Saneamiento del gasto público. Esto es muy fácil de conseguir, basta con reducir a la mínima expresión el gasto social total gracias al FMI no lo van a necesitar porque les va a hacer ricos.
– Eliminación de subsidios productivos y reducción de aranceles. Esto es: no se puede subvencionar la producción autóctona (igualito que los EEUU o la UE) y no se debe gravar la importación. La consecuencia directa es la eliminación total de la economía local porque no puede competir con la extranjera.
– Aumentar la presión fiscal. Tan sencillo como crear nuevos impuestos. La lógica es simple: como van a ser ricos tendrán que contribuir más.
– Eliminación de barreras cambiarias. Así podemos sacar todas las divisas del país sin mayores problemas.
– Estructura de libre mercado. Del libre mercado mejor ni hablamos, ya sabemos como acaba: monopolio total por parte de las multinacionales.
– Desregulación del mercado de trabajo. Adiós a los derechos laborales, adiós al sindicalismo, adiós al empleo estable y de calidad.
Con todo esto se consigue que los países intervenidos por el Fondo Monetario Internacional se conviertan proveedores de mano de obra y materias primas a precio de ganga.