LA FRACTURA SOCIAL DE LOS “NINIS”

LA FRACTURA SOCIAL DE LOS “NINIS”

Los llamados “ninis” son los jóvenes que no estudian ni trabajan, víctimas de un sistema y un modelo al que no se han podido adaptar, y que no los acoge en igualdad de derechos, y a quienes se les avecina un futuro gris oscuro. Y es que el 22,2% de los jóvenes españoles, de entre 16 y 29 años, son “ninis”: 1,27 millones de “ninis”. Y es que estamos entre los diez estados de la Unión Europea con mayor tasa de “ninis”, y en los últimos diez años, la proporción se ha incrementado en 9 puntos, sólo por detrás de Italia (+9,5%) y Grecia (+9,3%).

El actual sistema educativo no da respuesta a la diversidad y sobre todo a los que se encuentran en situación de exclusión o marginación. Lo que hace en todo caso es acentuar esas desigualdades. No tiene toda la responsabilidad pero si cierta. En los últimos cinco años han desaparecido programas que iban dirigidos al alumnado con más dificultades. En la nueva ley, la LOMCE, todo esto se consagra. Contempla que hay diversos caminos. Que son la formación Profesional Básica y la baja cualificación para los más débiles, y los Ciclos Fo9rmativos de grado medio para los que tienen mejores resultados y que tienen estratos sociales medios o altos y que es la vía o el acceso a la Universidad. Y es un factor que hace que los niños, de capas o estratos sociales o económicos bajos sobre todo, tengan más dificultades pues su situación está más alejada. El sistema educativo debería detectar ese alumnado para, desde el principio de la escolarización, hacer con ellos un apoyo especial que debería garantizar su éxito educativo. Hay en este momento un 20% de alumnos que no logran sacarse el graduado escolar. Facilitémosles un programa de graduado de “segunda oportunidad” como en otros países. Habría que demandar que se ofertara a este alumnado plazas adecuadas, además de becadas, porque últimamente la formación Profesional hay que pagarla y vale igual la matrícula en un grado medio que en la Universidad.

En el concepto de la educación va implícito compensar las desigualdades. La educación es formar a las personas para que puedan vivir en un clima de igualdad. Si la única forma para que eso suceda es la educación, pues tenemos que dar las mismas oportunidades a todos para que todos puedan llegar a los mismos sitios y alcanzar las mismas metas. No solo profesionales sino también personales. La educación no solo afecta a la profesión que van a tener, sino también al estilo de vida que van a vivir, cómo van a criar a sus hijos, cómo se van a relacionar con el entorno. Y por tanto, si no se da a todo el mundo las mismas oportuni8dades, se crea una desigualdad de partida en la sociedad.

La educación, aparte de otras cosas, debe servir para igualar oportunidades. El éxito educativo es un derecho. La educación no se debe centrar en conocimientos académicos sino ser integral de la persona. Es un derecho que la educación desarrolle las cualidades de la persona para que sea digna, con requisitos académicos que los preparen para un trabajo. Nos hemos quedado en una educación formal o anticuada qu7e no forma integralmente.

El derecho a la educación es la puerta de acceso al resto de derechos. Ahora la tendencia es al contrario de compensar las desigualdades. Con la LOMCE lo que se pone es los mimbres para acentuar las barreras a la igualdad. Los valores de los educadores, lo principal, no se mide (valores éticos, cívicos, etc).

Más del 27% de los españoles entre 15 y 29 años ni están escolarizados ni tienen empleo y están en riesgo de exclusión social. En Europa es un 15% de media. El 50% de los jóvenes manifiestan no tener proyecto vital alguno por el que sentirse especialmente interesados. La pérdida de perspectivas de futuro hace que vivan en la frustración. Esto es una bomba de efecto retardado. En una espiral sin salida hacia la precariedad vital permanente. Es un miedo que tiene la sociedad. Ahora solo un 22% de los jóvenes piensan que vivirán mejor en el futuro próximo frente al 50% en el año 2000.

La educación reglada no está conectada ni con la realidad ni con el tipo de inteligencias que ha de desarrollar el alumno. Cuenta con formación académica pero no cuenta con educación emocional que es lo que le valdrá en la vida. Hay muchos casos de frustración, fracaso, depresión. No hay ningún tipo de educación emocional. No hay educación diferente de la académica: musical, deporte, comunicación, etc. Sólo se valora la memorística. Esto crea frustración. No nos podemos centrar solamente en dos tipos de inteligencia pues las hay de ocho tipos. Si el sistema educativo solo se centra en esos dos tipos de inteligencia se echa a las otras y se crea frustración, porque nadie es capaz de ver lo potente que son en otras áreas.

Después de la educación empiezan los pandillismos, el acoso escolar, etc de los “ninis” que  provocan daño a otros alumnos y familias.

Son muchos elementos los que crean barreras para los “ninis”. Dos temas determinantes son la atención temprana o la ratio de alumnos. Es una barrera administrativa. El sistema de becas tampoco funciona. La ratio son 25 alumnos y precisan atención con diversidad de problemas pues vienen quemados al FP. Se tiene que trabajar con grupos reducidos. No se dota a los profesores de herramientas especiales. La situación es surrealista pues no quieren estar ni los alumnos ni los profesores. Hay una desconexión total pues los chavales no se concentran, no saben estudiar, se desahogan con sus amigos de cuestiones no normales, etc.

Los “ninis” están desmotivados y no buscan empleo ni formación. Hay jóvenes sin formación y otros con grado medio y se les dan cursos sobre todo de servicios y hostelería. Hay jóvenes inmigrantes y nacionales, pero todos de familias de rentas bajas.

Los jóvenes de 16 a 29 años son  el 14% de la población. Muchos apenas han acabado la ESO. Otros no saben leer ni escribir. Otros tienen los estudios incompletos o ninguno. Para evitar la exclusión se ofrecen estudios de FP. Pero no se lleva responder a la demanda. No hay plazas de grado medio de FP y los chavales desmotivados van a “calentar la silla” al bachillerato provocando problemas de comportamiento y masificando las clases. Socialmente no se apuesta por la FP. Pero cada persona tiene sus cualidades y no sólo van allí los torpes.

Con la burbuja inmobiliaria muchos chicos fueron a trabajar y ahora masifican los centros. Ahora no hay recursos ni alternativas para estos chavales. Se preparan para grados superiores y no tienen plaza. Se crea mucha violencia (no hay profesores, centros, etc).

El perfil de los chavales es de dos tipos. Los chavales en torno a 16-19 sin formación que abandonan la ESO muy desmotivados. Los formados que no llegan a 25 años y no tienen posibilidades de inserción laboral. No tienen plan de vida y están muy desmotivados.

Estos chicos requieren una atención intensiva y muy preparada. Y les llegan el último profesor que aparece. Los recursos no llegan. Han de ser transversales (no solo académicos). Los chicos han de sentirse útiles y los profesores motivados. Los chicos han de recuperar su dignidad. Cuando los chavales se sienten escuchados porque les importan y les dan alternativa y la familia apoya va todo mejor.

Los jóvenes en paro y con baja formación tienen pocas posibilidades de no entrar en exclusión social. Afecta tanto a chicos como a chicas. Consiguen pequeños trabajos temporales (Campaña de Navidad, etc) y dejan los estudios pues lo necesitan para comer pero son empleos muy malos. Su desmotivación es constante. No hay futuro ideal ni cultura de la lucha, el esfuerzo, el trabajo, la voluntad.

Los ninis se han criado con unos padres que tuvieron una burbuja económica y emocional de dinero fácil sin estudiar. Y ese mundo del dinero en los árboles ya no existe. Hay chavales al 100% frente a otros que no tienen qué comer.

Las consecuencias de los “ninis” es una sociedad menos cohesionada con brecha social, más desigual, lo que tiene resultados muy negativos. Tiene que haber un vuelco tremendo en la educación para que sea compensadora de este problema.

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