QUIEN CONTROLA LOS ALIMENTOS CONTROLA A LA GENTE: PREPARANDO LA CATÁSTROFE ALIMENTARIA GLOBAL

QUIEN CONTROLA LOS ALIMENTOS CONTROLA A LA GENTE: PREPARANDO LA CATÁSTROFE ALIMENTARIA GLOBAL

TerraIndomita

En los años setenta Henry Kissinger, ex Secretario de Estado de Estados Unidos decía: “Controla los alimentos y controlarás a la gente, controla el petróleo y controlarás a las naciones”. Y empezando el Siglo XXI esta definición del dominio de los alimentos como arma política volvía a aparecer con fuerza en palabras del ex presidente de los Estados Unidos, George Bush (hijo): “¿Pueden imaginar un país incapaz de producir suficiente comida para alimentar a su población? Sería una nación sujeta a las presiones internacionales. Sería una nación en riesgo”.

La revista internacional The Economist, propiedad de las poderosas familias Rothschild y Agnelli, ambas asiduas del Foro Económico Mundial e integrantes del Club Bildelberg y del CFR – entidades de las que también es miembro Kissinger – vuelve a sorprender con una de sus agoreras predicciones, acompañada por otra de sus ingeniosas tapas. En esta ocasión, la edición del 19 de mayo de 2022 muestra de manera sugerente tres espigas de trigo, cuyos granos son en realidad pequeñas calaveras, con el título: “La catástrofe alimentaria que se avecina”, en la bajada de la nota se expresa: “La guerra está inclinando a un mundo frágil hacia el hambre masiva”.

La nota no lleva firma, por lo que funge de editorial de la propia revista. Comienza responsabilizando a Vladimir Putin por la situación que vive el mundo: “Al invadir ucrania, Vladimir Putin destruirá la vida de las personas que se encuentran lejos del campo de batalla, y en una escala que incluso él puede lamentar. La guerra está golpeando un sistema alimentario global debilitado por el Covid-19, el cambio climático y el shock energético. Las exportaciones de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania se han detenido en su mayoría y las de Rusia están amenazadas. Juntos, los dos países suministran el 12% de las calorías comercializadas. Los precios del trigo, que subieron un 53 % desde principios de año, subieron otro 6 % el 16 de mayo, después de que India dijera que suspendería las exportaciones debido a una alarmante ola de calor”.

Luego plantea que la nueva crisis que azotará al mundo “podría durar años”: “La idea ampliamente aceptada de una crisis del costo de vida no comienza a captar la gravedad de lo que se avecina. António Guterres, el secretario general de la ONU, advirtió el 18 de mayo que los próximos meses amenazan con “el espectro de una escasez mundial de alimentos” que podría durar años”.

Pasa después a cuantificar las vidas humanas que sufrirán el hambre: “El alto costo de los alimentos básicos ya ha elevado el número de personas que no pueden estar seguras de obtener lo suficiente para comer en 440 millones, a 1600 millones. Casi 250 millones están al borde de la hambruna. Si, como es probable, la guerra se prolonga y los suministros de Rusia y Ucrania son limitados, cientos de millones de personas más podrían caer en la pobreza. El malestar político se extenderá, los niños sufrirán retrasos en el crecimiento y la gente morirá de hambre”.

La publicación de la tricentenaria dinastía financiera Rothschild vuelve a cargar sus tintas sobre el presidente ruso: “Putin no debe usar la comida como arma”.

 

Sin embargo, plantea que el problema, cómo no, “requiere una solución global”: “La escasez no es el resultado inevitable de la guerra. Los líderes mundiales deberían ver el hambre como un problema global que requiere urgentemente una solución global”.

Luego detalla la incidencia mundial de las consecuencias que emanan de la zona de conflicto: “Rusia y Ucrania suministran el 28 % del trigo comercializado a nivel mundial, el 29 % de la cebada, el 15 % del maíz y el 75 % del aceite de girasol. Rusia y Ucrania aportan alrededor de la mitad de los cereales importados por Líbano y Túnez; para Libia y Egipto la cifra es de dos tercios. Las exportaciones de alimentos de Ucrania proporcionan las calorías para alimentar a 400 millones de personas. La guerra está interrumpiendo estos suministros porque Ucrania ha minado sus aguas para disuadir un asalto y Rusia está bloqueando el puerto de Odessa”.

Pero para The Economist, las causas de una hambruna global también venían de antes, cómo no: a causa del “cambio climático”: “Incluso antes de la invasión, el Programa Mundial de Alimentos había advertido que 2022 sería un año terrible. China, el mayor productor de trigo, ha dicho que, después de que las lluvias retrasaran la siembra el año pasado, esta cosecha podría ser la peor de su historia. Ahora, además de las temperaturas extremas en India, el segundo mayor productor mundial, la falta de lluvia amenaza con socavar los rendimientos en otros graneros, desde el cinturón de trigo de Estados Unidos hasta la región francesa de Beauce. El Cuerno de África está siendo devastado por su peor sequía en cuatro décadas. Bienvenidos a la era del cambio climático”.

Pronostica una (aún más) dura realidad para los pobres de este mundo: “Todo esto tendrá un efecto doloroso sobre los pobres. Los hogares de las economías emergentes gastan el 25 % de sus presupuestos en alimentos, y en África subsahariana hasta el 40 %. En Egipto, el pan proporciona el 30% de todas las calorías. En muchos países importadores, los gobiernos no pueden permitirse subsidios para aumentar la ayuda a los pobres, especialmente si también importan energía, otro mercado en crisis”.

Como si todo esto fuera poco, The Economist predice que la situación empeorará y que incluso buena parte del grano cosechado se “pudrirá” en los silos: “La crisis amenaza con empeorar. Ucrania ya había enviado gran parte de la cosecha del verano pasado antes de la guerra. Rusia todavía está logrando vender su grano, a pesar de los costos y riesgos adicionales para los transportistas. Sin embargo, los silos ucranianos que no han resultado dañados por los combates están llenos de maíz y cebada. Los agricultores no tienen dónde almacenar su próxima cosecha, que comenzará a fines de junio, por lo que podría pudrirse. Y les falta el combustible y la mano de obra para plantar el siguiente. Rusia, por su parte, puede carecer de algunos suministros de las semillas y pesticidas que suele comprar a la Unión Europea”.

En este escenario distópico, tampoco los productores podrán obtener ganancias de la suba de precios: “A pesar del aumento vertiginoso de los precios de los cereales, es posible que los agricultores de otras partes del mundo no compensen el déficit. Una razón es que los precios son volátiles. Peor aún, los márgenes de beneficio se están reduciendo debido al aumento de los precios de los fertilizantes y la energía. Estos son los principales costos de los agricultores y ambos mercados se ven afectados por las sanciones y la lucha por el gas natural. Si los agricultores reducen el uso de fertilizantes, los rendimientos globales serán más bajos en el momento equivocado”.

Condena a los políticos, que optarán por echarse culpas los unos a los otros: “La respuesta de los políticos preocupados podría empeorar una mala situación. Desde que comenzó la guerra, 23 países desde Kazajstán hasta Kuwait han declarado severas restricciones a las exportaciones de alimentos que cubren el 10% de las calorías comercializadas a nivel mundial. Más de una quinta parte de todas las exportaciones de fertilizantes están restringidas. Si el comercio se detiene, se producirá la hambruna. El escenario está preparado para un juego de culpas, en el que Occidente condena a Putin por su invasión y Rusia condena las sanciones occidentales. En verdad, las interrupciones son principalmente el resultado de la invasión de Putin y algunas sanciones las han exacerbado. El argumento podría convertirse fácilmente en una excusa para la inacción. Mientras tanto mucha gente pasará hambre y algunos morirán”.

Y deposita la solución en fortalecer el comercio global a través de instituciones financieras, como el FMI: “En cambio, los estados deben actuar juntos, comenzando por mantener abiertos los mercados. Esta semana Indonesia, fuente del 60% del aceite de palma del mundo, levantó una prohibición temporal a las exportaciones. Europa debería ayudar a Ucrania a enviar su grano por ferrocarril y carretera a puertos en Rumania o los países bálticos, aunque incluso los pronósticos más optimistas dicen que solo el 20% de la cosecha podría salir de esa manera. Los países importadores también necesitan apoyo, para que no terminen hundidos por facturas enormes. Los suministros de emergencia de cereales deberían ir solo a los más pobres. Para otros, el financiamiento de importaciones en condiciones favorables, tal vez proporcionado a través del FMI, permitiría que los dólares de los donantes rindieran más. El alivio de la deuda también puede ayudar a liberar recursos vitales”.

Propone reducir la producción de biocombustibles y, siguiendo el credo veganista, dejar de usar cereales para alimentar animales en la ganadería: “Hay margen para la sustitución. Alrededor del 10% de todos los granos se utilizan para producir biocombustibles; y el 18% de los aceites vegetales se destinan al biodiésel. Finlandia y Croacia han debilitado los mandatos que requieren que la gasolina incluya combustible de cultivos. Otros deberían seguir su ejemplo. Se utiliza una enorme cantidad de cereales para alimentar a los animales. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación, los cereales representan el 13 % de la alimentación seca del ganado. En 2021, China importó 28 millones de toneladas de maíz para alimentar a sus cerdos, más de lo que Ucrania exporta en un año”.

Para finalizar, preconiza la necesidad militar de enviar una “escolta armada respaldada por una amplia coalición”: “El alivio inmediato vendría de romper el bloqueo del Mar Negro. Aproximadamente 25 millones de toneladas de maíz y trigo, equivalente al consumo anual de todas las economías menos desarrolladas del mundo, están atrapadas en Ucrania. Se deben incorporar tres países: Rusia debe permitir el envío ucraniano; Ucrania tiene que desminar el acceso a Odessa; y Turquía necesita dejar escoltas navales a través del Bósforo. Eso no será fácil. Rusia, luchando en el campo de batalla, está tratando de estrangular la economía de Ucrania. Ucrania se resiste a limpiar sus minas. Convencerlos de que cedan será una tarea para los países, incluidos India y China, que se han quedado al margen de la guerra. Los convoyes pueden requerir escoltas armadas respaldadas por una amplia coalición. Alimentar a un mundo frágil es asunto de todos”.

En medio de esta situación, el gobierno de Biden mueve ficha y militariza la distribución de ciertos alimentos, tomando el control sobre los mismos.

El gobierno de EE.UU TOMA el control de los productos alimentarios nacionales

El suministro nacional de alimentos está siendo militarizado y controlado por un régimen criminal corrupto en Washington DC que ahora amenaza la seguridad alimentaria de todos los estadounidenses.

Para hacer frente a la escasez de los alimentos infantiles que está causando una frustración generalizada e incluso pánico en toda América, el régimen ilegítimo de Biden ha invocado los poderes de emergencia de la era de la Guerra de Corea de la Ley de Producción de Defensa, que es administrada por FEMA.

Esa ley, originalmente concebida para permitir una intervención ejecutiva de emergencia para reforzar las infraestructuras críticas en tiempos de guerra, está siendo utilizada ahora por el régimen de Biden para hacerse con el control de las materias primas del suministro de alimentos y obligar a las empresas a entregárselas a los laboratorios Abbott para fabricar grandes cantidades de “preparación de alimentos infantiles” altamente procesadas y de alimentos basura, hechos con sólidos de jarabe de maíz y proteínas lácteas procesadas.

Dado que este esfuerzo se limita a redirigir los productos alimentarios existentes, en realidad no resuelve ninguna escasez de alimentos en Estados Unidos, sino que simplemente traslada la escasez de una categoría de productos a otra.

También es un plan de distribución de alimentos planificado de forma centralizada.

Además, significa que a medida que surja más escasez de alimentos en los próximos meses, el régimen de Biden invocará casi con toda seguridad la DPA para hacerse con el control de otros productos alimentarios, asegurándose de que las empresas favorecidas se abastezcan mientras las empresas disidentes y los pequeños negocios se ven abocados a la quiebra por falta de suministro.

Bienvenidos a los Estados Unidos, donde nada está a salvo de las malas ideas catastróficas del régimen de Biden y su deseo de destruir todo lo que está a la vista, incluidos los alimentos abundantes y el combustible accesible.

El DHS ya ha incautado secretamente la producción de los fabricantes de almacenamiento de alimentos en toda América

Hemos confirmado que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ya ha confiscado toda la producción de varios de los principales fabricantes estadounidenses de alimentos almacenables.

Estas empresas también se vieron obligadas a firmar acuerdos de confidencialidad para mantener este hecho en secreto. Pero los observadores cuidadosos notarán que cualquier empresa de producción de alimentos que afirme no poder satisfacer los pedidos de los clientes durante varios meses seguidos está de hecho bajo el control del DHS, obligada a transferir toda la producción al gobierno estadounidense.

El DHS está moviendo actualmente decenas de millones de dólares al mes de alimentos almacenables en búnkeres y túneles subterráneos del gobierno mientras le dice al público que no hay necesidad de prepararse en absoluto. La FDA también está organizando retiradas de alimentos para confiscar cantidades masivas de alimentos que se están redirigiendo a los búnkeres del gobierno.

Los aviones del Departamento de Defensa TRANSPORTAN ahora alimentos para bebés a Estados Unidos, utilizando recursos militares para resolver problemas de abastecimiento de alimentos a nivel nacional.

Como informó ayer CNBC.com:

Biden también ha ordenado al Departamento de Salud y Servicios Humanos y al Departamento de Agricultura que utilicen aviones del Departamento de Defensa para recuperar los alimentos preparados para lactantes en el extranjero que cumplan las normas de salud y seguridad de Estados Unidos.

Biden tiene aviones de transporte del Departamento de Defensa transportando alimentos para bebés para tratar de frenar la marea de frustración entre los votantes estadounidenses.

Esto refleja la militarización del suministro nacional de alimentos, lo que significa que Biden no sólo está invocando poderes de guerra de emergencia para confiscar y controlar los productos de suministro de alimentos; también está utilizando a los militares para elegir dónde distribuir los recursos alimentarios disponibles.

Estados Unidos no es el único que se ve envuelto en problemas alimentarios y que aplica soluciones totalitarias. En Irán se está utilizando ID para racionar los alimentos en medio de otra ola de disturbios por la carestía.

IRÁN: El racionamiento digital de alimentos se implementa utilizando identificaciones biométricas en medio de disturbios por alimentos

Irán ya está racionando el pan y los cereales y, ojo al dato, si quieres acceder al subsidio de compra necesitas una identificación digital biométrica.

El alza de los precios del pan ha provocado protestas en Irán en las que algunas tiendas fueron incendiadas, lo que llevó a la policía a arrestar a decenas de “provocadores”, dijo el viernes la agencia oficial de noticias IRNA.

Las protestas fueron provocadas por un recorte en los subsidios gubernamentales para el trigo importado que causó aumentos de precios de hasta el 300 por ciento para una variedad de alimentos básicos a base de harina.

La tasa de inflación oficial de Irán es de alrededor del 40%, y algunos estiman que es superior al 50%. Casi la mitad de los 82 millones de habitantes de Irán están ahora por debajo del umbral de la pobreza.

El gobierno planea ofrecer cupones digitales en los próximos meses por cantidades limitadas de pan a precios subsidiados (El resto se ofrecerá a precios de mercado) según informa Reuters. Lo que el medio capitalista no indica es que estos cupones digitales se basarán en un sistema de identificación biométrica para controlar el racionamiento de los productos y “evitar el fraude”.  Otros alimentos se agregarán más adelante.

Hubo protestas dispersas en varias ciudades, según IRNA, laagencia iraní de noticias, en las que multitudes corearon consignas contra los aumentos de precios y algunas tiendas fueron incendiadas. En total, 22 personas fueron detenidas.

La protesta más grande fue en Dezful, en la provincia suroccidental de Juzestán, rica en petróleo, donde IRNA dijo que unas 300 personas fueron dispersadas por las fuerzas de seguridad y 15 personas fueron arrestadas por “tratar de crear caos” en la ciudad.

Unas 200 personas se manifestaron en Shahr-e Kord en Chaharmahal y la provincia de Bakhtiari en el oeste de Irán el jueves, dijo IRNA.

Si bien la televisión estatal dijo que la calma había regresado a Shahr-e Kord, los videos publicados en las redes sociales indicaron que los disturbios se habían extendido el viernes a ciudades como Ardabil en el noroeste, Rasht en el norte e Iranshahr en el sureste. Reuters no pudo autenticar de forma independiente los videos.

En los primeros signos de descontento por los aumentos de precios, los medios iraníes informaron la semana pasada de la interrupción de los servicios de Internet, un aparente intento de detener el uso de las redes sociales para organizar manifestaciones y difundir videos.

Los precios del trigo han aumentado drásticamente a nivel mundial desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero, lo que se suma al costo de los subsidios en Irán.

Así está el patio, amigos pero no hay que preocuparse, no puede haber nada malo en el racionamiento de alimentos o en el control biométrico, como tampoco en militarizar el suministro de alimentos de EE.UU. bajo poderes de guerra de emergencia, ¿verdad? Así como no puede haber nada malo en militarizar la salida de alimentos de Ucrania, lo que supondría dejar en manos de EE.UU y la OTAN – brazos militares del entramado del Club Bildelberg, el Foro de Davos o el CFR – de, aproximadamente, la mitad de los alimentos comercializados en el mundo. Todo esto es por el bien de los pobres.

¡Qué sabio es Kissinger!

Fuentes

Fausto Frank – Kontrainfo.com

Naturalnews

agriculture.com

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