FEMINISMOS

L A U R A     V I C E N T E      Y       R E B E C A      M U Ñ O Z

La conmemoración de los ochenta años de la constitución de la Federación Nacional de “Mujeres Libres” es el punto de partida de este dosier. No queremos, sin embargo, recrearnos en la complacencia de una genealogía anterior a la constitución de “Mujeres Libres” que se remonta ciento ochenta años y de la que nos sentimos continuadoras. Esta continuidad genealógica tejida por muchos, y diversos, eslabones construidos por una multitud de mujeres aporta  vida al proyecto emancipador del feminismo anarquista actual. La experiencia de “Mujeres Libres”, recogida en el artículo de Laura Vicente, es un legado lleno de posibilidades que puede insuflar vida al desarrollo del feminismo anarquista, siendo el eco que el pasado genera en el hoy desde donde se puede hacer fuerte y definir su idiosincrasia.

La afirmación de lo múltiple, de la diversidad ilimitada de los seres y de su capacidad para componer un mundo sin
jerarquías, sin dominación, sin subordinación, sin otras dependencias que la libre asociación de fuerzas radicalmente
libres y autónomas puede ser una idea motriz a partir de la cual confluir con los feminismos actuales que nacen en la
década de 1990.

La filosofía postestructuralista, los estudios postcoloniales y la Teoría Queer contribuyeron a deconstruir el sujeto
mujer del feminismo de los años sesenta, considerado ahora como eurocéntrico y heteronormativo (conjunto de relaciones de poder por medio del cual la sexualidad se normaliza y se reglamenta en nuestra cultura y las relaciones heterosexuales idealizadas se institucionalizan y se equiparan con lo que significa ser humano). De esa manera surge el feminismo postmoderno, postcolonial. La ruptura del binomio hetero-homo, hombre-mujer y las variables étnicas, unido al impacto de las nuevas tecnologías, se unen en una apuesta de deconstrucción de conceptos como sujeto, identidad, género, sexo, raza, etc., dando lugar al sector más radical de los feminismos actuales: feminismo “queer”, ciberfeminismo y activismo radical (transfeminismo, luchas contra el sida, trabajadoras del sexo, mujeres de negro, femen…).


Este dossier incompleto, como no puede ser de otro modo puesto que las causas de los nuevos feminismos son múltiples, ha querido recoger un artículo de Begoña Marugán sobre la violencia contra las mujeres que por desgracia es un tema atemporal, una lacra que hay que erradicar/abolir. Para que el feminismo sea realmente inclusivo es necesario tener en cuenta las condiciones particulares de cada mujer y no sólo su género, la interseccionalidad, tratada por Irène Pereira, es un marco que debe ser aplicado a todo trabajo de justicia social, un marco que reconozca los múltiples aspectos de identidad que enriquecen las vidas y experiencias, y que. por otra parte. visibilizan las opresiones y marginaciones.

La economía feminista es una corriente de pensamiento preocupada por visibilizar las dimensiones de género de la dinámica económica y las consecuencias que pueden llegar a producirse en la vida de las mujeres. Su noción
de «economía del cuidado» ha contribuido a actualizar el debate feminista sobre que la economía no es dinero y el género importa en las formas de organización de la reproducción económico-social al reconocer el impacto de este
sistema en la producción y reproducción de la desigualdad. El artículo de Carme Díaz Corral, recoge ese aporte conceptual, explicita el rol de los trabajos invisibilizados en el funcionamiento del sistema económico y repasa la injusticia de la actual forma de organización social del cuidado y los desafíos que impone a las políticas públicas,
en el marco de sociedades que aspiran a construir lo común desde otro punto de partida y de llegada.

Y por último el artículo de Pilar Catalán Lázaro pone el acento en cómo la aparición de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y otros medios digitales, replantean el papel de la mujer como sujeto receptor y ejecutor de las mismas. El trabajo de las artistas feministas y su adhesión a la tecnología puede ser orientado hacia la abolición del orden patriarcal a través del mito del ciborg.

Todas estas corrientes, y otras que no hemos podido tratar en este dosier, no forman un verdadero colectivo aunque se unen en su rechazo al poder establecido y a los modelos tradicionales de representación política. Se producen  curiosas alianzas entre estos feminismos del futuro que tendremos que ver si son capaces de dotarse de continuidad.

 

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