirigida por Thomas Munzer, los “Iguales” derrotados por los jacobinos robespierristas, la Primera Internacional Obrera, la Comuna de París, los Soviets de 1917 en 1921, las colectividades libertarias españolas de 1936 en 1939, la autogestión obrera y campesina en Argelia. Pues bien, se trata de estudiar las lecciones teórico-prácticas y de trabajar los cerebros si realmente queremos derrotar el programa criminal de robotización de la humanidad y transformarla en una humanidad basada en la libertad, la igualdad y la solidaridad.

El Joseph Goebbels, del Foro Económico Mundial, declaró que la llamada “pandemia” del covid19 es una “oportunidad” y que el mundo posterior no se parecerá en nada al anterior. Pues bien, aprendamos de nuestro enemigo y busquemos la manera de vencer esta guerra de guerras entre dominadores-opresores-explotadores  y dominados-oprimidos-explotados.

¡Dominación delenda est! Carpa ¡Libertad, igualdad, solidaridad!

(1)La inteligencia implica emociones y sentimientos, que la máquina más avanzada no posee.

(2)Constitution des « Jeunes leaders mondiaux » du Forum économique mondial : https://www.wikistrike.com/2022/02/les-jeunes-leaders-mondiaux-du-forum-economique-mondial-sont-devoiles

(3)https://reseauinternational.net/pourquoi-les-non-inocules-sauveront-ils-le-monde

Kadour Naimi 

reseauinternational

Share