Para la mayoría de manifestantes, activistas y periodistas, su teléfono inteligente es una herramienta esencial para organizarse con sus compañeros, acceder y distribuir información, y ayudar a otros. También representa un gran riesgo, ya que es una herramienta que las autoridades pueden usar fácilmente para la vigilancia masiva y selectiva.
LA PRIVATIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN
La burda falacia de la “sobrecualificación” de las últimas generaciones de estudiantes se ve completamente desmontada cuando comparamos el modelo público y el modelo privado, y examinamos a qué intereses obedece cada uno. No es cuestión de que los estudiantes estén excesivamente cualificados o de que la universidad no esté claramente orientada o no, sino de los beneficios que puede dar un modelo universitario privado o público. Y está claro que, para las grandes empresas, ya sea directamente, a través del beneficio económico, o indirectamente, erosionando el modelo educativo para ofrecer estudios pensados por y para las empresas, el modelo educativo que les favorece es el modelo privado.