LA OMS ES EL GOBIERNO MUNDIAL

LA OMS ES EL GOBIERNO MUNDIAL

Una persona que ejerce el derecho al consentimiento no puede obligar a otra a hacer lo mismo.

Es por eso que ha surgido la ridícula figura de tener que ser inyectado con una terapia génica para proteger a otros individuos inyectados de una enfermedad causada por un “virus”. Usar una máscara para proteger a otra que también esté usando una. Encerrar a una población sana y forzar una terapia génica para proteger a las personas mayores, débiles y enfermas. TODO se da la vuelta, tu derecho se ha convertido en un deber. Nuestros padres también han sido hábilmente engañados lingüísticamente. Desinformación y guerras.

El Gobierno Mundial

Nadie ha pedido esto tampoco. Se nos hace creer que hemos hecho tal lío de cosas que no hay otra opción. Para darnos una mano amiga, estamos siendo debilitados sana y mentalmente y astillados bajo falsos pretextos. Escariar, ganar y dirigir.

La ex empleada de la OMS, la Dra. Astrid Stuckelberger, nos advierte basándose en la información que recibió de personas con información privilegiada. La OMS quiere tomar el poder porque la OMS lo decidió de esa manera. Gente furtiva que son.

El hecho de que de repente se estén distanciando de las restricciones es solo un juego. La última semana de enero de 2022, la OMS celebró una reunión de emergencia y deliberaciones en Ginebra sobre la ampliación de sus poderes para hacerse cargo de todos los Estados miembros en caso de pandemia y “cualquier otra forma de amenaza o desastre”. La OMS quiere que los Estados miembros firmen un nuevo tratado sobre el Covid-19, que amplía el tratado de 2005. Una vez firmada por los Ministros de Salud, la Constitución de la OMS (de acuerdo con su Artículo 9) tiene prioridad sobre la Constitución de un país (189 países han firmado el tratado de 2005) durante desastres naturales o pandemias. Desde que se cambió la definición de pandemia hace unos años (casos basados en la prueba PCR), pueden hacer cumplir la obediencia en cualquier país e imponer las directrices de la OMS al público, que serán obligatorias, no solo recomendadas. Y eso suena a poder sobre el país y el mundo. Hasta ahora, solo los rusos han enviado una carta de rechazo

De momento a la espera de ver si esto sucede, los pasos ya se están dando.

La Asamblea Mundial de la Salud alcanza un consenso para poner en marcha la negociación de un acuerdo para luchar contra las pandemias.

El 1 de diciembre de 2021, los 194 miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alcanzaron un consenso para poner en marcha el proceso de elaboración y negociación de un convenio, acuerdo u otro instrumento internacional, con arreglo a la Constitución de la OMS, para reforzar la prevención, la preparación y la respuesta ante pandemias.

Se constituirá ahora un órgano de negociación intergubernamental que celebrará su primera reunión a más tardar el 1 de marzo de 2022 (para establecer las modalidades de trabajo y los plazos) y una segunda reunión a más tardar el 1 de agosto de 2022 (para debatir los avances en el documento de trabajo). A continuación presentará un informe de situación en la 76.ª Asamblea Mundial de la Salud de 2023, con el objetivo de que el instrumento se adopte para 2024.

El propio consejo europeo admite que la OMS tendrá poder efectivo a la hora de “declarar pandemias, y tomar medidas sanitarias al respecto” en 2024, pero según Stuckelberger esto sucederá ya mismo, la decisión ya está tomada.

En palabras de la OMS y del propio consejo de Europa es necesaria una ley mundial sobre pandemias porque:

“La pandemia de COVID-19 es un reto mundial. Ningún gobierno ni institución puede hacer frente por sí solo a la amenaza de futuras pandemias. Los convenios, acuerdos y demás instrumentos internacionales son jurídicamente vinculantes con arreglo al Derecho internacional. La adopción de un acuerdo relativo a la prevención, la preparación y la respuesta ante pandemias en el marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permitiría a los países de todo el mundo reforzar las capacidades y la resiliencia nacionales, regionales y mundiales frente a futuras pandemias.”

Dicho instrumento también permitiría según la UE:

  • garantizar los contactos políticos de alto nivel, continuados y a largo plazo entre dirigentes de todo el mundo;

  • establecer tareas y procedimientos claros;

  • promover el apoyo a largo plazo para los sectores público y privado a todos los niveles;

  • fomentar la integración de las cuestiones sanitarias en todos los ámbitos de actuación pertinentes.

“Debemos crear un entorno en el que todos los científicos, los trabajadores sanitarios y los Gobiernos puedan unirse por una causa común. Trabajar juntos para crear nuevas soluciones que protejan lo más valioso: nuestra salud y nuestras vidas.”

Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en la Cumbre Mundial de la Salud, 25 de octubre de 2021

Y no se queda ahí la declaración: “La supervisión de los riesgos, y en particular el intercambio de conocimientos sobre nuevas enfermedades infecciosas que se propagan de los animales a los seres humanos, es fundamental para la prevención de futuras pandemias.

Esto puede conseguirse mediante:

  • el aumento de la capacidad de laboratorio y de vigilancia necesarias para detectar las enfermedades de los animales en todos los países,
  • la mejora de la colaboración entre centros de investigación a escala mundial,
  • la mejora de la coordinación de la financiación internacional de capacidades básicas.”

Así de clarito lo dicen, incluso con el lenguaje suavizado de la programación neurolingüística, es decir, la neolengua científica del poder. Parece que los sueños húmedos de las élites están más cerca de hacerse realidad si nadie se lo impide.

 

El 30 de marzo de 2021, el comunicado de prensa del Consejo Europeo, llevaba entre los firmantes de este proyecto de impulso para la construcción de una “arquitectura santitaria global” a una serie de destacados personajes , cuando se estaban dando los primeros pasos para el acuerdo de diciembre de 2021 en donde se decidió realizar las reuniones de enero, marzo y agosto de 2022 para transferir el poder a la OMS. Los personajes que firmaron ese primer documento fueron (por orden de aparición):

J. V. Bainimarama, primer ministro de Fiyi

Prayut Chan-o-cha, primer ministro de Tailandia

António Luís Santos da Costa, primer ministro de Portugal

Mario Draghi, presidente del Consejo de Ministros de Italia

Klaus Iohannis, presidente de Rumanía

Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido

Paul Kagame, presidente de Ruanda

Uhuru Kenyatta, presidente de Kenia

Emmanuel Macron, presidente de Francia

Angela Merkel, (la entonces) canciller federal de Alemania

Charles Michel, presidente del Consejo Europeo

Kyriakos Mitsotakis, primer ministro de Grecia

Moon Jae-in, presidente de la República de Corea

Sebastián Piñera, (el entonces) presidente de Chile;

Andrej Plenković, primer ministro de Croacia

Carlos Alvarado Quesada, presidente de Costa Rica

Edi Rama, primer ministro de Albania

Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica

Keith Rowley, primer ministro de Trinidad y Tobago

Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos

Kais Saied, presidente de Túnez

Macky Sall, presidente Senegal

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España

Erna Solberg, primera ministra de Noruega

 

Aleksandar Vučić, presidente de Serbia

Joko Widodo, presidente de Indonesia

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania

Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud.

 

De hecho la OMS ya elabora “Certificados Digitales de Vacunación” de carácter global, un proyecto de Gates y la Rockefeller Foundation, posiblemente una de sus primeras iniciativas como poder mundial emergente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene promoviendo en sus Estados miembros la introducción de “Certificados Digitales de Vacunación” de validez global, y para este propósito está creando un dispositivo específico, permitiendo comprobar los códigos QR de los certificados de vacunación electrónicos, independientemente de las fronteras nacionales o el país que lo expida. De acuerdo a la compañía alemana de comunicaciones, Deutsche Telekom, que dio a conocer la noticia del nuevo dispositivo en febrero de 2022, no importa ya si se registran casos o no de coronavirus, ya que estará “destinado a servir como procedimiento estándar para otras vacunas, como la poliomielitis o la fiebre amarilla después de la COVID-19″. 

El argumento de Garrett Mehl, Jefe de Unidad del Departamento de Salud Digital e Innovación de la OMS, es el mismo de todo el arco globalista: “COVID-19 afecta a todos. Por lo tanto, los países solo saldrán juntos de la pandemia”. Y explica quizá el dato que más le interesa, la seguridad criptográfica: “Los certificados de vacunación que son a prueba de manipulaciones y verificables digitalmente“. Con este objetivo, la OMS seleccionó a la compañía alemana T-Systems como socio tecnológico para desarrollar los servicios de validación de las inoculaciones.

T-Systems es una multinacional alemana de servicios informáticos perteneciente al grupo Deutsche Telekom. y ya había desarrollado el portal de la Unión Europea para certificados de vacunación (DCC, Digital Covid Certificate) y que cuenta con más de 60 países conectados.

Como se puede ver, más allá de las suspensiones temporales de las medidas y restricciones por Covid en los distintos países, llamativamente coincidente con la guerra en Ucrania, los Certificados Digitales llegaron para quedarse: “La OMS está apoyando a sus Estados miembros en la construcción de redes de confianza nacionales y regionales y tecnología de verificación. El dispositivo de la OMS también sirve como puente entre los sistemas regionales. También se puede utilizar como parte de futuras campañas de vacunación y registros domiciliarios“.

Adel Al-Saleh, miembro de la junta directiva de Deutsche Telekom AG y director ejecutivo de T-Systems , explicó: “La digitalización hace que el mundo siga funcionando. Los certificados de vacunación digitales como los de la UE son clave para esto”. 

Una vez más, queda en claro cómo la emergencia del coronavirus actúa como catalizador de la transición hacia una nueva etapa productiva del sistema económico global, la que el Foro de Davos ha denominado “Cuarta Revolución Industrial”, basada en la digitalización extrema de la economía, la influencia creciente de la Inteligencia Artificial, la virtualización de la producción de valor, la construcción del metaverso, la singularidad tecnológica, la nano y biotecnología, la transgénesis y el transhumanismo.

El 31 de agosto de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó su guía “para la Documentación Digital de Certificados COVID-19 (DDCC)”. En dicha ocasión se informó también que el desarrollo de estos lineamientos de la OMS fue financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, el Gobierno de Estonia, la Fundación Botnar, el Estado de Kuwait y la Fundación Rockefeller. Siempre vale la pena recordar que la fundación del magnate informático es la principal financista privada de la OMS, mientras que la entidad de la familia Rockefeller ha estado presente desde el momento en que se declaró la emergencia del Covid, e incluso antes, si se toma en cuenta su rol en el experimento social denominado “Event-201” de octubre de 2019, modelizando un futuro escenario de pandemia global, así como en la elaboración de informes sobre pandemias globales desde 2010. La Rockefeller Foundation también colaboró con la Gates Foundation en el proyecto ID2020, precisamente de identificación digital de las personas.

¿Quiénes son los principales financistas de la OMS?

Tras la decisión del anterior presidente de EE.UU, Donald Trump de suspender la financiación de EEUU a la Organización Mundial de la Salud en 2020, la entidad globalista perdió alrededor U$S 553 millones de dólares, un 14,7% de sus ingresos totales (U$S 3767 millones). Inmediatamente, la Gates Foundation dio a conocer que aumentaría su financiación a la OMS en hasta U$S 250 millones de dólares. Como reza un dicho popular en Argentina: “basta golpear al chancho para que aparezca el dueño”. Con todo la OMS salió ganando, porque luego el nuevo presidente de EE.UU, Biden, volvió a decidir financiarla otra vez.

Gates ya venía siendo el principal financista privado de la OMS, con alrededor del 10% de los ingresos totales de la entidad (U$S 367 millones de dólares). Para dimensionar la relevancia de este aporte, cabe saber que países como España solo aportan U$S 26 millones. Sumando los U$S 250 millones anunciados por Gates (y a la espera de conocer cuánto va a volver a dar Biden), estará aportando en total U$S 617 millones, los que sobre el nuevo total de U$S 3464 millones representaría un 18%, por lo que el empresario se convertiría en el financista más importante de la entidad, por sobre cualquier otro país u organización.

Pero hay más. ¿Quién es el segundo financista de la OMS? Con U$S 316 millones aparece la GAVI The Vaccine Alliance. ¿Qué es GAVI? De acuerdo a su propio sitio web: “Creada en 2000, Gavi es una organización internacional, una Alianza mundial de vacunas, que reúne a los sectores público y privado con el objetivo compartido de crear un acceso equitativo a las vacunas nuevas e insuficientemente utiizadas para los niños que viven en los países más pobres del mundo”. ¿Quién fundó GAVI? Nuevamente Gates a través de su Bill and Melinda Gates Foundation, junto al Banco Mundial y la propia OMS ( https://www.gavi.org/our-alliance/about ).

¿Quiénes financian a GAVI? La propia Gates Foundation, el Banco Mundial y la industria farmacéutica global: Johnson & Johnson, GlaxoSmithKline (GSK), Merck & Co., Novartis, Sanofi Pasteur, Janssen, Sanofi-Aventis y Pfizer. ¿Cómo se reparten el negocio? GAVI a través de la OMS logra acuerdos de vacunación con los gobiernos, luego cada laboratorio transnacional tiene su especialidad: Merck vende vacunas de rotavirus (Rotateq) y la vacuna contra el HPV (Gardasil), Sanofi vende la vacuna contra la fiebre amarilla y contra la polio, Pfizer comercializa la vacuna contra el neumococo, Janssen la vacuna pentavalente, etc.

Entre los países que financian a GAVI aparece en primer lugar Gran Bretaña, a través de la “International Finance Facility for Immunisation” ( https://iffim.org/donors ), fundada en base a un proyecto del entonces ministro de finanzas británico Gordon Brown, quien luego fuera primer ministro de ese país y recientemente volviera a ser noticia por su propuesta de un “gobierno mundial temporario” para combatir al coronavirus.

Volviendo a la OMS encontramos entonces que entre la Gates Foundation y la GAVI (creación y herramienta de la propia Gates Foundation), estarían actualmente aportando U$S 933 millones de dólares, lo que contra un presupuesto total que actualmente, sin el aporte de EEUU sería de U$S 3464 millones, representaría más de la cuarta parte de la financiación de la OMS, un 27%.

Muy lejos de estos montos, le siguen, en orden, el aporte de Gran Bretaña, con U$S 293 millones, Alemania con U$S 214 millones, la ONU con U$S 191 millones, el Banco Mundial, con U$S 129 millones, Rotary International con U$S 124 millones, la Comisión Europea con U$S 124 millones y Japón con U$S 103 millones, repartiéndose otro 35% entre aportes de montos menores de pequeños países.

Con una financiación que alcanza casi la tercera parte de su presupuesto total, Gates y los grandes laboratorios mundiales terminan siendo los verdaderos actores detrás de la Organización Mundial de la Salud, que como el resto de organizaciones supranacionales surgidas tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial (Banco Mundial, FMI, GATT/OMC, ONU, etc.) presentan una cara supuestamente neutral y científica, pero no dejan de representar los intereses de las élites del poder global.

Y así es la OMS, un nuevo poder ejecutivo mundial sin problemas financieros; a ella no la eliminarán del código SWIFT.

 

Fuentes

plandemia mundial

kontrainfo

Consejo europeo

OMS

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