Gran Bretaña: “Las huelgas actuales representan un despertar, está naciendo una nueva clase obrera”
Entrevista a Satnam Virdee realizada por Josefina L. Martínez para Contrapunto, el suplemento de cultura y teoría marxista de Izquierda Diario.
Gran Bretaña: “Las huelgas actuales representan un despertar, está naciendo una nueva clase obrera”
Esta semana se ha vivido en Gran Bretaña la huelga más importante de las últimas décadas. Maestras, enfermeras, conductores de ambulancias, bomberos, empleados públicos, profesores universitarios, ferroviarios, trabajadores del correo y muchos otros sectores están protagonizando una extensa jornada huelguística que arrancó hace varios meses y continuará durante febrero y marzo. La jornada del 1 de febrero destaca por su masividad: medio millón de trabajadores salieron a la huelga en Inglaterra, Gales y Escocia. Maestras y ferroviarios se encontraron de forma unitaria en manifestaciones masivas. El hecho de que confluyeran huelgas simultáneas de importantes sectores, hizo que el “espectro” de la huelga general rondara las calles. El dirigente ferroviario del sindicato RMT, Mick Lynch, aseguraba en una concentración en las puertas de Downing Street, frente a miles de maestras y profesores: “Somos la clase obrera, y estamos de regreso”.
Este proceso profundo tiene un motor en la descomunal alza del coste de la vida, con la inflación más alta de Europa en el último año. Las consecuencias del brexit, la pandemia y la guerra de Ucrania se han combinado para crear una importante crisis social. Los medios de comunicación comparten testimonios de maestras que aseguran que hay días en que tienen que elegir entre prender la calefacción o comer. A esto se suma la degradación de los servicios públicos, como la sanidad y la educación, después de 40 años de políticas neoliberales, aplicadas por conservadores y laboristas.
Para conocer más sobre los nuevos fenómenos que se están desarrollando en la clase trabajadora en Reino Unido, entrevistamos a Satnam Virdee, investigador de la clase obrera británica, profesor de sociología y director del Centre for Research on Racism, Ethnicity and Nationalism (CRREN) en la Universidad de Glasgow (Reino Unido). Virdee es autor del libro Racismo, clase y el paria racializado, cuya reseña puede leerse aquí. (Katakrak, 2021).
JM: ¿Cuál es la importancia histórica de esta nueva oleada de huelgas?
SV: La actual oleada de huelgas que comenzó en otoño de 2022 es la mayor fase de acción colectiva en Gran Bretaña desde 1990. Sólo en noviembre de 2022 se perdieron más de 450.000 días de trabajo por huelga. Y el 1 de febrero de 2023, más de 500.000 trabajadores salieron a las calles de todas las grandes ciudades de Gran Bretaña para marchar en protesta contra la subida del coste de la vida.
Lo novedoso de estas huelgas es que en ellas participan una combinación de sectores tradicionales de la clase trabajadora, como las enfermeras y los trabajadores ferroviarios y del correo, pero también sectores de profesiones como los profesores universitarios, los maestros y los médicos. Estos últimos grupos no sólo se enfrentan a la disminución de su nivel de vida, sino también a la pérdida de la autonomía que habían ejercido sobre su trabajo. Es decir, como resultado de los procesos de descalificación, rutinización y aceleración del ritmo de trabajo asociados al neoliberalismo, se están proletarizando. Por supuesto, tal afirmación debe matizarse en la medida en que estas últimas son ocupaciones verticales, de modo que siempre hay una élite dentro de cada ocupación que permanece sólidamente entre los sectores profesionales y la clase media. Pero la dirección de la tendencia es definitivamente la de empujar a estos elementos a convertirse en clase obrera del sector estatal.
En los medios de comunicación se suele usar la referencia sobre el invierno del descontento de 1978, para comparar con esa oleada de huelgas. Sin embargo, se ha planteado ya que existen muchas diferencias. ¿Cómo lo ves?
El invierno del descontento de finales de la década de 1970 no es realmente comparable al momento actual. El primero se produjo al final de una oleada de acción colectiva sostenida que comenzó a finales de la década de 1960. Y reflejaba en parte una creciente desilusión con el Partido Laborista a la hora de ofrecer un cambio social significativo a la clase trabajadora a lo largo de esa década.
El momento actual es muy diferente. Me parece que estamos en el inicio de un ciclo de protesta. Tras más de 30 años de derrotas de la clase obrera y de ausencia del sujeto colectivo de la clase obrera en la vida pública, los hijos y nietos de aquellos trabajadores derrotados están hartos. Esta es una de las características más llamativas de la acción actual: la composición de los huelguistas es más joven, hombres y mujeres, y de todas las etnias. Esto refleja en parte el hecho de que, estructuralmente, son los millennials y los más jóvenes los que han estado en el punto de mira de la austeridad desde la crisis financiera de 2007/8.
También se ha señalado que esta oleada de huelgas podría definirse como una “huelga general en los hechos”. Aunque las direcciones sindicales se niegan a convocar una acción de este tipo. La última gran huelga general en Gran Bretaña fue la de 1926. ¿Qué podrías decirnos de aquella experiencia y acerca de las luchas actuales?
No creo que la actual oleada de huelgas pueda compararse con la huelga general de 1926. La huelga general de 1926 se produjo en medio de una profunda crisis del sistema capitalista mundial marcada tanto por las revoluciones socialistas como por la aparición del fascismo. La huelga general, en la que participaron alrededor de un millón y medio de trabajadores del transporte y de la industria pesada, estaba muy centrada en la lucha contra el empeoramiento de las condiciones de trabajo y la disminución de los salarios. Pero el contexto y el ambiente en el que se desarrolló condujeron a la estigmatización de los huelguistas por parte de los aparatos del Estado. La actual oleada huelguística surge de un periodo de treinta años de derrota y borrado del sujeto de la clase trabajadora. Las instituciones, el lenguaje y la política de clase se han vaciado durante este periodo debido a los procesos de descomposición técnica y política en la clase obrera. Las huelgas actuales representan un momento de despertar, se están quitando las telarañas y está naciendo una nueva clase obrera.
Es una clase trabajadora muy joven y diversa la que va a la huelga. ¿Qué ventajas tiene esto?
Todos los conflictos clave en los que están implicados ferroviarios, médicos, profesores, etc., ponen de manifiesto la naturaleza diversa y multicultural de la clase trabajadora británica. Gran parte de la sociedad acepta sin pensarlo que los británicos son de muchos colores. Esto se debe a que las principales oleadas migratorias se produjeron entre los años 40 y 60, por lo que estamos hablando de británicos negros y de color de tercera y cuarta generación. Y, por supuesto, hoy en día muchos son de ascendencia mixta. En comparación con los años 60 y 70, el racismo no ha sido un problema que haya dividido a esta oleada de acción de la clase trabajadora. Por supuesto, el racismo estatal y cotidiano sigue siendo una realidad poderosa para mucha gente, pero entre los que están en huelga no parece ser una división estructurante.
En cierto sentido, la diversidad de las personas que participan en las huelgas significa que también aportan demandas de justicia racial y sexual. También hay que tener en cuenta que esta oleada de acción colectiva afecta principalmente a los trabajadores del sector público. Creo que en el sector privado hay más segregación racial y más problemas de racismo. Pero no están en huelga.
El gobierno intenta enfrentar a los huelguistas con la “opinión pública”. Como si lucharan por intereses corporativos y no les importara la población. Los huelguistas responder que luchan por salarios, peor también por mejores servicios públicos para toda la población, como la sanidad o el transporte. ¿Existe un debate sobre cómo ganar el apoyo de la población a las huelgas?
Creo que existe ese debate a nivel interno entre los activistas. Pero en público, los activistas que dirigen la huelga han ofrecido argumentos convincentes de por qué están en huelga y el público les apoya mayoritariamente. Este tipo de alineación entre las huelgas y la opinión pública ha sido poco frecuente en las últimas décadas, pero tal vez esto indique hasta qué punto la mayoría de la población se ve afectada por el aumento vertiginoso del coste de la vida.
El Reino Unido tiene algunas de las leyes antisindicales más restrictivas de Europa, y ahora el gobierno quiere aprobar más leyes de este tipo. ¿Qué consecuencias tendría esta legislación?
Sí, el gobierno ha introducido nuevas leyes que atentarán contra la capacidad de los trabajadores de emprender acciones de huelga para defender sus salarios y condiciones. La Ley de Huelgas permitirá a los ministros redactar regulaciones en cualquier servicio de seis sectores (sanidad, educación, bomberos y salvamento, cuerpos de fronteras, desguace nuclear y transporte) que obligarán a los trabajadores a trabajar durante las huelgas. Los trabajadores podrán ser despedidos y los sindicatos se enfrentarán a enormes indemnizaciones si no cumplen la normativa.
Claro, está por verse hasta dónde logra avanzar el Gobierno británico con estas medidas. Los últimos gobiernos conservadores han terminado con mucha crisis. Y la clase trabajadora parece estar empezando a despertar, como decías antes. ¿Es posible que la clase obrera del Reino Unido esté recuperando algunas de sus combativas tradiciones de lucha?
Sin duda. Al mismo tiempo, tenemos que entender que estamos en el comienzo de un ciclo de protestas. Actualmente, estas disputas son en gran medida disputas defensivas controladas por líderes sindicales que buscan una mejora del nivel de vida de la clase trabajadora. Hay poco de lo que yo llamo una discusión utópica sobre cómo cada individuo puede vivir una vida de felicidad y satisfacción. Así pues, nos encontramos al principio de una oleada de huelgas, y es difícil saber si se calmará una vez elegido el Partido Laborista.
Ciertamente, la vía del recambio electoral es un recurso disponible que se ha utilizado otras veces para pasivizar la lucha de clases. Habrá que ver cómo se desarrolla en los próximos meses esta ola de huelgas, si surgen sectores más combativos y autoorganizados. Es muy interesante todo lo que cuentas, muchas gracias por la entrevista.
Fuente: Izquierda Diario