LO QUE NO TE CUENTAN SOBRE LOS EMPRENDEDORES

LO QUE NO TE CUENTAN SOBRE LOS EMPRENDEDORES

Una Stratup es una empresa emergente tecnológica que quiere llegar a mucha gente rápidamente ganando mucho dinero. El control de ellas por las elites y su necesidad de financiación las ha convertido de facilidades tecnológicas en un negocio. Un grupo pequeño de gente enseña al público a usar una aplicación y, con el dinero conseguido en una ronda de financiación de inversores, se hace una hucha y se desarrolla un modelo de negocio. Se llega a mucha gente y se convierte en negocio económico, y se lleva a bolsa, y se vende a financiadores que hinchan la burbuja tecnológica logrando un pucherazo. Así cualquier persona puede hacerse millonario con una idea y el éxito es individual. Para los inversores individualiza mucho el fracaso y el éxito económico, que es una falsa cultura meritocrática que les favorece con un negocio seguro en el que no asumen riesgos. Para los gobiernos las startups son innovadoras y popularizan el avance tecnológico socialmente. La financiación llega a un perfil particular y no a los sectores discriminados, y no se divide entre muchas empresas. En torno a las startups hay muchos intereses económicos y de la elite, pero no repercute al conjunto de la sociedad. Genera un gran precariado y polariza la sociedad perversamente.

Su mitología presenta una falacia de valores norteamericanos de que cualquiera puede conseguir lo que se merece. Los valores de dolarización del éxito y el fracaso han calado en España. Todo el entramado de las startups tienen que entrar en esto. Crea un mundo de éxito individual y de fracaso social.

Los que ganan en este ciclo de las startups son los que tienen éxito, los bancos y gobiernos y personas y empresas que las desarrollan mediante la inversión. 9 de cada 10 startups no llegan a los tres años de vida. Pero la décima compensa todo el dinero invertido seguro y por ello mantienen el discurso que les favorece. También procura prestigio social a los inversores y esto les hace lograr mas negocios por ello. Las grandes tecnológicas (Google, Facebook, etc) no invierten como cantera, pero toda la inteligencia colectiva que sirve la usan. Sólo hacen pelotazo los fundadores de la empresa pues los trabajadores que hacen el desarrollo cobran poco y son precarios al cambiar de dueños.

La prensa económica española con su paternalismo y poca crítica crean la impresión de que el éxito es la norma. En España el 20% de las personas que trabajan en las tecnológicas son mujeres y encima, han sufrido casos de abuso.

El mundo tecnológico nos individualiza y diversifica y complica mucho el asociacionismo del precariado para reivindicar sus derechos. Los emprendedores son empresarios de si mismos y no tienen conciencia obrera. Las leyes y el asociacionismo van a rebufo de las tecnológicas para mejorar las condiciones de trabajo o los salarios. Con un nuevo lenguaje (colaborador, etc) se consiguen colocar abusos antisociales.

Existe una burbuja financiera en las startups. Siempre que hay problemas con las startups pagan los de abajo (los trabajadores). El mundo startup no aporta mucho a la economía, al PIB y, aunque tiene un gran relato social periodístico, su crash no sería tan grave como el de la burbuja inmobiliaria o las punto com.

 

Alfredo Velasco

Share