Tras el asesinato de su compañero, María continuó la lucha en la Resistencia francesa hasta que, con el fin de la gran guerra, ya instalada en Toulousse, en 1945, María cruzó clandestinamente los Pirineos hacia Zaragoza con la intención de

Asociación Cultural – Elkarte Kulturala
García Oliver discurseó que era urgente acabar con cualquier discrepancia en el movimiento libertario. El 20 de setiembre el Comité Regional desautorizó la resistencia y permitió el asalto del local. Lo único importante era que los comités superiores no fueran desbordados, como ya había sucedido en mayo de 1937. García Oliver repitió como bombero.