LA HUCHA DE LAS PENSIONES SUENA A HUECO

Amenazar insistentemente con el agotamiento del Fondo de Reserva de la Seguridad Social es una estrategia calculada por el gobierno accidental de cara a ir preparando el camino para un nuevo recorte del sistema público de pensiones.
La medida es tan simplista como mentirosa, parte de una falacia evidente: no hay dinero en la hucha, luego no hay recursos para las pensiones así que habrá que recortarlas, se saca el miedo a pasear y de esta forma se nos «invita» a cabalgar de mal menor en mal menor hasta la miseria final.


Documental producido por la CGT que analiza el asesinato del joven cenetista Valentín González, ocurrido en Valencia en junio de 1979, y el contexto político y social en el que ocurre desde un posicionamiento crítico y libertario.
Dijo el sabio que todas las generaciones se creen el eje de la historia. Un sentimiento absurdo que no conduce a nada bueno conforme se envejece. Los viejos rockeros nunca mueren, pero dan mucho mal. En el caso que nos ocupa, el del boom español de la heroína de finales de los setenta y principios de los ochenta,
Se utilizan la escuela y la cuestión de género para trasladar en sus culturas el sistema occidental moderno, con anexos el consumismo y la dependencia


Primera entrega: Orígenes del Batallón Libertad y del Batallón Gernika
por las ideas se muere pero no se mata.
Decía Malatesta (Congreso de Amsterdam, 1907), que la revolución anarquista “sobrepasa con mucho los intereses de sólo una clase” y que pretende la liberación de la humanidad entera
Las personas que tienen un determinado nivel de renta, especialmente las de rentas más bajas, parecen estar más sanas en lugares igualitarios. Esto quiere decir que a mayor igualdad encontramos mejor salud. Wilkinson establece la hipótesis de que las personas suelen confiar más unas con otras en los lugares en los que las diferencias de renta son menores.

La ciencia, el conocimiento y la tecnología, que son unas de las herramientas sobre las que el pensamiento convencional confía para realizar el formidable cambio sin precedentes al que nos enfrentamos, en la actualidad, están siendo controladas políticamente, mercantilizadas y presas de un oportunismo exacerbado.
El capital ha proletarizado al mundo y a la vez ha suprimido visiblemente las clases. Si los antagonismos han quedado integrados, si ya no hay lucha de clases, entonces no hay clases. Y no hay sindicatos en el sentido genuino del término. En efecto, si el escándalo de la separación social entre poseedores y desposeídos, entre dirigentes y dirigidos, entre explotadores y explotados, ha dejado de ser la fuente principal de conflicto y las luchas transcurren dentro del sistema sin cuestionarlo, no hay clases en lucha, sino masas a la deriva. Los sindicatos, la carcasa de una clase disuelta, persiguen otro objetivo : mantener la ficción de un mercado laboral. El obrero es la base del capital, no su negación
