AUMENTA LA POBREZA ENERGÉTICA EN ESPAÑA

Aumenta la pobreza energética en el Estado Español

Cinco millones de personas no pudieron tener calefacción durante el invierno en sus domicilios, según los cálculos del propio ministerio de Transición Ecológica en su último informe sobre indicadores de pobreza energética. El dato, sin embargo, corresponde a 2020 en plena pandemia de covid-19.

Y ello a pesar de algunas medidas del gobierno para paliar ese grave problema, como el bono social eléctrico que incluye el bono térmico, por el que se puede rebajar hasta el 40% en las facturas,  y el llamado “suministro mínimo vital”, que impide cortes de suministro a las personas y familias afectadas.  Ante esta situación, diversos colectivos y activistas contra la pobreza energética plantean que se debe implantar la concesión automática de la ayuda, ante las dificultades administrativas que supone para muchos de los afectados poder acceder a ellas. Ecologistas en Acción, por ejemplo, considera que se ha de pasar de un bono social a una tarifa social. Para ello sostienen: “El concepto de bono social es una medida asistencialista y estigmatizante, se aplica según unos mínimos niveles de renta y sobre una factura cuyos conceptos, opacos en un sin fin de regulación, ni siquiera están optimizados; no es ni será una solución, sino solo eso, un mecanismo que sirve de justificación a la administración pública para acreditar que se está actuando frente al problema, pero con graves carencias que se irán parcheando de manera puntual”. Y añaden: “Una de las mayores deficiencias que encontramos al mecanismo del bono social es precisamente su dificultad de acceso; no es una herramienta que pueda ser aplicada de forma automática sino que ha de ser solicitado por los propios afectados, precisamente aquellos que tienen mayores dificultades a la hora de realizar trámites burocráticos y/o administrativos y a quienes la información llega también con más dificultad”.

La situación, además,  se agrava por momentos, a raíz de la guerra en Ucrania, con los precios de la energía disparados, una tendencia que apunta a mantenerse como indican los mercados de futuros del gas natural y el petróleo, un mecanismo especulativo del capital con productos y servicios básicos que está batiendo récords.

El  Presidente del Gobierno señaló la gravedad de la situación energética en el comité federal del PSOE, señalando que “vienen tiempos duros” y que habrá que hacer “sacrificios“.  Pero los sacrificios siempre son de los mismos, de la clase trabajadora y los sectores populares, para mayor gloria y beneficio de los oligopolios energéticos. Frente a ello, medidas elementales como la nacionalización del sector energético y el establecimiento de tarifas reguladas serían soluciones de fondo para un problema en cuya raíz, más allá de contingencias como la actual situación bélica, se encuentra la voraz sed de beneficios cosustancial al régimen capitalista.

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