EL CATACLISMO QUE NOS AMENAZA. ¿CÓMO EVITARLO?

El cataclismo que nos amenaza. ¿Cómo evitarlo?

Una orientación que podrá revolucionar la lucha contra el cataclismo, y una guía para aprender.

Nos adentramos en un período histórico crucial, peligrosísimo, existencial, trascendental para la Humanidad, como no lo hubo nunca en la historia de nuestra especie. Por tanto, NO EXISTE ASUNTO MÁS IMPORTANTE que se pueda y deba tratar hoy día y en el próximo futuro, que éste.

Es necesaria una alternativa MUNDIAL, pues con iniciativas locales, regionales, estatales o incluso continentales pero descoordinadas y poco cooperativas, no será suficiente para evitar lo que, por su propia naturaleza, sería un cataclismo global (aunque inicialmente pueda afectar más a unos que a otros) y que causaría que unos/as sufran, inmerecida e injustamente, mucho más. Se evidencia, la enorme URGENCIA de las medidas a adoptar por esa alternativa, empezando por asumirla como aspiración de cientos, miles de millones de personas. Para ello, es imprescindible convertirla en la TAREA POLÍTICA CENTRAL de nuestro tiempo, de nuestra actividad, de nuestros colectivos… (2).

A eso va orientado este documento, aportando unos criterios y herramientas que, pese a su sencillez, confío serán CRUCIALES para avanzar con paso firme y RÁPIDO en la dirección correcta, aunque necesiten complementarse con otras para poder triunfar. Estás empezando a leer un documento con planteamientos fundamentales que nadie más en todo el mundo hace y que, sin embargo, no son ninguna extravagancia, sino imprescindibles. Lo irás confirmando según avances.

Me expresaré de un modo muy accesible, procurando no faltar al rigor, para que cualquiera que sea capaz de leer un documento tan largo pueda entenderme con facilidad. A veces también en un tono un poco desenfadado pues, de lo contrario, este asunto podría llevarnos a una gran tristeza, dada su gravedad extrema y el grado de incertidumbre que todavía tenemos sobre aspectos fundamentales, como las posibilidades energéticas y alimentarias, cuánta gente podremos mantener viviendo en unas condiciones decentes e igualitarias. Si estás habituado/a a leer documentos con un lenguaje académico o pedante, que eso no te lleve a subestimar lo que planteo y todo lo que te ofrezco, sobre todo en las Notas (una auténtica mina de autores y materiales de gran categoría, muchísimos a descargar directamente). Haré también un llamamiento mundial; no es broma, sino la consecuencia lógica de lo que planteo; aunque nadie quiera atenderme, yo al menos habré cumplido con mi parte de responsabilidad.

(1.- El diccionario de la Real Academia Española da el siguiente significado de la palabra catástrofe“Suceso que produce gran destrucción o daño”. Y de la palabra cataclismo“1. Gran catástrofe producida por un fenómeno natural. 2 . Gran trastorno en el orden social o político.”. Así que, tanto por sus dimensiones, como por estar implicada la naturaleza y el orden social y político, la palabra que más se ajusta al probable horizonte, es la de cataclismo.

(2.- Aunque la tarea central no depende del acierto de las siguientes predicciones, basta con pensar en qué ocurriría y cómo estaríamos preparados, no sólo económica, sino políticamente (lo que está en nuestra mano), si Antonio Turiel acertase con esta proyección “todo apunta a que en 2025 la producción de petróleo podría ser hasta un 40% inferior a lo que es en el momento presente” sin haber conseguido sustituirlo con las energías renovables, con la consiguiente escasez y encarecimiento que afectaría a toda la cadena-red de la producción mundial (cita de la página 184 del libro “Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) vamos a solucionarla”, 2020, referencia completa en la Nota 6). En el mismo sentido, considérese también este artículo, de Ferran Puig Vilar, remitiendo a fuentes muy serias, “Peor de lo esperado. ¿4ºC en 2060? Viaje a lo impensable” https://ustednoselocree.com/2020/02/20/peor-de-lo-esperado-4-oc-en-2060-viaje-a-lo-impensable/ , y descargad esta imagen del planeta (mapamundi), con la distribución de las temperaturas según territorios (con un excesivo detalle que puede llevar a error), y texto explicativo de las consecuencias https://ustednoselocree.files.wordpress.com/2020/02/4c-metoffice-2009-en-espac3b1ol-1.pdf . Si de por sí no nos llevase a la extinción (lo más probable), lo harían las guerras que provocaría en el “sálvese quien pueda”. ¿Cuándo comprenderemos cuál es la tarea central de nuestro tiempo y su urgencia y nos pondremos “manos a la obra” al nivel que nosotras/os podamos?.

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ÍndicePresentaciónI.- A la generación más preparada de nuestra Historia: ¡Preparaos mejor!II.- Un abanico que no nos salvará del infierno. Del crecimiento sostenido al colapso. III.- Una marcha sobre ascuas. Estrategia y tácticas. Impulso de la tarea política central mundial, mediante la denuncia de todas las consecuencias de la Plusvalía (de la explotación, al cataclismo) y el eslogan-marco internacional “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”. El Gran Relato. Necesidad vital de “pensar globalmente, actuar globalmente”. Para salvarnos necesitamos despertar a los trabajadores/as chinos. No al localismo, antes de que nos mate. IV.- La tarea política central, o la dispersión, la derrota y el cataclismo. V.- Si, por precaución y prevención, apostamos por la tarea política central, saldremos ganando (no digo “con seguridad, venciendo”) incluso en el peor escenario. VI.- Llamamiento mundial a todos/as los que os reclamáis del marxismo o del anarquismoVII.- Ofreciendo el testigo para el relevo. Anexo I: Hace un siglo, la catástrofe en Rusia. Anexo II: Aceleracionismo, o cómo una buena crítica puede acabar en una peligrosa estrategia. Notas y Recursos (autores, colectivos, webs, materiales descargables…) para profundizar.

PRESENTACIÓN

Como has empezado a leer esto, de entrada, te reconozco la valentía, pues se necesita para enfrentarte en serio a un reto intelectual complejo, un asunto político de muy alto nivel y compromiso y, para colmo, emocionalmente muy perturbador, cercano a un proceso de duelo (véase https://es.wikipedia.org/wiki/Modelo_de_K%C3%BCbler-Ross ). Para que no pienses que voy “de sobrada”, con la pretensión de tener el remedio “cura-lo-todo”, te diré que yo, cuanto más me atrevo a mirar al asunto de frente, cuanto más sé, más complicado lo veo, más me asusto. Pero la rendición es lo último y por eso, también estoy muy segura (sin sentimiento de vanidad alguno), de que mi propuesta es de gran importancia teórica y práctica, una gran aportación a lo que será la lucha por salvarnos, en la medida en que eso sea todavía posible. Y lo es, no tanto por méritos propios (no es nada complicado), como porque lo que existe es, por lo general, de una asombrosa mediocridad (incluso aunque en el detalle sea especialmente valioso), y ya se sabe que “en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey”. Lo que planteo ya debiera ser un lugar común desde hace muchos años; que no ocurra así da la medida de nuestro vergonzoso retraso, y si algo no puede permitirse nuestra especie ahora es, llegar tarde.

Por mucho que hayas leído sobre el tema te garantizo que nunca habrás conocido propuestas como las que te haré yo. Te asombrarás de que, después de tantos años, a nadie se le hayan ocurrido antes herramientas tan básicas pero poderosas y cruciales, y cómo, pese a todo lo que se sabe y se dice, el plan de trabajo político, las prioridades en las tareas, sigue anclado en el de décadas atrás, pues no hay una compresión e implementación efectiva de lo que debe ser la TAREA POLÍTICA CENTRAL de nuestro tiempo. Así es la mentalidad rutinaria y la falta de visión, cuando más debía estar superada. Así es el retroceso que hemos sufrido tras décadas de derrotas. Y todo esto, o lo combatimos ya en serio, al detalle, o no remontamos y nos hundimos. Por eso algunas secciones de este texto.

Pero no podré pronunciarme en muchas cuestiones de estrategia y táctica con toda la profundidad y confianza que quisiera, debido a la enorme incertidumbre científica sobre aspectos cruciales del asunto, no sólo en la relativo a cuánto podría aumentar la temperatura media mundial y las consecuencias de que lo haga, tanto sobre la atmósfera como sobre la biodiversidad (aunque ya se sabe o supone mucho), como sobre con cuánta energía y alimentos podremos contar para una sociedad post-capitalista, a cuanta gente podría el planeta mantener de modo sostenible, lo cual es crucial para saber a qué tipo de sociedad podríamos optar. Lo iremos viendo.

Sí, es un documento largo, más con las notas (empiezan en la página 56, terminan en la 91), siendo algunas de ellas prácticamente un artículo, y sobre todo guía de fuentes y materiales para descargar. Pero por tener más probabilidades de salvarnos ¿no vale la pena el esfuerzo por leer esto, cuando durante años seguro que te vienes tragando páginas y páginas de documentos que son incapaces de ofrecerte una salida real, de salvarnos, e incluso de hacer un análisis correcto del asunto, de la situación y de las tareas?. Apelo a tu instinto de supervivencia y a tu sentido de la responsabilidad por la especie y el planeta.

¿Que cuáles son mis títulos? No soy una científica, ni ingeniera, ni especialista titulada en ninguna de las materias técnicas relacionadas con este asunto. Pero soy militante política (revolucionaria, comunista marxista) desde el franquismo y algo he conseguido aprender sobre teoría (política, económica…), estrategia, tácticas, campañas, eslóganes, consignas, eficiencia en el esfuerzo organizativo, tarea central, prioridades, etc., y de siempre procuro estar al tanto (en la medida de lo posible para mí) de los grandes problemas (ecológicos, energéticos, fertilizantes, inteligencia artificial…), y pese a mis grandes limitaciones de entrada, tomo iniciativas importantes que otros, con muchos más recursos, son incapaces (la prueba la tienes en mi textos para Kaos en la red, en que desde el principio investigué por mi cuenta el tratado europeo TSCG, la española ley LOEPSF, el tema de los fosfatos de roca…). Y mi interés no está en aprovechar esto para promocionarme profesionalmente (hace tiempo que estoy jubilada), ni en ganar dinero a cuenta de esto, ni en facilitar que otros (empresarios) lo ganen, ni siquiera en hacer carrera como político (elecciones, etc.). Hay muchos expertos en cuestiones científicas, energéticas, tecnológicas, demográficas…, cuya aportación es fundamental, valiosísima. Pero si algo falta es precisamente lo que encontrarás aquí y, sobre todo, lo que a partir de aquí, tú y muchísimos más, independientemente de vuestra titulación, podréis llevar mucho más lejos en elaboración, concreción y eficiencia, pues no pretendo tener la respuesta para todo (eso es imposible). Otros te llevan, muchas veces, a una carrera supuestamente más fácil, incluso por supuestos “atajos”, pero eligiendo de hecho el peor recorrido, plagado de obstáculos insalvables aunque al comienzo no se perciban. O directamente te invitan a “adaptarte” al cataclismo, sembrando falsas esperanzas de salir indemne de él. Yo te ofrezco un punto de partida que te permitirá correr y correr, saltando obstáculos, hasta la meta, si sabes llevar una carrera inteligentemente (tras escribir esta imagen me he acordado de los video-juegos, como Mario Bros; no está mal que el prota y héroe sea un currela, aunque sus aventuras nada tengan que ver con el mundo del trabajo).

Si bien carezco de todas las competencias científicas y tecnológicas para estar segura de cuáles son los futuros realmente posibles y, de estos, cuál es el mejor, o el más probable, sí creo que sé orientarme bastante bien, sé quiénes merecen crédito, pese a las diferencias entre ellos, pues sé que no me están mintiendo (quizás alguno se autoengañe algo o esté en parte equivocado). Para empezar, me pongo del lado de los científicos que, abrumadoramente, comparten el diagnóstico de que estamos embarcados en un cambio climático provocado por la actividad humana, y no del lado de los negacionistas. Para otras cuestiones, me resulta mucho más difícil saber quién tiene o no razón, sobre todo cuando incluso entre los expertos hay incertidumbre y serias divergencias, como por ejemplo, sobre qué podemos esperar de las tecnologías basadas en las energías renovables (muchísimo, regular, muy poco), aunque cada vez sospecho más que tendremos problemas muy serios pues con las renovables tal vez no podremos sustituir todo lo que conseguimos con las no renovables, y lograr que ese nivel de sustitución sea sostenible en el tiempo.

Así que en tanto no lo tenga (o tengamos) esto bien claro (empezando por la comunidad científica independiente), lo mejor que puedo hacer es adoptar un criterio político que convine la precaución y prevención en lo tecnológico y ecológico, con la audacia en lo político; que pese a la incertidumbre en el conocimiento, nos permita abordar todos los posibles distintos escenarios de la mejor manera, situarnos de partida del mejor modo y conquistar las mejores posiciones sea cual sea el más favorable a nuestro alcance o en el que podamos caer. Es algo parecido a lo que ocurre en una partida de ajedrez: dar los pasos correctos en los primeros movimientos (la llamada apertura) permite ponerte en mejores condiciones para seguir avanzando (aunque de momento no se sepas bien cómo) y ganar, que si cometieses ya desde el inicio errores que te llevarán en pocos pasos a la derrota ante un jugador más avezado. Pero en este asunto, incluso si el peor escenario fuese inevitable, nos situaríamos en la mejor posición política posible; como los gatos, procuraríamos caer de pie, aunque sea bastante más abajo; si inevitablemente fueses a caer al agua desde mucha altura, el impacto y la posibilidades de supervivencia serán muy distintos si lo haces en una posición próxima a la horizontal y boca abajo (“pa haberse matao”), que si penetras el agua como lo haría un atleta de salto de trampolín, vertical y como una navaja. Y es precisamente desde esta posición de FUERZA POLÍTICA es como mejor podremos presionar a científicos, expertos, empresarios, Estados…, para que -en tanto nosotros todavía no seamos lo suficientemente fuertes como para ejercer directamente el poder-, se tomen todas las medidas que incluyo ellos puedan adoptar para no empeorar las cosas.

¿Te parece que me expreso como un “vendedor de feria”? Teniendo en cuenta que, aunque te extrañe, de momento soy la única persona en todo el mundo que mantiene los ejes centrales de lo que aquí leerás, y que soy prácticamente una desconocida, debo publicitarme así desde el comienzo o esperarás encontrar más o menos de lo mismo, y concluirás que no merece la pena el esfuerzo por leer tanto. A la burguesía hoy, a diferencia de otros tiempos, le interesa fomentar la libertad de expresión (más bien, facilidad de expresión), a cuenta de las redes sociales, etc. ¡Entrega un megáfono a todos/as los ignorantes vocacionales, tontos, narcisistas listillos y troles del mundo, y provocarán tanto ruido que apenas se oirá a los inteligentes y sabios, que ni siquiera podrán quejarse de que se les censure! (de paso, una vez más agradezco a Kaos en la red, el altavoz que, tan generosamente, me ofrecen desde hace años). Así que me toca “gritar” aunque violente mi temperamento (me resultaría más fácil decir lo que pienso en una página, esperando que todos los lectores/as seáis capaces de daros cuenta cabal y atar todos los cabos). ¿Prefieres un texto que te resulte difícil de entender pues eso sería indicativo de profundidad y veracidad? La verdad, al menos lo fundamental de ella, cuando se trata además de una cuestión social y existencial, debe poder explicarse de forma muy sencilla, sobre todo si queremos que llegue a cientos de miles, miles de millones de personas, para que luchen por salvarse; la oscuridad sirve para impresionarte (“si me cuesta entenderlo será ¡porque es muy profundo!”), e introducir de “contrabando” lo que no te conviene, “venderte mercancía averiada” o “darte gato por libre”.

Por otra parte, teniendo en cuenta que vienen fracasando todas las estrategias de ecologistas e izquierdas, y que muchas de las que se siguen proponiendo serán un fracaso (como el Green New Deal –GND-) ¿no vale la pena atender a quien pretende aportar algo nuevo que nos puede ayudar y que además no tiene una pretensión sectaria, sino unificadora de buena parte del movimiento y capaz de ir atrayendo a muchísima más gente, millones de personas, según se difunda su propuesta y empeore la situación, y con una actitud, no a la defensiva ni derrotista, sino ofensiva y ganadora?

Mi capacitación no da para ofrecer soluciones tecnológicas, propuestas demográficas, alimentarias etc. Incluso si todo eso existiese, para mí y muchas/os, es una evidencia que nunca serán sostenibles si se pretende con ello continuar con el capitalismo que persigue el crecimiento sin fin, en un planeta finito. Por tanto, el principal obstáculo para la sostenibilidad es el capitalismo mismo. Pero también habrá medidas útiles para cuya implementación existen unos obstáculos sociales, políticos, culturales. Así que mi propuesta es ante todo política, sobre qué hacer y cómo, para barrer con esos obstáculos, cuanto antes. Y vale para todo el planeta, es más, necesita que se aplique en todo el planeta (aunque en unas partes se tome la iniciativa e implante más rápido que en otros), empezando por unos criterios muy claros, incluso sencillos, como iréis viendo.

Te diré que he tardado mucho tiempo en redactarlo pues, pese a su aire a veces un tanto desenfadado, me lo he tomado muy en serio, ya que soy muy consciente de lo que está en juego, de lo que me juego, pues si esto fracasa, y no surge, por mi parte o de otros, algo mejor, en muy poco tiempo y que consiga el apoyo de mucha, muchísima gente, ya no apuesto un euro por un futuro para la Humanidad que me resulte deseable. Así de claro.

En realidad yo no tendría por qué estar haciendo esto si otra mucha gente, con más formación de todo tipo y además organizada, pudiendo repartirse las tareas y con más medios de expresión, estuviese menos dispersa y más centrada “en lo que hay que estar” y se atreviese a “coger el toro por los cuernos”.

Este texto tenía inicialmente muy pocas páginas. Pero visto el resultado y teniendo en cuenta la trascendencia de lo que está en juego, entendí que, sin quererlo, me estaba saboteando a mí misma, pues me arriesgaba demasiado a que no se comprendiese bien la importancia de lo que planteo, dando por supuesto que cada uno/a sería capaz de captar bien las conexiones y sacar las conclusiones que se deducen de él, cuando eso seguramente supone para muchos romper con “esquemas mentales” muy arraigados que hacen lecturas sesgadas de los textos y sobre todo buscan la confirmación de lo que ya se cree, o peor incluso, les invita a rechazar sin razón lo que se les ofrece. Lamentablemente, la experiencia me ha demostrado hasta la alucinación, hasta lo exasperante que, incluso entre marxistas y supuestos revolucionarios con importante formación teórica y práctica en la lucha, demasiadas veces se es incapaz de “sumar dos más dos”, descubrir la conexión real que hay entre varios puntos en el espacio social y político, para trazar la línea que saque a la luz la imagen implícita, darse cuenta del potencial e implicaciones que para nosotros tienen algunos hechos, por poco importantes que inicialmente parezcan, y ser capaces de sacarle partido a eso. Lo sé bien porque también me suele pasar a mí, y me digo “¡cómo no me he dado cuenta de esto antes!, ¿estás tonta?”. Por eso, y para facilitar la atención (demasiado habituada hoy a la lectura de textos breves ¿habría podido escribir Marx El Capital en estos tiempos?) y sostenerla en el ordenador o el móvil (yo prefiero el papel), sobre lo más importante, uso tanto los subrayados, negritas y mayúsculas; también alguna vez, seguro, para compensar la dificultad para expresarme con la claridad y contundencia que desearía transmitiros.

Como este texto no lo edito en formato pdf, algunas de las que pudieran ser notas a pie de página, irán indicadas como la que ya habéis visto de la palabra cataclismo (un número entre paréntesis), y figurarán al final de la sección. Las demás notas, algunas muy extensas, entre paréntesis con el texto “NOTA numero”, se encontrarán terminadas todas las secciones y anexos del documento. En éstas últimas, puede haber también subnotas y se indicarán como las del primer tipo. Como es habitual en mí, el uso de expresiones coloquiales, lo pondré entre comillas, para poner sobre aviso a quien desee traducir el texto a otros idiomas.

I.- A la GENERACIÓN MÁS PREPARADA de nuestra Historia: ¡PREPARAOS MEJOR!

La crisis por la pandemia de la covid-19 no cambiará el mundo a mejor pero, al menos, nos permite atisbar el tipo de daños y sufrimientos (sobre todo para los más pobres) que, en muchos más campos de la existencia y con dimensiones muchísimo mayores, traería el cataclismo al que nos aboca este sistema social, y nos llama a ponernos en guardia.

El miedo a futuras pandemias de consecuencias tanto o más terribles que ésta, se añade a los miedos que ya teníamos y tendremos.

Hasta ahora teníamos miedo sobre todo a la precariedad en el trabajo, a no poder emanciparnos hasta pasados muchos años, ni trazar con seguridad un plan de vida, a las crisis económicas del capitalismo, a que sus Estados burgueses aumentasen su carácter represivo adoptando la modalidad del fascismo o dictaduras militares, a que se lanzasen a guerras imperialistas y, para colmo, las pretendiesen justificar con supuestos fines “democráticos” o hasta “humanitarios”. Todo esto, en su mayor parte, escapaba al control de los trabajadores/as. Pero ahora, a todo eso y pudiendo agravarlo exponencialmente, se añade el miedo a la escasez y agotamiento de recursos naturales de primera importancia con los que venía contando la Humanidad y, por si esto fuera poco, al cambio climático que podría desembocar en una retroalimentación positiva (1) desbocada, cambios de estado sin retorno posible (vuelcos), desatándose sobre nosotros con más furia que la divina de las supuestas diez plagas de Egipto (Biblia, libro del Éxodo, 7 a 12), y similar al mítico diluvio universal (Biblia, libro del Génesis, 6 a 9), con su correspondiente elevación del nivel del mar. En suma, un cataclismo global que podría conducirnos al “día del fin del mundo”, nuestra extinción. Creíamos dominar la Tierra y cuanto más la apretábamos, como el agua en un puño, más se nos escapaba de las manos.

Según los estudios de los científicos y expertos, aunque no haya todavía entre ellos unanimidad, es posible y con muchas probabilidades, el mayor desastre imaginable: nos vamos al aumento de 2°C o incluso más (3,4°C ) de temperatura media mundial, el parón definitivo a los combustibles fósiles y/o su agotamiento, el de otros minerales importantes y la transición energética a las renovables, que sólo nos permite obtener un 30 o 40% de la energía que actualmente consumimos. Nos vamos al colapso de la civilización, pero antes, en el trayecto de descenso, nos enzarzamos en guerras de unos contra otros “por la supervivencia”, y entre el efecto de las armas nucleares, el calentamiento medio mundial, los genocidios, hambrunas, pandemias, acabamos como los dinosaurios, peor, porque no nos sucederán nuestras “aves”. No sabemos con total seguridad cuáles de esos científicos y expertos tienen razón y, por si acaso, no sea que la tengan los más “pesimistas” (o quizás realistas), mejor que no lleguemos a averiguarlo nunca. Se imponen, por tanto, los criterios de la precaución y la prevención.

No podemos abordar este reto con mentalidades similares a la de algunos de los primeros movilizados en la Primera Guerra Mundial (celebrando la posibilidad de correr una aventura para hombres, medir su valor y volver en poco tiempo a casa, triunfantes, sin apenas sacrificios) o de la Segunda Guerra Mundial (hacer grande a nuestro país, aunque sea a costa de otros, etc.), sino como un reto para la especie, en el que se juega su existencia. Pero tampoco luchamos, unidos como especie y protegiendo la Tierra, contra una invasión alienígena pues, para “nuestro” planeta, nosotros somos ahora los alienígenas agresores, aunque unos muchísimo más responsables que otros. No nos enfrentamos a las consecuencias de un terremoto, incendio, huracán, inundación, ni de una pandemia, pues no es un problema puntual, sino permanente que, durante mucho tiempo, tensará al límite los recursos materiales, sociales, intelectuales y emocionales de la Humanidad, con el peligro de que lo hagamos mal y de que las consecuencias duren cientos, miles, millones de años, para siempre. Nuestro paso por la Tierra no pasaría desapercibido para algún buen analista, pues aunque desapareciesen en el polvo las ruinas de nuestras construcciones, dejaríamos una huella muy superior a las de las pisadas de los dinosaurios y sus esqueletos, aunque la inconsciencia de las bestias sería mejor considerada que nuestra “inteligencia”. Será la “prueba del algodón” para nuestra especie, el examen definitivo. Para ganar necesitamos una mentalidad apropiada que no es totalmente nueva, pues ya tiene sus precedentes ante la barbarie de la Primera Guerra Mundial, como iremos viendo.

Cuando surge un imprevisto y está en peligro tu supervivencia, eso lo cambia todo (planes inmediatos, etc.), y tendrá la prioridad absoluta, pues si no sobrevives, nada de lo demás que pudieras hacer contaría ya. Si lo que se nos puede echar encima es un cataclismo, el sentido común nos dice que nuestra tarea central es la de evitarlo, si se puede. Tarea central quiere decir que casi todo dependerá de esto, que casi todo deberá girar sobre esto, que tiene la prioridad sobre cualquier otra tarea que hasta esta situación nos hayamos fijado. Es algo muy similar a lo que ocurre en un país cuando está implicado en una guerra total que determina el uso de los recursos y moviliza a toda la población, en el frente o en la retaguardia. Los debates políticos, los medios de comunicación, los proyectos personales, las conversaciones…, todo gira en torno a eso, sobre todo. Sin embargo, no ocurre nada ni remotamente parecido con el riesgo planetario que ahora tenemos. Es como si pudiese impactar contra la Tierra un asteroide gigante que nos llevase a la extinción (como el que acabó con los dinosaurios y gran parte de la vida) y siguiésemos centrados en nuestras rutinas de siempre, salvo que en este caso, el “asteroide” lo habríamos generado nosotros. Aunque todavía a mucha distancia (pues contamos con la solución de la vacuna), lo más parecido que estamos viviendo en los países ricos es la “normalidad” durante la pandemia de la covid-19 (crisis económica, restricciones extraordinarias en la vida diaria…). Y cuando necesitamos una mentalidad comunitaria (no totalitaria) para asegurar la supervivencia del mayor número de personas, de las futuras generaciones y de la especie, se siguen imponiendo los intereses de clase egoístas y reaccionarios, los nacionalismos, los particular-centrismos, el individualismo e incluso el narcisismo.

Así como la covid-19 está en el centro de la actualidad informativa por sus consecuencias sanitarias, económicas, en las rutinas diarias, y por la movilización científica y farmacéutica para encontrar vacunas para combatirla, el asunto aquí tratado, una emergencia de dimensiones incomparablemente mayores y consecuencias con una duración tal vez “eterna”, debiera ser también el centro de la atención permanente mundial (la tarea política central), no sólo un año o dos como la covid-19, sino durante varias décadas. Abrumador, agobiante, pero sin esta movilización será imposible que nos salvemos.

Carlos de Castro Carranza (volveré a él) se refiere a todo esto como la “tri-pinza”: energía-clima-biodiversidad. No está mal, pero creo que ese símil se olvida de lo fundamental, esto es, del capitalismo y sus Estados, con sus contradicciones de siempre, que generan crisis económicas y guerras, y ahora, todo esto. Así que más bien, aunque tampoco sea del todo completo, tendríamos el “cuadrilátero”: capiEstado –energía-clima-biodiversidad; con sus cuatro esquinas, que veo distribuidas de esta forma: abajo a la derecha, tenemos la esquina de capiEstado, que conecta directamente, por cada lado, con las esquinas de las crisis de la energía y del clima, y estas dos, con la crisis de la biodiversidad (vegetal y animal). Representa además, más o menos, la relación causal (causa-efecto), pero también facilita la idea de la retroalimentación. Y digo “cuadrilátero” porque en él, como en un ring de boxeo, se desarrollará “el combate del siglo”. Más adelante expondré quienes serán los “púgiles”. Dependiendo de quién gane, así será la suerte de la Humanidad y de muchísimas otras especies.

No pasaré a detallar el riesgo de cataclismo pues más o menos ya lo sabes, tienes muchas fuentes para informarte (te aporto más e importantes en las Notas) y, sobre todo en cuestión de detalle, puede que lo sepas hasta mejor que yo. Pero el detalle, aunque puede ser muy importante y hasta trascendental, puede hacernos perder la visión general, como cuando nos centramos en unos árboles sin ver ni entender las dinámicas del ecosistema de todo el bosque.

Entonces ¿qué puedo ofrecerte que no sea más de lo mismo? Pues algo que sin duda será nuevo, muy relevante, y que puede dar un empujón trascendental a la lucha por evitar ese cataclismo, al menos éste es mi interés, sinceramente convencida, y sin nada de vanidad, movida sólo por el deseo de contribuir a nuestra salvación, la de mi descendencia y la de las personas queridas, o cuando menos, de la especie.

Las generaciones jóvenes de un país como España, pese a vuestros muchos y graves problemas (precariedad en el trabajo, desempleo, tardía emancipación del hogar de los padres, emigración, un mundo cada vez más amenazado…), tenéis una gran ventaja sobre las que os precedieron: no sois analfabetas, no os habéis tenido que poner a trabajar con catorce años e incluso menos, estáis acostumbradas a leer y estudiar materias complejas en la enseñanza profesional y en la universitaria, tenéis un acceso a la información relevante (internet, libros…) como ninguna otra generación antes la tuvo pues hubo de informarse y formarse con publicaciones y métodos muchas veces ilegales, clandestinos. ¡Hasta os defendéis con el inglés!. Aprovechad esta capacidad y medios para abordar en serio este problema, estudiadlo bien a fondo en sus aspectos teóricos y prácticos. ¡No caigáis en la trampa del pensamiento superficial y del activismo sin brújula, ni hoja de ruta fundamentada!, no os precipitéis, pues el poco tiempo que nos queda lo desaprovecharéis; para hacerlo bien seguid la norma de ¡“ve despacio que tengo prisa”!, lo importante es llegar, o estaréis tan condenados como si fueseis unos analfabetos manipulados por demagogos.

Pero esto no debe entenderse como un consejo para posponer la elaboración de una estrategia hasta el momento de tener bien claros todos los asuntos, en particular los científico-técnicos, pues entonces seguro que sería demasiado tarde (la ciencia sabe muy bien sobre todo “a toro pasado”, después de recibida la cornada; salvando las enormes distancias, parecido a los economistas burgueses ante las crisis del capital). Ya sabemos lo fundamental, y las cuestiones secundarias, por importantes que sean, no deben paralizarnos hasta que esté bien aclaradas; más vale arriesgarse a cometer algún error y luego rectificarlo (el proceso de lucha ayudará a la clarificación) que no actuar esperando a la certeza y, en tanto, perder un tiempo precioso. Apliquemos los criterios de precaución (lo probable) y prevención (lo seguro), y elaboremos una estrategia que, pese a las incertidumbres, nos permita avanzar lo máximo posible, que a la vez nos dé un margen de maniobra importante ante los cambios tanto en el conocimiento como en las circunstancias, y que “nos cubra las espaldas”. Eso es lo que aquí procuro ofrecerte.

Para conseguir un remedio eficaz para un súper-problema muy complejo, hace falta un buen diagnóstico. Aunque algunos de las más graves dificultades a las que nos enfrentamos son inéditas para la Humanidad y se debe conseguir un conocimiento casi desde cero, no todas lo son; y no lo son precisamente el origen social de las mismas y los obstáculos para resolverlas. Atacando sólo los síntomas, no conseguiremos acabar con las causas que los generan. No debemos centrarnos en podar o cortar tales o cuales ramas del viejo árbol, cuando el problema es el árbol mismo que debemos arrancar de raíz pues nos impide el paso y amenaza con caernos encima. El capitalismo y sus Estados -el marco en el que se dan estos problemas, pero también su origen y obstáculo para solventarlos-, no son de ahora, sino que ya duran casi dos siglos. A ellos se han enfrentado los trabajadores/as y sectores populares de todo el mundo, casi en permanencia, y radicalmente en muchas ocasiones; por tanto, de esas lecciones debemos aprender si queremos abordar correctamente el problema del capitalismo, sus Estados y los nuevos quebraderos de cabeza que nos causan.

Hemos llegado a esta situación por dinámicas ciegas, intereses creados, inercias y no pensar bien las consecuencias a medio y largo plazo de nuestros actos. No nos salvaremos cayendo en algo parecido, el activismo, la agitación indignada y furiosa, de aquí para allá, como “pollos sin cabeza”. Sin acción no hay solución, pero sin teoría correcta no hay práctica correcta, y sin ésta, la acción está condenada finalmente al fracaso, e incluso a dar como resultado consecuencias no deseadas, acabando por ser contraproducente. Concretando, hay mucho que aprender de la crítica a la “política folk” que hacen Alex Williams y Nick Srnicek (véase en el “Anexo II: Aceleracionismo”, el acceso al fragmento de su libro).

Así como dos siglos de sindicalismo y reformismo político (enfrentándose a los efectos), no han podido acabar con el capitalismo ni evitar su deriva al cataclismo, ni siquiera los fascismos y las guerras mundiales, coloniales y neocoloniales, ahora corremos el gran riesgo de que enfoquemos la lucha sobre todo a los efectos y a las causas superficiales, pero no a la de fondo y, por tanto, tampoco podamos evitar sus consecuencias catastróficas.

El llamado “pragmatismo”, “sentido práctico”, ha llevado a importantes organizaciones ecologistas y contra el cambio climático, a intentar la “cuadratura del círculo” buscando conciliar esa lucha con los intereses empresariales y de los Estados. La consecuencia ha sido la subordinación de hecho a la lógica del capitalismo y sus Estados, y el principal resultado, que nos den “gato por liebre” y una gigantesca pérdida de tiempo. En tanto, la situación empora, nos acercamos cada vez más al abismo y el tiempo corre en nuestra contra (NOTA 1).

La mayoría del movimiento juvenil contra el cataclismo ya está aprendiendo que no se puede confiar en quienes nos dirigen actualmente: la élite política y económica. Pero si los jóvenes de la clase trabajadora y sectores populares no quieren convertirse en los “peones” y “tontos útiles” de los intereses y maniobras de determinados sectores empresariales del capital (“verde” o ¡nuclear!), contra otros (fosilistas), y de sus aparatos de Estado (partidos “conservador”, “progre”), o del imperialismo de unos Estados (más “verdes” o ¡nucleares!) contra otros (más fosilistas), les queda por aprender lo más difícil, comprometido y arriesgado: que no se puede confiar en el capitalismo (ni liberal, ni neoliberal, ni neokeynesiano, ni capitalismo “verde”, ni Capitalismo de Estado “socialista”…), ni en ninguno de sus Estados (burgueses), ni en la democracia burguesa (claro está, menos aun en los fascismos, dictaduras en nombre de “lo eco”, eco-fascismos…), pues esos son la verdadera causa principal y obstáculo, que nos llevan al cataclismo.

Deberán estar muy vigilantes para no caer en las múltiples trampas, algunas muy sofisticadas (manipulando astutamente sus necesidades, emociones y razonamientos), que se les tenderán, en nombre de la ecología, de “salvar el planeta”, de la emergencia, la urgencia, del tiempo que se nos acaba ya, de que si no hacemos lo que nos proponen ahora, nos extinguimos en un plis plas, la inevitabilidad… Por ejemplo, que el Estado burgués se endeude y dé importantes ayudas a las empresas para la “transición ecológica”, pero que no les aumente los impuestos a los burgueses, de modo que el pago y la reducción de la deuda pública, sea a costa de aumentar los impuestos al consumo de bienes básicos de los trabajadores/as y sectores populares, y recortes salvajes en los “gastos” sociales, como la sanidad, dependencia, educación, pensiones, etc.; la subvención a unas empresas “limpias” para que puedan bajar el precio y ser más competitivas, a costa del aumento de impuestos a otras “sucias” pero repercutido en el precio de productos de consumo de primera necesidad (dejando en evidencia la falsedad de “quien contamina paga”, y culpabilizando por sus “malas decisiones” a los consumidores que no pueden acceder a otra cosa), de modo que seamos nosotros (una vez más), a través de los impuestos, quienes financiemos las subvenciones al capitalismo “verde” y su “transición”. Con el pretexto de la lucha contra el insostenible consumismo, la transición energética, etc., practicar el austericidio de la clase trabajadora y sectores populares, por reducción de rentas, aumento del desempleo (por la conversión a “lo eco” y la automatización), en tanto la clase capitalista – burguesía – preserva sus privilegios, permanece la dinámica capitalista explotadora de los humanos y agotadora de la Naturaleza, y los Estados se rearman. Pues ni siquiera tenemos la garantía de que el aumento de impuestos vaya destinado a la transición energética y no al rearme represivo y militar del Estado. Por si esto fuera poco, el incremento de los conflictos inter-imperialistas, primero comerciales, luego militares, por recursos imprescindibles, para el capital fosilista (petróleo, gas natural…) pero también para el “verde” (metales estratégicos y escasos, recursos alimentarios, petróleo y gas natural para las tareas del periodo de transición, etc.).

Por eso, incluso los aparentemente más radicales, como los de Rebelión o Extinción ( https://xrbarcelona.org/es/verdad/quienes-somos/#post-inner , internacionalmente Extinction Rebellion –abreviado, XR) están muy confundidos (en el mejor de los casos, creyendo en su honestidad), pues no tienen un diagnóstico de la raíz capitalista del problema, confían en las leyes del Estado burgués para resolverlo, y en la democracia bajo el paraguas del Estado burgués (NOTA 2). Hay otras maneras de conducir toda esa preocupación, de orientar la lucha, mil veces más efectiva a largo plazo, aunque arrancar cueste algo más, pues ir al fondo de los asuntos exige más esfuerzo que quedarse en la superficie de las cosas. Para llegar más lejos, no podemos plantearnos correr una maratón como si fuese un esprinte.

Mi visión del mundo y de las soluciones, se opone de raíz a esta civilización capitalista y sus valores, pues nos han traído hasta el borde del precipicio. Parte de un interés por contribuir a la autoliberación de los trabajadores/as y con ellos de toda la Humanidad. Y viene orientada por el marxismo, eso sí, un tanto heterodoxo (la prueba más clara, en mi revisión, de izquierdas, de la teoría, de Marx, de la plusvalía, origen último del beneficio, y de la deriva al cataclismo NOTA 3), marxismo que rechaza la experiencia de los regímenes de los llamados “países socialistas” por tratarse fundamentalmente de Capitalismo de Estado (asunto en el que no me extenderé por no ser el objeto de este documento y porque ya lo he tratado en otros).

Te plantearé mi propuesta, un método para afrontar el cataclismo, con una guía documental. Para conocerla a fondo te recomiendo las Notas, y en ellas un montón de materiales, propios (remitiendo a su vez a más materiales relevantes de otros/as) y de autores/as importantes. Comprobarás que alguna de las notas podría convertirse en artículos independientes, pero he preferido dejarlo así para que de inmediato accedáis a más asuntos. Pudiera haberme extendido mucho más, pero llevo mucho tiempo con esto, en algún punto hay que poner el punto final, me parece que el documento cumple sobradamente con su propósito, y lo importante es que vosotros/as también arranquéis con esto y cuanto antes.

(1.- Retroalimentación: Antes se decía realimentación, y es, simplificando, cuando el efecto influye sobre la causa. Si la aumenta, se llama positiva –aunque en realidad pueda ser muy mala, como la que interviene en el calentamiento medio mundial-lo que a su vez incrementará el efecto y … Si disminuye la causa, se llama negativa, lo que reducirá el efecto y...- como cuando tenemos mucho calor, sudamos, el sudor refresca la piel, disminuye la temperatura corporal, sudamos, pero menos… -. Un caso claro de retroalimentación positiva es la acumulación de capital, o sea, parte del beneficio (efecto) se invierte como capital (causa), aumentándolo, dando lugar a más beneficios que… Parecido, pero no igual, al círculo vicioso o virtuoso, donde además, ya hay una valoración. Para saber más https://www.diferenciador.com/retroalimentacion-positiva-y-negativa/ .

II.- Un ABANICO que NO nos SALVARÁ del INFIERNO. Del crecimiento sostenido al colapso

Imaginad que tenemos un abanico y que, al desplegarlo, vemos que está dividido por zonas bajo este nombre: crecimiento sostenido, crecimiento sostenible, Green New Deal, economía circular, aceleracionismo, decrecimiento, colapso del capitalismo, colapso de la civilización industrial.

Por ahora, brevemente. Ya sabemos de sobra que el “crecimiento sostenido” nos llevará al cataclismo más absoluto. En cuanto al “crecimiento sostenible” es poco más que un eufemismo para el primero, o el cuento del “capitalismo verde” del Green New Deal (lo iremos viendo a lo largo del texto), y otro tanto puede decirse de la ideal “economía circular” (hoy sobre todo un eslogan para ilusionarnos, como en su día el “crecimiento sostenible”) que en todo caso sería más bien en espiral pues todo no es reciclable e indefinidamente y no se puede impedir la entropía termodinámica. En cuanto al aceleracionismo, le dedico el Anexo II. Con respecto al decrecimiento, o es el declive del colapso, o es una contradicción en los términos con el capitalismo con el que sin embargo no termina de romper. Y en cuanto al colapso del capitalismo y de la civilización industrial, sus riesgos son inmensos y en el mejor de los casos nos llevan a un enorme retroceso civilizatorio. Mi opinión es que, fábulas aparte, cualquiera de ellos puede ir de la mano del cataclismo.

En cuanto a las propuestas de los decrecentistas, las he comentado muchas veces y podría decirlo ahora con mis propias palabras, pero prefiero citar a Daniel Tanuro para así invitaros a leer otro libro suyo excepcional. Dice Daniel Tanuro, refiriéndose a los partidarios del “estado estacionario”, algo que sirve también para la corriente dominante en el decrecentismo:

“condenar vagamente el crecimiento sin denunciar el mecanismo preciso de la acumulación [capitalista…] que no cuestionaría la explotación del trabajo y que bastaría para convencer a los poseedores y poseedoras de que se lleva a cabo. […] Este error es típico de quienes sólo ven la crisis ecológica a través de las gafas del crecimiento – o del consumo-, sin tener en cuenta la acumulación del capital que está detrás y que se basa en la extracción de plusvalía a través del trabajo no pagado.” Los corchetes y el subrayado son míos (páginas 113 y 116 del epígrafe “Ecología y economía estacionaria” y el epígrafe “¿Qué se acumula cuando se acumula capital?” del capítulo “4. El error de la ecología política” del libro “¡Demasiado tarde para ser pesimistas! (La catástrofe ecológica y los medios para detenerla)” (Sylone y Viento Sur, Barcelona, 2020, 159 páginas) https://vientosur.info/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas-2/ — http://www.sylone.org/ecosocialismo-c102x3862845 . Un artículo del autor, con el mismo título https://rebelion.org/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas/

El desarrollo del capitalismo, sus características industriales, las elecciones tecnológicas (optando por unas, dejando a otras por el camino, no invirtiendo en la investigación de alternativas…) vienen determinados, no tanto por las posibilidades existentes (combustibles fósiles muy baratos y eficientes) como por las relaciones sociales de producción capitalistas (con dos clases sociales fundamentales: clase capitalista o burguesía, y trabajadores/as asalariados o clase trabajadora o proletariado), que optan por lo que, en cada momento, favorece el monopolio de los medios de producción y el control sobre los trabajadores/as por parte de la burguesía, la extracción y apropiación de plusvalía (trabajo nunca pagado), su realización en el mercado en forma de beneficio, y su acumulación como nuevo capital (invertido en materias primas, maquinaria, etc. adicionales, no sólo la reposición de la anterior), descuidando sus consecuencias inmediatas y a largo plazo, para los trabajadores/as (dentro y fuera del centro de trabajo), la Humanidad y la vida en el planeta. Siempre ha sido así y con un capitalismo “verde” tampoco será diferente, por mucho que nos quieran “vender la eco-moto”.

El mejor horizonte realista al que podría aspirar el capitalismo, pero que aun así es muy difícil que lo consiga y más probable que suceda algo todavía peor, es el siguiente. La burguesía, no sin luchas internas, llevaría adelante un importante proceso de reestructuración del capital (reforzando lo “verde”, reduciendo lo fósil y lo que de él depende), pero no podría sustituir plenamente la energía fósil por la renovable, por lo que no lograría los pasados niveles de desarrollo y crecimiento (no basta con tener una buena maquinaria que funcione con electricidad, debe tener el suministro suficiente), y en tanto, con sus resistencias al cambio y esfuerzos por mantener el crecimiento con las renovables, sobrepasaría los límites “aceptables” (relativamente seguros) del calentamiento medio mundial, pronto se enfrentaría a un peligrosísimo futuro a cuenta de la agricultura (a consecuencia de la alteración del clima, falta de insumos y fertilizantes dependientes del petróleo y del gas natural), se agudizaría la competencia y la lucha por todo tipo de recursos (energía, minerales, tierras fértiles, agua potable, alimentos…) y mercados solventes para vender sus mercancías (trabajadores/as más empobrecidos con menor capacidad de consumo). La tasa de ganancia disminuiría por el incremento de los costes de inversión (sobre todo en los medios de producción), sin contrapartida en una mayor productividad y masa de mercancías producida y vendida, por lo que se desaceleraría la capacidad de acumulación del capital (beneficios invertidos), disminuyendo el incentivo para la inversión, aumentando así el riesgo de crisis económica (desinversión, despidos, paro…). Todo ese conjunto de causas interactuando, elevarían, a niveles máximos, las tensiones entre los Estados, incluso entre sus regiones, desembocando en guerras. Y de todo esto, a resultas de la pinza entre una Naturaleza desequilibrada y hostil, y un capitalismo sometido a las máximas tensiones y agudizadas todas sus contradicciones innatas, con la situación manejada por una burguesía cegada por sus intereses de clase y sus militares enloquecidos y armados como jamás lo han estado (“convencional”, nuclear, químico, bacteriológico, ciber-guerra…), el cataclismo final sería prácticamente inevitable. Con el capitalismo nos espera un futuro radiante ¡pero de radiactividad!.

Esta proyección no es una mera especulación, tiene su base en los resultados del proyecto MEDEAS. Aunque no puedo detenerme en esto, todo tipo de reflexiones y proyecciones los encontraréis en los documentos a los que os remito en las notas (NOTA 4).

Por lo que voy leyendo, mi impresión es que se va imponiendo el criterio de que el futuro con las renovables no será ni como decían cuando nos querían vender las centrales nucleares (“las renovables no tienen futuro”), ni como nos lo han ido pintando durante tanto tiempo, de que sería una transición suave, casi como cambiar de un traje viejo a uno nuevo que daría el mismo servicio, mejor y por tiempo indefinido; más bien se parecerá a tener que abandonar una ropa de invierno por una de primavera o verano, pero ¡sin pasar de estación!. El problema no está tanto en producir electricidad (España ahora la exporta), sino en conseguir que lo que ahora funciona en base al petróleo, gas natural, carbón y uranio, lo haga en base a la electricidad e igual de bien, y entonces suministrar toda la electricidad que necesiten con fuentes adicional de producción eléctrica, ser capaces de mantener eso durante mucho tiempo (del siglo en adelante y más allá), mejorar el nivel de vida de millones de personas en todo el mundo, alimentarnos a todas/os, y todo ello sin agravar el cambio climático y reduciendo la huella ecológica (ya está en más de un planeta y medio, y subiendo), y además preservando el capitalismo y sus desigualdades sociales, lo que se parece mucho a la cuadratura del círculo.

La actual producción eléctrica se consigue también porque, aunque sea de forma indirecta, depende de una sociedad industrial muy avanzada que se sostiene gracias al petróleo, el carbón, el gas natural… Si estos recursos fósiles no se pudiesen sustituir debidamente pues ni siquiera sería posible conseguir una producción eléctrica adicional suficiente debido a los bajos rendimiento de la energía fotovoltaica y eólica, también estaría en riesgo la sostenibilidad de nivel anterior de producción eléctrica. Con el tiempo, todo podría acabar derrumbándose como un castillo de naipes, haciendo imposible una sociedad tan compleja (división técnica del trabajo, diversidad de ramas productivas, educación general y de alto nivel, sanidad universal y de alta calidad…) como la actual y a la que aspiraríamos, que precisa de una provisión de energía no humana elevadísima (véase en el libro de Antonio Turiel “Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) vamos a solucionarla”, los capítulos 10 a 13; referencias de libro en la Nota 6). Los proyectos ecologistas más optimistas parece que pecan de haber sido diseñados por gente ligada al capitalismo “verde”, interesada en “vendernos la moto” pues ahí tienen el negocio (mientras les dure).

Para colmo, incluso el IPCC o GIEC (1), en vez de ir al fondo del asunto y atacarlo de raíz (¡cuidado, eso atenta a los beneficios del capital y a la existencia misma del capitalismo!), según Daniel Tanuro, en su proyección de cuatro escenarios, incluye el uso masivo de la energía nuclear de fisión (la hoy existente en las centrales nucleares, no la que se está estudiando, de fusión). En tres de los cuatro escenarios, incluye las tecnologías CAC (captura y almacenamiento de carbono, https://es.wikipedia.org/wiki/Captura_y_almacenamiento_de_carbono — https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/2020/08/captura-carbono.pdf — un informe técnico de 2005 del IPCC https://archive.ipcc.ch/pdf/special-reports/srccs/srccs_spm_ts_sp.pdf ), de dudosa eficacia y peligrosa tentación, y otro tanto puede decirse de las BECCS (bioenergía con captura y almacenamiento de carbono https://es.wikipedia.org/wiki/Bioenerg%C3%ADa_con_captura_y_almacenamiento_de_carbono ).

Los acuerdos de la COP21 (París, 2015) son peligrosos porque ya se conforman con conseguir menos de 2°C (ya ni siquiera el límite máximo de 1,5°C), y para colmo establece la reducción del dióxido de carbono en términos netos, de modo que se puede seguir emitiendo siempre que se compense o neutralice con tecnología CAC y BECCS, lo que en la práctica supone un enorme riesgo de que se emita (para eso basta seguir como hasta ahora) pero no se compense, pues es más un deseo que una realidad tecnológica que implicaría además enormes inversiones y gasto de recursos escasos (salvando las distancias me recuerda a la historia del teólogo San Agustín y el niño-ángel que en la playa recogía agua del mar con la pretensión de vaciarlo arrojándola a un hoyo en la arena, para darle al teólogo una lección de humildad intelectual en cuanto al misterio de la santísima Trinidad que no conseguía descifrar “no le entraba en la cabeza”). El resultado que algunos prevén: “aunque todos los planes se cumplieran estrictamente, el incremento de temperatura se situaría entre 2,7°C y 3,7°C” (Antonio Serrano Rodríguez, en la página 270 del libro “La gran encrucijada”, referencias en la Nota 6). ¡Una barbaridad; de cabeza, al cataclismo!. Estos son los escenarios a los que podría llevarnos el capitalismo “verde”.

¡Y menos mal que, por ahora, el IPCC no incluye la geoingeniería, que no pretende retirar carbono de la atmósfera (como las anteriores), sino reducir la radiación solar que entra en la atmósfera, para enfriarla!. Es muy probable que los “pirómanos-bomberos” del capitalismo, incapaces de ir a la raíz del problema pues atenta a sus beneficios, sobre todo cuando no consigan mantenerse en los límites ni del 1,5 ni de los 2°C, pretendan “resolverlo” en base “paliar” con la geoingeniería, para la que cuenta con la complicidad de muchos ingenieros (los nuevos científicos locos, peor que los de las nucleares), y que supone “jugar con fuego”, hacer de “aprendiz de brujo” y provocar una catástrofe todavía mayor, como la chifladura de “gestión de la radiación solar” a base de inyectar, en capas altas de la atmósfera, aerosoles de sulfato, cuyas consecuencias secundarias y finales serían terribles.

Por eso me parece muy interesante la reivindicación que plantea Daniel Tanuro, y cito “Ejemplo de plataforma irrecuperable [por la burguesía y el capitalismo verde]: “un plan para mantenerse por debajo de 1,5°C de calentamiento, sin desbordamiento temporal y salvando la biodiversidad, sin tecnologías peligrosas, sin energía nuclear, sin compensación de carbono [el resto me parece más bien “brindis al sol” y literatura buenista]”. Véase para todo esto: “Capital fósil” de Andreas Malm páginas 606 y siguientes, Daniel Tanuro “¡Demasiado tarde para ser pesimistas!” páginas 37-53, 71-75, 153.

Hubo un tiempo en que preocupó el agotamiento del petróleo convencional pues no había a mano un sustituto a su medida; pero resulta que aunque hubiese mucho petróleo, no debemos seguir usándolo por el cambio climático; sin embargo, sigue existiendo el problema de con qué sustituirlo plenamente, y de lograrlo, que sea de modo sostenible y sin contribuir al calentamiento.

Si seguimos usando el petróleo, el carbón y el gas natural, primero nos encontraremos con que aumentan la temperatura media mundial (el gas natural en mucha menor medida que el petróleo, salvo que libere metano), y después, con que se nos acaban y andamos escasos de fuentes de energía y otros recursos muy importantes. Con el capitalismo, si continua, muy mal asunto; si se detiene, sin una alternativa que lo supere, también. Con ellos, mal, sin ellos, también; “vivir contigo me mata, pero no sé vivir sin ti”, “guatemala o guatepeor”, “de la sartén al fuego”.

Las energías renovables inspiran muchos proyectos, pero alguno muy ambicioso y que había generado grandes expectativas en Europa, como fue el de Desertec (captar energía solar en el norte desierto del Sáhara para llevarla a Europa y Oriente Próximo), con la implicación de grandes empresas de varios países (ya le presté atención hace unos años), no tardó en venirse abajo, por razones de estabilidad política en la zona y financieras, pues no les resultaba lo suficientemente rentable a los inversores. Eso también podría ocurrirle a otros proyectos, con lo que la transición energética se retrasaría (véase el libro de Andreas Malm “Capital fósil”, página 591 y siguientes).

Por otra parte, las tecnologías renovables previsibles (la hidroeléctrica también está entre las renovables, aunque no sea nueva y tenga poco recorrido expansivo en los países ricos), salvo extraordinaria sorpresa, según el experto Antonio Turiel sólo nos aportarían, incluso aprovechándolas muy bien, “entre el 30 y 40% de toda la energía que se consume hoy en día” (entrevistado por Salvador López Arnal para la revista ·”El Viejo Topo”, número 396, enero 2021). No sé si tiene razón, pero es tan grave lo que dice, que conviene tenerlo en cuenta y exigir las investigaciones científicas más serias sobre el particular, financiadas públicamente para evitar (dentro de lo posible) el sesgo favorable a las empresas que fabrican esa tecnología, e impulsar un debate científico-técnico al más alto nivel (ésta es una reivindicación política que debiera estar en un primer puesto si se comprendiese cuál es hoy la tarea política central).

El tipo de anti-capitalismo que propondré no es una vía más entre otras que podamos ir ensayando: es la alternativa. Primero, porque no estamos ya para muchos experimentos pues no contamos ni con medio siglo, a lo sumo, treinta años, quizás veinte, o menos, para acertar de pleno o fracasar estrepitosamente, pues el problema no admitirá “medias tintas”. Segundo, porque el NO-anticapitalismo ya ha tenido tiempo de sobra para ser experimentado (40 años desde 1980; más del que nos queda a nosotros), sus resultados están aquí, a la vista: ha demostrado su fracaso, y todo apunta a que seguirá haciéndolo, tanto desde el lado de los capitalistas y sus Estados, como desde los ecologistas no anticapitalistas que han venido intentando resolver el problema conciliando con el capital.

Así como una bicicleta se cae si se detiene, el capitalismo necesita seguir pedaleando, acumulando plusvalía, es su ciclo vital. Si el capitalismo se para, tenemos una crisis económica con todo su desastre social y probablemente una guerra; si prosigue, nos lleva al cataclismo. El capitalismo puede pararse si se encuentra con un límite insuperable (como la falta de energía, minerales…), pero no nos interesa detenerlo a costa de una catástrofe social (como un vehículo que choca contra un muro se para en seco, sí, pero matando a los pasajeros), si no en base a cortarle el suministro de plusvalía, lo cual supone su desmantelamiento como relación social de producción, para sustituirla por otra que establezca como objetivo la satisfacción de las necesidades humanas en el mayor equilibrio posible (lo de “armonía” ya me parece más difícil, incluso de definir, para una especie como la nuestra) con la Naturaleza (no como una planta o un animal, pero tampoco en una guerra permanente como la que venimos sosteniendo) y no el beneficio mercantil monetario que acaba sacrificando a los seres humanos y la Naturaleza, lo cual sólo es posible mediante una planificación democrática de la economía en manos de los trabajadores/as (no de la burguesía).

El colapso del capitalismo debe evitarse, al menos su entrada en un estadio avanzado (NOTA 5), por una revolución mundial eco-socialista-comunista, por muy imposible que ahora nos parezca (también lo parecía en Rusia durante de la Primera Guerra Mundial imperialista). El colapso nos empujaría, en la lucha por la supervivencia de cada capital “caníbal” (término usado por el fallecido economista marxista Jorge Beinstein; un juego de suma cero, donde el crecimiento de unos ya sólo pueda darse a costa de otros), seguramente a una dinámica mundial de austericidio salvaje para las masas trabajadoras (en tanto la élite de la burguesía procuraría mantener al máximo sus privilegios), de autoritarismo extremo, neo-fascismos (surgimiento de hitler´s) dictaduras militares, enfrentamientos militares entre Estados por el petróleo, gas natural, minerales estratégicos, agua dulce, alimentos que, lo más probable, terminarían en nuestra autodestrucción y la contaminación radiactiva del planeta (guerra nuclear, catástrofes en las centrales de energía nuclear). Algo muy parecido ocurriría con el colapso de la civilización industrial si no fuese capitalista (socialismo bloqueado por la crisis energética y climática) que, si no termina también como en el anterior caso y en los genocidios, en el mejor de los escenarios nos haría retroceder en el grado de civilización y en el modo de producción (pudiera parecerse al feudalismo o al esclavismo) nuevamente con clases sociales (alguna explotadora y otras explotadas y dominadas) y el Estado al servicio de la clase dominante; y más en concreto, en cuanto a las mujeres, lo más seguro es que supusiese una vuelta al patriarcado más feroz, dada la división social del trabajo (la mujer en casa cuidado de los hijos/as, además de otras tareas en el campo…) (NOTA 6).

Por tanto, el abanico al que me refería al inicio, no nos servirá para aliviarnos del infierno, ni completo por fases, ni recurriendo sólo al uso de alguna sección. En cuanto al infierno, es mucho más que una metáfora, es un riesgo bien real, aunque no queramos creerlo (nota 1 de la Introducción y NOTA 7).

Si el capitalismo consiguiese conservar el tiempo suficiente un nivel tecnológico como el más alto hasta ahora logrado, otra vertiente de la amenaza que supone para la Humanidad sería la del desarrollo las neurotecnologías y el peligro de la emergencia de una Inteligencia General Artificial (IGA) hostil a nuestra especie; no es broma ni ciencia ficción (NOTA 8).

La cita de Daniel Tanuro sobre el decrecimiento y la plusvalía, nos da pistas para un diagnóstico correcto y lo que es esencial para lograr una salida a esta situación, que paso a abordar.

(1.- Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por el acrónimo en inglés IPCC –Intergovernmental Panel on Climate Change-, https://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_Intergubernamental_de_Expertos_sobre_el_Cambio_Clim%C3%A1tico ; aunque parece que debiera llamarse GIECC con dos C es GIEC, y también se traduce por Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima, lo digo por cómo lo llama el belga Daniel Tanuro; un lío, por eso yo prefiero denominarlo siempre IPCC, como en su web oficial https://archive.ipcc.ch/home_languages_main_spanish.shtml con acceso también a publicaciones , https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/ y https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/ipcc-en-espanol-publications/

III.- Una MARCHA SOBRE ASCUAS. Estrategia y tácticas. Impulso de la TAREA POLÍTICA CENTRAL MUNDIAL, mediante la denuncia de todas las consecuencias de la PLUSVALÍA (de la explotación, al cataclismo) y el eslogan-marco internacional “HORIZONTE 2050, superando el capitalismo o condenados”. Necesidad vital de “pensar globalmente, actuar globalmente”. Para salvarnos necesitamos despertar a los trabajadores/as chinos. No al localismo, antes de que nos mate

Ya conocéis el caso, muy común en la fiesta de las hogueras en la noche de San Juan, de la “alfombra” de ascuas de madera que se pueden recorrer caminando sobre ellas, con los pies desnudos, pero con decisión y a paso ligero, con el riesgo, si nos detenemos, de quemaduras en los pies, y caer encima de las brasas, para quemarnos más si no nos apartamos bien rápido.

Algo así es lo deberemos hacer si queremos salvarnos del cataclismo. “Poner toda la carne en el asador” y marchar lo más rápido que podamos. Pero debemos tener bien en cuenta de dónde partimos, a dónde queremos llegar y cómo desenvolvernos durante la marcha.

Si estamos en el Antropoceno y ante el riesgo de una catástrofe como nunca ha conocido nuestra especie tras la prehistoria, no es simplemente por la actividad humana, sino sobre todo por esa actividad en la forma de capitalismo y su Estado burgués. Por eso, al menos términos de propaganda (en el sentido de propagar al máximo un conocimiento relacionado con la política, no en el peyorativo de falsificación y manipulación) y agitación (animando a la lucha), no digo en estrictos términos de ciencia geológica, más merecería denominarse Capitaloceno (véase este importante artículo de divulgación científica https://www.izquierdadiario.es/Crisis-del-sistema-Tierra-segunda-revolucion-copernicana-y-Antropoceno ; también https://vientosur.info/un-primer-mapa-de-la-cuestion/ ). El crecimiento económico se debe al proceso de reproducción ampliada (no se limita a reproducir el mismo capital inicial, o reproducción simple), en base a la acumulación del capital (en forma de medios de producción crecientes y también trabajo humano), impulsada por la competencia entre capitales, mediante la inversión del beneficio obtenido gracias a la plusvalía extraída con la explotación del trabajo asalariado, en la parte nunca pagada del mismo y apropiada por la burguesía.

Esto es lo que determina la existencia, pese a los esfuerzos en sentido contrario, de las empresas, métodos de producción, y productos que suponen un peligro medioambiental; lo que impide que un capitalismo “verde” pueda salvarnos del cataclismo, de una desigualdad social mayor y de la injusticia climática.

La burguesía no tiene derecho a presentar ahora al capitalismo como la solución a este riesgo, cuando resulta que durante décadas (desde los años 80s) ha sido incapaz de tomar las medidas, que ya se sabía que eran necesarias, en su cuantía y ritmo, y nos ha traído hasta esta situación límite, y además sus propuestas reincidirán en mucha de las causas que han provocado todo este mega-desastre.

Evitar el cataclismo que nos amenaza significa superar el capitalismo y esto sólo es posible eliminando la producción de plusvalía y su apropiación por el capital. Así que lo primero es ir a la raíz de todo el problema, comprender la naturaleza de la plusvalía (ver Nota 3).

ES TOTALMENTE INSUFICIENTE DENUNCIAR el CAPITALISMO en TÉRMINOS GENÉRICOS, o SIMPLEMENTE USAR la PALABRA. Eso sigue facilitando a los demagogos falsamente “anti-capitalistas”, a los que están por un capitalismo “diferente”, “ecologista”, “con rostro humano”, etc. No estamos para generalidades, ambigüedades, ni pamplinas. Hay que denunciar expresamente la plusvalíaEs IMPRESCINDIBLE ESTABLECER CLARAMENTE la RELACIÓN de la PLUSVALÍA con la EXPLOTACIÓN del TRABAJO, el DOMINIO POLÍTICO (ESTATAL) de la BURGUESÍA, las GUERRAS imperialistas, la ACUMULACIÓN del CAPITAL GRACIAS a la PLUSVALÍA, A COSTA de los TRABAJADORES/AS, la DEGRADACIÓN de la NATURALEZA y la AMENAZA de EXTINCIÓN para NUESTRA ESPECIE y muchísimas otrasEs IMPRESCINDIBLE la DENUNCIA de la PLUSVALÍA pues supone IR A LA RAÍZ y así APELAR DIRECTAMENTE a los TRABAJADORES/AS para que TOMEN EN SUS MANOS todo el ASUNTO, para que se conviertan en la FUERZA SOCIAL REVOLUCIONARIA capaz de acabar con el capitalismo y sus Estados y evitar la deriva al cataclismo, pues la clase trabajadora es la que alimenta, con su trabajo, con su plusvalía, toda la MEGA-MÁQUINA que nos arrastra al abismo.

Menos usar el término “capitalismo”, que deja la puerta abierta a explicaciones penosas (los economistas burgueses también hablan de capitalismo y hacen su apología ocultando de qué se alimenta) y soluciones “anticapitalistas” que no lo superan, y más el de “imperio de la plusvalía”, para que acabe sonando casi como sinónimo de “imperio del mal”. Desde hace mucho tiempo también propuse muchas veces usar el término “Salarismo” en lugar de capitalismo, para dirigir la atención directamente hacia el sistema asalariado del trabajo y su explotación, y no desviarla hacia el dinero, la propiedad privada, el mercado… (mejor si Marx hubiese utilizado un término así o el de plusvalismo, y titulando así su obra El Capital; habría sido mucho más rompedor, ayudando mucho más en la propaganda y la agitación).

La economía y la sociedad basadas en la plusvalía sólo pueden ser superadas acabando con el sistema asalariado del trabajo y el monopolio, de hecho, de los medios de producción por una clase capitalista (sea en forma privada o colectiva como el Capitalismo de Estado). Y esto supone imponer primero el poder político de los trabajadores/as, desmontando el Estado burgués, y pasar de seguido a proceder a la transformación de las relaciones sociales de producción, superando las capitalistas (el sistema asalariado del trabajo), y transformar la economía en un sentido ecológico, con la planificación democrática eco-socialista, ya perfectamente posible (NOTA 9). Esto, para ser real y eficiente, sobre todo en las actuales y futuras circunstancias del problema de acceso a recursos y sumideros (huella ecológica, véase por ejemplo https://www.facua.org/es/guia.php?Id=105 con archivo pdf a descargar; ídem del Gobierno de España https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/exposiciones-del-ceneam/exposiciones-itinerantes/huellaentera_tcm30-163963.pdf , otro https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/documentos/huella_tcm30-172158.pdf ; metodología 2008 http://www.conama9.conama.org/conama9/download/files/CTs/987984792_NL%F3pez.pdf ), no puede limitarse a una escala local, regional, nacional, ni estatal, ni siquiera continental, pues debe extenderse a todo el mundo actualmente capitalista. Esta necesidad de planificación a escala mundial, es reconocida para la transición a las energías renovables y una nueva producción y consumo hasta por quienes ni siquiera son marxistas, comunistas, pues no se puede dejar en manos de mercado con la intervención del Estado burgués (véase, por ejemplo, Antonio Turiel, 21-8-2017 https://www.15-15-15.org/webzine/2017/08/21/el-camino-imposible-hacia-la-transicion-renovable/ ; véase también en el libro de Andreas Malm “Capital fósil. El auge del vapor y las raíces del calentamiento global”, Capitán Swing, 2020, Madrid, 622 páginas, de la 590 en adelante).

Sin una asunción de la teoría de la plusvalía (siquiera básica), por sectores amplios de la clase trabajadora, es imposible generar una motivación anticapitalista suficiente y además rápida como para desbancar a tiempo a la burguesía del poder y, menos aun, elaborar una política económica que nos permita superar el capitalismo y sus Estados y evitar el cataclismo. Comprender la plusvalía ayuda a entender que, existiendo el capitalismo como modo de producción dominante, el Estado no puede sino estar fundamentalmente al servicio del mismo, pues la clase económica y socialmente dominante, la que tiene “la sartén por el mango”, es la burguesía. De ahí la prioridad para la difusión de esta teoría, cuya versión revisada por mí, la hace mucho más fácilmente entendible y asumible por la clase trabajadora y sectores populares avanzados, facilitando así nuestra tarea en la carrera contra el tiempo.

Podéis buscar todo lo que queráis, pero os resultará muy difícil encontrar webs o blogs supuestamente dedicados a la defensa de los intereses de los trabajadores/as (sindicatos, partidos, organizaciones y grupos varios) que difundan la teoría de la plusvalía. Durante el tramo final del franquismo la conocían más trabajadores/as que hoy, tanto en términos absolutos como relativos; de esto no me cabe duda, tanto por las tiradas de las ediciones legales (muy económicas y accesibles en librerías progres) como porque era lo primero que aprendías en contacto con organizaciones comunistas (las que realmente luchaban, junto con anarquistas, aparte trabajadores/as y estudiantes) . ¿Cómo nos va a ir bien con tanta ignorancia de lo más elemental? ¡Y precisamente ahora, cuando más la necesitamos!. No es lo mismo el saber intuitivo sobre la explotación, que una argumentación rigurosa, apoyada por toda la tradición histórica de un movimiento en lucha.

El capitalismo a escala mundial, globalizado, financiarizado, endeudado, resulta extremadamente complejo, difícil de comprender en todo su funcionamiento, incluso para quienes lo estudian a fondo. No podemos esperar que millones de personas lo entiendan, pues escapa a lo que pueden aprender por sus sentidos. Sin embargo, la teoría de la plusvalía (más con su revisión por mí, mucho más fácil de entender) permite comprender la clave, la raíz del problema, y la cadena que lleva, en la búsqueda de la plusvalía-beneficio, hasta la contaminación medio-ambiental, el cambio climático, las guerras por mercados y beneficios, el cataclismo. La plusvalía es algo permanente, sea cual sea el modelo de acumulación del capital (liberal, keynesiano, ordoliberal, neoliberal, capitalismo “verde”…). Además, conecta fácilmente con la experiencia que se vive (el sueldo que se gana, la ganancia para el capitalista).

La teoría de la plusvalía y de cuáles son sus consecuencias (sociales, políticas, militares, ecológicas, hasta el cataclismo), aporta algo muy importante para una gente desconcertada, desorientada, angustiada, en busca de sentido y salvación: un RELATO explicativo de las causas y las consecuencias, que ofrece una alternativa, y que pueden compartir los trabajadores/as y sectores populares. La teoría de la plusvalía nos permite desarrollar, desde la raíz misma, una NARRATIVA de la historia de este sistema social, desde su nacimiento, crecimiento, crisis, guerras, y degradación hasta convertirse en una amenaza para la vida en el planeta. Así como existen las historias bíblicas, las distintas mitología, las historias nacionales con sus héroes, opresores, luchas de liberación, etc., a partir de la pregunta que todos se irán haciendo “¿Cómo coño hemos llegado aquí? ¿Cómo es que nos hemos metido en este lío mortal?”, hay que plantear esta narrativa, la historia social de la plusvalía, de cómo la plusvalía condicionó totalmente nuestra vida y nos lleva a la muerte que, de modo muy simplificado, casi como una broma, parodiando a la publicidad de series de cine en televisión, la expreso más adelante en la frase eslogan “De los creadores de series de impacto mundial como “Crisis”, “Iª Guerra Mundial”, “IIª Guerra Mundial”, “Guerra Fría”, “Calentamiento global”…, llega, más terrorífica si cabe, “Cataclismo, el futuro del capitalismo”. Próximamente en tu vida (si no lo impides)”. Las ideologías religiosas, los nacionalismos, los fascismos, el nazismo, todos tenían y tienen su GRAN RELATO, su explicación de de dónde venimos, a dónde vamos, fuese el plan de salvación de Dios (a los judíos, a los cristianos), la grandeza de la patria y su imperio, la lucha de la raza por su supervivencia y supremacía contra la conspiración de las razas inferiores y de la judería mundial, etc. No sólo explican, sino que orientan y aportan sentido, al individuo y su colectividad. Nosotras/os, a partir de la teoría de la plusvalía (revisada por mí, más explicativa y más fácil de comprender), debemos levantar también esa explicación, ese relato, esa narrativa. Entre nuestros teóricos y divulgadores tenemos talento suficiente para desarrollar esto.

Esto evitará la vía de la “comprensión” y “simplificación” del mundo a base de teorías conspiranoicas, sobre el poder de una minoría (el 1% o el 10%; o las tonterías del movimiento ultraderechista QAnon o similares que seguro surgirán), que sirve para todo tipo de demagogias y desviar la lucha (recordemos el discurso nazi sobre el judaísmo mundial y su doble conspiración, plutócrata financiera y a la vez marxista socialista y bolchevique ¡!). Permite comprender la raíz de aquello que es necesario superar, no sólo el neoliberalismo, o la financiarización, o la propiedad privada de los medios de producción capitalistas (para caer en el Capitalismo de Estado). Cuando se reforzarán las tendencias irracionales, de buscar “cabezas de turco”, hacer “pagar el pato” a los inocentes, etc., será crucial que, empezando por la clase trabajadora, hayamos hecho comprender las verdaderas raíces del problema, que ni siquiera están en limitarnos a culpar a la burguesía y su Estado, o en culpabilizarnos los trabajadores/as por nuestro “consumismo”, etc., sino en unas relaciones sociales de producción que tienen su motor y combustible, su corazón y su sangre, en la acumulación de la plusvalía. ¡No hay mejor vacuna para los discursos conspiranoicos, populistas, nacionalistas, fascistas, racistas…! En esto, nunca se insistirá demasiado. Cualquier marxista que me lea no podrá sino darme la razón y sin embargo ¡lo que cuesta asumirlo de veras y aprovecharlo a tope!

La narrativa de la plusvalía volverá a poner a la clase trabajadora en el centro, y hacer que el descontento de sectores populares se oriente contra el capitalismo, de modo que evitarnos la trampa populista de izquierda (véase más en el Anexo II) y la demagogia de la ultraderecha populista y fascista.

La difusión de la teoría de la plusvalía ya no estará orientada, como en el pasado, sólo a la denuncia de la explotación, para la “expropiación de los expropiadores” (la burguesía), sino como el único remedio radicalmente efectivo para detener y desmantelar el tren que nos lleva al abismo como especie, al atacar de raíz el proceso de acumulación de capitaly poder pasar a la planificación socialista democrática. Por tanto, no debe reducirse a un “tema laboral”, sino que debe ser asumido por los ecologistas si quieren ser realmente consecuentes y solucionar el problema. La asunción de la teoría de la plusvalía entre los trabajadores/as empezará por impulsar sus luchas reivindicativas laborales, pero pronto pasará a servir al cuestionamiento de todo el sistema y sus Estados ante el riesgo de cataclismo y extinción de la especie.

Sin asumir la teoría de la plusvalía y todas sus consecuencias (de la explotación del trabajo y la dominación política, el crecimiento económico como exigencia del proceso de acumulación del capital, al desastre medioambiental, el colapso, las guerras, el cataclismo), será mucho más difícil impedir que el capitalismo “verde” nos “venda la moto” con sus supuestas “soluciones” tecnológicas.

Sin asumir en los países occidentales la teoría de la plusvalía y todas sus consecuencias, será muy improbable influenciar con nuestro ejemplo allí donde se da la principal concentración mundial de la clase trabajadora industrial, que ya no está en Europa occidental, ni en los EEUU, sino en China y otros países asiáticos, como la India. Si esa clase trabajadora no despierta, no se podrá “echar el freno” al capitalismo. Por eso, cuando llevemos nuestra política aquí, debemos hacerlo con la mayor proyección internacional: la teoría de la plusvalía es esencialmente igual para todos los trabajadores/as de todo el mundo, y el “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”, es global también. Si el gigante asiático despertó para la economía capitalista mundial y ahora es determinante para llevarnos al cataclismo (no faltarán burgueses que aprovechen la circunstancia para culpar a los chinos –si de paso se les hace la guerra, mejor- y librar de responsabilidad a la burguesía mundial y su trayectoria hasta hoy), también lo será para evitarlo, si despierta su enorme clase trabajadora, irradiando como un tsunami a toda Asia y de vuelta a Europa. Pero donde existe una mayor tradición marxista revolucionaria y anarquista no es en Asia, sino en Europa. China, con el régimen del estalinista PCCh (protector del capitalismo imperialista chino), es un mal lugar para que resurja la teoría marxista de la plusvalía: su recuperación por los chinos debe provenir de que irradie desde aquí (véase sobre estas cuestiones mi texto “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” enlace en la Nota 5).

Ignorar esta cuestión es una muestra más de lo erróneo que es plantear una estrategia en términos de lo regional, la ciudad, el pueblo…, como hacen sobre todo los que consideran que ya es inevitable el colapso, incluso aunque tuviesen razón, pues así no se librarán de todo el peso que todavía pudiera tener la burguesía y sus Estados, conservando todavía un enorme arsenal militar. La única manera correcta es la de atender un problema como lo que es, de dimensión planetaria, por tanto, con un planteamiento de extensión, confluencia y unificación de las luchas, a la mayor escala territorial y social posiblesinternacional e internacionalista, cooperando mundialmente, y no como espontáneamente podría enfocarse con la mentalidad de un campesino pequeño propietario, más o menos autosuficiente, en un pueblecito rural de la España vaciada. La línea correcta no es “pensemos globalmente, actuemos localmente”, sino “pensemos globalmente, actuemos localmente de modo que la lucha se extienda espacialmente lo máximo posible (Estados, continentes, el mundo), con la mayor proyección política internacionalista (unificación de las luchas, solidaridad, objetivos comunes…), y se eleve en su contenido y objetivos. ”.

Para que termine de entenderse por qué no podemos apostar por el localismo, ni siquiera el “estatalismo” europeo u occidental: si la “fábrica del mundo”, esto es, China, Corea del Sur, el Sudeste Asiático, la India…, no despiertan ¡démonos por muertos!. Nuestra suerte depende de China, y que la clase trabajadora china despierte, depende inicialmente de nosotros. Ésta es una razón poderosa más de por qué, de momento, mi orientación es la única capaz de abordar la verdadera dimensión del reto en cuanto a su escala (global), y a la necesidad de modificar la correlación de fuerzas entre las clases sociales (capitalista y trabajadores/as ante todo) a escala mundial, cuando además el eslabón principal de la cadena ya no está en Europa, ni en América, sino en Asia. Nuestro éxito no depende de “construir la sociedad ecológica en una aldea” (parodia del eslogan estalinista de “construir el socialismo en un solo país”), sino de que la clase trabajadora china, “eche el freno” y a eso debemos ayudar desde aquí con una orientación mundial e internacionalista; esa es nuestra principal tarea local, que no localista.

Lo dicho en este punto es clave para “romper los esquemas” tan implantados en los ecologistas, marxistas y anarquistas actuales. Hace falta esta ruptura mental para poder dar el giro radical que necesitamos y poder asumir la tarea política central que exige nuestro tiempo. Me permito pedirte que vuelvas a leer lo anterior hasta que te des bien cuenta de que el enfoque es radicalmente diferente al imperante hasta hoy en nuestras prácticas. Para un marxista revolucionario no debe ser difícil asumirlo. Recordad lo que se decía con respecto a la revolución rusa de 1917 y la revolución mundial, de que Rusia era sólo el inicio y necesitaba irradiar su espíritu revolucionario a la Europa más avanzada, en particular a Alemania, o fracasaría; de hecho, no conseguirlo, aparte otros factores, llevó a la imposición del Capitalismo de Estado en la URSS de la mano del estalinismo, y a la contrarrevolución nazi en Alemania, y de ahí a la II Guerra Mundial, y todo lo demás, hasta donde nos hallamos. Ahora, nosotros venimos a ser “Rusia”, y China es “Alemania”; sin ellos, estamos condenados.

Sin asumir la teoría de la plusvalía y todas sus consecuencias (de la explotación del trabajo y la dominación política, al desastre medioambiental, el colapso, el cataclismo), el avance hacia los límites internos (producción y realización de la plusvalía cuestionadas por la robótica) y externos (huella ecológica) del capitalismo, generará crisis económicas, sociales y políticas, pero ante la falta de una crítica hasta la raíz del capitalismo y sus Estados, de señalar claramente a la clase responsables (la burguesía), y de una alternativa revolucionaria contra ellos, la frustración, la angustia, el miedo, la rabia, etc., serán manipuladas y aprovechadas por movimientos de corte neofascista al servicio precisamente de los causantes de nuestros problemas, volviéndolas así contra nosotros (empezando por buscar algún “chivo expiatorio”), no contra los verdaderos culpables (la burguesía y sus servidores) y las causas de fondo (el capitalismo, el imperio de la plusvalía, el beneficio); y será así en nuestro país y en otros a los que pretenderán exprimir y hasta hacer desaparecer sus habitantes de la faz de la Tierra (genocidio), imponiendo los valores más brutales e inhumanos (como, por ejemplo, los nazis). Una pequeña presentación del tipo de cosas, todavía muchísimo peores, que ocurrirán, lo hemos tenido el miércoles 6-1-2021 con el asalto al Capitolio de los EEUU (donde en el Congreso se iba a ratificar a Joe Biden como ganador legítimo de las elecciones) por la masa de ultraderechistas, matones (algunos armados), instigados a ello poco antes en un mitin por ¡el Presidente de los EEUU! Donald Trump, por no admitir su derrota electoral y mentir desvergonzadamente sobre la existencia de fraude y robo de su victoria; con resultado de cinco muertos (entre ellos un policía, pese a la comparativa escasísima represión contra los asaltantes, cuando contra otros pacíficos se despliegan medios enormes y brutalidad); una muestra más de cómo, desde las más altas instancias del Estado burgués “democrático”, se puede alentar el fascismo y el golpismo (no sólo en otros países, como viene siendo habitual para los EEUU), de cómo aflorarán las peores personas (en los puestos más elevados del Estado), los psicópatas, gente despiadada, la basura política (véase mi texto-guía sobre el tema «“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos», con enlace en la Nota 10).

Estas serán las consecuencias prácticas trágicas de una ausencia teórica. Para impedir o frenar eso, no podemos confiar sólo en la fuerza de la racionalidadempatía, simpatía y humanidad, tanto por las horribles lecciones de la historia (y de la actualidad), como por sus limitaciones evidenciadas incluso con la pandemia de la covid-19 cuando, pese a tantísimo exceso de muertes (las estadísticas comparadas lo demuestran: sólo en España, un exceso de más de 73.000 en 2020 según el Instituto Nacional de Estadística; traduzcámoslas en víctimas por estrellamiento de aviones de pasajeros, o por la muerte de todos los habitantes de alguna ciudad pequeña o pueblo importante con esa población, y nos horrorizaremos; en todo el mundo, más de 1.800.000 fallecidos https://www.worldometers.info/coronavirus/ ), seguimos viendo, no sólo entre gobernantes y empresarios, sino entre la gente común, tanto negacionismo, picaresca, irresponsabilidad o negligencia, y mucha gente parece más preocupada por cuántas pueden reunirse en el interior o la terraza de un establecimiento de hostelería (acabando por descuidar, seguro, las medidas de seguridad), que por la muerte de tantos, el sufrimiento de tantísimos, el sacrificio permanente (con agotamiento y muchas defunciones) del personal sanitario (muy feminizado), o las graves consecuencias económicas para muchísimos más.

Sin asumir la teoría de la plusvalía y todas sus consecuencias, incluso en el supuesto de que ya fuese inevitable el colapso hasta de cualquier civilización industrial (aunque fuese socialista), lo estaríamos abordando muy mal. Por lo siguiente.

Primero, porque si llegásemos a ese punto, no sería porque fuese inevitable desde que tomamos la senda industrial, sino porque, pudiendo, no se han tomado las medidas preventivas a tiempo. Ya en 1972 con el Club de Roma (integrado por capitalistas), en el informe de los expertos titulado “Los límites del crecimiento” (1972) se advertía que, de no tomar toda una serie de medidas, iríamos al colapso (¡y eso que todavía no se contemplaba un calentamiento medio mundial!), y esto es lo fundamental (romper con el mito del crecimiento infinito en un planeta finito), por encima de todas las críticas justificadas que puedan hacérsele al informe. Y para 1979, ya se sabía casi todo lo que hoy sabemos sobre el cambio climático (léase el libro “Perdiendo la Tierra. La década que podríamos haber detenido el cambio climático Nathaniel Rich, editorial Capitán Swing 2020, Madrid, 191 páginas). Por tanto, desde comienzos de la década de los 80s del siglo pasado se podían haber adoptado muchísimas medidas para evitar el rumbo cataclísmico. Pero la burguesía mundial prefirió, con el neoliberalismo y la globalización, lanzarse al negacionismo y el “escepticismo”, a engañar y confundir a la gente, y a socavar a tope la fuerza de la clase trabajadora que, cuando menos, podría haberla empujado en esa dirección, o mejor aún, derrocado. De ese modo, la burguesía sólo consiguió una prórroga para su civilización, a costa de agravar todavía más el mega-problema y llevarnos al borde del precipicio, si es que no estamos cayendo ya por él, todavía inconscientes de ello sobre todo en los países ricos. Véase https://es.wikipedia.org/wiki/Los_l%C3%ADmites_del_crecimiento ; https://kaosenlared.net/los-l-mites-del-crecimiento-ayer-y-hoy/ ; el libro https://kupdf.net/download/los-l-iacute-mites-del-crecimiento_58deaa76dc0d60e06d8970ed_pdf ; libro posterior, 1991, “Más allá de los límites del crecimiento” https://doku.pub/documents/donella-dennis-meadows-1991-mas-alla-de-los-limites-del-crecimiento-3nl247gm6m08 ; Emilio Santiago Muiño https://enfantsperdidos.com/2017/01/22/cuatro-decadas-perdidas/

La transición energética sería más factible si pudiésemos destinar a ella, sin problemas, importantes recursos de combustible fósil y minerales, porque todavía no estuviésemos en zona de extremo peligro por el cambio climático, ni de agotamiento de esos recursos. Pero como no ha habido el suficiente interés previsor, la necesidad de transición llega en el peor momento, por lo que varias crisis confluyen, en un tiempo muy próximo, en una tormenta perfecta.

El problema viene de más lejos, de cuando tras la Segunda Guerra Mundial se dio lo que se ha dado en llamar la Gran Aceleración (gráficos extremadamente reveladores en la página 56 del libro de Jorge Riechmann “¿Vivir como buenos huérfanos?”; https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-104576/2.%20Antropoceno,%20gran%20aceleraci%C3%B3n%20y%20perspectivas%20de%20colapso%20ecosocial.%20Jorge%20Riechmann.pdf ), disparándose el crecimiento económico, gracias en particular al poder energético y otras aplicaciones del petróleo (continuando con el consumo creciente del carbón), conduciéndonos al final de “los 30 gloriosos” a la situación advertida en la década de los 70s (límite de recursos y sumideros, calentamiento medio mundial). Y esto ocurrió porque el capitalismo decadente iniciado con la Primera Guerra Mundial consiguió sobrevivir, también pese a una Segunda Guerra Mundial, en lugar de ser sustituido por una economía socialista mundial democráticamente planificada que sí que se habría interesado por las previsiones del futuro, pues su mira estaría en el progreso sostenible de la Humanidad, no de la acumulación de la plusvalía-beneficio.

La burguesía, cuando le ha interesado, bien que ha sido capaz, a través de su Estado, de tensar al máximo a las naciones, movilizar todos los recursos materiales y humanos en la economía de guerra y en la matanza. ¡Así nos cuida!. Pero cuando la Humanidad se juega su futuro, su existencia, antes de dar un paso, consulta la cuenta de resultados, si le produce más beneficio la inversión en petróleo y en la industria asociada directamente a él, que en renovables (empezando por invertir en investigación), y las posibilidades de crecimiento, y con ello retrasa durante muchos años la transición energética y de todo el sistema productivo, en tanto que en la atmósfera aumenta la concentración de dióxido de carbono (1992, 355 ppm; 2013, 400 ppm; 2019, 410 ppm; septiembre de 2020, 411,29 ppm) y despilfarra recursos. ¡Así vela por nosotros!. Y ahora, los pirómanos-bomberos, nos piden otra prórroga con un Green New Deal (GND), que lo más probable no conseguirá aportar la energía que hoy se consume, despilfarrará recursos tan necesarios para el futuro. Pero la burguesía también cuenta con analistas (algunos trabajando para organismos como el Pentágono norteamericano) que les cuentan básicamente la verdad que, sin embargo, se preocupan muy mucho porque nosotros no sepamos, pero para darles el tipo de “soluciones” en las que son expertas instituciones como esa.

Segundo, porque sin esta orientación anticapitalista, sin la denuncia de la plusvalía como origen de toda la cadena que nos lleva al cataclismo, los capitalistas y sus servidores, seguirán echando la culpa a “la actividad humana” (¡como si unos no dominasen a otros y decidiesen por ellos!) o a la “civilización industrial” (¡como si no fuese determinante su naturaleza de clase, capitalista, y no hubiese habido opción a otra civilización industrial muy diferente, socialista –que no Capitalista de Estado-!), al “consumismo” (¡como si ellos no decidiesen lo que se produce o no según les dé más o menos beneficios, no lo promoviesen practicando la obsolescencia programada, la percibida y las modas, “comiéndonos el coco” a base de la publicidad omnipresente, invitando a endeudarse para comprar esto y lo otro, el “aparentar para ser”, el “tanto tienes, tanto vales”, etc.). La verdad es que vienen siendo ante todo los intereses burgueses y de sus Estados los que no han querido enfrentarse a la dinámica capitalista que ellos cabalgan, de la que son los principales beneficiarios, y a la cual protegen contra quienes la cuestionamos, incluso con la represión más brutal. Sólo un caso. Al año de publicarse “Los límites del crecimiento”, el 11-9-1973 (el 11-S tapado por el de los EEUU), los muy “democráticos” EEUU promovían y apoyaban, en Chile, el golpe de Estado militar del general Pinochet (con su programa económico neoliberal), contra el gobierno legal de la Unidad Popular, de Salvador Allende, aplastando y aterrorizando al movimiento obrero y popular, e impulsaba las dictaduras militares terroristas en el Cono Sur de Latino-América. A nosotros sí nos toca una parte de responsabilidad, pero no exculpa al capitalismo, la burguesía y su Estado, sino todo lo contrario, pues cuándo hemos intentando asumir plenamente nuestra responsabilidad, la burguesía ha usado contra nosotros/as los medios más violentos para evitar que hiciésemos lo que debíamos hacer: superar el capitalismo y sus Estados. Pues merecían haber desaparecido ya para inicios del siglo XX cuando, con la Primera Guerra Mundial imperialista, el capitalismo y sus Estados, como sistema mundial, entró en su etapa de decadencia, pasando a ser claramente una traba para el desarrollo sostenible (no sólo crecimiento o desarrollo sin más de las fuerzas productivas) de la Humanidad y una amenaza creciente a su misma existencia. Es eso lo que, a través de la destrucción provocada después por la II Guerra Mundial, la reconstrucción de post-guerra, el crecimiento y despilfarro (como la Guerra Fría) hasta los años 70s, el negacionismo posterior y mayor despilfarro aun, y la tardía y torpe respuesta actual, nos ha conducido hasta aquí. El eslogan “Socialismo o barbarie”, lanzando por los marxistas de verdad revolucionarios ante la Primera Guerra Mundial, puede tener ahora su máxima vigencia.

Tercero, porque sin esta orientación anticapitalista y contra todos los Estados burgueses, en el mejor de los casos, lo que haríamos sería resignarnos y soñar con adaptarnos todo lo posible a las durísimas, trágicas, condiciones de la caída. Sin embargo, lo que estaríamos haciendo con eso es permitir que la burguesía y sus servidores “se vayan de rositas”, sin ni siquiera la suficiente pérdida de legitimidad. Y lo que es peor, con esa licencia, los restos de la burguesía y de sus Estados, haciendo uso de los enormes medios de los que aún dispondrían (en particular, militares), en la caída al colapso todavía podrían cabalgar cual Jinetes del Apocalipsis, acaparando recursos muy escasos, expropiando a los pequeños propietarios, empresas cooperativas, etc., que se hubiesen preparado para el colapso, provocando hambrunas selectivas, guerras y genocidios, quizás la extinción de la Humanidad, o en el mejor de los escenarios, abocándola a terminar en sociedades atrasadas y muy injustas. Una de las múltiples razones por las que no podemos permitirnos un colapso sin una dirección responsable por la clase trabajadora, es la de lo que ocurriría con las centrales nucleares (léase este comentario y la respuesta https://www.15-15-15.org/webzine/2017/01/18/la-transicion-renovable-durante-el-colapso/#comment-6606 )

Por consiguiente, incluso en el peor escenario, el del inevitable colapso de la civilización industrial, y planear (si es posible) cómo adaptarnos a tal cambio, necesitaríamos de esta orientación anticapitalista y anti-Estados burgueses si queremos evitar caer en la barbarie y la extinción de la especie. Pero incluso librándonos de los Estados burgueses, tampoco tendríamos garantizado que eso no llegase a ocurrir, pues dependería de las características del proceso de caída y dónde se termine.

Sí, es necesaria una revolución cultural, en los valores, etc. Pero si no quiere quedarse en el mundo de las buenas intenciones, y perderse en la inoperancia, debe ir a su raíz material, lo que les da vida. Y no hay valor de la cultura burguesa que deba ser más combatido que el que emana espontáneamente del capitalismo, de las relaciones sociales de producción capitalistas, el objetivo de producir un valor de cambio (precio de la mercancía) para la obtención del beneficio monetario a cuenta de la plusvalía. Es este, el valor del beneficio mercantil, el que determina y está por encima de todos los valores, por muy sagrados que se proclamen (la vida, la libertad, la igualdad, la fraternidad…). Los mitos del progreso a través del crecimiento y la tecnología, se combaten mejor, no cuando se hace en el plano de los valores, la moral, etc., sino cuando se descubre su base material, que detrás de eso está la plusvalía, su proceso de explotación, acumulación, y todas sus consecuencias políticas, militares, medioambientales, pues esa denuncia ya puede movilizar al sector perjudicado más directamente implicado, los trabajadores/as asalariados, y convertirlos en una fuerza social contra esos mitos y su plasmación en la vida real. Por eso, la revolución cultural, para ser capaz de transformar el mundo y no fracasar incluso en las ideas sobre el mundo, debe partir de la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias para transformar las relaciones sociales de producción, cortando de raíz la emanación de esos valores nefastos. La ventaja que tiene además el enfoque empezando por la plusvalía, es que es internacional, no se trata de un valor limitado a una cultura local, etc., y puede ser asumido por encima de las diferencias religiosas y demás.

Sí, hace falta una revolución política, democracia real, participativa, etc., pero todo esto es totalmente ilusorio (propio de pequeñoburgueses –clase media- radicalizados), si no se comprende la naturaleza social y de clase de la política y del Estado burgués, totalmente determinados por las relaciones sociales de producción (capitalistas), el imperio de la mercancía por la plusvalía, que constituyen el marco, los límites de su actuación. Si la política y el Estado son lo que son, democracia en lo formal sobre todo, dictadura en lo fundamental, es porque existe una clase social (no una casta) políticamente dominante, y que lo es por ser una clase económicamente dominante: la capitalista o burguesía. En el curso al cataclismo, el discurso democrático será impotente para detener el creciente autoritarismo y fascistización de los Estados burgueses, aunque conserven cierta fachada democrática (elecciones…). Por tanto, no hay revolución política democrática real sin romper el marco político (Estado burgués) y las relaciones sociales de producción capitalistas de las que emana (véase mi texto-guía «“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos» enlace en la nota 10).

La transformación de las esferas de lo cultural y de lo político, están totalmente limitadas y dependen para su realización y finalización de la transformación radical, hasta la raíz, de la esfera de la producción, de las relaciones sociales de producción, de la superación del mundo de la mercancía, del imperio de la plusvalía, de la acumulación de capital. Todo esfuerzo que no vaya orientado sobre todo a eso, chocará contra un muro insuperable, será baldío y acabará siendo recuperado, digerido (aunque la digestión resulte algo pesada a veces), asimilado por el sistema, dotando así de “trajes nuevos” al emperador (el Capital). Basta recordar cómo el capitalismo es capaz de hacerse con el discurso ecologista sobre lo sostenible, lo verde, lo bio, etc., para darse un “lavado de cara” publicitario, seguir haciendo prácticamente lo mismo, traernos hasta aquí y todavía llevarnos al abismo; y en cuanto a la guerra por objetivos imperialistas (a veces muy ocultos al observador corriente), disfrazarla de “intervención humanitaria” o “en defensa de los derechos humanos” o “contra el terrorismo”, o ¡espérate! “para salvar el planeta” (1).

Pero para librarnos del capitalismo y sus Estados y llegar a la planificación socialista, necesitamos más que los criterios expuestos: desarrollar toda una estrategia y tácticas. Estrategia que debe corresponder a los imperativos de nuestra época histórica. Táctica que, fiel a la estrategia, debe permitir el avance de las luchas a partir del lugar y del momento.

En cuanto a la estrategia, ya disponemos de reflexiones importantes (NOTA 10), y a lo largo de este texto y sobre todo de sus notas también expongo criterios muy relevantes al respecto.

En cuanto a las tácticas, si queremos superar la causa principal de las debilidades del movimiento ecologista (véase en la Nota 1), y del sindicalismo y del reformismo, la superficialidad (no ir a la raíz), la dispersión de las denuncias y objetivos (sin un eje común que parta de la raíz), lo principal y común a todo es la denuncia de la plusvalía (el beneficio), su origen y su cadena de consecuencias (desde las económicas, las políticas, las militares, a las medioambientales; la crisis civilizatoria, el riesgo de extinción). Esto debe ser un eje permanente que haga girar todo. Si esto no se hace, sin este eje, como en un vehículo, ya podemos tener las mejores ideas-fuerza (motor), organización (chasis), liderazgo (conductor) comunicación e imagen (faros, carrocería y diseño), que no avanzaremos (las ruedas no se moverán) y perderos la carrera. Nunca, nunca, se insistirá demasiado en esto, pues si nos falta, estamos perdidos, condenados. Sin ello, todo este documento serviría para poco.

Pero claro está, sólo con esto no basta. Es necesario concretar mucho más. Debemos reconocer el potencial de la lucha contra los recortes sociales que sin duda vendrán en esta década de los 2020 para poder unificar las luchas a escala europea, por objetivos comunes contra la política austericida (NOTA 11), y de ahí, y con motivo de otras luchas originadas en las empresas, contando ya con la movilización y protagonismo de la clase trabajadora a escala europea, disponer de las bases para una orientación anticapitalista contra el cataclismo que se avecina, exigiendo medidas contra el cambio climático, la transición energética, por la eliminación de productos perjudiciales o innecesarios, etc. (NOTA 12).

Como medidas más concretas están las acciones de masas contra actividades empresariales especialmente dañinas (bloqueo de construcción de oleoductos, cierre de minas de carbón, de planta eléctrica alimentada por carbón, etc.).

La concienciación internacional sobre este asunto central del cataclismo sigue siendo ínfima en las grandes masas, mayor en partes de Europa o Norteamérica, muchísimo menos (por no decir nada) en casi toda Latinoamérica, África, casi toda Asia. Casi la totalidad de la gente sigue pensando que hay solución y que pasa por reciclar más, no usar bolsas de plástico, invertir en renovables, pasar al coche eléctrico… Sin un mensaje claro, rotundo, de impacto y de alcance mundial, no romperemos a tiempo la inercia de esta mentalidad fomentada desde el poder económico y político. Pero a la vez, para no resultar contraproducente, no debe provocar, de entrada, la aversión y rechazo de la inmensa mayoría de la gente, sino invitar a la reflexión y la acción en positivo. Si vamos diciendo “¡dentro de 30 años nos habremos extinguido!”, nos mandarán a “tomar viento”, y no nos prestarán la menor atención, pues eso no sirve para nada, nada aporta. La inquietud y el miedo no deben ser tales que lleven a la huída (“voy a comprar armas y hacerme un refugio subterráneo”), o a la parálisis, al fatalismo, el derrotismo, la resignación, que podrían conducir hasta la depresión y el suicidio.

Necesitamos con mucha URGENCIA un recurso fácil y poderoso de propaganda y agitación MUNDIAL, para ACELERAR AL MÁXIMO POSIBLE esa concienciación sobre esta cuestión planetaria, pero que no sea meramente informativo, educativo, sino que impulse las luchas y las oriente hacia la tarea política central.

Acordaos. El eslogan-marco “Otro mundo es posible”, tan genérico y débil políticamente, en un tiempo de auge del neoliberalismo, la globalización y el “pensamiento único”; ya movilizó en 2001 (primer Foro Social Mundial, en Porto Alegre, Brasil), y fue adoptado en 2002 (segundo FSM). Se levantó ese eslogan-marco por organizaciones y movimiento muy variados y con criterios muy diferentes, con el objetivo de inspirar la reflexión e impulsar las luchas por el cambio. ¿No vamos a ser ahora capaces de hacer algo realmente adaptado a una situación de emergencia para nuestra especie?.

Debemos tener la mirada puesta en la tarea central para la Humanidad, esto es, evitar el cataclismo que nos amenaza. Para ello servirá dotarnos de una herramienta entre lo estratégico y lo táctico, un marco y eslogan común internacional sucesor del de “Otro mundo es posible”, que nos estimule e inspire en la elaboración de las políticas estratégicas y tácticas. Como la crisis tiene su tiempo inexorable, sus plazos que no podemos sobrepasar, debería fijar un PLAZO general (no un futuro indeterminado, demasiado impreciso, lejano) pues, de lo contrario, no conseguiríamos transmitir a cientos y miles de millones de personas la verdadera dimensión de la emergencia, de la URGENCIA, ni nos pondríamos “las pilas” en la lucha contra el tiempo que corre en nuestra contra. La fijación del plazo es también un medio, junto con la confluencia de las luchas hacia ese horizonte, para multiplicar y acelerar la producción política teórica, estratégica y táctica.

Que se trate de la tarea central quiere decir que el eslogan-marco debe ayudar a impulsar las luchas por diferentes objetivos y sobre todo la confluencia de todas ellas por objetivos comunes (fundamental si deseamos evitar su dispersión temática, su derrota y sobre todo la derrota general).

Podría servirnos la idea-fuerza, el eslogan-marco común INTERNACIONAL, que ya propuse y argumenté al detalle, con la denominación de “HORIZONTE 2050, superando el capitalismo o condenados” con su correspondiente traducción a otros idiomas, adoptado por cada vez más diversos sectores de lucha y movilizaciones a lo largo y ancho de todo el mundo. El eslogan ya es una llamada a la lucha, a la acción más radical: “superando el capitalismo”. Quizás, según avance nuestro conocimiento y capacidad de asimilación de la verdad por la gente, el plazo haya que reducirlo u, ¡ojalá!, pudiéramos darnos un margen de tiempo mayor para acumular fuerzas, pero creo que no podrá ser. Aunque cada movimiento u organización tenga su visión de lo que es “superar” o “condenados”, y la mantenga, cara a poder influir y movilizar rápidamente a cientos y miles de millones de personas, dar un vuelco tremendo a su mentalidad actual, es MUY IMPORTANTE transmitir una imagen de mínima UNIDAD, de ir todos bajo el mismo eslogan-marco, pese a las diferencias, en lugar de una gran fragmentación, desacuerdo y dispersión. Esto es esencial si queremos conseguir una gran fuerza en un tiempo muy escaso, y que esa aceleración del movimiento cree sus propias dinámicas de clarificación y unificación de criterios sobre el horizonte que terminamos por marcarnos. Pero seríamos del género idiota si ahora, con la debilidad de la que partimos todos y cada uno de nosotros, empezásemos limitándose cada cual a pelear exclusivamente por su propio horizonte, muy específico y restrictivo (“revolución comunista o extinción”, “Estado proletario o extinción”, “eliminación de los estados o extinción”, “anarquía o barbarie”, etc.), o lo que cada uno entiende por “condenados” (puede ser desde continuar con un capitalismo mucho más feroz y fascista, al colapso de la civilización industrial, o de toda civilización, el apocalipsis, la extinción), sin a la vez (no se trata de renunciar a la propia visión), compartir un horizonte común más amplio, sin esforzarse por unir todo lo que se pueda unir y que permita AVANZAR AHORA (siempre que sea, en algún sentido, anticapitalista) y así acelerar en la acumulación de fuerzas. ¡Tenemos el tiempo totalmente en nuestra contra, al punto de que incluso ya podría ser tarde para todo, como para encima andarnos con sectarismos de ningún tipo y egos organizativos!.

El sentido del eslogan-marco que sirva para la confluencia de las luchas, en palabras de Naomi Klein, se puede expresar así “Un río de fuerzas vigorosas alimentado por incontables afluentes de los que recoge la fuerza colectiva necesaria para alcanzar finalmente el mar.” (página 563 del libro “Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima”, editorial Paidós, España, 2015, 703 páginas). El cataclismo supondrá la convergencia de varios tipos de crisis sociales y naturales retroalimentándose positivamente las unas las otras. Nuestra salida será también una convergencia INTERNACIONAL de diferentes luchas en un objetivo común.

Horizonte compartido, confluencia de las luchas, búsqueda de objetivos comunes para la extensión y unificación de las luchas a cada vez mayor escala inter-sectorial y territorial (hasta general y mundial, como pudiera ser una huelga general mundial realmente laboral, no sólo estudiantil). Todo esto se traducirá en autoorganización, a través de las asambleas, y también de creación de organismos estables (aunque integren sólo a los más conscientes y militantes), lo que creará sinergias (“acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”) y retroalimentaciones positivas, para una escalada hasta la situación revolucionaria.

La combinación de la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, y del eslogan-marco mundial de “Horizonte 2050, superando el capitalismo…”, contribuirá al relanzamiento, como no lo hemos visto en muchísimas décadas, del INTERNACIONALISMO PROLETARIO, fundamental para la revolución (internacional) y para la superación del capitalismo (mundial). Es alucinante que hoy día, cuando el mundo está más globalizado, y con los medios y facilidades que tenemos, en vez de profundizar cada vez más en una orientación internacionalista, nos repleguemos hasta nuestra comunidad autónoma, nuestra región, nuestro pueblo, nuestra “eco-aldea”, con la falsa impresión de que eso lo podemos controlar mejor y eludir los determinantes más profundos, estructurales y mundiales. Léase este breve artículo “¿Qué pasó son la revolución mundial?”, de Eduardo Rothe, en https://kaosenlared.net/que-paso-con-la-revolucion-mundial/# , también en https://www.asociaciongerminal.org/?p=6210

El eslogan-marco internacional es también muy importante para un hecho muy simple pero fundamental: mostrar a la gente que hay un punto de vista muy diferente del oficial, despertar su curiosidad, ganas de saber, de modo que cantidad de expertos, críticos, cuyos planteamientos hoy son conocidos sólo por unos pocos, y que la burguesía procura marginar, puedan pasar a un primer plano en la atención de muchísimas más personas.

La experiencia ha demostrado que los llamamientos, manifiestos, etc. ocasionales que hacen los científicos y expertos, aunque los apoyen muchísimos de ellos, tienen escasísimo eco en los medios de comunicación (noticia de un momento, se pasa “a otra cosa mariposa”, a los deportes o a la publicidad) y menos en la gente (véase esta reflexión de Carlos de Castro Carranza «“Última llamada” versus “Advertencia a la Humanidad”» http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=2147 ). Como no se trata de estar haciendo todos los días llamamientos con recogida de firmas, el eslogan-marco mundial mismo, es la advertencia a la Humanidad y la llamada, permanentes.

Difícilmente convertiremos esta emergencia para la especie en la tarea política central mundial si ni siquiera tenemos un eslogan-marco internacional que de por sí indique que es la tarea central. Decir tarea central quiere decir que hay una jerarquía y orden de tareas, que no hay dispersión, fraccionamiento de esfuerzos, disgregación, etc., tanto a nivel de un colectivo, como mundial. Un montón de dedos cortados no hacen una mano; necesitamos la centralidad (el cuerpo del metacarpo, con palma y dorso de la mano, y la muñeca), que es la que mueve los dedos según interese. De ahí también la importancia práctica del marco que propongo. Decir tarea central quiere decir que exige una dominancia y prioridad sobre las demás. Por ejemplo, no sirve un eslogan mundial como “Pasemos de la energía fósil a la renovable”. Dicho así, podría interpretarse que pudiéramos ir haciéndolo poco a poco, y además lo dejáramos en manos de la burguesía y sus Estados, del capitalismo “verde”, sin necesidad de la lucha de los trabajadores/as, de millones de personas. No tiene carácter de tarea central en ninguno de los sentidos, puede ser una tarea importante para el capital, pero no una tarea central para nosotros, las organizaciones políticas. Pero si a eso le ponemos un plazo (2040, 2050), de hecho lo hace así la burguesía (hay muchos planes con plazo 2050), la cosa cambia mucho y entonces podemos cuestionar si la burguesía será capaz, etc. Y como ya sabemos, por prospectivas científicas, que eso no funcionará, nuestro eslogan-marco debe cuestionar el capitalismo, forzosamente (“superando…”).

NO NECESITAMOS UNA CONFERENCIA INTERNACIONAL PARA VER SI LLEGAMOS AL ACUERDO DE ADOPTARLO. No podemos perder el tiempo ni dejar que esto dependa de otros. TÚ PUEDES, VOSOTROS PODÉIS HACERLO YA. TOMAD LA INICIATIVA, adoptad el eslogan-marco ya, y así IMPULSAD QUE SE VAYA EXTENDIENDO, HASTA HACERSE VIRAL. El eslogan-marco “Otro mundo es posible” no nació en una Cumbre, ya existía previamente a la primera (FSM) en los movimientos sociales y las luchas, y la Cumbre se limitó a ratificarlo y tomarlo como su lema central. La extensión del eslogan-marco Horizonte 2050, sería en todo caso la que desembocase en una Conferencia internacional que lo impulsará todavía más, pero no su origen.

Quienes piensan que es absolutamente inevitable el colapso incluso de la civilización industrial, tal vez (si son marxistas sobre todo) acepten que la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, sea útil para debilitar el poder de la burguesía, empezando por el ideológico. Sin embargo, probablemente no le encontrarán ningún sentido al eslogan-marco mundial de “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”, pues para ellos (al menos los de orientación marxista) no hay superación posible del capitalismo (en el sentido socialista, pues se habría cerrado definitivamente la ventana de oportunidad que todavía estaría abierta en la década de los 90s), sino un retroceso claro en el modo de producción (entendido de modo marxista: capitalismo, feudalismo, esclavismo, comunismo primitivo; a grandes rasgos). Los más lúcidos de entre los colapsistas saben que es enorme el riesgo de que los restos de las burguesía y de sus Estados, con su poder económico (acaparan medios de producción, tierras de cultivo, bosques, minas, distribución de agua dulce…) y militar (ahí, ni te cuento) puedan ser bien capaces de llevarnos a la autodestrucción, o al menos a la generalización de los genocidios, al neofeudalismo, a la esclavitud…; por tanto, que incluso los esfuerzos que los colapsistas puedan hacer desde ahora por crear ecoaldeas, cooperativas, etc., para sobrevivir al colapso y crear una civilización más modesta pero mejor y sostenible, sean destruidos o arrebatados (como como hicieron en su día los esclavistas y los señores feudales, y más tarde, la acumulación originaria de capital, denunciada por Marx en El Capital) por el poder de la post-burguesía y su Estado, “señores de la guerra” y “mafias”. Aquí no se puede jugar “al despiste”, “al escondite”, a “no llamar la atención” del Estado y de la burguesía, esperando que esos ladrones y criminales no se den cuenta de nuestra existencia o no puedan llegar a controlarnos (rara vez escaparon los campesinos al poder de los señores feudales, o de los esclavistas, si no fue a partir de la revolución burguesa y del capitalismo para vivir presionados y exprimidos por él, y embargadas sus tierras por no poder pagar al prestamista usurero o al banco). Incluso fácilmente pudiera ocurrir que, millones de personas desplazadas de las grandes ciudades (pensad, sin salir de España, en Madrid, Barcelona, y sus territorios cercanos), en busca de recursos básicos (empezando por la comida) arrebaten a otros lo que tanto les ha costado sacar adelante dedicados a su “bote salvavidas”. Y muchos de esos desplazados, a cambio de poder sobrevivir, se convertirían en los matones a sueldo de esos poderosos capaces de organizar y armar a los suyos. Dicho de paso, debatiendo con un libro de Manuel Casal Lodeiro, por decir más o menos esto mismo con toda crudeza, alguien, en su comentario, me calumnio ¡como si yo desease que pasase eso, cuando lo estaba advirtiendo y denunciando de antemano, no amenazando!, reflejando así que, en realidad, sabía muy bien que eso fácilmente podría ocurrir (ese comentario desapareció, como todos, debido a los cambios técnicos y de criterio en Kaos en la red).

Si queremos reducir las probabilidades de acabar así, no hay otra manera que arrebatar previamente a la burguesía su poder económico, político y militar. Esto no podrá ser si no contemplamos la posibilidad de que sea posible, esto es, de que superemos el capitalismo, aunque sea en forma de una civilización más modesta, menos desarrollada pero, al menos, sostenible (lo que no es el capitalismo actual), así que volvemos a una interpretación particular de lo que es “superando el capitalismo” que ya no sería el socialismo esperando en otros tiempos, pero sí una superación al fin y al cabo. Si esto es muy difícil, más lo es librarse de ese peligro sin haber acabado antes con él. Esto es imposible sin una estrategia y tácticas abiertamente anticapitalistas y anti-Estado burgués. Y dado que el capitalismo es mundial y estrechas las relaciones entre los Estados burgueses, el movimiento para arrebatarles el poder, si quiere ser lo suficientemente fuerte, debe alcanzar no sólo unas dimensiones mundiales, sino unos objetivos y hasta organización y planificación internacional. Para ello, un primer paso, es el eslogan-marco mundial que ofrezco. Una vez logrado esto, si queremos una administración justa y eficiente de los recursos mundiales y no que cada uno “vaya a su bola” lo que inevitablemente generará grandes conflictos por los recursos (unos, de partida, serían mucho menos desafortunados que otros), hace falta cierto nivel, por bajo que sea, de planificación internacional democrática. Un movimiento así, y esta orientación estratégica y sus conclusiones tácticas, es imposible de desarrollar si lo que estamos planteando son la salida de los “botes de salvamento”, de movimientos sobre todo locales, tal vez regionales, estatales (limitados por las barreras lingüísticas), sean ruralistas o soñando con que en las ciudades (algunas de millones de habitantes) se logre alimentar a la gente con la ayuda en gran parte de los propios recursos (plantar allí donde se pueda). Así, por muchos pasos que se den en esa dirección (exigir al Estado determinadas reformas y medidas que favorezcan la transición hacia ahí), crear cooperativas, etc., recuperar algunos recursos económicos (lo fundamental, lo seguirá acaparando la burguesía, incluso en tierras de cultivo), lo determinante es arrebatar el poder económico, político y militar a la burguesía e impedir que se lance a horizontes de colapso de destrucción, neofeudalismo o esclavismo. Pero aunque lo lográsemos, según cómo terminásemos, visto desde hoy, no hay garantía de que esos horizontes no volviesen a aparecer en el futuro.

De modo que, amigos/as colapsistas, me gustaría que hicieseis de “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” una lectura diferente a la mía, pues para vosotras/os, lo que aspiráis como salida del colapso (ni autodestrucción, ni neofeudalismo, ni esclavismo), sí supondría, a su manera, una superación del capitalismo, incluso de la civilización industrial si no os gusta nada, u os parece insostenible. Así que también podríamos compartir el mismo eslogan-marco que, al menos, ayudaría a confluir mil luchas diferentes en un movimiento contra la burguesía, aunque tomase direcciones en algunos aspectos, en algunos momentos, muy distintas, e incluso opuestas. Pero todo el tiempo que podamos remar juntos, o si no juntos, al menos en la misma dirección, bajo el mismo “paraguas”, será un tiempo en el que generaremos más influencia en cientos de millones de personas (todas, aunque diverjamos en el para qué y el cómo, con una aspiración común: librarnos del capitalismo y evitar el cataclismo), y muchísima más fuerza. Tiempo compartiendo un eslogan-marco común internacional, que creará sinergias (mayor impacto propagandístico y agitador, mayor deslegitimación ideológica y política, mayor sentimiento de unidad y fuerza al participar en un movimiento mundial, aspiración a confluir con objetivos comunes, impulsos a la cooperación organizativa…), que de otro modo, con una mayor dispersión y sin metas comunes (aunque abiertas a interpretaciones diversas) seguramente no se darían.

Si yo llegase a la conclusión de que el colapso, incluso de la civilización industrial, es inevitable, también adoptaría esta línea (plusvalía – Horizonte 2050), al menos como complementaria, pues contribuiría y mucho a deslegitimar el capitalismo y debilitar el poder de la burguesía y sus Estados; al ser sobre todo en el plano de la propaganda y la agitación, no desvía recursos materiales escasos, ni nos hace perder un tiempo precioso (como el capitalismo “verde” o el proyecto de Green New Deal, etc.) sino que alerta de la urgencia de librarse del capitalismo.

La denuncia de la plusvalía con todas sus consecuencias y el Horizonte 2050, tienen una retroalimentación positiva. Cuanto más se asuma la teoría de la plusvalía, más asumible parecerá el Horizonte 2050. Cuanto más se acepte el Horizonte 2050, más atracción se sentirá por la teoría de la plusvalía con todas sus consecuencias. Uno llama y refuerza al otro.

Lo que no puede ser es que, en nombre de “la más amplia unidad”, los menos críticos con el sistema (o sus apologetas) impongan un eslogan-marco naif, descafeinado, que no serviría absolutamente para nada, salvo para seguir lavando la cara al capitalismo y sus Estados, y fomentando nuestra división y fragmentación, llevándonos de cabeza al cataclismo. No necesitamos de la “unidad” para ir juntos al matadero, como un rebaño de ovejas, sino para pelear contra el mundo-matadero rompiendo lazos con los falsos amigos, los “lobos disfrazados de ovejas”. Puestos en esa “unidad”, ¿por qué no, directamente “¡Salvemos el planeta. Otro capitalismo es posible!”?.

Más argumentación la tenéis en el documento dedicado al respeto (NOTA 13). Os ruego que lo estudiéis atentamente, pues si estuviese en lo cierto, como con la revisión de la teoría de la plusvalía, podría ser una ayuda extraordinaria para salir del agujero en el que nos encontramos y avanzar con rapidez, que falta nos hace.

Con la denuncia de la plusvalía y el eslogan-marco mundial ya tenemos los dos brazos de la tenaza que nos permite sujetar y manejar bien el problema . Ya sé que es insuficiente, necesitamos de muchos más elementos de estrategia y de numerosas tácticas (alguna las aporto en este texto o las tenéis disponibles en otros) adecuadas a cada situación y momento. Es como si tuviésemos las dos partes del pan que forman el bocadillo. Siempre usaremos el pan, pero el bocadillo irá cambiando de contenido adaptado a las circunstancias (un respeto al símil, que de pequeños bien que os gustaban los bocatas que os prepara vuestra madre).

Pero los cambios que necesitamos son tan grandes, tan profundos, y el compromiso en la lucha tan alto, que afectan a la psicología de las gentes y los individuos, partiendo de los tipos humanos hoy existentes, y esto también debemos abordarlo si queremos evitar las derivas autodestructivas y genocidas (NOTA 14).

Esta es una prueba definitiva para la Humanidad. Si la resuelve bien, conseguirá elevarse muy por encima de lo que hasta ahora ha venido siendo (cooperación, solidaridad, empatía…). Si no, caerá más bajo que en los peores tiempos (fascismos, eco-fascismo, genocidios, guerra generalizada y mundial, holocausto nuclear…).

(1.- Se puede esperar lo peor de lo peor (pueden no ser mejores que los peores mafiosos), de una clase social que financia y eleva al poder, entre otros muchísimos, a sujetos de la catadura moral de Mussolini, Hitler, Franco, Truman y el lanzamiento de las bombas atómicas, Nixon y Kissinger y su guerra de destrucción de Vietnam y a favor de las dictaduras militares, Pinochet, Reagan con el neoliberalismo y la contrarrevolución en Centroamérica, Donald Trump y su intentona golpista en su propio país, o el presidente de los EEUU George W. Bush y su gabinete de personajes a cual más siniestro, capaces inventarse una mentira como la existencia de armas de destrucción masiva y la implicación de Irak en el terrorismo del 11-S de 2001, con tal de acabar con un presidente enemigo (sin duda, un dictador) y apoderarse de los recursos petroleros de país (2003-11), a costa de provocar una terrible mortandad, sobre todo entre los civiles (probablemente más de un millón de muertos, tal vez el doble de los de la guerra civil española de 1936-9), años de régimen de terror (ejemplo, la prisión de Abu Ghraib), llevar el país a la ruina y el caos, facilitando así el surgimiento en la región de ISIS (el reaccionario y terrorista Estado Islámico) (véase, como muestra https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Irak , https://es.wikipedia.org/wiki/Prisi%C3%B3n_de_Abu_Ghraib — https://es.wikipedia.org/wiki/Tortura_y_abuso_de_prisioneros_en_Abu_Ghraib , https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_Isl%C3%A1mico ). Eso sí, todo disfrazado como “lucha contra el terrorismo” y la honorable misión de “llevar la democracia a otro país”. Democracia burguesa que es incapaz de llevar a la cárcel a semejantes criminales (supuestos, claro está; no nos olvidemos de la presunción de inocencia, como la que ellos seguro que respetaron a sus víctimas), en tanto se ensaña con los inocentes (lo más reciente, sólo en EEUU, la brutalidad y la muerte contra ciudadanos negros, a manos de la policía “democrática”). Nos alarma más un psicópata asesino en serie, o los atentados terroristas, que la política de destrucción masiva, matanza millonaria (a partir de cien muertos, se nos hace muy difícil hacernos una idea de lo que significan las cifras y el sufrimiento que hay detrás) y saqueo generalizado de un país por criminales (supuestos, no lo olvidemos) “demócratas” con autoridad legal (la ley es muchas veces el “traje a medida” para los tramposos). Generalmente tenemos “memoria de pez” (fomentada desde el poder) y conviene recordar toda esta historia para no engañarnos sobre con qué clase social y tipo de personalidades nos enfrentamos, de las consecuencias caóticas que tendrían las guerras por recursos en un mundo en declive, de lo que podrían ser capaces, en la deriva al cataclismo, y que no queremos ni imaginarnos,.

IV.- La TAREA POLÍTICA CENTRAL, o la dispersión, la derrota y el cataclismo

Es impresionante el tiempo que se está perdiendo ¡y se perderá!, por culpa sobre todo de gran parte de la burguesía y de sus Estados, pero también por falta de interés o inteligencia política por nuestra parte.

Si estuviesen acertadas más o menos las previsiones del estudio científico sobre el cambio climático referido en mi texto al que remito en la Nota 7, o en el artículo de Ferran Puig Vilar, o la previsión de Antonio Turiel sobre la energía, indicados en la nota 2 de la introducción, querría decir que, o bien hacemos pronto la transformación política y social necesaria para impedir el cataclismo o, por el contrario, desatada la reacción en cadena (retroalimentación positiva, vuelcos, etc.) de la Naturaleza, o una escasez energética repentina y brutal, por muchas revoluciones sociales que pretendamos ya serán inútiles para impedir e incluso paliar el cataclismo que podría llevar a nuestra especie hasta la extinción.

NO PODEMOS DEJAR el CURSO de la ACCIÓN EN MANOS de la REACCIÓN ESPONTÁNEA al DESASTRE cuando ya lo tengamos encima, pues ENTONCES YA PODRÍA SER DEMASIADO TARDE para EVITAR SU ESCALADA FATAL, a base de realimentaciones, puntos de vuelco, etc. (NOTA 15). Incluso, dependiendo de los países, puede llegar “a pocos”, con algunos “saltos”, recuperaciones precarias que terminan a nuevas y mayores caídas, en tanto nos vamos habituando sin ser conscientes de cómo vamos cayendo, de ¡lo que nos queda por caer!, y de que será imposible “darle la vuelta”, ni encontrar ya una salida éticamente aceptable y justa para todos/as, y así nos resignaremos a la peor de las derivas genocidas y autodestructivas. Esto será mucho más factible si el proceso dura unas cuantas décadas, pues las generaciones más recientes no podrán ni comparar su vida con la mejor que tuvieron las anteriores (el poder ya se encargará de ocultarlo), y ese mundo que les toque vivir les parecerá “lo normal”, sin motivo para rebelarse pues tampoco se podrán ni imaginar como posible un horizonte mejor.

Las explosiones de lucha generalizada de la clase trabajadora, serán tanto más poderosas y estarán mejor orientadas, cuanto más implantada esté, previamente, la teoría de la plusvalía. Así habrá menos riesgo de que las explosiones espontáneas se desperdicien o las echen a perder nuestros enemigos y falsos amigos, y más posibilidades de que se aprovechen para elevar el movimiento a un nivel superior, para cuestionar también la existencia del Estado burgués, protector del capitalismo.

HOY la TAREA POLÍTICA CENTRAL de la HUMANIDAD, de TODOS los LUCHADORES/AS, de TODOS LOS/AS ANTICAPITALISTAS, es ésta: EVITAR el CATACLISMO que se AVECINA, y no, conseguir la III República, la independencia nacional, la Renta Básica, la erradicación de la violencia de género, del hambre y las guerras, o cualquier otra cosa que se os ocurra, por muy necesaria y justa que pueda ser, pues si nos alcanza la catástrofe ya no tendrá sentido preocuparnos de eso, o estará en el último lugar en la lista de posibilidades y prioridades. Hacer del riesgo de cataclismo la tarea central, dará un baño de realidad a la vida política, ayudando a despejarla de los problemas falsos, artificiosos, inflados, distorsionados…, las orientaciones cortoplacistas, las que no tengan en cuentan todos los factores, todo el planeta y la Humanidad entera, y todos los “huesos” que nos lanzan para que los mordamos y distraigamos la atención, mientras la jugada se realiza a nuestras espaldas. No podemos seguir dispersando nuestra atención y esfuerzos. Esto no significa que necesariamente debamos renunciar a otros objetivos, sino que debemos esforzarnos por ver qué relación guardan con la catástrofe, cómo les afecta, cómo pueden servir para evitarla, cómo pueden ayudar a que nuestras fuerzas aumenten y fluyan hasta confluir en un objetivo central común que evite el cataclismoNo podemos plantearnos nada sin tener en cuenta el horizonte que tenemos delante. Sabiendo que se producirá un tsunami que afectará catastróficamente a la zona de costa, a nadie se le ocurriría planear sus vacaciones en sus playas en esa fecha, y menos tumbarse a tomar el sol en la arena cuando está a punto de llegar la ola. Muchísimas reivindicaciones deberían replantearse si se previese una guerra mundial, pues eso cambiaría radicalmente la situación general, las posibilidades, las prioridades… Y, como dice Noami Klein, “esto lo cambia todo”.

Para mí, la comprensión del carácter central de esta tarea, y de cómo relacionarlas todas hacia un objetivo común, se concreta en la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, y mi idea-fuerzaeslogan-marco común internacional Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados. Más argumentación en el texto correspondiente. Pero ahora nuevamente lo pondré en palabras de Naomi Klein: “podría constituir la base de un poderoso movimiento de masas, un movimiento que entrelazaría todos estos problemas en apariencia dispares tejiendo con ellos un relato coherente sobre cómo proteger a la humanidad de los estragos de un sistema económico salvajemente injusto y de un sistema climático desestabilizado.” (página 21 de “Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima”).

Nuestra tarea central no puede ser la de conseguir que se tomen determinadas medidas para prevenir o limitar el cataclismo, pues eso no depende tanto de nosotras/os como ante todo de la burguesía que tiene todo el poder económico y el de su Estado. Centrarse en el empeño por conseguir determinadas reformas, en que la burguesía y su Estado asuman determinadas medidas, puede ser una tarea en gran parte inútil si es radicalmente contraria a sus intereses de dominación de clase, y en tanto, habremos perdido un tiempo precioso. Lo que medirá la fuerza y maduración del movimiento contra el cataclismo, no es conseguir que la burguesía acepte tales o cuales medidas, sino el desarrollo de la conciencia, movilización, combatividad, determinación y autoorganización anticapitalistas de los trabajadores/as y sectores populares. Cierto que esto se debe desarrollar sobre todo en la lucha, en la práctica (más que en la agitación y propaganda, la lucha ideológica) y que ésta, para darse, debe tener determinados objetivos parciales, pero no es lo mismo obcecarse en determinados cambios legales, en la política económica y medioambiental, etc., que centrarse ante todo en la referida tarea central, y medir los resultados por eso, no por los cambios en el orden social, sino en la correlación de fuerzas entre las clases (conciencia, movilización, combatividad, determinación, autoorganización) que es lo que nos permitirá llegar a la revolución. Claro está que, cuantos más cambios materiales favorables (algunas medidas de atenuación, etc.) hayamos logrado durante el trayecto, tanto mejor; pero lo relevante, lo decisivo a largo plazo, es llegar cuanto antes al final de ese trayecto: a la revolución. Con esta orientación es incluso más probable que la burguesía prefiera hacer más concesiones que en el caso de centrarnos en las reformas, para así frenar e intentar desviar la marcha del movimiento hacia las reformas dentro del sistema en lugar de seguir hacia la revolución contra el sistema, pero con la intención de dar marcha atrás una vez nos haya desviado de vuelta al redil del orden establecido, otra vez sometiéndonos y acabando por debilitarnos.

La tarea es que la gente cuestione cada vez más el capitalismo (no sólo el neoliberal, el financiero, el fosilista, etc.) y sus Estados (por muy “democráticos” que sean), que confié cada vez menos en la posibilidad de obtener de él los cambios que necesitamos, de que la vida sea deseable y pueda preservarse en él, que comprenda que el capitalismo y sus Estados no sólo son ya una gran traba para el desarrollo sostenible de la Humanidad con humanidad sino, directamente, una amenaza a su existencia, tenga la firme determinación de cambiar y salvar la vida acabando con el capitalismo y sus Estados, y que esto lo haga lo más rápido posible (sin precipitaciones que llevan a la derrota) pues no tenemos tiempo que perder. Moverse con acierto en este resbaladizo terreno, corresponde a una táctica correcta orientada por una estrategia correcta (NOTA 16).

Nuestra preocupación principal no debe ser la de poder prever plazos, consecuencias, tener bien claras las posibilidades tecnológicas, etc., a la hora de determinar nuestra política, pese a su gran importancia, pues puede que haya que revisarlos. Sin embargo, si nos centramos en la tarea central sabemos que, sean cuales sean los plazos, lo que sigamos descubriendo y revisando, estaremos creando las mejores condiciones para  incluso si entramos en el colapso  el empoderamiento político y moral de las masas trabajadoras a la hora de hacer frente, del modo más humanitario posible, a la amenaza de cataclismo y el comportamiento demagógico, reaccionario, mezquino hasta lo criminal y genocida de la clase dominante y sus Estados. Podemos empezar con un mapa no muy ajustado a la realidad, que debamos modificar sobre la marcha; por eso lo fundamental es disponer, desde el inicio de la marcha, de una brújula, y ésta es, la tarea central. Además, aunque no lo apostemos todo a un plazo preciso, le seguimos damos mucha importancia al tiempo, y por eso nos fijamos provisonalmente, cuando menos, un horizonte genérico, una década, los 2050, revisable.

Nuestra tarea central tampoco puede ser la que se marcan los que sostienen que el colapso de la civilización capitalista y de la civilización industrial en general, son ya seguros, inevitables (no sólo muy probables) y que debemos centrarnos en prepararnos para la resiliencia, la adaptación, en las ciudades (muy pequeñas), y sobre todo con la ruralización. Ya he dicho muchas veces que eso fracasará si permitimos que el capitalismo -por residual que vaya quedando-, siga existiendo, y sus Estados, aunque se hayan reducido a su núcleo (tributos, jefatura, ejército, más si conservan todavía armamento nuclear), pues se encargarán de parasitar y expropiar a las comunidades del colapso (recordemos que hace dos mil años ya existió el Estado del imperio romano). Si no denunciamos la plusvalía y todas sus consecuencias (poniendo a la gente contra el capital y sus Estados), si no levantamos una fuerza social internacional apoyada en la clase trabajadora, y no “ponemos las pilas” a cientos de millones de personas con el eslogan-marco mundial, no podremos acelerar y desarrollar el movimiento global y a la vez internacionalista (solidario y anticapitalista) capaz de, al menos, resistirse a la deriva nacionalista, militarista, genocida a la que nos conducirá el capitalismo y sus Estados en la pendiente del colapso (no se hundirán de un día para otro, y en tanto podrán seguir haciendo un daño enorme) y, por tanto, no habrá ningún futuro positivo como el que imaginan los colapsistasIncluso para los colapsistas, para que sobreviva algo de lo que hayan creado, o puedan crear lo que pretenden, es cuestión de supervivencia que salga adelante mi orientación (o una muy parecida y mejor).

El riesgo de cataclismo puede poner en evidencia ante los ojos de las más amplias masas populares que el capitalismo y sus Estados deben desaparecer si queremos vivir y vivir dignamente, y decidirla para lograrlo. Pero a la vez, incluso en el caso de ganar, nos sitúa ante un futuro que no era el que preveíamos en el siglo XIX y la primera mitad del XX, por el deterioro ya, en gran parte, irreversible de la Naturaleza (al menos, según los casos, durante muchas o muchísimas generaciones), y porque habrá que revisar radicalmente el concepto de abundancia si queremos para toda la Humanidad la igualdad de bienestar, y sustituirlo por algo así como el de la vida buena, a precisar, pero que para los parámetros actuales de los países ricos, sin duda se entendería como un empobrecimiento. Deberá darse prioridad al principio de sostenibilidad, de modo que la Humanidad pueda sobrevivir el máximo tiempo en las mejores condiciones posibles, sin ponerse al borde del abismo cada dos por tres, lo que exigirá una evaluación frecuente, y si por los medios disponibles (científicos, tecnológicos) ese chequeo y prospectiva no es tan factible, imponer una especie de Primer Mandamiento, un tabú, para la especie, sacando la lección del mundo pasado (expresado en forma de historias de tipo casi mitológico y religioso para que sean accesibles desde la más tierna infancia).

¿Difícil tarea? No. Extraordinariamente difícil, con muchísimas probabilidades de llegar demasiado tarde o ni siquiera llegar, tanto más al partir de una debilidad y desorientación extrema en la clase trabajadora y sectores populares. Por ello, son muy grandes las probabilidades de que el colapso se nos eche encima y que a cuenta de los shocks que sufrirá la gente, se nos adelanten populismos de derecha, protofascismos y dictaduras fascistas, incluso eco-fascistas genocidas. Recordemos que la crisis capitalista de 1929 no llevo en Alemania a la revolución socialista, sino al III Reich nazi, pese a tener allí supuestamente a la clase trabajadora políticamente más fuerte (o menos débil) de todo el mundo. Como “el lío monumental en el que nos han metido” tiene dimensiones planetarias y potencialmente apocalípticas, no podemos esperar que evitarlo sea fácil, a base de unas cuantas recetas tecnológicas, de reducción del consumo personal, “salidas” nacionales, o de “ecoaldeas” locales; no hay soluciones milagro, ni atajos.

Sin embargo, no podemos descartar de entrada que, llegando una gran crisis (como la de 1929, 2007-8), o una guerra que implique a varios países importantes, y habiendo desarrollado desde antes la labor de desenmascarar el capitalismo y su Estado (plusvalía, Horizonte, etc.), se produzca una escalada tal del descontento que, millones de personas, sabiendo que el futuro sería mucho peor y no queriendo pasar por eso, se orienten hacia la revolución. Pero no debemos confiar en una supuesta inevitabilidad de que “esta vez, sí que sí” la crisis provocará una ofensiva de masas, pues eso no ha ocurrido con la del 2007, falló en Alemania y otros países con la de 1929, continúa la desorientación, y la frustración y la rabia puede orientarse de mala manera, en plan reformista o incluso fascista… Tal vez fuese la última oportunidad, y si hubiésemos sido incapaces de hacer, antes y durante, el trabajo político para aprovecharla, lo podríamos lamentar ¡para siempre!.

Eso ocurriría si respondiésemos con tan poca inteligencia política (y tanto sabotaje por parte de otros) como desde abril del 2012 contra la estrategia europea de recortes sociales. Entonces se echó a perder una OPORTUNIDAD EXTRAORDINARIA como pocas veces se nos presentarán para lanzar una contraofensiva a escala europea contra el tratado TSCG, pese a que nos lo habían puesto “en bandeja”, sobre todo en España con las escandalosas pretensiones de la súper-ley austericida LOEPSF (Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera https://boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2012-5730 , como “desarrollo del artículo 135 de la Constitución” Disposición final primera. Título competencial ; ¡y siguen sin reformar la ley!, en particular la Disposición final séptima. Entrada en vigor y la Disposición Transitoria primera. Período transitorio para el cumplimiento de bajar la deuda pública al 60% PIB (está ahora en el 115% PIB) en el plazo que terminaba el 1-1-2020, sí el pasado año, no es ningún error). Si en Europa se hubiese logrado esa lucha, sin duda habría influido positivamente en otros continentes. Las batallas se pierden también por no darlas; son derrotas “sin sangre”, sin ni siquiera darse cuenta; ante nuestra ceguera e impotencia, el enemigo toma discretamente el control del espacio y el tiempo y nos inmoviliza. Estudiad mi balance sobre el particular (empezando por https://kaosenlared.net/nuestra-culpa-en-la-covid-19-por-no-luchar-contra-la-austericida-loepsf/ ), que nadie quiere afrontar en serio, deseando dar “carpetazo” al asunto, “correr un [es]tupido velo”, pues de tener sentido de la vergüenza, a más de uno podría darle un “patatús” y morirse en el acto; de este modo, lo más seguro es que la próxima vez, unos volverán a “meter la pata” hasta el fondo y otros sabotearán impunemente (como Izquierda Unida, Podemos, sindicatos, “revolucionarios” varios; las “mareas”, las “Marchas de la Dignidad”, las huelgas generales sin el objetivo preciso de la ruptura con el tratado TSCG, “De Lisboa a Berlín, al TSCG demos fin”, y la derogación de la ley LOEPSF…). Si no hay inteligencia política para admitir esto, mucho menos la habrá para evitar el cataclismo. Con semejantes estrategas y tácticos ¿para qué necesitamos enemigos?

Esta experiencia reciente y fácil de documentar es fundamental como escuela para comprender que debemos estar muy vigilantes (“al loro”) para detectar las cuestiones fundamentales y ver cómo nos pueden afectar y cómo podemos servirnos de ellas también para mejorar la correlación de fuerzas (por eso dediqué mis vacaciones de agosto de 2012 al estudio, sin saber nada de leyes, del tratado TSCG y la española LOEPSF, porque intuía su extraordinaria importancia y gran oportunidad para nosotras/os, a escala europea, y para finales de agosto ya estaba difundiendo el tema gracias a Kaos en la red), y combatir el sectorialismo, el localismo, para saber cómo extender las luchas entre los sectores y el espacio (por encima de las fronteras), cómo unificarlas por objetivos comunes pese a las diferencias sectoriales y estatales, cómo saber localizar y explotar los puntos débiles del enemigo (tal vez por su exceso, “pasarse cuatro pueblos”), cómo desarrollar el internacionalismo proletario, empezando por lo más próximo y factible, la escala europea. Si no sabemos atender a esto, no podremos atender a una tarea gigantesca como la que tenemos por delante. Si seguimos siendo tan estúpidos e inútiles como con esta oportunidad extraordinaria perdida, ya podríamos darnos por extinguidos en este siglo (no exagero lo más mínimo). Esta experiencia tan actual y básica debiera servir de test para quienes pretenden impulsar alguna lucha relevante, y quien suspenda, mejor que se quede en casa viendo la televisión o haciendo lo que más le guste, o se convertirá en un gran organizador de derrotas (nuestras). Estudiad el tema y ¡alucinad! con el “nivelazo” que tenemos en España y cómo con esas gentes no se puede contar para nada si se va en serio. Pero, por favor, no os hundáis, porque yo no lo he hecho, pese a haber sido la única promotora de esa orientación ganadora.

El desastre sería todavía muchísimo mayor si Jorge Riechmann tuviese razón en su sospecha: que “la suerte está echada”, ya no nos queda tiempo para remontar nosotros y reparar el mundo, pues desaprovechamos lo que habría sido nuestra última oportunidad, la crisis de 2007 (la era de recortes viene de ahí), y la “cumbre del clima” de Copenhague en diciembre de 2009 (dicho en la página 241 del libro “La gran encrucijada”, referencia en la Nota 6). Eso no haría más que confirmar mis constantes advertencias de entonces, como una Casandra, con títulos de artículos de lo más explícitos y alarmantes (cartas abiertas, etc.), sobre el riesgo de una derrota de dimensiones estratégicas, históricas, si éramos incapaces de abordar bien esa lucha, ofreciéndoles yo la clave para hacerlo, capaz de unirnos a portugueses y franceses, y más allá, con una reivindicación común (ruptura con el tratado europeo TSCG, a la vez que derogación de la española LOEPSF). Pues el enemigo, consciente del todo o no, también tiene sus plazos, no puede estar quieto, procura aprovechar todas nuestra flaquezas, toma la iniciativa, lanza ofensivas para mejorar a su favor la correlación de fuerzas, hasta dejarnos en condiciones de que ya no podamos remontar y “darle la vuelta” a la situación, y cuando le convenga, derrotarnos del todo, “darnos la puntilla” (rematarnos). Podríamos haber mejorado mucho, a nuestro favor, la correlación de fuerzas, lo que nos habría permitido enfrentar la amenaza del cataclismo desde una base de partida política mucho mejor de la que ahora tenemos. Pero España sigue siendo, para la gran política, un país de tramposos, “miopes”, “ciegos” voluntarios, intelectualmente perezosos, poco autoexigentes, autocomplacientes, sin olfato político para reconocer las grandes oportunidades, ni voluntad para estudiar desde su inicio lo que es verdaderamente relevante y aprovecharlo a tope (súper-ley austericida española LOEPSF, tratado europeo TSCG), irresponsables, inconsecuentes, y necios. La culpa, para los agresores y saboteadores; la mayor responsabilidad histórica de la derrota, para los que van de revolucionarios, comunistas… pero, enamorados de su ombligo, ni se molestaron en prestar atención a lo que les decía con pruebas absolutamente irrefutables en el Boletín Oficial del Estado, acuerdos europeos y luchas europeas contra el TSCG; ¡no va a tener razón esta “don nadie” insolente, parece que pensaron los muy necios!. Pese a ello no quiero renunciar a la más mínima probabilidad, aunque sea del 1%, si eso puede salvarnos. Pero os o lo diré claramente aunque todos esos desearían echárseme encima (huyendo del debate serio): si queréis salvaros, no podréis confiar ni contar con los que han demostrado su impotencia teórica y política durante esta crisis, pues son unos inútiles, unos fracasados vocacionales, o algo peor (unos colaboracionistas y saboteadores). Yo he intentado muchas veces (en público y en privado) que rectifiquen los supuestamente mejores, pero ha sido completamente inútil; sus intereses políticos y su ego no pueden soportarlo. Se pueden cometer errores, hasta errores graves, incluso muy graves; pero lo que es imperdonable es no querer escuchar las críticas, no reconocerlos ni rectificar; gente así no merece vuestra confianza (salvo que seáis tan falsos como ellos y busquéis “compinches”). Marchando a su lado, estáis condenados a la derrota más completa. Podéis aprovecharos de lo que en sus archivos de documentos os pueda servir, pero deberéis levantar algo nuevo, casi de la nada. Sí, lo siento, ¡una dificultad más! que debéis tener en cuenta si de verdad queréis salvaros y no haceros “trampas al solitario”.

Lo que es incuestionable es que, si hemos llegado a esta situación peligrosísima con altísimo riesgo de fracasar (de ninguna manera es “un chollo”, la “gran oportunidad” que esperábamos), es porque el capitalismo y sus Estados nos han traído hasta aquí, pero también, en mucha menor medida, porque nuestros errores, incompetencias (cuando no complicidades), han permitido que el sistema continúe mucho más allá del tiempo en que habría sido útil (pese a su lado oscuro y sangriento) para el progreso de la Humanidad e insuperable todavía como modo de producción. Como tarde deberíamos haber acabado con él cuando, aun siendo ya decadente, las posibilidades de encauzar bien el desarrollo de la Humanidad eran muchísimo mayores (década de los 70-80s). Pero precisamente en ese momento, la burguesía jugó la carta del neoliberalismo y la globalización que, junto con el hundimiento del capitalismo de Estado de los países “socialistas”, le permitieron una importante prórroga al legitimarse como el sistema para el que no existiría alternativa. Los/as revolucionarios de la época no éramos conscientes de lo que vendría y teníamos otras prioridades (franquismo, centrales nucleares, desmantelamiento industrial, peligro de guerra entre OTAN y Pacto de Varsovia…). Y ahora lo estamos pagando carísimo, como ocurre también cuando lo urgente se impone de continuo a lo más importante, o queremos “ahorrarnos” una revolución a cuenta de unas reformas que ponen “parches” al problema, y no la solución, incluso terminan por agravarlo, por alargar la existencia del capitalismo y suponer una pérdida de tiempo.

Sobre todo a las generaciones más jóvenes les tocará vivir la época más peligrosa y trascendental de la historia humana y deberán dedicar toda su inteligencia, imaginación, vocación, voluntad de sacrificio, para salir medianamente bien parados. Su horizonte de vida ya no será el de estudiar, trabajar, divertirse, tener pareja y descendencia, jubilarse en condiciones aceptables, disfrutar de los nietos y despedirse (hoy ya saben que lo tienen más difícil que quienes les precedieron)…, sino ante todo luchar por su supervivencia y la de la especie. Tendrán que aprender mucho de economía, política y diversos asuntos científicos que no afectaron a los revolucionarios de otras épocas. Deberán hacer uso de la razón y de su inteligencia, de todas sus capacidades, madurar psicológica, emocionalmente, ser capaces de cooperar y organizarse (superando egos y narcisismos) mucho más que generaciones que les precedieron. Dejarán pequeños a los luchadores/as de las generaciones de la primera mitad del siglo XX y del antifranquismo. Si lo consiguen, su gesta será mítica para nuestra especie; si no, lo pagarán carísimo, hasta con sus vidas. Jóvenes ¡os ha caído el mayor “marronazo” de la Historia de la Humanidad!. Si sois tan perezosos intelectualmente, inconsecuentes, irresponsables, superficiales e inútiles como la mayoría de quienes os precedieron, os estaréis condenando y a toda la Humanidad. ¿Quién iba a decirnos a la generación del 68 que ni en nuestra vejez veríamos el socialismo sino un riesgo de cataclismo planetario como éste, uno de los peores finales imaginables?. Sí, son muy malas noticias, verdades más que incómodas, terribles, a las que, sobre todo en el Norte rico, no nos ha acostumbrado la vida hasta hoy, ni la educación, ni los medios de comunicación.

La generación joven que fue movilizada para la Primera Guerra Mundial imperialista no creía que padecería tanto. La generación joven que fue movilizada para la Segunda Guerra Mundial imperialista, no creía que podría ser todavía más horrible que la anterior. Los/as jóvenes de hoy, debéis esforzaros por aprender de la Historia, mirar a la realidad de frente y aguantarle la mirada, o vuestra suerte será todavía peor que la de aquellas generaciones.

Si pudiesen, las generaciones pasadas desde que existe el ser humano, todas las víctimas de los sistemas de explotación y opresión que han existido, los luchadores/as y seres queridos que ya no están con nosotros, nos dirían: “¿Qué hacéis con nuestro mundo?”; y nuestros hijos/as y nietos/as nos los pueden decir mirándonos a los ojos; ¿aguantaremos su mirada?. Si no evitásemos el cataclismo, todas podrían maldecirnos como la mayor vergüenza para nuestra especie, por no haber sido capaces de acabar con el capitalismo y sus Estados. ¡Incluso los seres inteligentes y compasivos que pudieran existir en el resto del Universo!. Sí, pues bien mirado, este tiempo tiene una dimensión cósmica, pues está en juego la especie más inteligente y las condiciones para la vida en un planeta. “¡Anda!. ¿Te acuerdas, Wsrrmgbvgjaaald, del planeta azul? Pues ha quedado hecho una puagfhrr.” diría, al observar nuestro fracaso, un astrónomo alienígena a su colega, y éste respondería “¡Vaya!. Pues habrá que cancelar el programa de invasión”. ¡Jodeos, cabronazos!. ¡De buena nos habremos librado!. ¡Qué alivio!, ¿que no?. Pues como bien dice el refrán “taoísta”, “no hay mal que por bien no venga”.

Pese a todo esto, algunos pensaréis. “Todo eso está muy bien, pero ya no da tiempo para que cambiemos de sistema social”. Haceos el favor de leer este artículo de John Molyneux “¿Queda tiempo para cambiar de sistema?” https://vientosur.info/queda-tiempo-para-cambiar-de-sistema/

V.- Si, por PRECAUCIÓN y PREVENCIÓN, APOSTAMOS por la TAREA POLÍTICA CENTRAL, saldremos GANANDO (no digo “con seguridad, venciendo”) incluso en el peor escenario

Debemos partir del hecho de que la biosfera de nuestro planeta es mucho más delicada y vulnerable a la actividad humana de lo que durante mucho tiempo creímos (no “aguanta lo que le eches”, no se la puede tratar como a un cubo de basura), y que su generosidad en recursos también tiene sus límites. La pretensión (expresada en la Biblia, el libro del Génesis) de dominar la Tierra y todo lo que en ella vive, incluso de transformarla a nuestro gusto, se ha demostrado una imposibilidad. Las demás especies se reproducen y se expanden, pueden aumentar el impacto sobre el planeta, pero aun así siempre encuentran su límite en otras y el medio ambiente y, generación tras generación, la huella ecológica (consumo de recursos, producción de desechos) de cada individuo, vendrá a ser más o menos la misma. Las demás especies tienen una limitación a sus deseos muy clara, nosotros no, pues aspiramos a mucho más de lo que puede necesitar nuestro mantenimiento y reproducción animal, tal vez porque nos sentimos tan vulnerables (sin colmillos poderosos, ni garras, ni alas para huir volando, con la piel fina y expuesta), por desear vivir lo mejor posible mientras podamos (conscientes de nuestra mortalidad, y más si no esperamos una vida mejor tras la muerte), dejar a nuestra descendencia en las mejores condiciones, y la tensión entre el tener y el ser (“tanto tienes, tanto vales, tanto eres”). Incluso algo en apariencia tan poco materialista como el deseo de saber, si no quiere quedarse en la especulación mitológica a la luz de una hoguera, necesita de algo ya tan complejo como la producción de material de lectura (tanto más cuanto menos quiera ser el patrimonio de una minoría), y otros medios sofisticados y costosísimos en huella ecológica: de la exploración marítima a la astrofísica y la exploración espacial. Nuestro caso, sobre todo en el último siglo, ha sido el de generar una huella ecológica sobre el planeta, per cápita (aunque muy desigualmente distribuida) cada vez mayor y con mucha rapidez. Nuestros deseos crecen, y aunque la Tierra nos haya ofrecido cada vez más, sigue siendo la misma, limitada a una esfera. Unamos esta problemática antropológica que viene de lejos -agudizada por las diferencias sociales en las pasadas sociedades de clase-, a un sistema económico (el capitalismo) que lleva incorporado (“de serie”), una especie de “sujeto o piloto automático” (el ciclo D-M-D plus: Dinero –Mercancía –Dinero plus) que lo impulsa al crecimiento y la expansión a todas las facetas de nuestra existencia, aprovechando como nunca las fuentes energéticas gracias a los combustibles fósiles, y obtendremos la “tormenta perfecta” en la que nos hallamos ahora y la muchísimo peor que puede venir. Somos una especie excepcional (en la Tierra, al menos), pero limitada como todas por las leyes de nuestro planeta que ni siquiera conocemos plenamente, que no podemos vulnerar impunemente, y que ya nos están exigiendo que rindamos cuentas y nos sometamos si no queremos autodestruirnos y “llevarnos por delante” a muchísimas más.

Si esto nos pasa con el planeta, con nuestra civilización, algo parecido. Para aquello que es directamente nuestra obra, el capitalismo, debemos partir del hecho de que su control escapa a nosotros, los trabajadores/as y sectores populares, y en buena parte hasta a los capitalistas, pues el sistema, con su marcha automática, nos usa a todos como sus agentes, representando cada cual, un papel asignado por la Mega-Máquina (capitalistas, proletarios…). No es mucho lo que podemos hacer para orientar el curso del capitalismo y de sus Estados, pues tienen su propia dinámica espontanea, y para aquello en lo que sí se pueda intervenir, quienes detentan el poder económico y político, son los capitalista, la clase burguesa, con sus mezquindades, visión cortoplacista, ceguera voluntaria…

Si esto es así ahora, más ocurrirá durante el proceso de colapso, que no podríamos controlar por las características propias de todo colapso, y porque incluso a la burguesía se le escapará de las manos gran parte de lo que hasta entonces conseguía conducir. Pero eso no nos haría a nosotros más fuertes, ni más libres (el típico sueño de algún colapsista, o de los que hablan de un decrecimiento feliz), sino víctimas de los procesos del shock (crisis, desintegración, desesperación, furia, búsqueda de soluciones milagrosas, de “chivos expiatorios”…) que nos arrojaría en brazos de Estados con menos recursos sociales, pero más autoritarios y belicistas, o de “señores de la guerra” y organizaciones mafiosas.

Sólo conseguiríamos amortiguar el colapso y sus consecuencias más inhumanas si previamente hubiésemos comprendido sus verdaderas causas, esto es, el capitalismo y sus Estados (conciencia anticapitalista proletaria) y, por tanto, orientásemos nuestra mente y actividad a la creación de las relaciones sociales de producción y de poder político, lo menos dañinas posibles dadas las circunstancias (tarea súper, híper-difícil si previamente no hemos acabado con el Estado burgués). Incluso si quisiésemos que desde ahora se orientasen las políticas públicas en previsión de la inevitabilidad de ese escenario, la conciencia anticapitalista sería necesaria por dos razones: la primera, porque el colapso desmiente los mitos de la ideología burguesa, la “ciencia” de sus economistas, y su asunción pasa por admitir ese fracaso; la segunda, porque si esto no lo tenemos bien presente, incluso pese a la admisión del fracaso, sólo lograríamos que la burguesía se preparase para acaparar los recursos en el colapso, lo que equivaldría al acaparamiento de los botes y chalecos salvavidas, agua dulce, alimentos, y recursos para la navegación, por los viajeros de “primera clase” en el caso del hundimiento del Titanic. Por tanto, no es un problema de gestión, administrativo, técnico, sino ante todo político, de conciencia social y política. Esa es la tarea central, y no la de plantear medidas prácticas que no serán comprendidas ni admitidas, salvo que se reconozca el fracaso del capitalismo, lo que implica la crítica hasta su raíz si no queremos que la burguesía “cambie de chaqueta” para seguir dominando, «cambiarlo “todo” para que siga igual». La conciencia anticapitalista, como una nueva cultura, un relato social, memoria histórica, puede permanecer en las cabezas de la gente, en tanto que muchas de las medidas materiales y organizativas con las que se quiso estar mejor preparados para el colapso, pueden derrumbarse en una caída incontrolable.

La famosa resiliencia ante el colapso (véase https://www.resilience.org/ ), deberemos entenderla bien, en el sentido de capacidad de resistencia, aguante, adaptación, sobreponerse, superación de los traumas, supervivencia, pero colectivamente, no una versión de cómo lo entiende el neoliberalismo, en plan sofisticado, pero el “ajo y agua” (“a joderse y aguantarse”), el “es lo que hay”, “no llores tanto, no seas nenaza, supéralo”, el “cada uno a lo suyo”, “sálvese quien pueda”, “tonto el último”, “el último se queda sin silla”, “cada uno tiene lo que se merece”, de siempre y, sobre todo, el olvido y la impunidad para el capitalismo, sus Estados y la burguesía. Que la transición al post-colapso no sea, en esto, como la Transición española, dejando, en lo fundamental, intacto el capitalismo y su Estado burgués, y hasta su personal, “superando” los traumas y “cerrando” las heridas a base de amnesia colectiva, desmemoria de las víctimas, e impunidad y “lavado de cara” de los victimarios.

Pero todavía no podemos dar por totalmente seguro e inevitable el colapso, pues según se acerque, si hemos hecho nuestra labor políticano se puede descartar, ante el empeoramiento de la vida, una extraordinaria aceleración de proceso de maduración política de los trabajadores/as y sectores populares en una dirección revolucionaria, como ha ocurrido alguna otra vez en la Historia. De ser muy difícil, pasaríamos a hacer esto imposible o lo echaríamos a perder, si cerrásemos esa posibilidad desde ahora y orientásemos nuestros esfuerzos a prepararnos para adaptarnos al colapso. Y no se puede decir que las diferentes corrientes del ecologismo, ni de las organizaciones revolucionarias, hayan llevado hasta hoy la orientación y tarea central que propongo, como para descartar del todo y definitivamente esa posibilidad de salvarnos. Por eso, sus derrotas, pese a sus muchos esfuerzos, no demuestra necesariamente la imposibilidad de la salida revolucionaria, sino la impotencia de sus planteamientos estratégicos y tácticos.

Por tanto, para asegurarnos el mejor futuro posible, o siquiera, el menos malo, no debemos desatender las señales de alarma de la Tierra, ni jugar en lo social en un terreno que no es el nuestro, el de la gestión del capitalismo.

Si apostamos por el capitalismo tal cual ha venido siendo, tenemos asegurados los peores escenarios hasta la muy probable autodestrucción de la Humanidad. Si apostamos por el capitalismo “verde”, si no es con seguridad al 100%, sí será con altísimas probabilidades de terminar en el desastre y la deriva al cataclismo. Si de entrada aceptamos el colapso y la imposibilidad de superar de modo revolucionario el capitalismo y acabar con sus Estados, desperdiciaremos la ocasión revolucionaria si se presentase de improviso, y no tendremos la oportunidad para un mundo mejor, sino que nos arriesgamos a las peores derivas, las más ecocidas y genocidas, muy probablemente a la autodestrucción de la Humanidad.

Con esta orientación que he propuesto seguimos los criterios de precaución y prevención, y la mejor opción posible para nosotros.

Con esta orientación conseguiremos alguno de estos logros1.- En el mejor de los casos, nuestro objetivo revolucionario, librarnos del capitalismo y sus Estados, y evitar la deriva al cataclismo. 2.- Situarnos en las mejores condiciones de conciencia, organización y movilización para frenar las peores derivas de la burguesía y sus Estados caso de que nos alcance el colapso del capitalismo, pese a haber alcanzado la burguesía “El mejor horizonte realista al que podría aspirar el capitalismo”, expuesto casi al final de la sección II de este documento. 3.- Si resultase que la burguesía nos sorprendiese siendo capaz de evitar el colapso y la deriva al cataclismo, puede que mucho se debiese a que el anticapitalismo hubiese ejercido sobre ella una gran presión, y durante el proceso habríamos logrado desgastarla en su dominio, aumentando la conciencia anticapitalista; adaptaríamos nuestra estrategia y tácticas a los nuevos horizontes y escenarios.

Creo que el escenario 1 es extraordinariamente difícil, poco probable, pero no imposible; que el 2 es más probable; y que el 3 es, salvo gran sorpresa, prácticamente imposible. El curso histórico nos es desfavorable. No podemos apostar a “caballo ganador” (el 2 y el cataclismo). Nos toca apostar por lo más improbable y revolucionario. Puede que no triunfemos (venzamos), puede que finalmente fracasemos totalmente, pero si algo podemos ganar, es con esta orientación.

Si de entrada creemos que el colapso es inevitable, y no es así, habremos desperdiciado el escenario 1, debilitado de un modo suicida nuestra posición en el 2, y hecho el ridículo y perdidas posiciones en la correlación de fuerzas, de darse el 3. Si creemos en la inevitabilidad de algo, aunque en realidad no lo sea, pero el curso va efectivamente en esa dirección (un coche se dirige al abismo, pero no tiene por qué caer en él si se detiene y desvía a tiempo), no necesita de nuestro esfuerzo para llegar al final, sino de nuestra pasividad, y conseguiremos que suceda, como la “profecía autocumplida”.

Si durante la marcha llegásemos al convencimiento de que es inevitable incluso el colapso de una civilización industrialel anticapitalismo y el internacionalismo proletario nos pondrían en las mejores condiciones políticas, psicológicas y morales para, primero presionar al capital y al Estado a tomar medidas que de otro modo no adoptaría (pero sin creer que podría llegar a hacerse el “harakiri”), y segundo, para afrontar la caída menos debilitados y divididos, aunque no existe ninguna garantía de que eso aguantase las tensiones creadas por las circunstancias y fuese suficiente para evitar una deriva de “todos contra todos”. Pero de entrada, no podemos renunciar a esa posibilidad, pues entonces, sí que sí, nos abandonaríamos a lo peor, a lo más bajo, de nuestra condición humana. Hay una frase de no sé quién que viene a decir algo así como “el mal se impone, sobre todo, por la pasividad de los buenos” (también, muchas veces, pese a su resistencia).

En tanto no podamos tener la iniciativa política (ser quienes marcan el paso – la “agenda” política- y la burguesía ir a la zaga, adaptándose), y la ofensiva política hacia la revolución (la burguesía reculando, a la defensiva), al menos tomemos la iniciativa y la ofensiva en el terreno de la lucha ideológica, de la denuncia (plusvalía y todas sus consecuencias) y del marco de pensamiento y acción (Horizonte 2050), pues esto, más mucha concreción estratégica y táctica, es lo que nos permitirá pasar a la iniciativa y ofensiva política algún día (no puede tardar, o no se dará). Sin embargo, si nos planteamos la lucha ideológica en unos términos ambiguos, sin atrevernos a señalar y poner en primerísimo plano la raíz del problema (la plusvalía, el capitalismo y sus Estados), sus principales responsables (la burguesía y sus Estados), e impulsar un movimiento internacional capaz de unir a mucha gente (empezando por un eslogan-marco; sobre la marcha se establecerán lazos organizativos…), nunca llegaremos a acumular la suficiente fuerza ideológica como para generar práctica de lucha y fuerza política revolucionaria. Nos ganara el reformismo utópico vía Green New Deal, capitalismo “verde” y, según se ponga la cosa peor y no hayamos sido capaces de levantar una alternativa al capitalismo y sus Estados, la ofensiva del neofascismo hasta nuestro aplastamiento y de ahí, el infierno.

Tras lo dicho y lo que diré, comprobaréis que no pretendo quitar importancia a las dificultades, pero con la denuncia de la plusvalía (y todas sus consecuencias), más el eslogan-marco de elaboración y confluencia internacional de Horizonte 2050, ya tenemos los dos brazos de la tenaza que nos permite sujetar y manejar bien el problema. Una puerta acorazada gigante, de esas que salen en algunas películas, puede que soporte un cañonazo, dinamita, etc., pero si conoces la combinación o el sistema de apertura que sea, la abrirás sin dificultad. Con esto, sucede algo parecido. Puedes luchar una barbaridad (y a lo bárbaro) y no conseguir nada, pues el método está equivocado. Hace falta un trabajo fino y completo. Si no denuncias la plusvalía y todas sus consecuencias, será como si de una larga combinación no conocieses el comienzo, sino sólo, en el mejor de los casos, alguno de los números de en medio. Si no te planteas un plazo y un modo para que todo concluya al final, será como si no supieses los últimos números de la combinación. Con esta tenaza, todavía nos queda aplicar la fuerza, en la dirección y durante el tiempo necesario (estrategia, tácticas). Sí, sólo son unos símiles, pero quiero insistir así para que no infravaloréis lo que os ofrezco. De lo contrario seríais como si los indios, de una película del Oeste, esperasen que el hombre blanco traficante de armas trajese para todos los guerreros unos fusiles (seguro que anticuados, como las estrategias y tácticas imperantes hoy), y se sintieran frustrados y derrotados si les ofreciera “sólo” una única ametralladora con su munición, arma que en principio no entendiesen. Podemos luchar todo lo que queramos, pero si no lo hacemos con la suficiente inteligencia estratégica y táctica, estaremos “haciendo el indio” (dicho con perdón de los indios).

Si todo esto no fuese bastante, al menos en los países ricos, aparecerá una dificultad que hasta hace pocas décadas no existía: el envejecimiento de la población, con un aumento espectacular del porcentaje de mayores de 65 años, y de edades menores próximas. La vejez tiende a hacernos “conservadores”, o menos valientes, pues para los pocos años que nos quedan por delante, queremos ante todo tranquilidad. Apostar por algo muy arriesgado puede suponer, a nivel individual, demasiado para lo que se puede ganar. No es lo mismo para la gente más joven, que puede ganar mucho más para el resto de una vida que puede ser muy larga. Sin embargo, también puede movilizar a los ancianos si ven recortadas sus pensiones de jubilación, la asistencia sanitaria, la ayuda a la dependencia, las residencias para ancianos, la seguridad contra pandemias…; entonces quizás pensasen que ya tienen poco por perder, pero actuando (en la medida de sus posibilidades, aunque sea con a quién votan) pueden ayudar a sus hijos y nietos.

Una revolución no se parece en nada al protocolario traspaso de las carteras ministeriales cuando se da un cambio de Gobierno. Causará, sin duda, la pérdida de muchas vidas humanas (tantas como provoque la resistencia violenta de la burguesía y sus servidores), y muchos trastornos económicos (huelga generales, interrupción de suministros importantes) y sociales (la población tendrá como tarea central ésta, no otras, aunque algunas no pueda desatender del todo), que temporalmente podrán agravar la crisis energética (destrucción de instalaciones, hackeo por ciber-guerra…) y medioambiental (intoxicación por residuos militares de campos y zonas urbanas; imaginemos que a algunos militares fanáticos, sin escrúpulos, “demócratas” o fachas, se les ocurra, como último recurso para acabar con la revuelta popular en un territorio, lanzar la bomba atómica, o provocar la explosión del reactor nuclear de una central próxima; conociendo un poco de la historia de las guerras, las represiones y los genocidios, los creo capaces de eso y de más). Si ya tuviésemos manifestaciones acusadas del proceso de colapso, la violencia del Estado y de las milicias reaccionarias serían todavía mayores, pues entonces adquirirían más fuerza las tentaciones de “solución” genocidas, al entender que una parte importante de la población “sobra” (empezando por los “rojos”, los ancianos; gente de otros países…), por lo que un proceso revolucionario retrasado a esa situación, sería mucho más doloroso, pues también habría aumentado en la gente la influencia de las corrientes fascistas. Y si ganasen ellos, todavía nos esperaría lo peor. Sin duda tendría sus costes y sus riesgos también, pero serían muchísimo menores de lo que nos esperaría con el cataclismo provocado por el capitalismo y sus Estados. Si muchas veces “lo barato resulta caro”, pretender “ahorrarse” una revolución, puede costar una dictadura terrorista y una guerra mundial imperialista. Imaginemos por un momento lo que habría sido la historia del mundo si en Alemania, la revolución socialista-comunista se hubiese adelantado al ascenso al poder de Hitler (30-1-1933). Pese a los sufrimientos inevitables, habría desatado un tsunami revolucionario por toda Europa (Franco no habría tenido el apoyo nazi, Mussolini se tambalearía, incluso derrumbaría), afectando al Reino Unido, a EEUU (ascenso del movimiento obrero en esa época), Latinoamérica (Méjico, Argentina, Chile…), Japón, el independentismo de las colonias en África y Asia, la revolución en China. Nos habríamos evitado la II GM y muy probablemente llegar a este punto al borde del cataclismo, pues habría habido más desarrollo con menos crecimiento (sin despilfarro armamentista, obsolescencia programada, consumo de lujo y prestigio, crisis, etc.) y siempre se habría hecho caso a las advertencias de los científicos, pues se impondrían los intereses de la Humanidad, ya que no habría una minoría detentando el poder económico y político.

Todos/as tenemos la tendencia a imaginar que nuestro yo conseguiría sobrevivir a ese proceso (revolucionario o de colapso) y disfrutar de sus frutos. Esa esperanza es buena y necesaria para luchar con determinación, pues si todos creyésemos que sucumbiríamos, nos restaría motivación para luchar, aunque nos quedaría nuestra descendencia, pero ¿y si ni ellos lo consiguiesen?. Pero tampoco es bueno auto-engañarnos demasiado, pues entonces quizás apostásemos por el colapso, incluso rápido y profundo, creyendo que es el mal menor para la Humanidad, pese a saber que podría costarle a vida a muchos cientos de millones (o más) de personas (no sólo por el colapso en sí, sino por las guerras reaccionarias que de seguro desataría), pero claro ¡siempre serían las vidas de otros! ¿no?, mi persona ¡seguro que sale airosa y está entre los supervivientes!. Véase mi artículo https://kaosenlared.net/opios-del-pueblo-final-feliz-viaje-del-heroe-progreso-victoria-final-segura/

No hay final feliz. Ahora seguramente ya es inevitable que incluso el cambio climático más “moderado”, en el mejor de los casos, es decir, si no se da una escalada a base de la retroalimentación positiva, se estabilice y dure muchísimo tiempo, cientos de años e incluso más. Enormes deterioros causados a la Naturaleza son ya irreversibles, y para otros, si fuese posible su reversión, seguramente tardaría una enormidad de tiempo para la escala humana. El mal está hecho.

Pero os diré más. En las notas tenéis muchos accesos al tema. Aquí os adelanto que mi mayor temor es que incluso si, con la revolución, consiguiésemos adelantarnos al colapso del capitalismo; incluso si lográsemos no superar el aumento de la temperatura media mundial en 1,5 grados centígrados; incluso si, gracias a la electrificación mediante las energías renovables, pudiésemos conservar la industria imprescindible para producir objetos muy variados, de verdadera utilidad, y que hasta nos permitiesen seguir avanzando en el conocimiento científico (de lo más pequeño y cercano, y de lo más grande y lejano, de lo visible y lo invisible); pues pese a todo esto, la Humanidad todavía podría verse abocada a otra catástrofe, a la guerra y los genocidios, si tuviésemos el “talón de Aquiles” de la agricultura, de la fertilidad de los campos y alimentación de las plantas, por no haber encontrado una alternativa a la altura de los abonos nitrogenados (dependientes ahora sobre todo del gas natural) y del fósforo obtenido de los fosfatos de roca, que nos permitiese alimentar a todos/as en las debidas condiciones. La agricultura ya ha quedado muy dañada con la desaparición en la biodiversidad de semillas (tan importante para adaptarse al cambio climático), y se ha conseguido alta productividad a costa de una gran pérdida nutricional de los alimentos; ¿qué ocurrirá cuando ya ni siquiera se pueda producir tanto? (véase este documental http://www.rtve.es/rtve/20200113/documentos-tv-estrena-semillas-del-beneficio/1995441.shtml — https://www.documaniatv.com/social/las-semillas-del-beneficio-video_3915d1b9f.html ). Y eso, si no estoy equivocada, bien se podría desatar para bastante antes de fin de siglo, no sólo a cuenta de las reservas, sino de lo que podamos aprovechar de ellas tras la crisis energética. Véase, además del extenso estudio que le dediqué al tema de los fosfatos (Nota 5), este recientísimo artículo (14-12-2020) de Ferran Claudín “¡Son los fosfatos, estúpido!: Un remake previsible” https://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20201214172022128 , en la wiki https://es.wikipedia.org/wiki/Pico_de_f%C3%B3sforo , https://www.ecologistasenaccion.org/10664/limites-a-la-disponibilidad-de-minerales/ , también las últimas previsiones que conozco, que sitúan la superación de la demanda sobre la oferta de fosfato de roca en la horquilla de 2035 a 2075. ¿Puede con esto el optimismo “a prueba de bomba” del “pensamiento positivo”?. Que se conozca la verdad de todo esto, la eliminación de los secretos comerciales o estatales al respecto, es también una reivindicación prioritaria para la Humanidad. Esto es un trillón de veces más importante, urgente y trascendental, que conseguir la formación de una comisión parlamentaria para investigar los dineros del rey emérito Juan Carlos I de España. ¿Os dais cuenta de lo que implica comprender cuál es hoy la tarea central?

Os estoy indicando lo que creo es el camino correcto, el que puede salvarnos. Otra cosa es que no tengamos fuerzas ni para recorrerlo. Pero al menos no os engañéis con supuestos atajos políticos, o esperando milagros tecnológicos (“seguro que inventan algo, aunque sea en el último momento, que nos salve”).

Tal vez algún día unos seres humanos asistan al final del mundo. Deberán hacerlo probablemente pasando un proceso de duelo similar al expuesto por Kübler-Ross https://es.wikipedia.org/wiki/Modelo_de_K%C3%BCbler-Ross , empezando por negarse a admitir la verdad de lo que les viene, hasta terminar aceptando el final de sus vidas, de la especie, del mundo. Pero debemos cuidarnos mucho de la resignación precipitada, pues es la perfecta escusa para ni intentar lo que propongo y seguir con las rutinas de siempre. A padres y madres les puede resultar angustiante que su hijo vaya a la guerra pero, a fin de cuentas, no son ellos lo que irán y pueden sobrevivirle, así que no se aventuran a oponerse al Gobierno. No resulta difícil resignarse ahora, cuando quizás todavía podamos hacer algo relevante, y dejar que sean nuestros hijos/as, nietos/as, o los de otros, el resto de la Humanidad, quienes “se las arreglen”, padezcan la peor parte y el cataclismo. Nos resulta tanto más fácil desentendernos cuando el cataclismo no se evidencia ya ante nuestros sentidos como un terremoto devastador, una guerra y, como con el calentamiento, siempre se pueden buscar argumentos escépticos y hasta negacionistas. Es más fácil obedecer las órdenes para montar en el tren que nos lleva al campo de exterminio, que rebelarnos como podamos para intentar impedirlo o que al menos tenga también un coste a nuestros asesinos, y sea una señal de alarma para que otros/as se preparen mejor para resistir. Siempre podemos buscar escusas y hasta racionalizarlas y teorizarlas del modo más convincente para ocultar nuestra falta de coraje y del suficiente amor. Como los judíos cuando decían que a los nazis no les interesa matarlos, pues eran útiles como mano de obra ¿también los ancianos, enfermos, bebés…?; ahora sería que a ellos tampoco les interesa el cataclismo, pero tampoco les interesaba a los perdedores de la Segunda Guerra Mundial, y eso no les impidió apostar por la guerra total –en la confianza de que ellos serían los ganadores y otros los exteminados- y acabar con su país devastado por las bombas. Pero yo no encuentro ninguna escusa para ni siquiera intentar en serio sacar adelante mi propuesta, lo que empieza porque TÚ des el paso en la medida en que puedas, aunque sólo sea pasando a otras/os este documento.

Hay que cuidarse también de caer en la desesperanza que lleva a la desesperación, a la depresión, a que nos atrapen nuestras tendencias masoquistas, victimistas, y hasta suicidas, si no individuales, sí colectivas. Puede haber muchas formas de conducirnos a ello. Recordemos el discurso austericida culpabilizador de “han vivido ustedes por encima de sus posibilidades, es hora de sacrificarse”, mientras los más responsables de la catástrofe financiera “se iban de rositas”, incluso los más corruptos, hasta salvaban sus fortunas gracias al rescate por medio del endeudamiento (a nuestra costa) de los Estados (la socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias). Ahora puede venir algo parecido a través del discurso de que al cataclismo nos ha llevado “la actividad humana” (no el capitalismo y sus Estados), y nuestro “consumismo”, o de que “No hay alternativa al capitalismo y al Estado; y el capitalismo y el Estado somos todos, como empresarios, trabajadores o autónomos, ciudadanos comunes o funcionarios del Estado”, etc. Aunque la burguesía no es tonta, no descartemos tendencias suicidas (“antes muerta que sencilla” que decía la canción juvenil pija, narcisista y exhibicionista) ante la incapacidad por cuestionarse a sí misma, y antes preferir acabar con todo. Recordemos a Hitler en sus días finales cuando, en lugar de maldecirse a sí mismo y rendirse, culpaba al pueblo alemán, merecedor de su suerte por su incapacidad para vencer en la “lucha de razas”, pese a ser la superior, obligándole a luchar hasta el fin, movilizando incluso a ancianos y niños y persiguiendo a muerte a quien flaquease y estuviese dispuesto a rendirse y no digamos, desertar. Y puestos a suicidarnos, ¡cuánto mejor si de paso nos “llevamos por delante” a todos nuestros oponentes, en una guerra nuclear, etc.!, si desencadenarla depende de muy pocas personas, como los jefes de Estado, unos pocos altos mandos militares y la lealtad canina de unos cuantos subordinados que no se harán preguntas, pues ellos “no son quién” para cuestionar las órdenes de la más alta autoridad que “seguro tomará la mejor decisión”, pues para eso posee toda la información sobre la situación (si conocéis los experimentos de Stanley Milgram sobre la obediencia a la autoridad, no dudaréis ni por un segundo de la posibilidad de lo que os digo). Recordemos que durante la “crisis de los misiles” (instalados en Cuba por la URSS) en 1962, los jefes militares de EEUU estaban muy predispuestos a lanzarse a la guerra con la URSS tomando la iniciativa, y si el presidente J.F. Kennedy no les hubiese frenado, tal vez no estaríamos aquí. No les faltarán los filósofos que teoricen en esas direcciones suicidas, ni los propagandistas que les sirvan de altavoces popularizadores (véase, http://laindustriadelplacer.blogspot.com/2013/05/nick-land-aceleracionismo-e-hipersticion.html ).

Debemos estar preparados, pues no se detendrán (como durante mucho tiempo ha ocurrido con el cambio climático o la crisis energética, o antes, cuando nos contaban las bondades de las centrales nucleares) ante la más malvada de las manipulaciones, de las ideas y de nuestras emociones (un siglo de arte de la ocultación de la verdad, la negación de la evidencia científica, la mentira sistemática, la propaganda y la publicidad, dan para mucho), represión aparte. Debemos cargarnos de razones, argumentos, pero también -para no caer en el victimismo y masoquismo, para no volver la negatividad contra nosotros mismos-, de emociones muy fuertes: indignación, rabia, combatividad (“que os den por el (….), hijos de (….)”). Estoy a la espera de que alguien ocurrente invente el insulto, palabrota o imprecación híper-fuerte, pero a la vez lo menos políticamente incorrecto, que exige nuestra época y el cataclismo. ¿Qué se les podría haber gritado a los nazis antes de su subida al poder, de haber sabido lo que acabarían haciendo? ¿Qué les habrían lanzado a la cara los millones de víctimas que causaron?. Seguro que acabaremos considerando como criminales (aunque no hayan vulnerado el código penal vigente, anticuado para lo que está llegando), a quienes hayan tomado muchas decisiones empresariales, políticas y militares que nos lleven al cataclismo, y calificaremos los hechos como crímenes contra la Humanidad, sobre todo por sus consecuencias, cometidos a sabiendas pues la ciencia lo había advertido de sobra.

¿O es que creéis que ellos van a “jugar limpio” respondiendo a nuestras objeciones con argumentos científicos? Se dedicarán a ridiculizarnos, descalificarnos, difamarnos, calumniarnos, acosarnos en público y hasta en privado, criminalizarnos con las peores acusaciones por falsas que sean, reprimirnos, encarcelarnos, para marginarnos y desmoralizarnos. Nos echarán encima a todos los troles, los fanáticos de ultraderecha, y hasta animarán al asesinato, sin descartar los posibles golpes de Estado militares o ascensos del fascismo puro y duro. No hay más que repasar las estrategias y tácticas que de siempre han usado, incluso cuando está en juego muchísimo menos que ahora. Así que no es que yo sea una faltona, una mal hablada, sino que debemos arrancarnos la tendencia a la sumisión y el respeto a quienes no se lo merecen (sólo porque visten trajeados y tienen autoridad), mucho más implantada en nosotras/os de lo que creemos; si no tenemos respeto a los gánsteres, menos a quienes desde la “legalidad” son como ellos o mucho peores (véanse los experimento de Stanley Milgram y los basados en él, consultando en mi texto-guía «“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos», enlace en la Nota 10).

La victoria no está asegurada, no hay final feliz garantizado (menos, para todos los luchadores/as), los buenos pueden perder completamente, todo puede acabar más que mal, peor. Pero no queda otra que luchar, pues si todavía existe alguna probabilidad de salvarnos, pasa por ahí. Y quién sabe, quizás, sólo quizás, aunque todo nos vaya mal, en el último momento, con un golpe de mucha, muchísima suerte, ganemos, como ocurre en las películas. Para los creyentes: si le demostrásemos a Dios que somos muchos los justos y que nos hemos “dejado la piel” en la lucha, si le demostrásemos así que de verdad respetamos su creación (la Tierra, nuestra especie y las demás) y nos arrepentimos por todo el mal que hemos hecho, quizás se conmueva, decida intervenir en nuestro favor e impedir que se autodestruya la obra preferida de su creación (Biblia, libro del Génesis, 18 y 19, destrucción de Sodoma y Gomorra; Evangelio de Lucas, 15, parábolas de la oveja perdida y del hijo prodigo).

Espero hayáis comprobado que, aunque apueste por lo que creo la mejor alternativa (no la más fácil, rendirse y “que pase lo que tenga que pasar”), no os oculto nada, conscientemente no pretendo venderos ninguna “moto”, aunque pueda equivocarme, y hasta desesperadamente intente autoengañarme.

VI.- LLAMAMIENTO MUNDIAL a TODOS/AS los que os reclamáis del MARXISMO o del ANARQUISMO

No dispongo, ni remotamente, del tiempo necesario para ir haciendo un seguimiento regular de las organizaciones, colectivos, webs, blogs, etc., de nuestra gente, pues son muchos sólo en español (seguro que no conozco a todos), y no digamos en otros idiomas. Pero incluso visitando de vez en cuando los sitios de quienes en muchos aspectos me parece que tienen los mejores posicionamientos (los hay que todavía ni siquiera admiten que el capitalismo sea un modo de producción que haya alcanzado su etapa decadente, traba y amenaza para la Humanidad), mi impresión es que hay una gran dispersión en los análisis y actividades, falta de suficiente conciencia de la emergencia, del sentido de las prioridades y su orden, confusión entre lo escandaloso y lo trascendental, entre lo urgente y lo importante, entre la respuesta inmediata y la carrera de fondo, incapacidad para lanzar propuestas útiles que extiendan y unifiquen las luchas (incluso por encima de las fronteras nacionales), encontrar medios para unir fuerzas a escala nacional e internacional, etc. Aparte los que apestan a estalinismo, huele demasiado a inercia (cuando no, estancamiento) del siglo XX, jugadas “a corto”, carrera de “pollos sin cabeza”, derrota, descomposición. Hay mucho que aprender de la crítica a la “política folk” que hacen Alex Williams y Nick Srnicek (véase el Anexo II: Aceleracionismo, el acceso al fragmento de su libro). Y esto puede decirse ¡hasta de los colectivos que se proclaman ecosocialistas!, pese a tener entre sus referentes a gente como Michael Löwy, Jorge Riechmann, Daniel Tanuro…, que insisten en la centralidad del asunto, contradiciéndolos claramente, pues al abrir su web, el lector debiera recibir un impacto enorme con el tema central y prioritario para salvar a la Humanidad, que fuese imposible que escapase de su atención (presente en todas las páginas de la web), contrarrestando la tendencia de todas/os a evitar reconocer la horrible verdad; y sin embargo, de ninguna manera es así, no se diferencian de las demás, seguimos, salvo por la covid-19, en las rutinas de siempre.

En cuanto a la relevancia que se da al peligro de cataclismo, el resultado para los lectores/as, no es cualitativamente mayor en los medios de comunicación marxistas y anarquistas que en los de la burguesía (prensa, radio, televisión…).

Si en la burguesía se viene dando una reacción muy tardía ante el horizonte de cataclismo, y todavía sigue habiendo diferencias importantes (el negacionismo de Trump, su retirada de los acuerdos de París de 2015), nosotros estamos todavía más atrás a la hora de orientar nuestra intervención, la tarea central. Reconocer y avisar de un problema no es lo mismo que tomar las medidas necesarias para atajarlo, en nuestro caso, de lucha de masas que necesitan de una estrategia y tácticas. Vamos completamente a remolque de los acontecimientos y sin aspiración real de poder tomar las riendas del futuro, porque no sabemos implementar ni lo más elemental, que es lo que yo propongo, o algo mejor.

Se vive un proceso como de mente dividida. Por una parte, puede haber un artículo en el que se hable de la gravedad del problema del cambio climático (sobre todo a cuenta de alguna conferencia oficial internacional, manifestación…) y, sin embargo, la línea general, la orientación de la web y de la organización tiene muy poco que ver con eso, como si no terminasen de creérselo o fuese un tema escandaloso, sí, pero casi marginal en la práctica. No se distingue mucho de hacer una reseña sobre una novela o película que trate sobre una catástrofe apocalíptica, fantasía o ciencia-ficción, que no afecta a nuestra vida real, y menos a la línea general del grupo político.

Es como si supiésemos que una flota de enormes naves extraterrestres, venidas de vete a saber dónde, se acercase a la Tierra con intenciones hostiles (nos estarían lanzando emisiones de radio y televisión –en color- confesándolo, para “acojonarnos”: “vamos a hacer picadillo con vosotros, jodidos terrícolas”), mientras, para ir afinando la puntería y como entretenimiento, destruyen a su paso varios satélites y planetas de nuestro sistema solar (emitido en directo, captado por nuestros astrofísicos); pero nosotros siguiésemos centrados en nuestros problemas de siempre, atendiendo al “día a día”, que si los salarios, que si la represión de tal o cual manifestación, que si los rifi-rafes entre el gobierno y la oposición, peleando sectariamente con otra organización demasiado parecida a la nuestra, preparando la campaña para las elecciones municipales, y haciendo bromas con lo feos y brutos que son los alienígenas esos, a los que, antes de llegar hasta nosotros, “seguro que se les agota” el combustible (¡vienen de tan lejos y están todavía a tantos kilómetros de la Tierra!) y la munición (¡con toda la que han gastado, ya no puede quedarles nada!), “ja, ja, ja”. Pero la realidad ¡no tiene ni (….) gracia! ¡que no estamos para risas, leches!.

Denunciamos a la burguesía y sus Estados porque no toman las medidas necesarias, pero lo nuestro en realidad es mucho peor. Sabemos que la burguesía y sus Estados no pueden actuar contradiciendo su propia naturaleza; no puedes “pedir peras, al olmo”, no puedes pretender que el escorpión no use su aguijón (fábula del escorpión cruzando la charca sobre la espalda de una rana). Sin embargo, nosotros somos, supuestamente, los más conscientes, los más responsables servidores de la Humanidad, la cacho vanguardia, pero somos incapaces de asumir todo eso mismo como nuestra tarea central de este tiempo histórico. Y para eso no hace falta una financiación de billones de dólares o euros y “poner patas arriba” todo el sistema productivo, sino algo muchísimo más sencillo: orientar el pensamiento, la palabra y la acción, elaboración de línea, estrategia, tácticas, propaganda y agitación, impulso de la movilización y la organización hacia la tarea central de nuestro tiempo. Ahora la burguesía nos atacará si hacemos lo que debemos hacer; pero en el futuro, nos podría “echar en cara” que pudiendo hacer muchas cosas, no las hicimos, que íbamos de verdaderos “amigos del pueblo” y lo traicionamos. Que ellos son consecuentes consigo mismos y “van, a matar”, pero nosotros, en el fondo, somos peores, no los guerreros/as que el mundo necesita ahora, ya, sino especialistas de la queja, “nenazas”, “perro ladrador, poco mordedor”, limitándonos siempre a amagar, en lugar de golpear con fuerza.

Con el tratamiento que se está dando a este asunto, estamos todavía más desamparados de lo que ya lo estuvimos con la ofensiva neoliberal y la globalización que ya en su día NOS DERROTÓ. Supone reincidir en el mismo tipo (con todas las variantes que queráis) de práctica política (o anti-política) que no ha conseguido impedir que nos traigan hasta el borde del abismo. Ahora TENDRÍAMOS GARANTIZADA la DERROTA MÁS ABSOLUTA e INSUPERABLE y el CATACLISMO, PUES ASÍ ES IMPOSIBLE CAMBIAR la MENTALIDAD Y DISPOSICIÓN de MILLONES, de CIENTOS DE MILLONES, de MILES DE MILLONES de PERSONAS de TODO EL MUNDO, Y MENOS en el TIEMPO REQUERIDO para PODER SALVARNOS.

Si es que todavía queda alguna probabilidad de ganar, si aún tiene algún sentido nuestro mensaje, si no hemos llegado demasiado tarde, si no es ya anacrónico, si no está “caducado” (es probable que sí) por las nuevas condiciones históricas y el futuro, es altísimo el riesgo de quedar “fuera de juego”, “tirados en la cuneta”. Ya ha llegado “la hora de la verdad” que esperábamos en las décadas de los 60, 70 y 80 del siglo pasado, pero en circunstancias muchísimo más difíciles, complejas, trágicas y trascendentales para la Humanidad ¿y vamos a fallar en el “último acto” del drama?. ¿Pasaremos de la melancolía, a la desesperación, el fatalismo y la resignación, por no saber reaccionar ahora?. A muchos ya les veo (por su talante) incapaces de remontar y adecuarse (ni siquiera sobre el papel) lo suficiente a esta realidad, siendo no solamente unos derrotados hasta hoy, social y políticamente irrelevantes, sino convirtiéndose definitivamente y para siempre (éste será “el último tren” que podamos coger por propia voluntad) en históricamente inútiles, por mucho que su teoría y archivos fuesen muy valiosos para una lucha adaptada a los 80 primeros años del siglo XX. Si “suenan las campanas”, es también por ellos.

¿Qué haríais si Marx, Bakunin, o quien más os guste, respetéis, admiréis, os advirtiese que, tras rigurosos análisis, ha llegado a la conclusión de que, aproximadamente en una década, si no lo impidiésemos, se desencadenaría una guerra inter-imperialista mundial con altísimo riesgo de terminar en nuclear, química y bacteriológica?. Pues bien. Lo que nos amenaza es en realidad mucho peor pues, incluso sin necesidad de empezar con una guerra, puede hundir la civilización, acabar en la barbarie y la extinción de muchísimas especies (vegetales y animales), la nuestra entre ellas. ¿Seguiremos como si no fuese con nosotros/as porque esta vez la advertencia no nos la lanza un liderazgo comparable al de figuras históricas tan veneradas, sino científicos, expertos de diverso tipo, que ni siquiera comparten nuestro ideario, nos despiertan escepticismo, y la proyección de futuro es tan horrible que no queremos creérnosla pues atenta contra todas nuestras esperanzas mantenidas desde hace más de siglo y medio, y contra los mitos cultivados por esta civilización que también nosotros/as hemos acabado por compartir?.

El hecho de que ante el fascismo, una fracción de la burguesía nacional o mundial oponga su “antifascismo” (véase sobre el tema mi texto “Antifa…”), no nos lleva a renunciar a la lucha contra el fascismo, sino a darle nuestra orientación revolucionaria socialista, contra todo el capital, contra todo Estado burgués (“democrático” o fascista).

Denunciar la manipulación, por el capital y sus Estados, del riesgo de cataclismo para reforzar sus intereses y su poder contra la clase trabajadora y sectores populares, es una tarea fundamental. La Primera Guerra Mundial también sirvió para disciplinar bajo el capital y sus Estados a la clase trabajadora. Pero los revolucionarios no dijeron que esa fuese su causa ni su finalidad última, que hubiesen inventado la guerra como un truco para eso, o que el principal resultado de la guerra no fuese la matanza millonaria y la destrucción como nunca antes se había conocido en Europa, sino que denunciaron la guerra como una consecuencia del capitalismo decadente, de las consecuencias extremas (matanza y grandes sufrimiento para millones de personas), pero intrínsecas, de la plusvalía. Por eso, en Rusia sobre todo, y en Alemania en parte, fueron capaces de usar eso mismo contra el Estado burgués y el capitalismo, para hacérselo pagar.

Las maniobras de la burguesía para aprovecharse incluso de la catástrofe por ellos provocada (cual pirómanos-bomberos), no debe arrastrarnos al error de cuestionar la existencia misma o enorme gravedad de ese riesgo, como si fuese en lo fundamental una intoxicación, catastrofismo, al objeto de esos fines perversos. ¿Acaso no tienen valor los análisis, muy críticos, de autores marxistas como Daniel Tanuro, que demuestran con pruebas cómo incluso las conclusiones oficiales se quedan cortas precisamente por querer conciliar con los intereses de la burguesía “verde”, y que el peligro real es mucho mayor?. Debemos reconocer la realidad y volverla contra ellos y sus maniobras, como un boomerang. Denunciar el uso que hacen del catastrofismo, del shock (Naomi Klein), como medio para la “Unión Sagrada” (“todos vamos en el mismo barco, rememos juntos, sacrifiquémonos por el bien común, la Patria, o la Tierra”, etc.), no puede conducirnos, reactivamente, a negar la existencia del horizonte cataclísmico, y a no remar contra él, juntos (clase trabajadora internacional) y en todo lo posible con los sectores populares (pueden ser más ambivalentes con el capitalismo “verde”).

Sí, tenemos una gran urgencia para tomar medidas contra el cambio climático, la crisis energética, de la biodiversidad…, y la medida principal es la urgencia de acabar con el capitalismo y sus Estados, no las suyas de capitalismo “verde” y eco-fascismos. Esto es lo que debemos decir, en vez de caer en la trampa reactiva de una especie de “negacionismo” o “escepticismo” de izquierdas (sin pruebas concluyentes que lo respalden, y contra las evidencias confirmadas por los científicos), porque el asunto climático, ecológico, supuestamente nos “desvía” de nuestra lucha de verdad, cuando en realidad será todo lo contrario si enfocamos todo hasta su raíz: la plusvalía y todas sus consecuencias (de la explotación en el trabajo, a la extinción de las especies, incluida la humana). Si hacemos esto, a la maniobra de la burguesía “le saldrá el tiro por la culata”. De lo contrario, por mucho que queramos eludir el asunto, la realidad acabará imponiéndose, y la burguesía, ante la falta de respuesta inteligente por nuestra parte, con sus movimientos de masas auspiciados, nos desbordará totalmente con sus “soluciones” tecnológicas, autoritarismo y derivas militares, conduciéndonos a la derrota definitiva para toda la eternidad. ¿Que al final resultase que la comunidad de científicos, presionados por la burguesía, nos hayan mentido, exagerando mucho el problema? (es más bien lo contrario). Pues entonces la responsabilidad no sería nuestra, sino de la burguesía, y nosotros, en tanto, ya la habríamos desgastado por nuestra campaña por acabar con su poder para evitar el cataclismo, y tras esa mentira ¡más justificados incluso estaríamos!. Es más, si acabásemos siendo un peligro muy grande, la burguesía posiblemente correría a “rectificar” sus predicciones exageradas y así alejar el horizonte revolucionario (“si no hay riesgo de cataclismo, no hay necesidad de revolución para evitarlo” dirían), aunque a nosotros nos sobra con otros muchos motivos que siempre seguiremos denunciando, con o sin cataclismo pues, recordad, habremos ligado toda la campaña contra el cataclismo con la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, y ya sólo por la explotación, la opresión y las guerras (como se hacía durante los siglos XIX y XX) ya habría motivos de sobra para la revolución. Con esta estrategia, nosotros nunca podemos perder el tiempo, pues siempre habremos avanzado en el cuestionamiento de masas del capitalismo y sus Estados, sea finalmente el riesgo de cataclismo real o no, mayor o menor.

Si, para los marxistas, todo parte de la plusvalía (sin eso, Marx y el marxismo no serían lo que son), ahora tenemos una oportunidad extraordinaria para demostrar cómo la plusvalía está en el centro de todo: la explotación de los trabajadores/as, la acumulación del capital hasta sus límites (robotización) y los planetarios, llevarnos al cataclismo que puede acabar hasta con nuestra especie. No se trata de negar la realidad del mega-problemón, sino de oponer a su “solución”, la nuestra. En el inicio, la denuncia de la plusvalía era para superar, ante todo, la sociedad de explotación y opresión –capitalismo y sus Estados-; luego, con la llegada de la Primera Guerra Mundial, para evitar mucho más, la caída en la barbarie (“socialismo o barbarie” de Rosa Luxemburg); ahora, mucho más incluso, para evitar el cataclismo que puede llevarnos a la extinción como especie. Jamás podrá estar más justificada la lucha contra el imperio maligno de la plusvalía. ¿Y lo vamos a dejar pasar por alto, precisamente, ahora?.

¡Ya vale! de críticas genéricas al capitalismo (peor si se quedan en el neoliberalismo o el imperialismo), de referencias al beneficio, o más escasas incluso, a la plusvalía, pero ¡sin explicar nunca en qué consiste! (¡si nos viese Marx volvería a decir aquello de “yo no soy marxista”!). ¡Ahora tenemos la gran oportunidad de lanzar una campaña educativa sobre la plusvalía, su origen y todas, todas, sus consecuencias, hasta las planetarias! Y además de un modo mucho más correcto y más sencillo de entender de cómo lo hizo Marx (gracias a él). ¿La vais a desaprovechar? ¿Sois la generación de marxistas más negados, inútiles para la gente, de la historia?.

Con mi propuesta de tarea política central (denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, eslogan-marco internacional de “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”, más toda la estratega y tácticas a desarrollar) os estoy demostrando que podemos dar una orientación de “clase” proletaria, revolucionaria, a esta situación y al riesgo de cataclismo. Y os estoy ofreciendo una revisión de la teoría de la plusvalía, que rectifica a Marx y que la hará incomparablemente más accesible y asumible por los trabajadores/as. ¿Tenéis tan poca visión, tan poca ambición y actitud de luchador/a ganador, tan poco sentido de la propaganda y la agitación –una propuesta de largo alcance en el tiempo y a escala mundial, que añadirá un multiplicador a vuestros recursos-, que vais a rechazarlo mientras dedicáis enormes esfuerzos a otros enfoques infructuosos, como se viene demostrando hasta hoy y seguirá ocurriendo hasta la derrota total?.

Si renunciamos a esto, si aceptamos como ya inevitable el colapso del capitalismo y de la sociedad industrial, estaremos “tirando la toalla” antes de tiempo para limitarnos a tareas adaptativas que ni siquiera podemos asegurar que salgan adelante, pues debemos pensar en términos de los más de 7.800 millones de personas (véase https://es.wikipedia.org/wiki/Poblaci%C3%B3n_mundial , en supuesto tiempo real https://www.worldometers.info/es/ ), en términos globales, no “soluciones” locales que no salvarían, en el mejor de los casos, más que a poquísimas personas, o ni eso si todo deriva antes (lo más probable) en una “guerra de todos contra todos”, y en una guerra nuclear. No podemos reducir el papel de marxistas y anarquistas, al de aspirantes (no llegaremos en los hechos a más) de “administradores” del colapso y del post-colapso, pues eso significaría, en los hechos, asignarnos el papel de compasivos sepultureros (imagen de Jorge Altamira, trotskista argentino), que fácilmente desembocaría en el de gestores de la barbarie, cuando debiera ser el de matronas que asisten y ayudan al nacimiento de una nueva y superior civilización (aunque más modesta en muchos aspectos, superior por ser realmente sostenible, con un largo futuro).

Llevar adelante una práctica correcta no es un problema tanto de recursos económicos, tecnológicos y humanos (que también), como de saber orientarlos bien (política correcta) y aprovecharlos a tope (prioridades correctas, etc.), no pretender abarcarlo todo y dispersarse (“quien mucho abarca, poco aprieta”) y, por lo general, ni siquiera eso se sabe hacer. Una hoja volante, editada con los medios más rudimentarios (una “vietnamita” http://www.andarines.com/culturapopular/vietnamita.htm , http://octubre-ucco.blogspot.com/p/la-informatica-internet-y-sus-redes.html , https://elmundano.wordpress.com/2008/06/02/%c2%bfson-los-blogs-las-vietnamitas-del-siglo-xxi/, ), si sabe “dar en el clavo” en el momento oportuno, puede desencadenar una huelga muy importante que llame a otras; y el periódico o la web con mil denuncias y artículos, puede no servir más que para informar y educar. Si no hay fuerzas para intervenir presencialmente en las luchas, que al menos la web dé buenas orientaciones generales y sirva de organizador virtual. Si no se puede estar a la vez “dando misa y repicando las campanas”, atender a las cuestiones teóricas más importantes y andar respondiendo a los asuntos de la actualidad más perecedera, hay que elegir lo que a la larga dará más frutos, y lo que a la corta impulsará en esa dirección.

Rectificar supone un giro radical, primero en las tareas de elaboración de línea política (profundizar en el conocimiento, incluso técnico ̶ lo básico- de los asuntos implicados en la deriva al cataclismo), también en las de intervención (publicaciones, hojas volantes, redes sociales, convocatorias de acciones, etc.) y cambios en la presentación de las web, blogs, etc., en los cuales, en un lugar muy visible, destacado y PERMANENTE (incluso en lo que entiendan como su periódico diario) se deben publicitar los documentos y consignas más importantes orientados a la tarea central, para atraer a ella más luchadores/as de los más diversos sectores. No puede ser que el lector/a tenga que recorrer un montón de artículos para encontrarse con uno que recoja los planteamientos centrales sobre el asunto, artículo que debiera ser actualizado, modificado, todas las veces que hiciese falta (algo así como los de la wikipedia), y estar siempre visible en la pantalla. En concreto, en las páginas de Inicio (cuando menos; si permanece en cualquier página que se abra, tanto mejor) debiera aparecer bien destacado un documento divulgativo sobre la teoría de la plusvalía (revisada) y sus consecuencias (de la explotación al riesgo de la extinción; ese podría ser un título: Plusvalía: de la explotación del trabajo al riesgo de la extinción humana ; ¿deberé redactarlo también yo; no hay nadie por ahí capaz de tomar el relevo a esta militante, vieja y enferma?), otro sobre el eslogan-marco, además de otros que abunden en esta orientación. Otra propuesta: PLUSVALÍA, en el origen: de la explotación del trabajo y el beneficio capitalista; del dominio del Estado burgués y de la ausencia de democracia real; de las guerras entre Estados; del crecimiento capitalista que agota los recursos de la Tierra y enloquece el clima; de la extinción de millones de especies y de la nuestra muy probablemente.”(para carteles, en el Inicio de todas las webs y blogs…).

Y fijaos que digo plusvalía y no ley del valor, y lo hago por dos razones: 1ª.- En mi revisión de la teoría de la plusvalía, también reviso cómo funciona la ley del valor en el capitalismo (mejor sería hablar de la ley del plusvalor). 2ª.- Para concienciar a los trabajadores/as y conseguir su implicación como primeros afectados e interesados, es mucho más fácil la vía de la teoría de la plusvalía. Pero eso tampoco digo que haya que centrarse en la denuncia del “sujeto automático” (véase mi texto sobre el libro de Anselm Jappe).

Desde que Marx desarrolló la teoría de la plusvalía, la atención de millones de personas se orientaría ¡por fin! hacia ella, la causa de todo, lo que debemos superar para librarnos del capitalismo y su Estado. Y además dispondrán de una versión de esta teoría, revisada, correcta y mucho más fácil de asimilar, la que yo he desarrollado (lo digo sin asomo de vanidad). ¿Os dais cuenta de la ocasión histórica que tenemos, de la herramienta tan formidable que disponemos para romper, desde la raíz, con la legitimidad de este sistema, y volver contra él, no contra otros países, gentes, la frustración, la ira, por su deriva cataclísmica?. ¡Desenterrad nuestra “hacha de guerra”, la teoría de la plusvalía! ¡Sacadla de vuestras secciones de materiales de formación, donde ha quedado olvidada durante tantísimas décadas! ¡Ponedla en el primer plano de la lucha! ¡Usadla como el cañón que derribará las murallas del poder de la burguesía!.

Una tarea inmediata será la redacción de documentos de divulgación de la teoría (revisada) de la plusvalía y explicando sus consecuencias en la línea del cataclismo. Según se consigan mejores materiales, se dará la prioridad a su difusión, aunque sean de otro colectivo. ¡Nos jugamos demasiado como para anteponer nuestro ego individual o colectivo! Intuyo que los anarquistas encontraréis mi revisión de la teoría de la plusvalía, más aceptable que la versión original de Marx.

La teoría de la plusvalía da pie al internacionalismo proletario, a la unidad de todos/as los trabajadores/as del mundo contra el capitalismo mundial (el “propio” y el extranjero) y todos sus Estados (el “propio” y el extranjero). Esto es fundamental si queremos evitar las derivas nacionalistas, militaristas, fascistas, como “solución” a la crisis civilizatoria. La idea de Humanidad, la especie, no tiene la suficiente fuerza para unirnos por encima del individualismo, los intereses particulares de clase, los nacionalismos, y menos para impulsar la lucha contra el capitalismo y sus Estados. No ocurre lo mismo con el internacionalismo proletario que puede ser una idea-fuerza capaz de imponerse a lo anterior y permitir, como puente, pasar a considerar los intereses de la especie, de las futuras generaciones (pese a que ni siquiera incluya a los descendientes de cada cual), aunque por ellas, las actuales deban hacer importantes sacrificios. Sin internacionalismo proletario ¡nos mataremos entre nosotros! ¡estamos condenados!. ¡Marxistas y anarquistas; acordaos del espíritu internacionalista que, durante un tiempo, compartimos en la I Internacional!

En esta sociedad plagada de eslóganes publicitarios, políticos durante las campañas electorales, hashtag, mensajes cortos en las redes sociales, debemos ser mucho más audaces si queremos ganar la primera batalla, o sea, la de la opinión pública de las masas trabajadoras y populares. Si todavía no podemos pasar a la ofensiva en términos de poder político y económico, al menos podemos pasar a la ofensiva en los términos de la propaganda y la agitación, para “romper esquemas”, llevar a la gente a hacerse preguntas, atreverse a cuestionar, comprender que sí hay alternativa al capitalismo y al cataclismo, despertar su espíritu inquisitivo y crítico, y su ingenio.

¿No os llama la atención que a estas alturas de la emergencia no haya surgido, que recuerde, ningún eslogan de importancia internacional, aparte los de Decrecimiento, Rebelión o Extinción, Green New Deal que tan poco útiles nos resultan? Es falta de conciencia, de visión, de decisión. Y de ahí viene una gran desorientación. Cuando ya en mayo de 2011 expuse la argumentación del eslogan-marco mundial para Horizonte 2050, nadie le prestó atención (¡cuánto olfato y capacidad de visión!), ni después ¡nueve años perdidos! ¿Os imagináis que hace nueve años se hubiese empezado con determinación en esa dirección a la vez que se llevaba la orientación correcta a escala europea contra la política de recortes sociales, tal como propuse desde 2012?. ¿A qué esperamos para hacerlo? ¿A qué ya sea irremediablemente tarde?. Para lanzar la oposición a una guerra mundial previsible ¿esperaríamos al día en que estuviésemos matándonos en el frente y arrasando ciudades hasta de la retaguardia?.

Compartiendo todos, un mismo eslogan-marco internacional, utilizando las webs, blogs, redes sociales (con sus herramientas particulares, como los hashtag), conseguiremos mucho más fácilmente salir del rincón en el que ahora nos hallamos y ponernos en el centro de la plaza pública, de la atención y debate de millones de personas. No son lo mismo mil voces en el foro, diciendo cosas diferentes, haciendo, entre todas, ruido, y consiguiendo que no se nos acabe de entender nada, que formar entre todos un coro, como una sola voz, y no de modo circunstancial, sino permanente, diciendo algo que todos comparten y que pueden movilizar a cientos de millones de personas.

Las consignas políticas suelen ser sobre todo objetivos o reivindicaciones a alcanzar a corto plazo, llamadas a la acción inmediata o casi. Pero también hay eslóganes, de tipo propagandístico, para difundir una idea, invitar a hacerse preguntas, despertar la curiosidad, animar a luchar, porque sí hay alternativa… Por ejemplo, uno aceptado por todos es “¡No tenemos planeta B!”En esta situación ya de emergencia, debemos ser mucho más atrevidos, ofensivos, y lanzar eslóganes en las manifestaciones, hojas que se entregan, carteles, webs, blogs, etc., orientados a la tarea central. Si los de Rebelión o Extinción ya se anuncian así en su nombre ¿vamos a ser nosotros, los anticapitalistas y revolucionarios, más timoratos a la hora de plantear las cosas como son?. Pero debemos tener en cuenta las resistencias de la gente, la tendencia a huir del conocimiento de una realidad perturbadora, y al conservadurismo, dejándose llevar por la ideología dominante. Para eso podemos utilizar trucos como el de los mandatos paradójicos del tipo “no pienses en un elefante”, no obliga a hacerlo cuando no se tenía la menor intención, o dándole aparentemente la razón a sus prejuicios y a la ideología burguesa, para quitársela (no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer, pero lo aceptamos indirectamente si insisten en que hagamos lo contrario, lo que sabemos que no nos conviene), y recurrir a la parodia del discurso de la cultura de masas capitalista (como la publicidad de la mercancía o la propaganda electoral), al humor y a ridiculizar lo más posible (por ejemplo, las chirigotas de los carnavales de Cádiz), el humor (negro) es tanto más necesario ante un horizonte deprimente.

Así, por ejemplo, y sin pensar apenas: “No pienses en un cataclismo de la civilización y medioambiental, sólo en su causante, el capitalismo y los beneficios del libre mercado”, “No creas en la alternativa ecosocialista, sólo en un capitalismo sin futuro”, “¿El “capitalismo verde”?. Una apuesta segura: siempre se conservará así. ¿Como solución?, no madurará nunca”, “¿La principal energía renovable con la que contarán los capitalistas?, la humana del trabajador/a que explotan”, “Sí, con el capitalismo nos espera un futuro radiante (con la radiactividad de las centrales nucleares y las bombas atómicas)” (éste es especialmente adecuado para un país como Francia, con tantísimas centrales nucleares y también armamento atómico), “Trabajador/a ¡confía en esta democracia!. Los capitalistas, le damos gracias”, ¿Pobreza energética?, ¿pasas frío en invierno? Eso se va a acabar. Con el capitalismo tenemos la solución: ¡calentamiento global asegurado!, ¡podrá disfrutar del verano todo el año y sin salir de casa!”, “El capitalismo es ¡la bomba!. Vive una apasionante guerra mundial antes de fin de siglo. ¡Última oportunidad!”, “¿Quieres suspense, pasar miedo? ¡Suscríbete a Capital-flix! Te aseguramos una vida de vértigo”, “De los creadores de series de impacto mundial como “Crisis”, “Iª Guerra Mundial”, “IIª Guerra Mundial”, “Guerra Fría”, “Calentamiento global”…, llega, más terrorífica si cabe, “Cataclismo, el futuro del capitalismo”. Próximamente en tu vida (si no lo impides)”, una cancioncilla romántica “Plusvalía se llama mi amor / el hijo, es mi Beneficio / y no hay mejor oficio / que el de capitalista cab(…).” (ritmo ligero, algo parecido a aquella canción que creo que decía “María Cristina me quiere gobernar / y yo le sigo la corriente /…) Seguro que con una buena orientación ideológica y un poco de ingenio (hay por ahí, mucha gente con chispa) se os ocurren consignas, eslóganes y mensajes estupendos. Debemos esforzarnos por volver a la creatividad propagandista y agitadora desplegada durante el Mayo del 68 francés, o la de los carteles de los vascos de EMK-LKI durante los años 80s, pero con una orientación adaptada a hoy y correcta (un vistazo a https://elpais.com/especiales/mayo-del-68/ ; no he encontrado unas fuentes mejores http://kartelartean.blogspot.com/2010/10/emk.html , https://www.euskalmemoriadigitala.eus/browse?type=author&sort_by=1&order=ASC&rpp=20&etal=-1&authority=14212&offset=20 ).

Ya no estamos en las décadas de los 80s, los 90s, los 00s, los 10s. El tiempo corre a una velocidad de vértigo, se nos escapa como agua entre los dedos, y nosotros seguimos con objetivos de propaganda y agitación como si estuviésemos años atrás, cuando parecía que teníamos por delante un tiempo que ¡ya hemos consumido sin hacer nada eficaz!. El año 2019 hubo muchas movilizaciones, pero el 2020 se nos ha ido también, inmovilizados a cuenta de la pandemia de la covid-19 que, aunque tenga una relación, no es la cuestión principal (cambio climático, energía…) en la deriva al cataclismo.

Si el capitalismo y sus Estados son un fracaso para la Humanidad, las estrategias y tácticas planteadas hasta hoy entre nosotros para “coexistir” con él o superarlo, también han fracasado. ¿Seguiremos “erre que erre” con lo mismo, para seguir fracasando hasta que yo no tengamos ni ocasión para eso? ¿O probaremos a hacer por fin algo diferente, sensato a la vez que audaz, como exigen los tiempos?.

Los esfuerzos de estudio ya no pueden estar dirigidos a la “arqueología”, a seguir dándole vueltas y más vueltas a las historias de los siglos XIX y XX, a las trayectorias de las diferentes corrientes marxistas o anarquistas, a los debates, las disputas, las rupturas, etc. Ya se ha profundizado bastante en todo, ahora tenemos otra urgencia. Hay que mirar al futuro sobre todo. No hay más remedio que estudiar sobre cuestiones climáticas, energéticas, de recursos varios, de agricultura. Ya no basta con hacer estudios de economía, de política, de feminismo… La crisis es multifactorial a más no poder, civilizatoria y medioambiental, existencial para la Humanidad. Tampoco podemos dedicar todo el tiempo que nos gustaría a las delicatessen teóricas (en gastronomía: exquisiteces, alimentos de alta calidad o exclusivos por sus características especiales, por ser exóticos, raros o de elevada calidad en su ejecución), pues necesitamos “cocinar” (información, propaganda, agitación) para miles de millones de personas, con “alimentos básicos” y “menús caseros”. Los más importantes serán aquellos conocimientos sofisticados que puedan revertir en “menús caseros” mejores y accesibles (por ejemplo, y haciéndome publicidad: mi revisión de la teoría de la plusvalía). Así que los más capacitados/as y con vocación de investigar y aprender, deben reorientar su atención y esfuerzo en esa dirección. No es ya el tiempo de los historiadores y archiveros, sino de los que prevén, hacen proyecciones, planean el futuro; tiempo no tanto de la memoria y la ortodoxia, sino de la creatividad y la audacia.

Si esta sección la he titulado “llamamiento MUNDIAL” es porque lo que en ella digo, lo que propongo (plusvalía y Horizonte 2050, como tarea central) es válido para todo el mundo, y debiera aplicarse en todo el mundo para que pueda ser realmente efectivo y se cree una fuerza revolucionaria mundial capaz de acabar con el capitalismo y todos sus Estados. Esta es también una plasmación, en nuestro tiempo, del internacionalismo proletario, tan imprescindible ahora como en el futuro, pues limitarnos a nuestro país, o territorio regional, o localidad, cada uno a su ritmo, es la mejor apuesta por la dispersión de nuestras fuerzas y poder ser aplastados uno a uno, para la derrota total.

Hagamos lo que en conciencia sabemos que debemos hacer. Peor que el fracaso y la derrota es saber que nos hemos traicionado a nosotros mismos. En estos tiempos de narcisismo, moral líquida y marxista (de Groucho Marx: “tengo estos principios, pero si no te gustan, también estos otros”), pero de pruebas existenciales, debemos recuperar el sentido trágico de la existencia que llevaba a las personas a morir, si era preciso, en nombre de su dignidad, del respeto por sí mismo y los demás, y por el bien común, por la salvación de su comunidad. La Tierra siempre tendrá alguna forma de vida inferior a la nuestra; no necesita que nosotros nos rebajemos por creer que el valor supremo es sobrevivir como individuo, como sea, a costa de quien sea y de lo que sea, porque además, luchando y cooperando en la lucha, tenemos mil veces más posibilidades de sobrevivir, que no haciéndolo.

VII.- OFRECIENDO el TESTIGO para el RELEVO

He visto durante muchos años cómo, pese a dirigirme públicamente a vosotros (organizaciones), con títulos de artículos encabezados por la palabra llamamiento, pese a escribiros a vuestras direcciones de correo, la reacción más común ha sido la de ni siquiera acusarme recibo y no prestar de verdad atención a lo que os proponía por muy importante que fuese en el plano de la lucha inmediata (por ejemplo, contra la ofensiva austericida en Europa y España, la estrategia más ajustada a los hechos y posibilidades y planteada a escala europea y española, esto es: contra el tratado TSGC de la UE y la ley española LOEPSF) o de la teoría (la revisión de la teoría de la plusvalía). ¿Cómo puede ser que alguien te diga que cree haber conseguido una revisión (desde la izquierda) de la teoría de la plusvalía que ayudará más a la clase trabajadora y no le hagas el más mínimo caso cuando debieras estar anhelando algo que nos permita salir del pozo en el que nos encontramos? ¿Y si fuese verdad? ¿Qué clase de marxista es el que hace eso?. Durante un tiempo esto me dolió y desmoralizó; ya tengo callo, pero ya confío muy poco en vosotros. “Toc, toc”, ¿hay alguien ahí?, ¿hay vida inteligente en el planeta Tierra?, ¿hay vida antes de la muerte?. No soy yo la que queda mal, sino vosotros los que demostráis lo que verdaderamente sois tras vistosas fachadas de webs, blogs, etc., y nombres de organización pretenciosos. No es a mí a quienes os debéis, sino a los trabajadores/as y sectores populares, pero ignorar esto, no les ayudará, aunque sólo sea por no hacer una crítica a una revisión equivocada, si fuese el caso (estoy segura de que no lo es). Con esto no pretendo pasar por alguien especial, pues sé que a gente mucho más valiosa que yo se la ha tratado de igual manera e incluso muchísimo peor (hasta el asesinato) y las consecuencias, aunque no lo parezca, las acabamos pagando todas/os, millones de personas de todo el mundo.

Sin embargo, para ser justa, es verdad que a veces me llevo sorpresas agradables, como cuando gente de la que incluso ignoraba su existencia, copian para su web o blog alguno de mis artículos. Especialmente agradecida, y públicamente, a los/as vascos de la web anarquista Germinal. Asociación Cultural – Elkarte Kulturala, que dan con ello una lección de lucidez y apertura (no soy anarquista), y además ofrecen la opción de convertir el archivo al pdf – https://www.asociaciongerminal.org/

Si estáis básicamente de acuerdo conmigo, tomad el asunto en vuestras manos YA, nos esperéis que sea yo quien “tire del carro”, pues cada vez me siento menos capaz de hacer una cosa así. Escribir unos artículos para kaosenlared ya consume al límite mis energías, y lo que es seguro es que no llegaré ¡ni de muy lejos! a la década de 2050. Mi tramo de carrera se está terminando, y os ofrezco mi testigo para que la continuéis, hasta ganar, ¡que no os tomen la delantera, ni el capitalismo “verde”, ni el neofascismo!.

¿Por qué ahora, este documento? El 4-12-2008 publiqué una larga reflexión titulada “Sin petróleo, el socialismo ¿tendrá su oportunidad?. Mega-Crisis. Pronóstico, plazos y estrategia. Hacia 2030” (incluida en la Recopilación de la que oporto enlace en la Nota 5). El 14-5-2011, la primera versión acabada del eslogan-marco mundial “HORIZONTE 2050: socialismo o mega-crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de MARCO” (también incluido en la recopilación). A eso le sucedieron más artículos, extensos, sobre esta problemática. En 2019 hubo muchas protestas por el cambio climático. El 20-12-2019 publiqué “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” . El 9-1-2020, “Plusvalía y ganancia. Revisión urgente de una teoría necesaria” que, además de evitar los errores de Marx, hace la teoría de la plusvalía mucho más comprensible y accesible para los trabajadores/as. De esta manera este factor queda muchísimo más fuerte y ya puede hacerse con él la tenaza de “plusvalía-Horizonte 2050”. El recuerdo del texto de Lenin de septiembre de 1917 que menciono en el Anexo I, me animó a hacer algo que, dentro de su modestia, pudiese estar a la altura de las circunstancias históricas, fuese válido a escala mundial y relativamente fácil de asumir por muchísimos luchadores/as, webs, blogs, sean personales, de colectivos, organizaciones marxistas y anarquistas…, dando un gran impulso a la agitación y la propaganda para ayudar al cambio de conciencia de masas ligado a la confluencia de las luchas por un horizonte común, permitiéndonos salir del profundo agujero en el que hemos caído tras las derrotas de la década de los años 80s. Podrás aplastar la planta cuando es todavía un tierno brote, pero ¡nunca subestimes el potencial de una semilla de secuoya gigante! https://es.wikipedia.org/wiki/Sequoiadendron_giganteum

Dentro de unos años, probablemente pocos, quizás ya se pueda decir que éste fue el último o uno de los últimos llamamientos que, de haberse seguido, todavía tenían alguna probabilidad de hacer algo efectivo; o que ni siquiera eso, pues fue emitido demasiado tarde, cuando ya se había rebasado el punto de no retorno, por lo que ya era imposible evitar el colapso del capitalismo y su deriva al cataclismo, aunque la autora no se hubiese percatado, o por temor, se resistiese todavía a aceptarlo. En ese caso mi mérito tal vez radicase en aproximar a esa realidad a quienes estaban mucho más alejados de ella que yo (en particular, a determinados marxistas y anarquistas), sirviendo de puente, de transición en la asimilación del asunto.

Terminaré, una vez más, con las palabras con las que Daniel Tanuro finaliza su libro «Sólo hay una certidumbre: “quien combate no está seguro de ganar, pero quien no combate, ya está perdido” (Bertold Brecht). Es demasiado tarde para ser pesimistas. Hay que luchar.» . Y con esta frase de Václav Havel, disidente, escritor y hombre de estado checo “La esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que merece la pena hacer algo sin importar cuál sea el resultado final.”.

Cuando acabes de leer esto, PUEDES HACER ALGO MUY IMPORTANTE, con POCO ESFUERZO: PÁSALO.

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ANEXO I: HACE UN SIGLO, la catástrofe en Rusia

Los más informados, enseguida os habréis percatado de que el título de este artículo se parece mucho al que escribió Lenin a mediados de septiembre de 1917 (previo a la revolución de finales de octubre de 1917 en Rusia). Lo hizo para afrontar la catástrofe provocada por la Primera Guerra Mundial imperialista, su matanza, el caos económico y el hambre, agudizados por la codicia y el sabotaje de la burguesía (contra el poder creciente de los Soviets de soldados, obreros y campesinos), y la incapacidad de una izquierda colaboracionista con la burguesía y su Estado. Se titulaba “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla”. Acceso al texto, en las obras completas, edición de la española Akal o la rusa Ediciones Progreso de Moscú, en https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/index.htm ; acceso a diferentes selecciones de las obras escogidas, en diversos formatos, en https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/index.htm ; en las Obras Escogidas, en tres tomos, está en el segundo https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe3/lenin-obras-2-3.pdf . Merece que quienes no lo hayáis leído, lo hagáis, para comprender lo que realmente estaba pasando y la posición de Lenin, calumniado e injustamente demonizado por tantos (no mostrarán nunca tanta indignación ni resolución por la matanza de la guerra imperialista, los padecimientos de los trabajadores/as y el pueblo, y el enriquecimiento despiadado de la burguesía, incluso en esas circunstancias), aunque por otras políticas sí deba ser muy severamente criticado.

La diferencia entre mi título y el de Lenin, no se debe tanto al interés porque no se confundan (por ejemplo, en una búsqueda en internet), o a su contenido y extensión, como a que, como he dicho al inicio, valoro que nuestra amenaza tiene las dimensiones y naturaleza de un cataclismo (social, político, pero también natural), y el final lo pongo entre interrogante pues no tengo la respuesta definitiva ni completa, y sobre todo porque nuestra “catástrofe”, si cae con todo su peso sobre nosotros, no podrá ser combatida ni superada por nuestra especie (sólo cabe evitar que llegue), a diferencia a aquella a la que se enfrentó Lenin y la gente de su tiempo. De la destrucción y los millones de muertos de la I y II guerras mundiales, nos podíamos recuperar. De la catástrofe climática, en biodiversidad, económica, social, política y militar de este caso, no nos repondríamos, pues cada estadio sería un peldaño más en una escalada empujada ya por procesos naturales desatados, en cadena, vuelcos sin retorno, incontrolables para nuestra especie. Lenin no habría podido imaginar, ni en la peor de sus pesadillas, que un siglo después, estuviésemos enfrentándonos a un peligro de catástrofe incomparablemente mayor, más generalizado, afectando a la raíz misma de la vida, provocado por el capitalismo y sus Estados, y que la clase trabajadora, la única capaz de evitarla, estuviese mucho más postrada y desorientada que en su época.

En cuanto a las propuestas de Lenin de nacionalizaciones de todo tipo de empresas (importantes y de sectores relevantes) y bancos, bajo control obrero pero sin expropiación (NOTA 17), de momento, en la actual coyuntura política, no le veo sentido pues políticamente (no digo en el tiempo cronológico) estamos a años luz de la existencia de Soviets o Consejos de Trabajadores/as (acompañados de soviets de soldados armados) que hayan conseguido imponer una situación de doble poder en oposición al del Estado burgués, pues la correlación de fuerzas a escala internacional y nacional es pésima para nosotros. Por otra parte, cuando se habla de doble poderno debe creerse que esa situación “intermedia” (ni poder político consolidado de la burguesía, ni poder político consolidado de los trabajadores/as, y luchando entre sí por ver quién se impone definitivamente), pero dominando todavía económicamente la burguesía, estando en pie el capitalismo, pueda ser sostenible en el tiempo, una especie de “conciliación o coexistencia por correlación de fuerzas”. No. El doble poder es una situación muy transitoria (se mediría en meses, no en lustros, ni años…) que terminará en la vuelta del poder único a la burguesía y su Estado (o al Estado como capitalista colectivo, Capitalismo de Estado) o a los trabajadores/as demoliendo el Estado burgués y expropiando a la burguesía.

En cuanto al petróleo, la nacionalización tendría como objetivo principal programar la limitación extrema de su producción por sus efectos sobre el clima, y antes de que la naturaleza ya nos niegue también ese recurso. El gas natural (su extracción llegará a su cenit o pico más alto antes de 2030, según Antonio Turiel, y a partir de ahí irá descendiendo, escaseando y encareciéndose) lo necesitaremos hasta el final por ser imprescindibles para los fertilizantes y su nacionalización sería conveniente; igualmente la de la industria productora de energía eléctrica pues debería pilotar la transición energética. Pero para el gas natural y el petróleo aquí sólo tenemos instalaciones de recepción y refinerías, pues las principales empresas extractoras de petróleo, carbón y gas natural no están en España, ni en Europa (Occidental) siquiera, y se concentran en muy pocos países. Pero el control obrero sólo es posible en una situación de doble poder, prerrevolucionaria (recordemos los soviets de soldados armados). Una nacionalización, sin expropiación y sin control obrero es posible, como las tomadas por los laboristas británicos en el gobierno tras la II Guerra Mundial. Incluso podría ser positiva si el Estado burgués tomase medidas que sectores del capitalismo fosilista impiden. Pero en las actuales circunstancias, su eficacia ante el riesgo de cataclismo sería dudosa o muy limitada, pues siendo burgués el Estado, su política estaría determinada por los intereses generales del capital; cuando menos, en ningún caso debe entenderse como la solución pues todavía sigue siendo una variante del Capitalismo de Estado, del capitalista colectivoEsto no quiere decir que debamos rechazar las nacionalizaciones pero, a falta de control obrero, la vigilancia y presión sobre su actuación dependerá de hasta qué punto hayamos impulsado en las amplias masas trabajadoras y populares la crítica de la plusvalía, sobre la que se asienta todo el poder económico y político de la burguesía y, por tanto, la existencia y política fundamental del Estado burgués, y también la conciencia de la gravedad de la emergencia y su urgencia, esto es, el eslogan-marco del Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados; por otra parte, esto mismo sería necesario – además del armamento, seguramente- para un control obrero.

Ese texto de Lenin lo leí, por primera vez, puede que haga ya cuarenta años o más. Me lo ha vuelto a recordar la lectura del capítulo “3. Comunismo de guerra” del libro “El murciélago y el capital. Coronavirus, cambio climático y guerra social” de Andreas Malm (Errata naturae editores, Madrid, 2020, 246 páginas) https://erratanaturae.com/product/el-murcielago-y-el-capital/ . Las primeras páginas del libro en https://erratanaturae.com/nouveau/wp-content/uploads/2020/10/Interiores_El-murcie%CC%81lago-y-el-capital_Extracto_2.pdf . Un breve comentario, extremadamente elogioso para ese medio, en el programa de TVE1 “La aventura del saber” el 11-11-2020 – https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-murcielago-capital/5711477/ . Puede que Malm esté muy equivocado al depositar cierta confianza (páginas 196s) en una tecnología de captura (aérea) y almacenamiento geológico (en roca, en concreto en Islandia) del dióxido de carbono (CO2), por lo que sobre esa misma tecnología nos cuenta Daniel Tanuro en su libro “¡Demasiado tarde para ser pesimistas!” (páginas 71s). Por ejemplo, el experto Daniel Howard Vergin, sin entrar en otras consideraciones, entiende que no tenemos por ahora una tecnología capaz de capturar el carbono en la medida en que sería necesaria incluso tras una transición energética (citado en el artículo “El mundo después del petróleo” Francisco de Zárate, El País, Negocios, hojas salmón, 27-12-2020).

También hace poco más de un siglo, con la Primera Guerra Mundial, el capitalismo entraba en su época decadente, cuando pasaba a ser ya un modo de producción (como antes lo fueron el feudalismo, el esclavismo…) que trababa el desarrollo de la Humanidad y amenazaba su existencia misma. Como lo confirmó la Segunda Guerra Mundial y la Era Nuclear con su carrera armamentística. Un siglo después, el capitalismo, continuando en su etapa decadente, avanza por una fase que no sé bien como denominar, pues combina una aparente vitalidad (como la de un cáncer) con la demencia senil de un anciano, próximo a su límite interno (la robotización plena acabaría con la extracción de plusvalía del trabajo vivo), y topando con sus límites externos (mercados compradores extra-capitalistas; recursos y sumideros, huella ecológica), siendo una traba para la Humanidad y convirtiéndose ya en una amenaza letal para su supervivencia y la de millones de especies.

ANEXO II: ACELERACIONISMO, o cómo una buena crítica puede acabar en una peligrosa estrategia

Reconozco que he tenido conocimiento de esta corriente hasta muy reciente (también lo es, en España). He podido leer poco, pero sí lo suficiente para un primer posicionamiento provisional.

Pero antes, para situar bien el asunto, aunque ya lo he tratado en otros muchos textos, quiero plantear una vez más, pero brevemente, el tema del desarrollo de las fuerzas productivas (medios de producción, tecnología, cualificación del trabajo…) y la decadencia del capitalismo. No podemos medir las fuerzas productivas en términos meramente cuantitativos (traducido, por ejemplo, en el PIB mundial), ni siquiera cualitativos (tecnología más avanzada), y pensar que el capitalismo no es una traba para la Humanidad mientras pueda seguir desarrollándolas y que, por tanto, no es superable hasta que llegue a ese límite, siendo su límite interno una bajada tal de la tasa de ganancia por no poder extraer plusvalía pues ha sustituido el trabajo vivo por el trabajo de las máquinas, los robots, que prácticamente detiene el proceso de acumulación del capital y por tanto el motor de su existencia. Según eso, el capitalismo no sería decadente en tanto pudiese seguir creciendo el PIB mundial (aunque sea con energías renovables y pese a que aumentase la huella ecológica), y avanzase su tecnología (¿hasta la emergencia de la Inteligencia General Artificial –IAG– que nos esclavice o elimine?).

En cuanto al desarrollo de las fuerzas productivas no basta con distinguir entre fuerzas productivas reales y fuerzas en realidad destructivas (producción armamentista incluso con muy alta tecnología, obsolescencia programada…), ni contentarse con las primeras, aunque se haga una nueva criba por si tienen un aspecto destructivo en su efecto en el medio ambiente (calentamiento medio mundial, contaminación). Incluso con unas fuerzas productivas limpias, habría que considerar su sostenibilidad en el tiempo en cuanto a los recursos. Es decir, la criba de la sostenibilidad debe ser por la huella ecológica (recursos y sumideros).

El capitalismo ya se convirtió en una traba evidente para el desarrollo de las fuerzas productivas con la destrucción de vidas humanas (trabajadores) y bienes productivos con la Primera Guerra Mundial imperialista, y más con la crisis de 1929 y con la Segunda Guerra Mundial y su mayor barbarie. Y se convirtió en una traba para el desarrollo sostenible de las fuerzas productivas, como tarde después de la Segunda Guerra Mundial, con la Gran Aceleración (uso carbón y acelerado de petróleo), que nos llevó hasta los límites del crecimiento y la amenaza del cambio climático, ya advertidos en la década de los años 70s, al final de los “30 gloriosos”. Y si ya fue una amenaza para la Humanidad con la Primera Guerra Mundial, más con la Segunda, la Era Nuclear, la Guerra Fría, etc., más todavía con el cambio climático, el riesgo de la IAG, y la deriva al cataclismo (que incluiría también guerras).

Por eso, la cuestión no es “el capitalismo ha desarrollado las fuerzas productivas hasta aquí, ya no puede más, es ahora cuando el socialismo-comunismo puede y debe tomarle el relevo”, porque desde antes de iniciar ese trayecto, éste ya era un camino indeseable, pues nos estaba metiendo en un callejón sin salida o de muy difícil salida, donde puede hacerse imposible tomarle el relevo (no se puede cayendo por el abismo). Si sabes que entrarás en un callejón sin salida (o de caída en un precipicio), no se te ocurre ir hasta el final para entonces quejarte de que no se puede avanzar más y a la vez celebrar que el trayecto hasta allí ha sido todo un progreso (¡hemos avanzado mucho!) y por tanto un recorrido ineludible. Lo que harás será evitarlo desde el comienzo; ni entras en él, y buscas otra ruta, aprovechando bien el tiempo y los esfuerzos que de otra manera te habrían llevado hasta el final del callejón sin salida.

Por eso, debía habérsele tomado el relevo al capitalismo mucho antes de que nos hubiese traído hasta aquí, pues ahora lo tenemos mucho más difícil (si no imposible) para hacerlo. El “hasta aquí” limite tolerable fue en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Allí sonó, objetivamente, la hora de sustituir el capitalismo por el socialismo (pese a todas las dificultades y larga transición hasta conseguir la tecnología suficiente para una planificación económica eficaz y eficiente), y seguro que entonces la Humanidad no se habría metido en esta situación al borde, no ya de los límites del capitalismo, sino del mismísimo abismo. Por eso, los marxistas revolucionarios anunciaron a primeros de siglo la llegada de la época decadente del capitalismo, y de la alternativa “socialismo o barbarie”. Pero una derrota, lleva a una situación que facilita la siguiente y de ahí…, hasta donde nos hallamos (de derrota en derrota ¿hasta la derrota final?). Un “hasta aquí” muy tardío (30 años retrasado) llego con el final de la Segunda Guerra Mundial, pues deberíamos haber evitado la Gran Aceleración y proceder a otro tipo de desarrollo (nada de carrera armamentista, menos automóviles particulares, más cuidado con la contaminación, vigilancia al aumento de la población, etc.). Un “hasta aquí” todavía más rezagado (60 años retrasado) llegó con el final de “los 30 gloriosos” cuando ya sí que sí deberían haberse empezado a tomar muchísimas medidas porque cantaban los próximos (“el tiempo corre que vuela”) límites de crecimiento y la amenaza del calentamiento global.

El capitalismo “se ha pasado cuatro pueblos” de su tiempo. Si se pudiese hablar de huella histórica (como de huella ecológica), estaría consumiendo ya el tiempo y los recursos que debieran de haber sido de otra civilización sucesora, es insostenible. Al capitalismo y sus Estados no les corresponden ya más tiempo. No hay ninguna tarea civilizatoria que les toque realizar a ellos necesariamente pues nosotros no podríamos hacerlo igual o mejor y que nos obliga a soportarlo por más tiempo, hasta que la cumplan, y en tanto, sólo podamos esperar a que lo hagan cuanto antes (presionarles para que lo hagan, que aceleren) y aspirar a tomarles el relevo en ese futuro. Si lo aguantamos es sólo por impotencia para “darle la patada”, para echar al basurero de la Historia al ocupa, al usurpador de nuestro tiempo, de nuestro turno. Véanse las secciones VII.- ¿Cuándo maduraron las condiciones objetivas para el socialismo? IX.- ¿“Nuestro gozo en un pozo”?, de mi artículo «“Ciber-comunismo” de Cockshott y Nieto: tema y libro trascendental» (13-10-2020) https://kaosenlared.net/ciber-comunismo-de-cockshott-y-nieto-tema-y-libro-trascendental/

Seguir manteniendo que el capitalismo no es un modo de producción decadente, que no es una traba y amenaza para la Humanidad es hacer una lectura del marxismo viciada de parámetros burgueses de lo que es el desarrollo, una amenaza existencial y cuándo realmente puede sustituirse un modo de producción por otro.

Pasando al tema del aceleracionismo. Hay un aceleracionismo de derechas, claramente burgués, que desea acelerar el “desarrollo” capitalista, todo su potencial tecnológico (pero sin cuestionar el capitalismo y el beneficio), para llegar a un nuevo estadio, el de la Singularidad, en el que el desarrollo de la inteligencia artificial, los robots, cambiarán radicalmente la sociedad, y hasta el propio ser humano podría cambiar combinándose con las máquinas, adquiriendo grandes capacidades y hasta pudiendo evitar la muerte o cuando menos alargar la vida hasta límites asombrosos (post-humanismo o transhumanismo). Aparte de que me huele a fantasía para unos pocos privilegiados, y de que aceleraría la marcha al cataclismo (huella ecológica), creo que lo más probable es que antes de que se diesen cuenta se encontrasen con la emergencia de la Inteligencia General Artificial (IGA) hostil a la Humanidad (esto no es ninguna fantasía, sino una advertencia de científicos de primerísima línea, véanse mis artículos dedicados al tema), que se sirviese de ellos. Como no quiero detenerme ahora más en esto, véanse mis artículos dedicados al tema de la Inteligencia Artificial y las neurotecnologías, con enlaces en la Nota 8.

Un aceleracionismo marxista que tras la Segunda Guerra Mundial no estuviese de acuerdo con que el capitalismo ya era un sistema decadente (ni siquiera a cuenta de esa guerra más terrorífica que la primera), seguramente estaría de acuerdo con lo fundamental de la Gran Aceleración, pero dado que en realidad se había realizado en el capitalismo decadente, con su falta de previsión, y como las riendas del proceso las llevaría en todo momento la burguesía, terminaría dándose de bruces en los años 70s con la amenaza de los límites al crecimiento y del cambio climático (el callejón sin salida, o muy difícil). No digamos el que hubiese mantenido ese criterio a partir de la década de los 80s, para encontrarse ya al borde del precipicio de hoy.

Un aceleracionismo (al menos implícito) marxista que todavía no comprendiese hasta qué punto el capitalismo es ya una traba para el desarrollo y una amenaza para la Humanidad, entendería que si se desarrollase el capitalismo al límite de sus posibilidades, llegaría a su límite interno, el de la reducción total de la tasa de ganancia ante la imposibilidad de extraer plusvalía por el desarrollo de la robótica que habría sustituido al trabajo vivo, humano, a un nivel crítico para el capital. Esto llevaría las contradicciones internas del capitalismo al máximo, haciendo inevitable su superación si se quisiese continuar con la producción material al nivel alcanzado. Pero como nosotros no estamos en condiciones de poder orientar el desarrollo que tomará el capitalismo hacia su superación (¿pacífica?), lo más seguro que ocurriría es que, así como la burguesía ha frenado o bloqueado de siempre el desarrollo de fuerzas productivas que no le convenían, también lo haría con aquello que pudiese acabar con la fuente de la plusvalía. El resultado es que esa espera en el fin “natural” del capital, lo que haría es prolongar la existencia del capitalismo que, antes de llegar a su límite interno (el de la plusvalía), sobrepasaría todavía más los límites medioambientales (cambio climático, en muy poco tiempo) y de la biodiversidad, chocaría con las fronteras de recursos básicos (energía, alimentación, agua, minerales). Los conflictos inter-imperialistas en la lucha por la plusvalía y los recursos, nos llevarían a la destrucción en la guerra; eso si antes no ha emergido la IGA y no ha sido ella la que ha provocado nuestra aniquilación sirviéndose de nuestra propias “armas de destrucción masiva”.

Una tendencia más moderada, de izquierda y crítica con el desarrollo tecnológico posible dentro del capitalismo, plantearía que, liberando a las fuerzas productivas del corsé del capitalismo, permitiría un desarrollo de todas las potencialidades más avanzadas y realmente progresistas hoy existentes, para posibilitar la planificación económica democrática internacional (con la tecnología cibernética, inteligencia artificial), que mejorase la vida cualitativamente, nos liberase de casi todo el trabajo (gracias a las máquinas y los robots) e hiciese posible continuar con la exploración del espacio extraterrestre, etc. Es decir, hacer posible las esperanzas del marxismo y de la Humanidad, como las expresadas hasta la década de los 70s del pasado siglo (el mundo de la abundancia, la liberación del trabajo, y la conquista espacial). Sin embargo, no veo que tengan claro hasta qué punto estamos llegando a los límites cuando al comienzo del libro “Inventar el futuro: Postcapitalismo y un mundo sin trabajo” de Alex Williams y Nick Srnicek se lee “Las tecnologías de energía limpia posibilitan formas casi ilimitadas y medioambientalmente sustentables de producción de energía”. Las tecnologías disponibles y la posibilidad que tenemos de implementarlas puede que no permitan formas casi ilimitadas de producción de energía. El experto Antonio Turiel dice que, en el mejor de los casos, aprovechando muy bien, dispondríamos de “entre el 30 y 40% de toda la energía que se consume hoy en día” (entrevistado por Salvador López Arnal para la revista ·”El Viejo Topo”, número 396, enero 2021, con el título “El capitalismo verde no es posible”). Por otra parte, también está el problema de la producción de alimentos ante la escasez de los fertilizantes nitrogenados y los fosfatos de roca, asunto que me parece no abordan los autores, muy centrados en el tema industrial y las últimas tecnologías hacia la automatización general.

Es muy cierto que la imaginación es fundamental (crear el imaginario de una nueva civilización, etc.), pues si no somos capaces de imaginar más que el capitalismo “verde” o el colapso de la civilización o el apocalipsis, estamos condenados; es cierto que la voluntad es fundamental para vencer el fatalismo, la resignación; pero también lo es que la imaginación no debe sobrepasar los límites de lo posible (huella ecológica, papel del Estado burgués) y caer en la fantasía, ni la voluntad convertirse en voluntarismo (creer que la voluntad lo puede todo). Ahora entiendo que padecemos de una enorme dificultad, pues difícilmente se puede imaginar una civilización futura por la que merezca la pena luchar hasta el final, si ni siquiera estamos seguros de con cuanta energía y alimentos, y para cuanta gente, podremos contar, pues hay previsiones para todos los gustos, desde la de nadar en la abundancia y lanzándose a la conquista del Universo (¿y la huella ecológica?), a vivir como se vivía a comienzos del siglo XIX, y con muchísimos menos habitantes.

Tampoco veo claro que la propuesta de Alex Williams y Nick Srnicek incluya una revolución social y política contra el capital y el Estado burgués, ni que otorgue a la clase trabajadora el papel que todavía le corresponde (empezando por la denuncia de la plusvalía, y el internacionalismo proletario) pues, por lo que he oído, confía en que el Estado burgués pueda encargarse de impulsar transformaciones tecnológicas que no quiere la burguesía privada, y parece que se plantea una especie de poder alternativo empezando por crear “tanques de pensamiento” (copiando de los think tanks neoliberales), “formar cuadros técnicos e insertarse en las universidades y medios de comunicación, difundiendo ideas simples y radicales por medio de voceros” (https://www.laizquierdadiario.com/El-capitalismo-puede-sonar-y-nosotros-no ), que así la gente se plantee en serio llevarlos adelante, y para eso hay que buscar financiación. De esta manera se presionaría, incluso dentro del capitalismo, para acelerar el desarrollo de las fuerzas productivas en la dirección más favorable a nuestros objetivos. No tengo la menor confianza en que esto pueda ocurrir.

Pero una cosa es cierta. No necesitamos acelerar el capitalismo para que tengamos reunidas más que de sobra las condiciones objetivas para superarlo. Ya habría que haberle “echado el freno” hace mucho tiempo. Si no lo hacemos es por nuestra incapacidad para levantar una estrategia y tácticas adecuadas a la realidad y correctas, y esto seguirá ocurriendo si seguimos creyendo que al capitalismo y sus Estados todavía les queda alguna tarea histórica, aunque sea la de chocar con sus límites, pues en ese camino, antes que eso, muy pronto, sobrepasaría por mucho más los límites externos (cambio climático, recursos, biodiversidad), en tanto seguiría frenando la llegada a lo que interesa a los aceleracionistas: el límite interno de agotar la plusvalía mediante la mecanización y robotización, para acabar con el sistema del trabajo asalariado y el dominio burgués de los medios de producción. Y no sólo eso, sino que habríamos avanzado en el aumento de las tensiones militares y riesgo de guerra, hasta nuclear. Sólo habríamos conseguido acercarnos mucho más al cataclismo.

Por eso, el aceleracionismo de izquierda, pese a sus buenas intenciones (empujar al capitalismo al límite de su contradicción interna para derrumbarlo; mostrar cómo se opone al progreso…), tiene el alto riesgo de “jugar con fuego” y quemarnos. Queriendo hacer la gran jugada estratégica contra el capital, puede estar haciéndole el juego a la burguesía. El único “aceleracionismo” que nos interesa y que de ninguna manera le hace el juego al capital y sus Estados, es el que podemos provocar nosotros en el movimiento de masas gracias a la tenaza plusvalía-Horizonte 2050 (además de otros muchos elementos estratégicos y tácticos). Esto no quiere decir que los autores no puedan hacer propuestas importantes a nivel táctico, de objetivos, reivindicaciones, tipo de denuncias, y formas de organización y lucha.

En el “Manifiesto por una política aceleracionista” de 2013 (enlace más adelante) dicen los autores: “22. Necesitamos recuperar el argumento que tradicionalmente se ha hecho valer para el post-capitalismo: el capitalismo no sólo es un sistema injusto y perverso sino también un sistema que frena el progreso.”. No es falso, pero como necesitamos “echarle el freno”, para evitar equívocos, evitar el error de pretender ayudarle a “soltar el freno”, debemos decir mejor que “es un obstáculo al progreso”, pues la palabra obstáculo llama a apartar el obstáculo que es el capitalismo mismo, su eliminación, no a quitarle ningún freno interno. En un tiempo pudo entenderse sobre todo como un freno (cuando todavía estábamos lejos de que nuestra huella ecológica equivaliese a la de un planeta), pero cuando ya debemos hablar en términos de huella ecológica (ahora la de más de planeta y medio, y aumentando), es claramente un obstáculo al progreso (o traba, como suelo decir yo y decía Marx, más que freno) que ahora debe medirse en términos de sostenibilidad. Y permanentemente desde la Primera Guerra Mundial y cada vez más, es una amenaza para la Humanidad y la vida en el planeta (cambio climático, guerras, etc.). A una amenaza no le concedemos voluntariamente tiempo extra ni nos esforzamos por acelerar la existencia de su portador. Y en esto se debe insistir, como hago yo cada vez que me refiero al asunto de la traba, añadiendo a continuación el de la amenaza. Por eso, ahora, más que insistir en la faceta obstáculo, dadas las dimensiones apocalípticas del peligro, debemos poner el énfasis en la faceta amenaza, para acelerar la concienciación de las masas trabajadoras y populares, pues un parón o incluso retroceso en la marcha al progreso puede tolerarse (como se aguanta la precarización del trabajo, el empobrecimiento, etc., de las últimas décadas), y más si se presenta como inevitable (escasez de recursos naturales, etc.), pero una amenaza existencial, más difícilmente se admite (aunque llevamos 75 años con la del armamento nuclear). De hecho, si estamos ya en una huella ecológica superior a planeta y medio, para bajar a un nivel sostenible que no supere un planeta, seguramente deberemos renunciar a bastantes aspectos de lo que hasta ahora hemos considerado progreso; esperemos que no a los principales. La amenaza es más fácil de describir que el progreso; superar la amenaza significa conseguir un progreso real, sostenible; sin embargo, insistir en el progreso, mucho más difícil de discriminar (muchas veces no se sabe todas las consecuencias a medio o largo plazo de una novedad), puede descuidar la amenaza, y terminar también la pretensión de progreso “como el rosario de la aurora”.

Nuestra estrategia (no digo la táctica puntual) no puede ser la de impulsar en nada el capitalismo (siempre serán ellos los que lleven las riendas, y más con la correlación de fuerzas que podríamos conseguir incluso con la estrategia de los autores), sino la de impulsar la lucha contra el capitalismo y por derribar sus Estados, generando el sujeto histórico de la fuerza social de los trabajadores/as revolucionarios capaz de hacerlo. En ese sentido, los autores tienden a devaluar demasiado pronto el papel de la clase trabajadora, tanto por la desintegración que ha sufrido en Occidente (no tanto en el Oriente, dado que allí se ha trasladado “la fábrica del mundo”), como por el proceso de automatización, como si fuese a avanzar tanto en el capitalismo que no dejase casi papel a los trabajadores/as productivos (páginas 224ss).

Los miembros de la clase trabajadora, de ser sostenible una civilización industrial avanzada (como pretenden los autores), todavía deben jugar un papel central, hegemónico, en la lucha anticapitalista, tanto durante el capitalismo, como una vez tomado el poder, en la transición a la civilización que sea posible (liberados en mayor o menor medida del trabajo, y diluyéndose la clase trabajadora en una comunidad de ciudadanos libres que laboran como trabajador colectivo en lo que siga siendo preciso, como la toma de decisiones relevantes).

Nick Srnicek y Alex Williams, que rechazan (no sin motivo), lo que llaman política folk (localista, limitada al horizontalismo, temporal y espontánea…), proponen, a falta de un posible liderazgo de la clase trabajadora, un populismo (páginas 224ss). No lo veo correcto, no sólo porque la clase trabajadora puede y debe jugar un papel muy importante (sobre todo en Asia), sino porque podemos poner por delante un relato que no es populista (el pueblo puro frente a su enemigo, ajeno a él), sino el de la plusvalía y todas sus consecuencias, que no busca simplemente un enemigo externo al pueblo (el 1% de Occupy, la “casta” de Podemos, el imperialismo yanky, la oligarquía financiera, la burguesía…o los judíos), sino que señala la causa en las relaciones sociales de producción capitalistas compartidas (en posición radicalmente diferentes, eso sí) por la burguesía-capitalistas y los trabajadores/as-proletariado, y que los trabajadores/as deben superar haciéndose desaparecer a sí mismos (no es simplemente un enemigo externo, ajeno la pureza popular) también en cuanto que clase social que lo es para el Capital (para profundizar en esto véase mi texto «“La sociedad autófaga” de Jappe. Capitalismo y narcisismo», enlace en la Nota 14). Para facilitar el efectivo liderazgo de los trabajadores/as de esta orientación anticapitalista y la confluencia de orientaciones diferentes que representen a diversas clases (sin caer en el populismo, pero con todas sus supuestas ventajas), está precisamente el eslogan-marco mundial de “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” que siendo muy abierto, algo difuso y popular, no es populista (no hay que eliminar a los burgueses, sino superar el capitalismo del que nosotros somos, en cierto sentido, también parte).

Este libro fue escrito en 2015. Desde entonces, los populismos de izquierda ya han mostrado sobradamente sus limitaciones y fracaso, en Latino-América, Grecia, España; no reincidamos, no volvamos a Ernesto Laclau, supuesto superador de la orientación de clase proletaria que se ha demostrado un espejismo que, una vez más, nos ha llevado a un callejón, una pérdida de tiempo, y debilitamiento. Mientras yo proponía una lucha antiaustericida capaz de unir en un misma lucha por un objetivo común a los trabajadores/as portugueses, españoles, franceses y más allá, contra la Unión Europea del capital (“ruptura con el tratado TSCG de la UE”, “De Lisboa a Berlín, al TSCG demos fin”, “derogación de su hija, la ley española LOEPSF, y de su madre, la reforma del art. 135 de la Constitución”), una orientación capaz de extender la lucha en todos los sectores y unificarlos a todos ellos (fuesen donde fuesen los recortes, desde la educación a la dependencia, etc.) bajo un objetivo común y debilitar el nuevo régimen de la UË del capital y los Estados nacionales (eso es inteligencia táctico-estratégica), los populistas se hacían cómplices de ella (empezando por su pacto de silencio) y nos llevaban al fracaso (véanse la interminable lista de mis artículos durante años en Kaos en la red, denunciando todo esto y, muy en particular, al papel farsante y traidor del populista Podemos, por descontado también el de Izquierda Unida, sindicatos…).

Mi propuesta (plusvalía-Horizonte, más otros aspectos de estrategia y táctica) ayudarían muchísimo más, incluso a crear las sinergias y retroalimentaciones positivas necesarias para la creación de colectivos de expertos sobre cómo lograr esos objetivos, tecnologías, etc., y la elaboración de la estrategia y tácticas más adecuadas No se trata de andar buscando financiación, sino de ¡empezar ya por un eslogan mundial; empezar por difundir la teoría de la plusvalía como nunca se ha hecho, y el eslogan-marco mundial que nos “pondrá las pilas” a la hora de estudiar todos esos asuntos científicos y tecnológicos, como tarea central; y para esto ya podemos partir de los medios disponibles que son numerosos, aunque pobremente aprovechados en su potencial!. Si los autores creen que mucha gente debe comprender las cuestiones más básicas de la tecnología y que muchos más deben hacerse expertos, con más motivo debe difundirse algo mucho más fácil de comprender y estrechamente ligado a su vida diaria, como es la teoría de la plusvalía y todas sus consecuencias, y el Horizonte 2050 que nos impulsará a aprender e investigar.

Pero al menos tienen suficientemente clara la situación de emergencia límite, de urgencia, y denuncian a la izquierda que es incapaz de proponer una alternativa constructiva, que cae en el localismo, el inmediatismo de las luchas parciales, el tacticismo, sin un horizonte estratégico ni una visión clara (lo que llaman, la política folk). Por eso, aunque lo interpreten a su manera, podrían compartir el eslogan-marco “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”.

Como reconocen los autores, el libro se centra en la automatización plena y el fin del trabajo, como eje fundamental para imaginar-inventar el futuro por el que luchar, que supere el capitalismo. Sin embargo, esto no nos sirve de gran cosa cuando debemos hacer frente a una amenaza cataclísmica, existencial, y hay mucha incertidumbre sobre la energía y alimentos de los que podremos disponer. Lo que ahora necesitamos es algo que, cuando menos, se parezca mucho a lo que vengo ofreciendo en este documento.

Entiendo que un marxismo de nuestro tiempo, debe dejar bien claro que la Humanidad no necesita del desarrollo sin más de las fuerzas productivas, sino de un desarrollo (no es igual a crecimiento; mayor eficiencia en el uso y reciclaje de los recursos, es también una forma de desarrollo) sostenible y duradero para la Humanidad. Tanto mejor si todavía fuese posible aprovechar las posibilidades tecnológicas para una planificación democrática mundial (socialista) que nos ayudase a ordenar la marcha hacia un futuro sostenible (ya no serían los horizontes soñados en los 60s, al menos por mucho tiempo), evitando en todo lo posible una caída incontrolada que supusiese un gran retroceso civilizatorio y durante el trayecto los peligros de violencia generalizada y genocida. Para mí, lo ideal sería poder partir de una civilización industrial avanzada, como habría sido seguramente de haberse dado los cambios necesarios en la dirección correcta (no la que se tomó con la llamada Gran Aceleración capitalista) en las décadas de los 50s o de los 70s, pero entonces no lo permitía la correlación de fuerzas entre las clases, ni la conciencia imperante sobre la relación con la Naturaleza. Pero ahora ya nos encontramos con una huella ecológica desbocada y que va a más (cambio climático, consumo de recursos no renovables, límites a la producción de alimentos, contaminación en general…), y cuanto más tardemos, más difícil será salvar incluso la civilización industrial y evitar la catástrofe alimentaria. Los revolucionarios marxistas del tiempo de la Primera Guerra Mundial no se plantearon que el capitalismo no estaba caduco para poder ser ya sustituido por el socialismo y que había que esperar a que alcanzase su límite interno. Si ellos hubiesen triunfando entonces, no habríamos llegado a esta situación límite para la Humanidad.

Aunque no es exactamente un aceleracionista, si viene a ser un aceleracionista implícito Aaron Bastani en su libro “Comunismo de lujo totalmente automatizado”, lo que traduce al acrónimo CLTA (editorial Antipersona, España, 2020, 330 páginas, https://antipersona.org/producte/comunismo-de-lujo-totalmente-automatizado/

Es una visión del comunismo casi de ciencia ficción, liberándonos del trabajo gracias a la inteligencia artificial, mejorando a tope nuestra salud y alargando la esperanza de vida, con energía para dar y tomar, frenando la crisis ecológica, viviendo en la abundancia, etc. Sin embargo, se puede hundir como un castillo de naipes si falla lo más básico, que es la provisión de energía para poder mantener una sociedad tan compleja, sofisticada, de lujo, y para todo el mundo. El hecho de que la energía proveniente del Sol sea ilimitada o que bajen los costes económicos de la energía fotovoltaica, no quiere decir que seamos capaces de generar la energía útil que necesitamos para semejante proyecto.

Yo no soy experta en tecnología y me cuesta mucho pronunciarme al respecto, pero creo que se debiera prestar mucha atención a lo que expone Antonio Turiel en el capítulo “12 ¿Por qué no instalaremos millones de paneles solares?” de su recientísimo libro ““Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) vamos a solucionarla” (Editorial Alfabeto, 2020, 216 páginas), mencionando el estudio del grupo GEEDS de la Universidad de Valladolid (de eco mundial) que concluye “el potencial máximo fotovoltaico de la Tierra podría corresponderse con aproximadamente el 25% de nuestro consumo vigente global de energía primaria [cuando se quiere sustituir el petróleo, carbón, gas natural y uranio que] representan hoy en día el 90% de todo el consumo global de energía primaria”, y el de Pedro Prieto y el profesor Charles Hall en su libro de 2013 sobre la Tasa de Retorno Energético (TRE) en “Spain´s Photovoltaic Revolution: The Energy Return on Investment” (editorial Springer, Berlín, 2013 https://www.springer.com/gp/book/9781441994363 ) donde explican que para mantener una sociedad estructurada se necesita una TRE como mínimo de 5 (inviertes 1 medida de energía para obtener 5 medidas de energía) pero de 10 (inviertes 1 de energía y obtienes 10) para sostener la educación, la sanidad y las infraestructuras, y que “una disminución del coste de las placas fotovoltaicas o una mejora de su eficiencia no va a conseguir nunca elevar el rendimiento energético de los huertos solares por encima de las cuatro unidades de energía retornada por cada unidad invertida [una TRE de 4], lo cual resulta insuficiente para mantener una sociedad estructurada.”. Sin embargo, Carlos de Castro Carranza (del GEESD), cuestiona cómo se calcula la TRE, y también las conclusiones de Pedro Prieto y el profesor Charles Hall sobre la TRE necesaria para una sociedad estructurada (bastaría con menos según él), en “Una crítica al concepto de la TRE (Tasa de Retorno Energético)” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=373 (primera parte; también por la nueva web https://geeds.es/news/una-critica-al-concepto-de-la-tre-tasa-de-retorno-energetico/ ) y http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=401 (segunda parte), otra discusión https://geeds.es/news/una-aproximacion-a-las-tasas-de-retorno-energetico-eroei-a-partir-de-los-diagramas-de-sankey-de-la-agencia-internacional-de-la-energia-aie/ ; pero también critica el tecno-optimismo sobre la energía solar y eólica, las ilusiones en una transición con una sustitución del 100% de la fósil y uranio, por renovables (o sea, poder contar con la misma cantidad de energía, además renovable y limpia), “Sueños tecnológicos contra la pared de la realidad: el caso de la energía solar eléctrica” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=1897 , “Implicaciones de la (baja) densidad energética solar eléctrica” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=2875 , (1).

¿Veis como es hoy imprescindible aprender algunas cuestiones básicas sobre la energía y la tecnología y por eso necesitamos de esta generación formada en las universidades? Es por esto también, porque no hay unanimidad y ni siquiera soy competente en el tema científico-tecnológico, por lo que no puedo pronunciarme del todo, aunque sea muy escéptica sobre un comunismo como el de Aaron Bastani, y que por eso yo busque, ante todo, una estrategia política que, pese a la incertidumbre en el conocimiento, con prevención y precaución, nos permita ganar o salir lo menos mal parados posibles, sea cual sea el horizonte realmente factible gracias a las tecnologías de las energías renovables.

Volviendo al libro de Aaron Bastani. Me parece extremadamente impreciso (por no decir de un reformismo utópico), en cuanto a la estrategia para llegar a ese CLTA, la cuestión central del Estado burgués, el papel de la clase trabajadora y otras clases sociales y sus órganos de poder político, etc. Tampoco veo que se plantee la necesidad de una planificación económica mundial y democrática (socialista) capaz de superar las relaciones sociales de producción capitalistas (¿o cree que el capitalismo nos llevará hasta la automatización total para seguidamente colapsar y dejar paso al comunismo?) en todo el mundo. Pero de momento no puedo seguir profundizando en el libro. No descarto que le dedique un artículo o lo comente en algún otro.

Véase el “Manifiesto por una política aceleracionista” de Alex Williams y Nick Srnicek https://syntheticedifice.files.wordpress.com/2013/08/manifiesto-aceleracionista1.pdf , también en https://comitedisperso.wordpress.com/2013/07/30/manifiestoaceleracionista1/ . Un audio que es sobre todo una lectura del Manifiesto https://www.ivoox.com/aceleracionismo-lado-a-que-tan-moderno-puede-audios-mp3_rf_54639075_1.html , la segunda parte, con reflexiones a partir de lo planteado por los autores https://www.ivoox.com/aceleracionismo-lado-b-las-posibilidades-contestatarias-del-audios-mp3_rf_54926302_1.html . Una entrevista a los autores del Manifiesto http://www.yorokobu.es/inventar-el-futuro/ , con motivo de su libro “Inventar el futuro: Postcapitalismo y un mundo sin trabajo” (de 2015; editorial Malpaso, 2017, Barcelona, 336 páginas) https://www.malpasoed.com/libro/inventar-futuro-postcapitalismo-mundo-sin-trabajo/ . Un fragmento extenso del libro, con la introducción, capitulo 1 y buena parte del 2, dedicados a la crítica de la política folk (importante) se puede ver en https://www.amazon.es/Inventar-futuro-Postcapitalismo-trabajo-general-ebook/dp/B06XWCVXDJ , en Echa un vistazo; lo mismo, pero con un fragmento que viene a ser la mitad del anterior https://www.nexos.com.mx/?p=33371 . Comentando el libro https://www.ivoox.com/episodio-36-inventando-futuro-nick-srnicek-audios-mp3_rf_62933542_1.html (es del 23-12-2020, se plantean una segunda parte para seguir comentando en este podcast https://www.ivoox.com/podcast-filosofia-no-sirve-para-nada_sq_f1703682_1.html ) . Otros audios sobre Nick Srnicek https://www.ivoox.com/Nick-Srnicek-_sb.html?sb=Nick+Srnicek+ — La reseña de Abril Amado “Aceleracionismo, o cómo destruir al capitalismo desde adentro. Reseña de Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo de Caja Negra editora” (ese libro incluye textos de derecha e izquierda), http://www.revistaluthor.com.ar/pdfs/182.pdf … . En la wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Aceleracionismo . Reseña de otro libro de Nick Srnicek (Capitalismo de plataformas), el relator hace un repaso interesante de la evolución del capitalismo desde los “30 gloriosos” https://www.ivoox.com/resena-capitalismo-plataformas-nick-srnicek-audios-mp3_rf_40895363_1.html ; otra reseña del mismo libro https://www.laizquierdadiario.com/Resena-Capitalismo-de-plataformas-121337 ; otra https://www.researchgate.net/publication/334240358_Capitalismo_de_plataformas . Sobre aceleracionismo, audios https://www.ivoox.com/aceleracionismo_sb.html?sb=aceleracionismo . Para una exposición muy general, y nada crítica, del aceleracionismo de izquierdas, https://pijamasurf.com/2015/11/que-es-el-aceleracionismo-y-por-que-se-considera-la-critica-mas-radical-contra-el-capitalismo/ . Para unas observaciones generales, importantes, sobre las posibilidades de planificación económica democrática socialista, y a la vez crítica del aceleracionismo de izquierdas y de derechas y de la llamada ilustración oscura, ver https://vientosur.info/planificacion-economica-y-desarrollo-tecnologico/ , de Guillem Murcia López que es uno de los traductores del libro Ciber-comunismo. Planificación económica, computadoras y democracia” de Paul Cockshott y Maxi Nieto. Trotta (2017), al que le he dedicado un artículo.

(1.- La TRE (en inglés: EROEI, ERoEI o EROI) es muy importante. Cuanto más elevada sea, de tantos más “esclavos” energéticos podremos disponer para aumentar la productividad del trabajo vivo humano (en el caso del petróleo, empezando la cadena por el transporte), por consiguiente la generación de plusvalía (aumentar la parte de la jornada laboral nunca pagada, y su destino tampoco gestionado por el trabajador/a), por tanto, de beneficio, y lograr la acumulación de capital, el crecimiento y desarrollo del capitalismo; salvo que acabe por sustituir el trabajo vivo humano por el de las máquinas y entonces, aunque hubiese una TRE espectacular, ya no habría plusvalía. Cito: “la tasa de retorno energético (TRE) es el cociente entre la energía obtenida y la energía invertida para ello. En la década de 1960, la TRE petrolera rondó la proporción 45:1, a finales del siglo XX descendió a 35:1 y culminando la década de los años 2000 cayó hasta 18-20:1.” (“Caminar sobre el abismo de los límites” de Ecologistas en Acción, páginas 11 y 12; enlace en Nota 6). Aunque la Wikipedia no sea muy fiable, véase https://es.wikipedia.org/wiki/Tasa_de_retorno_energ%C3%A9tico ; también https://www.ecologistasenaccion.org/17905/la-tasa-de-retorno-energetico/ , y los ya mencionados de Carlos de Castro Carranza más éste “Algunos conceptos erróneos de la TRE (tasa de retorno energético) y algunos cálculos menos incoherentes” https://geeds.es/news/algunos-conceptos-erroneos-de-la-tre-tasa-de-retorno-energetico-y-algunos-calculos-menos-incoherentes/ ; éste que recoge algunas de sus opiniones y de los debates suscitados https://blogs.elpais.com/eco-lab/2012/02/cuanto-petroleo-hace-falta-para-extraer-un-barril-de-petroleo/comments/page/1/#comments (blog de Clemente Álvarez).

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NOTAS y RECURSOS (autores, colectivos, webs, materiales descargables…) para PROFUNDIZAR.

Aquí, además de poder tratar o extenderme en algunos asuntos, sin hacer más pesado o complejo el documento central, os ofrezco enlaces a una enormidad de recursos (en español o gallego). Los incluyo por su interés, no porque necesariamente esté de acuerdo con todos, ni con todo lo que plantean. Confieso que todos no los he leído u oído. Pero los autores me inspiran la suficiente confianza o relevancia como para daros a conocer las direcciones que de ellos o sobre ellos he localizado, ahorrándoos así un poco el trabajo de búsqueda. Si tuviese que esperar a leerlo u oírlo todo para incluirlo aquí, este documento no llegaría a publicarse nunca, pues un artículo o autor, enseguida llevan a otro, en una cadena interminable. Y lo más importante no es lo que yo sepa, sino lo que podáis llegar a saber vosotras/os, cuanto antes. Así que, aunque disintáis mucho de mis planteamientos, este documento al menos os servirá de guía para otros/as autores que os puedan complacer más.

NOTA 1.—Léase el capítulo “6. Frutos pero no raíces. La desastrosa fusión entre la gran empresa y las grandes organizaciones ecologistas” del libro de Naomi Klein “Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima”, editorial Paidós, España, 2015, 703 páginas. Un resumen del libro en https://blogsostenible.wordpress.com/2017/01/27/libro-esto-cambia-todo-naomi-klein-resumen-capitalismo-cambio-climatico/ . Daniel Tanuro comenta a Naomi Klein en https://vientosur.info/el-capitalismo-y-el-clima/ ; otro comentario que repite el anterior y se extiende en más consideraciones https://vientosur.info/entre-la-radicalidad-y-la-viabilidad-inmediata/ . Sobre el movimiento ecologista, un balance, véase Miguel Muñiz Gutiérrezhttp://www.mientrastanto.org/boletin-167/notas/apuntes-sobre-el-eje-verde-que-se-desvanece, —- http://mientrastanto.org/boletin-170/ensayo/los-limites-del-movimiento-ecologista . Este otro de Pablo Massachs http://www.mientrastanto.org/boletin-151/notas/el-ecologismo-y-sus-zonas-de-confort . Para una crítica a Greenpeace, véase el comentario de Carlos de Castro Carranzahttps://www.15-15-15.org/webzine/2017/01/18/la-transicion-renovable-durante-el-colapso/#comment-5277 (del 11-2-2017). Esta crítica de Jem Bendell a la participación en Davos y extensible a otras cumbres de la burguesía, basada también en su propia experiencia https://rebelion.org/los-activistas-climaticos-deben-evitar-la-enfermedad-de-davos/ . De Manuel Garí sobre la participación en las COP, sus resultados, y la alternativa https://vientosur.info/la-gran-encrucijada-elementos-de-una-estrategia-climatica-ecosocialista/

Dice Jorge Riechmann en el sentido de no haber sido capaces de impulsar una transición socioecológica cuando todavía estábamos en muy buenas condiciones para ello (desde la década de los 70s), y de todo el tiempo perdido hasta ahora para hacer posible un “aterrizaje suave”: “En este sentido, podemos hablar de un fracaso histórico del movimiento ecologista: fracaso que se traduce en una verdadera tragedia para la especie humana” (página 58 del libro “¿Vivir como buenos huérfanos?”). Yo añadiría también que un fracaso de los comunistas, revolucionarios marxistas, que no supieron ver a tiempo lo que se nos podía venir encima, y de las debilidades de la propia clase trabajadora.

Las críticas al, y autocríticas del, movimiento ecologista, no restan importancia y valor a la dedicación y sacrificio de muchos de sus militantes, siendo acosados, encarcelados y asesinados por su activismo, especialmente en los países del Tercer Mundo (un dato: entre 2004 y 2014, casi mil muertos; véase en Manifiesto Última llamada, enlace más adelante), hecho que muy pocas veces llega a los medios de comunicación de masas de los países ricos.

NOTA 2.- Así, los de Rebelión o Extinción, como lo expresan sus tres demandas (https://xrbarcelona.org/es/verdad/nuestras-demandas/ ; https://xrbarcelona.org/es/category/blog/ ), creen en que, presionándolos con sus métodos, los gobiernos nos puedan llegar a decir toda la verdad y a tiempo (ja, ja, ja), legislen para solucionarlo y obliguen a cumplirlo (je, je), y ¡los gobiernos! creen asambleas de representantes ciudadanos (elegidos ¡por sorteo!, le puede tocar al más lerdo y reaccionario; o lo mismo pero proporcionalmente a la clases sociales, o sea, dando espacio político a los burgueses), asesorados por expertos (¿sin ideología social y política, sin intereses de clase, sin servidumbres al capital y su Estado, pura objetividad?; véanse las críticas de Daniel Tanuro a los Acuerdos de París (COP 21-2015), al GIEC y ciertos “científicos”), para “centrar” (¡cuánta presión!) en la solución del problema a los gobiernos del Estado burgués, y renunciando XR a toda violencia, incluso defensiva, por mucha e ilegal que sea la brutalidad policial, es más, ofreciéndose a ser detenidos e ir a prisión y así “remover las conciencias” (¡qué miedo van a pasar los Estados y sus agentes armados!). Esto es como querer defenderse ¡a pellizcos! de un cocodrilo que está a punto de devorarte, como pretender ganar un esprinte ciclista (¡2025!) sin ponerle la cadena a la bicicleta. Y con estos mimbres pretenden nada menos que “reducir las emisiones del carbono a 0 [neto] para el año 2025 y reducir los niveles de consumo.” ¿Alguien da más? https://es.wikipedia.org/wiki/Extinction_Rebellion . Sus prisas están justificadas, pero con su simplicista estrategia y táctica, se convierten en precipitación que nos condenaría a desperdiciar, con su movimiento, el poco tiempo que nos quede.

En cuanto a su visión del mundo y sus valores, hace falta muchísimo esfuerzo para eludir el conocimiento y experiencia que ya tenemos y acabar diciendo tan poco y tan pobremente (https://xrbarcelona.org/es/verdad/quienes-somos/ ) ¿En qué parvulario se han formado estos en economía, antropología, sociología, política, historia, psicología…? Más que naif resulta ¡ñoño!. Es como si a una gente que vive entre algodones, de repente, le diesen un buen susto y reaccionase de un modo pueril, histérico. ¡No me extrañaría nada que recibiesen importantes donaciones de astutos capitalistas “verdes”, y que, por detrás, estuviesen amparados y manipulados por los aparatos del Estado burgués, aunque se lleven algunos golpes, detenciones y condenas, sobre todo para darles “credibilidad” de “peligrosa oposición”!. De momento, los medios de comunicación de la burguesía, les ofrecen su altavoz cuando lo ningunean sistemáticamente a otros que movilizan a más gente y tienen algo más serio que decir. Pero los ingenuos que se sumen, si “se pasan”, serán los “primos” que “paguen el pato”, y sirvan de “aviso a navegantes”, para que la gente no se atreva con movimientos más serios y consecuentes (¡mira cómo han tratado a los “buenazos” de XR; cómo para ser más “duros”!). “Y la montaña parió un ratón”. Ante el mayor riesgo ¡la extinción! -reconocido expresamente por XR-, XR no se enfrenta a Goliat como David, sino como ¡la mascota de Goliat!.

No quiero herir la sensibilidad de personas cargadas de las mejores intenciones y la mayor voluntad pero, precisamente por respeto a ellas, hay que decir la verdad, por dura que ahora les resulte, si no quieren pasarlo “duro”, para nada. Sin duda les sobrará razón en muchas de las denuncias que hagan, y yo estaría de acuerdo con ellos. Pero todo esto no tiene nada que ver con la orientación de lucha de masas anticapitalista, la democracia directa de los que luchan (no se lucha “por sorteo”) y desde las asambleas de los Consejos de Trabajadores/as (o Soviets) generados por ellos contra el Estado burgués (no a iniciativa ni ayudados por los gobiernos), que luchan para imponer (revolución mediante) su poder político para acabar con el capitalismo y su Estado. Los jóvenes (en particular los de la clase trabajadora y sectores populares) deberán comprender que esas propuestas son “chorradas”, engañifas de burguesitos “radicalizados”, justamente angustiados, pero que confían en alguna modalidad de capitalismo “verde” y en el Estado burgués, que les conducirán a callejones sin salida y nuevamente a una enorme y criminal pérdida de tiempo, energías y voluntades. Con esto no quiero decir que deban despreciarse todas las movilizaciones de ese movimiento, pues expresarán el descontento y las ganas de solucionar las cosas de miles de personas, sino que quienes se movilicen deben romper con esa orientación y superarla si quieren tener eficacia a largo plazo, y que quienes se aferren a esa línea, se convertirán en un obstáculo al avance de las masas contra el cataclismo que nos amenaza.

En la Rusia zarista, en 1905, el cura Gapón encabezó un movimiento controlado por la policía política secreta y que rogaba soluciones al “padrecito” Zar. Pero, a raíz de una torpe reacción del Gobierno, con terrible represión (la matanza del “domingo sangriento” del 9-1-1905 del calendario juliano – ruso- o del 22 en el calendario gregoriano –occidental-), fue el catalizador de la oleada revolucionaria de 1905, el ensayo general para las de 1917. https://es.wikipedia.org/wiki/Gueorgui_Gap%C3%B3n , http://www.laizquierdadiario.com/9-de-enero-de-1905-el-domingo-sangriento-que-inicio-la-revolucion . Que un movimiento como XR consiga arraigar, es la demostración de lo “verde” (inmaduro) que está el movimiento de la juventud, de la necesidad imperiosa del gran ausente, un sector proletario con conciencia anticapitalista. Por eso es tan importante ¡prepararse mejor!. Sí, tenemos una gran urgencia, pero no es la que nos presenta XR y otros similares, sino la urgencia de acabar con el capitalismo y sus Estados para evitar el cataclismo.

Aunque en algún documento incluyan la palabra capitalismo o capitalista, la denuncia no pasa de lo nominal, sin profundizar en lo más mínimo. Es un modo de atraer a gente con un punto crítico al sistema. Lo que revela su naturaleza de clase burguesa son los objetivos que se plantean, los modos de organización y actuación. Hasta los nazis, cuando se dirigían expresamente a los trabajadores/as, eran capaces de emitir discursos de lo más “anticapitalistas”, y “revolucionarios” para confundirlos mejor, atraparlos en sus redes organizativas y limitarlos a sus objetivos reales al servicio del gran capital y su Estado imperialista. El estalinismo, aparentemente tan marxista, condena a los trabajadores/as al Capitalismo de Estado y, en tanto, sabotea la lucha de verdad revolucionaria, facilitando la labor de la contrarrevolución.

Los trabajadores/as pudieran protagonizar luchas por objetivos en el fondo muy radicales (toma de las fábricas impidiendo despidos, imposición de ritmos de trabajo, etc.) y con métodos revolucionarios (autoorganización asamblearia independiente de la patronal, del Estado y hasta de los sindicatos; autodefensa frente a la represión patronal, fascista, policial y militar), aunque el discurso que elaborasen resultase pobre y echase mano de las versiones más radicalizadas de los tiempos revolucionarios ¡de su enemigo!, la burguesía (libertad, igualdad, fraternidad; pero reales, no como las de la burguesía) o de la pequeña burguesía (“nosotros somos la Patria, no lo que el Gobierno y los militares dicen defender”). Aunque tenga mucha relevancia en cuanto a la clarificación ideológica y política para la victoria final, lo más importante a la hora de caracterizar el carácter de clase de ese movimiento, no es el ropaje ideológico en el que temporalmente se envuelve, sino lo que hay debajo (participantes, objetivos, métodos), y en ese caso es claramente proletario, y tiene posibilidades de madurar clarificando mucho más su pensamiento y práctica. No ocurriría lo mismo en una milicia SA nazi por mucho que todos sus miembros fuesen trabajadores pues, pese a cierta demagogia “anticapitalista” y “revolucionaria”, los objetivos y métodos son claramente anti-proletarios, contrarrevolucionarios, y su “maduración” sólo puede ir en la línea de terminar por convertirse en unos asesinos genocidas. Algo muy parecido pasa con XR: lo más importante no es su ropaje ideológico, por mucho que a veces pudiera ser “radical” y “proletario”, sino lo que hay debajo, esto es, sometimiento al Estado burgués (las tres demandas al Estado, y la renuncia a la autodefensa) y ante su inviabilidad para lograr los buenos propósitos, inevitablemente caerá en el “realismo”, el “pragmatismo”, el “mal menor”, al servicio del capitalismo “verde”; por tanto, un movimiento burgués radicalizado por pequeñoburgueses. Por mucho que denuncies, grites, pelees, y te conviertan en un mártir de la causa, si es para pedir una asamblea ciudadana ¡por sorteo!, mejor apuesta al sorteo de la bonoloto y tal vez consigas algo que de verdad te ayude.

Quizás los discursos más “radicales” de XR sean el de su primera declaración en Barcelona, el 28-1-2019, https://xrbarcelona.org/es/blog/declaracion-de-rebelion/ y ante el cierre de la factoría automotriz de Nissan en Barcelona. Ahí emitieron un comunicado el 15-7-2020 https://xrbarcelona.org/es/blog/nissan-i-la-transicion-ecosocial/ , donde mostraban su empatía por los trabajadores/as, “nuestra solidaridad con las víctimas del capitalismo global”, como alternativa decían “necesitamos una revolución cultural” (no social y política anticapitalista), y pese a alguna denuncia y criterio acertado (si no se debe trabajar en el automotriz, en otro, o tener cubiertas las necesidades) eran incapaces de ofrecerles nada más que la explicación extensa de sus ¡tres demandas! (verdad, legislación aplicada y asamblea ciudadana), para finalizar con un “¡Cambiemos el sistema, no el clima!”, que remite a cambiar el capitalismo (ir a un capitalismo “verde”, con rostro humano…), pues de lo contario debiera decir “Cambiemos de sistema, no de clima”. No había una clara denuncia anticapitalista (por la plusvalía: primero la explotación trabajando, luego la miseria como parados, y finalmente la extinción como especie), menos contra el Estado burgués (confiar en que nos diga toda la verdad, en su capacidad legislativa y de actuación, respetar sus aparatos políticos y represivos, “presionarlo” con una asamblea ciudadana elegida ¡por sorteo!), y por consiguiente, menos incluso de autoorganización independiente de los trabajadores/as contra el capital y su Estado (todo lo contrario, al ofrecerles como alternativa la infumable asamblea por sorteo, junto a ciudadanos burgueses), por la revolución socialista, y la planificación democrática socialista de la economía para poder evitar el cataclismo.

Esto demuestra tres cosas: 1.-Aunque lancen algunas denuncias justas y tengan algunos criterios acertados, quedan atrapados, limitados en sus posibilidades de evolución, al corsé de las tres demandas, que impiden salir del marco político del Estado burgués y del capitalismo “verde”. 2.- Pueden adaptar su discurso dependiendo del destinario, haciéndolo más “duro”, “exigente”, “radicalizándolo” según el caso, atraer a gente crítica, combativa y echarla a perder, por el primer punto. 3.- Pueden generar algunas movilizaciones que no deben despreciarse de entrada, y habrá que ayudar a que al menos algunos de los participantes superen ese marco ideológico y rompan con la jaula organizativa de XR, cuya alternativa final no es la imposición del poder anticapitalista, sino la ridícula asamblea ciudadana ¡por sorteo! auspiciada por el Estado burgués.

La web de XR estatal (España) http://www.extinctionrebellion.es/portal/ dispone de un archivo documental, con algunos materiales tomados del movimiento de acción no violenta anti-militarista http://www.extinctionrebellion.es/portal/archivo/

Léase esta reseña –nada crítica- del libro de un fundador del movimiento https://www.15-15-15.org/webzine/2020/10/09/de-sentido-comun-solo-la-rebelion-noviolenta-puede-detener-los-colapsos-climatico-y-social/ Teniendo en cuenta que se supone que el libro representa un nivel muy alto de pensamiento en XR, no hace sino confirmar lo que he dicho, y no es lugar para detenerme en criticar los detalles.

Al respecto de Nissan, véase la posición de Manuel Casal Lodeiro (no tiene nada que ver con XR) http://casdeiro.info/textos/2020/05/30/estimado-inigo-carta-abierta-sobre-la-nacionalizacion-de-fabricas-de-coches/

Antes de dejar a XR, quiero reconocerles un mérito. Han puesto en la calle los términos Rebelión -políticamente muy fuerte, y Extinción, colocando sobre la mesa un asunto que nos asusta mucho, pero al que ir acostumbrándose rápido a mirar de frente, pues puede ser bien real. Ahora hay que tomar eso y darle una orientación correcta.

NOTA 3.- Podéis leer mi artículo “Plusvalía y ganancia. Revisión urgente de una teoría necesaria” (9-1-2020) — un planteamiento nuevo de la teoría de la plusvalía que permite superar el estancamiento en el sindicalismo y el reformismo, luchar mejor contra las concepciones cosificadoras del trabajador/a especialmente peligrosas en los tiempos de la robótica, y que además tiene la ventaja de ser más comprensible para los trabajadores/as. No es una revisión “por la derecha”, sino por la izquierda, reforzando todavía mucho más la teoría de la plusvalía que, tras un siglo, ha quedado debilitada, y de ahí también, en parte, la explicación de su nula implantación en la clase trabajadora, su principal destinataria. De estar en lo cierto sería la mayor contribución a la teoría de la plusvalía, desde Marx. La crisis civilizatoria y medioambiental que amenaza a la Humanidad tiene su raíz en el capitalismo y éste en la plusvalía, sin superar la plusvalía no superaremos el capitalismo ni evitaremos el cataclismo– — https://kaosenlared.net/plusvalia-y-ganancia-revision-urgente-de-una-teoria-necesaria/

En otros modos de producción distintos al capitalismo, el trabajo excedente (el que excedía del invertido en el mantenimiento del trabajador/a) tenía un destino diferente. En una sociedad igualitaria, podía convertirse, por su productor o la comunidad, en excedente destinado al crecimiento; y en una sociedad de clases, ser apropiado por el esclavista o el señor feudal para su consumo personal, y destinada una parte al crecimiento. En el capitalismo, al ser su ciclo de existencia Dinero – Mercancía – Dinero más (no tiene sentido acabar con el mismo dinero que el invertido), y obligar la competencia, en la lucha por el beneficio, a destinar gran parte de ese excedente transformado en dinero en mejorar y aumentar la inversión, la tendencia al crecimiento (la reproducción ampliada, no la simple, que volvería a repetir el ciclo en su misma dimensión) se dispara como nunca en ningún otro modo de producción anterior. La acumulación capitalista se expresa en términos de crecimiento en la extracción de recursos de la Naturaleza, más, nuevos y más poderosos bienes de equipo, infraestructuras, etc., más, nuevos y mejores bienes de consumo, más y mejor cualificados trabajadores/as; también más despilfarro, deterioro medioambiental y armas más destructivas. Pero esto sólo es posible gracias al trabajo, al intercambio de trabajo concreto de un tipo, por trabajo concreto de otro tipo (dinero mediante), y es el trabajo excedente el que hace posible esa escalada, esa acumulación que, en el capitalismo, es trabajo obrero (asalariado), excedente y no pagado o plusvalía apropiada por el capitalista, traducida en beneficio mercantil (dinero). En el capitalismo, el crecimiento es básicamente crecimiento y acumulación de la masa de plusvalía en forma de nuevo capital (dinero invertido). Que el trabajo humano vivo tuviese mayor o menor aprovechamiento, productividad, en otros tiempos dependió, en parte, de hasta qué punto podíamos aprovechar trabajo vivo no humano (animales como caballos, mulas, bueyes, dromedarios, elefantes…); pero con el capitalismo desarrollado, esa fuerza auxiliar, pasa a ser la capacidad de trabajo en forma de fuentes de energía no vivas (carbón, electricidad, petróleo con una extraordinaria densidad energética) obtenidas con trabajo humano, y el trabajo humano no vivo, sino acumulado, en forma de herramientas, máquinas, medios de transporte, y su mejor aprovechamiento gracias a puentes, carreteras, líneas férreas, puertos… Aunque en el valor-precio de todos estos medios de producción esté incluida la plusvalía-beneficio, ésta ya no se la puede apropiar el usuario del medio (otro empresario, para producir bienes de consumo, por ejemplo), pues ya lo hizo el vendedor de ese medio de producción. Por eso sólo transfieren su valor “muerto” (pasado) al valor definitivo de la nueva mercancía que se vaya a producir. No generan un nuevo valor, excedente que dé lugar al beneficio. Éste no proviene de añadir, en el precio, un extra al coste de los medios de producción (no generan valor añadido, por mucho que lo digan algunos economistas burgueses). Sólo proviene del valor nuevo creado por el nuevo trabajo vivo humano que labora con esos medios de producción, de su excedente, que nunca es pagado con el salario pues éste paga el equivalente al mantenimiento del trabajador/a, que cuesta una cantidad de trabajo inferior a la que él/ella labora, por tanto, de un valor total inferior al producido en su jornada laboral; lo mismo da si hacemos las cuentas anualmente, o por toda la vida. A esto se le llama plusvalía, que con la venta se transforma en beneficio, que se reparte entre el capitalista industrial, comercial, bancario, rentista de la tierra… Para ver esto explicado paso a paso, con muchísimo más detalle y mucha más claridad, leed mi texto revisando la teoría de la plusvalía.

A los/as más interesados y valerosos en el árido campo de la teoría económica, os hago saber que la editorial El Viejo Topo (España, 2020) acaba de publicar el libro de Andrew Kliman titulado “Reivindicando El Capital de Marx. Una refutación del mito de su incoherencia”, 317 páginas dedicadas a demostrar que Marx no fue incoherente en la famosa cuestión de la transformación de los valores en precios de producción que tantísimos quebraderos de cabeza viene causando en unos y desaliento en quienes nos vemos desbordados por sus aspectos matemáticos, y procurando –dice- que lo entienda hasta quienes no manejan más allá de la aritmética (casi como yo). Si Kliman está en lo cierto, se merece un monumento, pues eso generaba inseguridad teórica y era explotado a tope por los economistas burgueses para desacreditar la teoría de la plusvalía y la obra de Marx, y justificar el capitalismo. Veremos cuándo puedo leerlo.

NOTA 4.- Imprescindible, el libro de Daniel Tanuro “El imposible capitalismo verde” (La Oveja roja, Viento Sur, 2012, Madrid, 239 páginas) https://vientosur.info/el-imposible-capitalismo-verde/ . Posfacio al libro de Tanuro, por Jorge Riechmann “La ecología de Marx y Engels” https://enelhorizontedelacrisis.files.wordpress.com/2013/01/riechmann-la-ecologicc81a-de-marx.pdf .

Una entrevista a Daniel Tanuro por su libro “El imposible capitalismo verde” https://asamblea-sanlorenzo-escorial.tomalosbarrios.net/files/2013/02/Tanuro.pdf —- Una entrevista a raíz del libro http://docpublicos.ccoo.es/cendoc/032097Resistamos.pdf (“Resistamos. Atrevámonos a decir nuestra verdad. Atrevámonos a ir contracorriente”) — Otra entrevista https://www.asturbulla.org/index.php/politica/neoliberalismo/38198-el-capitalismo-jamas-sera-verde cogido de Viento Sur https://vientosur.info/el-capitalismo-jamas-sera-verde/ —– Un extenso comentario al libro de Tanuro, por Alfonso Rodríguez de Austria Giménez de Aragón http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n14/Resen-3.-alfonso.pdf . Dos comentarios al libro, en la revista Viento Sur — https://vientosur.info/wp-content/uploads/spip/pdf/VS118_Varios_Libros_VIENTOSUR.pdf

Daniel Tanuro “Las fases del desarrollo de la crisis ecológica capitalista” http://old.sinpermiso.info/articulos/ficheros/tanuro.pdf Artículos de Daniel Tanuro en https://vientosur.info/author/3448/ — https://rebelion.org/autor/daniel-tanuro/ , —- https://sinpermiso.info/autores/Daniel-Tanuro

Aunque a las modelizaciones por ordenador, prospectivas del futuro, muchas veces “las carga el diablo”, que se esconde en “la letra pequeña”, es decir, en el mismo proceso de modelización, predisponiéndolo a que ofrezca los resultados que en realidad se están deseando (véase los análisis y advertencias de Daniel Tanuro, en el capítulo “3. Ciencias, modelos e ideología” de “¡Demasiado tarde para ser pesimistas!”, recomendado en otra parte de este texto), Manuel Casal Lodeiro asegura en el texto de notas críticas a “¿Qué hacer en caso de incendio?” (véase enlace en otra parte de este documento), que es confiable la modelización del proyecto MEDEAS (Modelización del desarrollo energético bajo límites ambientales y socioeconómicos) de la Unión Europea, actualmente en marcha, con la pretensión de “diseñar la transición a un Sistema de Energía 100% Renovable en Europa” que se autopublicita haciendo gala de su transparencia . Una explicación del proyecto, de un miembro, en catalán https://www.15-15-15.org/webzine/2016/04/09/el-projecte-europeu-medeas-modelitzant-la-transicio-energetica-a-europa/ . La web del proyecto https://medeas.eu/ en inglés ; publicado en español “Resultados y conclusiones del Proyecto MEDEAS. Resumen” en https://medeas.eu/technical-notes , acceso https://www.medeas.eu/system/files/documentation/files/Medeas%20Brochure%20Spanish.pdf ; https://www.revoprosper.org/2020/03/05/medeas-un-proyecto-para-disenar-la-transicion-a-un-sistema-de-energia-100-renovable-en-europa/ ). Véanse otros resultados de la modelización manejando diferentes hipótesis, llevados a cabo por el grupo GEEDS (encargado de diseñar los modelos de Dinámica de Sistemas en el proyecto MEDEAS) “MODELO MEDEAS-WORLD. Modelos como si la Tierra fuera plana (post 1 de 3)” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=3568 , “MODELO MEDEAS-WORLD con límites climáticos. MEDEAS-World-CC (post 2 de 3)” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=3588 , “MODELO MEDEAS-WORLD. Límites climáticos y energéticos (post 3 de 3)” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=3608

Esta modelización contempla la continuidad del capitalismo (competencia, etc.), aspira a un aumento de las temperaturas por debajo de los 2°C ¡ni siquiera ya el 1,5°C!, y aún así, de los tres escenarios que establece, sólo se consigue cumplir con los acuerdos de París (COP 21-2015), con el escenario (el ) de una economía que rompe con las pautas usuales, y las óptimas del crecimiento hasta hoy, hace esfuerzos máximos y logra unos resultados de crecimiento asombrosos, en comparación con las otras opciones, en la implementación de las tecnologías de energías renovables (eólica y solar), pero se estabiliza (no crece el PIB). Queda por detrás el escenario (el ) de mejorando hasta lo óptimo, en el cual sí crece el PIB, pero no cumple con los acuerdos de París. A la cola, el escenario (el ) de seguir como hasta ahora, que además de no cumplir los acuerdos de la Cumbre de París, durante un tiempo seguramente permitiría un crecimiento del PIB, pero provocaría una recesión permanente a partir de los años 2035-40 (supongo que por la escasez y encarecimiento de la energía fósil).

Sólo con esto, ya se puede intuir que en la práctica el capitalismo lo tendría pero que muy difícil siquiera para cumplir con unos objetivos muy relajados y con mucho riesgo (aumento de la temperatura inferior a 2°C : ¿valdría 1,9°C?) y se condenará a que el PIB no crezca, y como el PIB se maneja en términos de valor monetario, entiendo que eso significa que, si bien durante un tiempo unos sectores pueden seguir creciendo (los de la transición), otros deberán retroceder (fosilistas, etc.), dando el resultado neto de cero crecimiento del PIB. Pero cuando termine la transición ¿habrá o no más crecimiento del PIB, más reproducción ampliada del capital? ¿en caso negativo, dónde quedaría el capitalismo limitado a una reproducción simple del capital, a dónde iría a parar la plusvalía generada?. Lanza una advertencia final “Las predicciones basadas en los modelos muestran que a menos que las nuevas fuentes de energía renovable y tecnologías (almacenamiento y Power-to-X) comiencen a desarrollarse rápidamente, la estabilización económica (sin crecimiento) será una opción para descarbonizar la economía y mantener el bienestar social.”. Esto quiere decir que, si no se hace la transición energética a tiempo, el único modo de no provocar el cataclismo climático es dejar de crecer (renunciar a la reproducción ampliada, al menos de parte del capital y la desaparición de otra, para compensar), y eso unido a la dependencia de las energías fósiles en vías de inutilización por nosotros, o de agotamiento, llevaría al colapso del sistema por crisis y conflictos internos y entre Estados. Y esto, pese a que el proyecto MEDEAS no tiene el menor interés en llegar a cuestionar el capitalismo y sus Estados, sino de salvarlo con una variante “verde”. No he conseguido localizar el documento completo en inglés y no parten de una concepción marxista del capitalismo, por lo cual me resulta todo un tanto difuso. Aunque siempre con preocupación, deberíamos prestar más atención a todo esto.

Manuel Casal Lodeiro dice en su mencionado texto de crítica a un libro: “En cuanto al segundo eje, el de la “inversión en energías renovables” se echa en falta (de hecho, no he encontrado mención en ningún punto del libro) la cuestión de la Tasa de Retorno Energético (TRE) de cada una de dichas tecnologías, que es un aspecto crucial para poder realizar algo parecido a una transición energética que no acelere el camino al colapso, como ha demostrado el proyecto MEDEAS en sus conclusiones.” (página 32). El subrayado es mío. Esto no me ha parecido que esté en el Resumen que yo he leído, estará en el documento completo que no he encontrado y que estará en inglés. Y también: “Dicho modelo nos dice: ¡cuidado, que una transición energética acelerada que no discrimine entre los diversos sistemas de captación de renovables en base a su TRE, nos puede acabar abocando a un colapso acelerado! Creo que es una advertencia que no se justifica desatender pues procede de la mejor ciencia disponible (y no de eso que ellos llaman “catastrofismo”) y pone en cuestión la base misma de la propuesta política del GND” (Green New Deal) (página 33). “Hablan sin embargo de una “transición ecológica rápida y justa” pero, como ya he argüido, no puede haber transición ecológica digna de tal nombre sin abandonar el capitalismo, pues la transición debe ser, ante todo, a un sistema que deje de crecer. Así, continúan cuadrando círculos sin sonrojo” (página 34). “no es cierto que el capitalismo verde sea un “avance” pues posponer su abandono hará que la caída sea peor, según nos advierten las mejores modelizaciones científicas del metabolismo de nuestras sociedades, por no mencionar nuevamente que daría un tiempo adicional a las élites capitalistas para fortalecer sus planes de trasformación en un nuevo sistema de dominación poscrecimiento de tipo neofeudal o totalitario o una siniestra combinación de ambos. Por retornar al símil del cáncer civilizatorio, retrasar el tratamiento antitumoral y aplicar tratamientos paliativos de algunos de los síntomas, permitirá que el cáncer siga creciendo hasta convertirse en intratable o haciendo mucho más penoso el tratamiento posterior. Como en la lucha contra el cáncer, aquí el diagnóstico precoz y la rapidez en el tratamiento, son vitales.” (página 36).

Visto cómo va la transición a escala internacional, que la electricidad mediante las energías renovables (no lo es la nuclear, con uranio a agotarse) no se prevé capaz de cubrir todas las actuales necesidades energéticas, que seguirán dependiendo de la energía del petróleo y del gas natural (aprovechamiento limitado, antes de 2030 se llega a su nivel de extracción más alto, a partir de ahí, el declive y encarecimiento), y que el capitalismo se mueve creciendo, el escenario más probable estaría entre el 2º y el 1º, que aboca al cataclismo climático y el colapso económico.

Tal vez una explicación de que en el escenario mejor (el ) no haya crecimiento, pueda estar también en una causa tecnológica. En “¿Tiene sentido seguir evocando transiciones hacia sociedades industriales sustentables?”, epílogo al libro de Ugo Bardi “Los límites del crecimiento retomados” (Los libros de la catarata, Madrid, 2012, 230 páginas”), Jorge Riechmann menciona un trabajo de Antonio García-Olivares (2012) donde mantiene que, desde el punto de vista meramente técnico (sin considerar problemas económicos, como la financiación de enormes nuevas inversiones tecnológicas en un mundo ya híper-endeudado, agravado por la covid-19), hipotéticamente y apurando la cosa al máximo, sería posible “generar la energía suficiente para una sociedad industrial sustentante”, pero “se llegaría a una situación de generación estacionaria de energía (básicamente electricidad), situación incompatible con la continuación del crecimiento socioeconómico exponencial de los últimos decenios.” (páginas 203-4). Accesible el epílogo en http://tratarde.org/publicado-en-castellano-los-limites-del-crecimiento-retomados-de-ugo-bardi/ y también en https://vientosur.info/tiene-sentido-seguir-evocando-transiciones-hacia-sociedades-industriales/ . También en una línea parecida, Antonio Turiel https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/2018/12/11/turiel-la-transicion-a-las-energias-renovables-implica-el-fin-del-crecimiento-y-por-tanto-el-fin-del-capitalismo/

Que la modelización se haga en términos de PIB, o sea, monetarios, entiendo que la ata finalmente a la plusvalía. Pues no es lo mismo no crecer en términos de plusvalía (no se acumula en un ciclo de reproducción ampliada del capital), pero en el proceso de reproducción simple (limitarse a reponer y repetir el ciclo en el nivel anterior) seguir despilfarrando recursos, generando enormes residuos sin reciclar, contaminando (gran huella ecológica), que no crecer en términos de consumo de recursos, por supresión de producción innecesaria, una mayor eficiencia general, reciclaje… (racionalizar la huella ecológica).

Pero el PIB, en términos monetarios, es incapaz de reflejar la diferencia de estos procesos tan distintos. Sólo se podría transparentar eso al máximo y tenerlo como guía de la actuación en una economía socialista democráticamente planificada, orientada a los valores de uso (o sea, bienes concretos; no de valores de cambio, de precios, monetario), la reducción del tiempo de trabajo socialmente necesario en la producción (mayor productividad, de ser posible, pero no necesariamente mayor producción, sino la misma o menor con menos tiempo de trabajo por unidad) y racionalizar al máximo la huella ecológica.

Lo que el proyecto MEDEAS no incluye es el problema de la biodiversidad, que seguirá en peligro con los escenarios 1 y 2 pues sobrepasan los límites al cambio climático y, con las crisis del capitalismo, también nos llevarán a guerras que, sobre todo con armamento químico y nuclear, afectará a otras especies además de a la humana. Tampoco se salva el mejor escenario, el 3, pues un capitalismo sin crecimiento, es un capitalismo que terminara en crisis y de ahí a las guerras en muy pocos pasos, para acabar con los que compiten por los recursos escasos y mercados sin expansión posible (capitalismo caníbal como único modo de expandirse una parte del mismo a costa de la desaparición de otros), y darse un período de crecimiento gracias a la reconstrucción tras la guerra ¡si quedase alguien capaz de aprovecharlo!.

Pasando a otro asunto. Un razonamiento sencillo y correcto de cómo el aumento de los costes energéticos a cuenta del combate contra el cambio climático supone una amenaza para la tasa de ganancia (aunque no la denomine exactamente así), y cómo es por eso sobre todo por lo que el capitalismo no puede implicarse a fondo en esa lucha, pese (añado yo) a que también está condenado a eso si depende de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural) que serán cada vez más escasos y caros, lo encontraréis en el capítulo “3. ¿Hay alguien interesado en que ocurra el desastre climático?” del libro “Cambio climático ¿Qué hacer?” de José A. Tapia (Maia ediciones, Madrid, 2019, 156 páginas) http://maiaediciones.com/libro.php?l=417 . La gran complicación que tiene el capitalismo es que en tanto apura la oportunidad de costes ventajosos en los combustibles fósiles, y espera a la amortización de las enormes inversiones en los sectores fosilistas, agrava las consecuencias medioambientales, empezando por la crisis climática que, de muchas formas, afectará a las condiciones de producción (agricultura, desastres “naturales” extremos como sequías, inundaciones, huracanes…), y con ello de vuelta gravando los costes y reduciendo la tasa de ganancia, además de otros muchos problemas (tensiones internacionales, guerras “climáticas”, etc.). Y su futuro, por muy “verde” que lo pintase, no evitaría chocar con los límites de la Naturaleza, y por la robotización, con la producción y realización de la plusvalía.

La organización Emancipación – internacionalistas (antes, Nuevo Cursohttp://emancipacion.info/#/emancipacion , en su Diario https://es.communia.blog/ tiene unos cuantos artículos referentes a toda esta problemática. Su principal mérito es que advierten de cómo la burguesía y sus Estados pueden ser capaces de utilizar este problema contra nosotros, y aunque sólo fuese por esto, merecen que se les preste atención (véase, por ejemplo, http://emancipacion.info/contra-la-union-sagrada-climatica/ ). Sin embargo, entiendo que cometen errores teóricos y estratégicos que condenan al fracasoPrimero, al no comprender el nivel de gravedad del asunto climático (su posible incontrolable escalada) y del energético (su impacto hasta en la agricultura), el plazo con el que contamos, y sus implicaciones para el proyecto socialista-comunista. Segundo, al creer que todavía será posible el comunismo de la abundancia en el que pensaba Marx y para todos los habitantes del planeta – cuando reprochan a otros “falta de convicción en la posibilidad del comunismo, de la abundancia” (artículo https://es.communia.blog/extinction-rebellion/ , https://es.communia.blog/diccionario/comunismo/ )-, en vez de algo más limitado que todavía sea una vida buena, sin clases sociales ni Estado, pues ¿dónde quedaría la huella ecológica – recursos y sumideros-?, ¿cuántos planetas Tierra necesitaríamos para la abundancia universal?. Incluso un comunismo moderado, por mucho que reciclase (asunto de la mayor importancia sobre todo para recuperar minerales usados, pero que en lo inmediato también consume energía y trabajo humano), vería cómo va consumiendo recursos no renovables (minerales…), de modo que con el paso del tiempo, salvo que con una tecnología muy elevada consiguiésemos sustitutos duraderos para muchos recursos, nos empobreceríamos, a no ser que hubiésemos reducido muchísimo la población mundial y conseguido conservar a la vez un altísimo nivel industrial que, aun habiendo acelerado el consumo de nuestros recursos, nos permitiese explotar los mayores de otros planetas o asteroides (si eso fuese posible y compensase el esfuerzo, pero es una locura apostar por ello ahora cuando nos lo jugamos todo y “no hay planeta B”). Para empezar, si el experto Antonio Turiel tuviese razón, en el mejor de los casos, aprovechando muy bien las energía renovables, dispondríamos de “entre el 30 y 40% de toda la energía que se consume hoy en día” (entrevistado por Salvador López Arnal para la revista ·”El Viejo Topo”, número 396, enero 2021). Una economía pobre en recursos energéticos (capaces de hacer trabajo útil), que no sean el trabajo vivo humano, no podrá generar suficientes recursos materiales como para destinarlos a los bienes necesarios para mantener los gastos sociales del “Estado de bienestar” o sus equivalentes sin Estado (pensemos sólo en la medicina moderna tan dependiente de la alta tecnología), ni siquiera de liberar trabajadores/as para tareas tan alejadas de las labores productivas y que necesitan de tantos años de formación. Debemos entender que los humanos hemos progresado tanto por haber podido recurrir primero a los animales que nos servían en el trabajo, luego los sustituimos por “caballos de vapor” (la medida de potencia, a partir de las máquinas de vapor, alimentadas con carbón, https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/por-que-hay-una-unidad-de-potencia-que-es-el-caballo-de-vapor-cv/ ) y después por la electricidad y el petróleo, “equivalentes” al trabajo de muchísimos esclavos (Antonio Turiel presenta unos cálculos científicos sencillos y muy interesantes al respecto en la página 20 de su libro “Petrocalipsis”; referencias del libro en Nota 6). Tercero, al creer en las posibilidades de un renovado proceso de acumulación sostenido gracias al capitalismo “verde”, pese a la crisis climática y energética (petróleo, gas natural, uranio…), aunque adviertan de graves tensiones militares y peligro de guerras. Cuarto, al no caer en la cuenta de las posibilidades que tenemos para volver, contra la burguesía, el riesgo de cataclismo, tal como he explicado a lo largo de mi texto y en particular en la sección VI (Llamamiento mundial…). Sin embargo, como muestra Naomi Klein en el capítulo 1 “La derecha tiene razón. El poder revolucionario del cambio climático” del libro “Esto lo cambia todo”, hay sectores de la burguesía que intuyen precisamente esto. Claro que ese peligro no les vendrá del ecologismo burgués y pequeño-burgués, pero sí de la repuesta ecologista proletaria que estoy proponiendo. Quinto, al hacer depender el imprescindible nuevo ascenso revolucionario de los trabajadores/as, de la motivación en la satisfacción de las necesidades con la abundancia con el comunismo, cuando la motivación ahora debe ser la de evitar el cataclismo y asegurar una vida buena, aceptable y sostenible (huella ecológica para sólo un planeta) (véase el artículo https://es.communia.blog/por-que-desaparecio-la-clase-trabajadora-y-que-necesita-para-volver/ ).

Parafraseando a Manuel Casal Lodeiro (final del párrafo primero de la página 27 en https://www.15-15-15.org/webzine/2019/10/13/pactar-con-el-fuego-la-propuesta-del-green-new-deal/ , al que más adelante me referiré), diré lo siguiente. Si se cree en el comunismo de la abundancia, la estrategia se planteará en los términos de superar el capitalismo porque no debe continuar, por ser injusto, una traba (el freno que dicen los aceleracionistas) y relativa amenaza, que no nos permite acceder a esa abundancia. Si ya no creemos en el comunismo de la abundancia (al menos en los términos en los que se imaginó desde el principio), la estrategia se planteará porque el capitalismo no debe, pero ni siquiera puede continuar, por ser injusto, una traba y una amenaza total, pues choca contra unos límites (biofísicos y de valorización) infranqueables, y eso -que sería como el choque frontal de un vehículo a toda velocidad contra un muro de hormigón armado-, nos lleva a la autodestrucción. Ambas estrategias son bastante diferentes, en cuanto al futuro a construir, y en cómo afrontar la lucha contra el capitalismo y sus Estados: la tarea central, los plazos, ritmos… La primera estrategia estará derrotada no sólo cuando se acerque al final de su recorrido al ser imposible lograr su objetivo de la abundancia, sino muchísimo antes pues, como les pasará también a las utopías reformistas, no podrá presentar una alternativa realista y a la vez radical (revolucionaria) cuando los límites se vayan evidenciando y surjan las “alternativas” de inspiración fascista y sus “soluciones” demagógicas, criminales, genocidas. A una masa consciente de que globalmente decreceremos brutalmente y que no desea renunciar y/o teme ser sacrificada por la supervivencia (incluso privilegios) de otros, para que renuncie a sus tentaciones genocidas (ofensivas o “defensivas”), no puedes ofrecerles el anticapitalismo (“expropiación de los expropiadores”) y anti-Estado burgués como si estuvieses en la primera mitad del siglo XX, con la esperanza (desmentida y desacreditada) de un mundo comunista de abundancia para todos sus habitantes (pensarán que les quieres “vender la moto”), sino de una vida buena, austera, igualitariamente compartida, sin que nadie (ni ellos) deba temer al genocidio, pues estará edificada a partir de la solidaridad del internacionalismo proletario, no de la lucha a muerte entre nacionalismos-imperialismos burgueses. De ahí también la trascendencia de llevar desde hoy una intervención internacionalista, empezando por lo más básico, las políticas de austeridad coordinadas desde la Unión Europea, como ha venido ocurriendo desde el 2012 y que se ha desaprovechado totalmente (estudiad mi balance al respecto, para aprender la lección y no repetirlo).

En el artículo titulado “Greta y la ola de calor” https://es.communia.blog/greta-y-la-ola-de-calor/ , además de una buena denuncia de la relación entre el problema del cambio climático y la entrada del capitalismo en su etapa decadente, en la sección “¿Es el cambio climático el principal problema o siquiera el principal síntoma?” se puede leer lo siguiente: “El cambio climático no va a acabar con el capitalismo. Sus estadísticos y economistas ya se entretienen en señalar que es «contenible» dentro de una «estrategia sostenible de crecimiento» del capital. Por supuesto, el cambio climático causará la extinción de no pocas especies. […] Pero ¿es la principal amenaza del capitalismo global para la Humanidad? Claramente no. Las cifras que están manejando las estimaciones académicas quedan muy lejos del impacto de las guerras más recientes y «localizadas» -de Siria a Libia- que no hacen sino amenazar con extenderse por el todo el planeta.”

A esto se puede responder con numerosos análisis que plantean la imposibilidad de un capitalismo “verde” que sustituya, a un nivel superior o incluso igual, al capitalismo fosilista, tanto por la falta de recursos energéticos que puedan reemplazar en todo los terrenos al declive de los combustibles fósiles con su misma eficacia, como por la estrangulación de la plusvalía si se avanza mucho más en la automatización. Por tanto, vamos a un decrecimiento de la economía mundial, aunque unos sectores del capital sigan creciendo, en un proceso cada vez más parecido al canibalismo (imagen del fallecido Jorge Beinstein). En cuanto al cambio climático, tenemos el riesgo de una escalada, no lineal, sino exponencial, por los automatismos de la propia Naturaleza, que acabarían causando, por escasez de alimentos y agua dulce, guerras “climáticas”, guerras por todo tipo de recursos, “soluciones finales” genocidas, una mortandad enorme, con riesgo de extinción. Este riesgo es tanto más acusado cuando se sueña con “contenerlo” mientras se sigue creciendo al modo del capitalismo “verde”. Si el cambio climático ya en marcha resulta tan amenazante es porque se da con una civilización de clases sociales con enormes desigualdades como el capitalismo y sus Estados, armados “hasta los dientes” con capacidad para aniquilarnos a todos. El peligro no se reduce a la “extinción de no pocas especies”, sino de su relevancia para nosotros (insectos polinizadores, plantas comestibles que no aguantan el calentamiento, especies marinas para el consumo humano, etc.), y de nuestra especie (tanto por la Naturaleza, como directamente por “nuestra mano”).

De momento no tenemos certeza de que el cambio climático y sus consecuencias naturales, alcancen tal gravedad que nos lleven a la extinción como especie (subida de muchos grados, etc.), pero  existe el riesgo (muy importante) de que así ocurra (escalada automática a partir de un punto), y  tenemos la certeza de que pueden hacerlo las consecuencias políticas y militares que en el capitalismo y sus Estados tendrán los efectos del cambio climático, incluso aunque apenas subamos los grados de temperatura. Si el cambio climático tuviese causas exclusivamente naturales (no achacables a la intervención humana) y viviésemos en una sociedad con un armamento propio de los cazadores-recolectores, y con una población mundial incomparablemente menor en tamaño y densidad, nosotros no le añadiríamos el peligro de nuestra violencia, y eso quizás nos permitiría sobrevivir, de mala manera, con unos grados más. Es cierto que una sociedad muy compleja dispone de más recursos para resolver cantidad de problemas, pero también se hace más vulnerable si falla un pilar o viga maestra fundamental que no consigue reparar o sustituir a tiempo. Entonces puede volverse insostenible, ser inevitable su colapso, y desmoronarse como un castillo de naipes. Incluso por causas naturales (1). Y como el capitalismo es una civilización mundial -no local como las que pudieron colapsar en tiempos pasados mientras otras contemporáneas a ellas sobrevivían sin el menor problema-, extraordinariamente inter-dependiente, los riesgos son también mundiales y no puede recurrir a otra civilización más avanzada para que la socorra. Por eso, es tan grave, tan enorme el peligro que, aunque sólo fuese por los criterios de precaución y prevención, deberíamos tenerlo muy en cuenta en nuestra línea política.

Pero es que además, ya que recurre al ejemplo de Siria, para la cuestión concreta de la guerra en Siria, tenemos un análisis que demuestra claramente cómo el cambio climático (si todavía no fuese eso, se trataría de una sequía persistente excepcional, “bíblica”; pero entonces podríamos imaginar lo mucho peor que podrían ser las cosas con el calentamiento general) afecta a una sociedad capitalista y su Estado, y lleva a una guerra extraordinariamente cruel contra la población civil. Léase a Andreas Malm “La Revolución en un mundo que se calienta. Lecciones de las revoluciones rusa y siria”, en https://www.15-15-15.org/webzine/2020/08/22/la-revolucion-en-un-mundo-que-se-calienta-lecciones-de-las-revoluciones-rusa-y-siria/ . Y este informe científico, en inglés https://www.pnas.org/content/112/11/3241.full

Pero el problema no es sólo el calentamiento medio mundial sino, prácticamente a la par (unos antes, otros no mucho más tarde), en cuanto a las fuentes de energía (agotamiento del petróleo convencional, de fácil extracción, mejor calidad y barato, con mejor TRE –tasa de retorno energético-, decadencia próxima del gas natural, uranio), y escasez de metales estratégicos. Ante esto no vale con responder acogiéndose a los casos en los que la burguesía, muy apurada, sin embargo, gracias a sus inversiones en investigación y el talento de los científicos, consiguió solucionar problemas gravísimos como el de los nitratos, como abono y también para aplicación militar en explosivos (2) o que hoy también esté inventando cosas importantes (determinadas baterías eléctricas, etc.). Ahora la acumulación de retos (en un breve tiempo) es tan monumental (climático, energético, alimentario, biodiversidad…), los plazos tan cortos, las inversiones en investigación y recurso de talentos tan enormes, sin embargo los resultados (por espectaculares que sean) tan insuficientes, y los peligros para la Humanidad tan existenciales (costaría la vida a millones de personas, la reducción brutal de la población mundial tal vez en miles de millones en poco tiempo, sin contar con las guerras más que probables) que no podemos confiar en que “esta vez también, seguro que inventarán algo, descubrirán algo que volverá a salvarnos”.

Eso, además de una forma de “pensamiento mágico” (cual varita mágica que todo lo puede, o expresar un deseo y que se cumpla), creer que siempre encontraremos una solución tecnológica o energética para un problema aparentemente sin salida, es confiar demasiado en la racionalidad y humanidad de una clase social que viene demostrando sobradamente el grado de interesada irracionalidad negacionista, irresponsabilidad, mezquindad, indiferencia, crueldad, inhumanidad, al que puede llegar, en la guerra y también en la paz. No sólo necesitamos la revolución para acabar con la injusticia social, el militarismo, la pobreza en el mundo, etc. (como ya a comienzos del siglo XX), sino como la mejor aplicación de los criterios de precaución y prevención ante lo que bien pudiera llevarnos a nuestra extinción como especie. Cuando todo apunta a que podríamos tener perdida la partida y acabar en la más absoluta de las miserias (salir vestidos con un barril), no podemos apostar a un golpe de buena suerte en el último momento que nos salve y nos permita recuperarlo todo: ¡hay que parar!, ¡echar mano al freno!, como decía Walter Benjamín (Sobre el concepto de historia https://crucecontemporaneo.files.wordpress.com/2015/05/sobre-el-concepto-de-historia.pdf.)

Para conocer más de lo que plantea Emancipación sobre este asunto, véase, aunque a veces se repiten los artículos, en los tags (etiquetas) https://es.communia.blog/tema/ecologismo/ https://es.communia.blog/tema/cambio-climatico/ https://es.communia.blog/tema/catastrofismo/ https://es.communia.blog/tema/pacto-verde/ https://es.communia.blog/tema/malthusianismo/ https://es.communia.blog/tema/green-new-deal/ https://es.communia.blog/tema/tecnologia/

La organización Emancipación (antes, Nuevo Curso) tiene una Escuela de marxismo, con algunos textos muy interesantes, en http://marxismo.school/ , con un archivo histórico. Para una valoración de esta organización, conviene también conocer el punto de vista de otra, la Corriente Comunista Internacional (CCI) https://es.internationalism.org/content/4460/nuevo-curso-y-una-izquierda-comunista-espanola-de-donde-viene-la-izquierda-comunista , https://es.internationalism.org/content/4519/quien-es-quien-en-nuevo-curso , https://es.internationalism.org/content/4601/sobre-la-accion-del-aventurero-gaizka . Al parecer, Emancipación no ha respondido a todo esto. Pero la CCI tampoco está para dar muchas lecciones a nadie, pues en cuanto a este tema del cataclismo, aunque mantiene desde siempre que el capitalismo es decadente desde comienzos del siglo XX, e incluso que su decadencia está ya en la fase de descomposición, me parece que está incluso peor que Emancipación, muy lejos de sus prioridades de análisis, y siguen confiando en el comunismo de la abundancia, por lo que las observaciones críticas a Emancipación, en general, vendrían a aplicarse también a la CCI. En cuanto a la lucha contra la estrategia austericida en la Unión Europea durante la década pasada, pese a su presencia en Francia (donde se dieron las principales luchas contra el tratado TSCG) y su reiterado discurso internacionalista, han sido incapaces de levantar una política correcta (ninguna en realidad, más que una genérica resistencia y denuncia del capitalismo y sus Estados y del papel de los sindicatos e izquierda) a escala europea (contra el TSCG) y española, pese a conocer mis propuestas de “Derogación de la LOEPSF”, “De Lisboa a Berlín, al TSCG demos fin” (o poder interesarse por ellas cuando ya dejé de insistirles), y lo peor es que son incapaces de escuchar, ni de reconocerlo y de superarlo para el futuro, ¡ni de acusar recibo!. Dirigirse a ellos es como hablar a una pared, salvo si es para darles la razón, o se dan cuenta de que eres un novato/a en política al que podrán influir fácilmente, o una organización que pueda suponerles una competencia. Incluso aunque les presentes documentos de la mayor importancia -como mi revisión de la teoría de la plusvalía-, no esperes un reacción madura por su parte (pero esto mismo lo hacen Emancipación y otros, ¡ni acusar recibo!); ni la sombra de lo que en un tiempo fueron (aunque fueran poca cosa). Sí, parece increíble, pero es cierto. Al parecer esto es lo que hay, ¡muy triste!. Al menos, la CCI también tiene un archivo interesante, sobre todo en cuestiones históricas, por temas https://es.internationalism.org/go_deeper , y en concreto bajo la etiqueta “Medioambiente”, algunos artículos, aunque ya antiguos (el más reciente sobre el tema que nos interesa, es de 2013, como si desde entonces no se hubiese agravado la situación y puesto en evidencia la necesidad de movilizarse) https://es.internationalism.org/series/481 . Ahí, pese a tener posicionamientos valiosos, incluso reconocer el agotamiento del petróleo barato, son incapaces de plantearse preguntas básicas como las que yo me hice en 2008 en mi texto “Sin petróleo, el socialismo ¿tendrá su oportunidad?. Mega-Crisis. Pronóstico, plazos y estrategia. Hacia 2030”.

La organización internacional marxista-trotskista, corriente internacional Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) (su web https://www.ft-ci.org/ ), su organización en España, la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT, su web https://crtweb.org/ ) tiene una web para la publicación de artículos tipo periódico y revista http://www.izquierdadiario.es (artículos más de fondo en http://www.izquierdadiario.es/contrapunto ). En cuanto al tema abordado aquí, también peca de dispersión, ni siquiera existe una sección temática para ello, aunque no es difícil dar con los tags (etiquetas) sobre el tema (https://www.izquierdadiario.es/Crisis-energetica , http://www.izquierdadiario.es/Energia , http://www.izquierdadiario.es/Crisis-climatica , http://www.izquierdadiario.es/Cambio-climatico , https://www.izquierdadiario.es/Ecologia-y-ambiente , http://www.izquierdadiario.es/Ciencia-y-Tecnologia , http://www.izquierdadiario.es/Programa-nuclear ). Prestan bastante atención a la cuestión del cambio climático y la crisis medioambiental en general. Pero no ocurre lo mismo con la crisis energética (petróleo, gas natural), las posibilidades de sustitución, y menos con sus derivas alimentarias (sobre todo con el gas natural). De modo que no son capaces de comprender toda su dimensión, la prioridad a este asunto, reconocerle su carácter central, ni de enfrentarse a la cuestión del colapso civilizatorio, del riesgo del colapso incluso de la civilización industrial (también socialista), y cataclismo para la especie humana también por el problema de los fertilizantes. Tras denuncias de lo más justificadas al capitalismo, el capitalismo “verde”, el Green New Deal, y las complicidades o debilidades de los movimientos ecologistas, incluidas las movilizaciones recientes de la juventud, las alternativas que proponen siguen lastradas por el Programa de Transición de Trotsky, eludiendo el problema fundamental de la existencia del Estado burgués, del poder político de los trabajadores/as necesario para implementar esas medidas. De esta manera es imposible hacer consciente a la gente de la verdadera gravedad de la situación, los obstáculos a vencer y los medios necesarios para hacerlo. Véanse El capitalismo destruye el planeta. Destruyamos el capitalismo. Declaración internacional de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) ante la Huelga Mundial por el Clima que tendrá lugar entre los días 20 y 27 de septiembre” de 2019; huelga mundial que no existió pues de ser real y no acciones dispersas por varios países, debiera estar generalizada dentro de cada país, como una huelga general afectando a la industria, los transportes, etc.; bastaría haberlo llamado Días de Acción o algo así, https://www.laizquierdadiario.com/El-capitalismo-destruye-el-planeta-destruyamos-el-capitalismo-138252 . El mismo problema tiene este texto del 24-3-2019 http://www.izquierdadiario.es/Capitalismo-cambio-climatico-y-estrategia-socialista

Según las previsiones al parecer más realistas, no todo lo que en teoría podría pasar a funcionar con electricidad podrá hacerlo pues el suministro de electricidad en base a las energías renovables no será capaz de tanto; tampoco todo lo que hoy aprovechamos del petróleo y del gas natural puede ser sustituido por electricidad, por ejemplo, los abonos en la agricultura que son hoy imprescindibles para alimentar a toda la población mundial. Con menos energía no humana (carbón, petróleo, gas, electricidad…), más necesidad de trabajo humano vivo, más tiempo de trabajo para hacer algo (si se puede resolver sólo con más tiempo), menos capacidad para hacer cosas muy complejas en cuya raíz estén muy altos niveles de consumo energético (pensemos en la minería, la industria sidero-metalúrgica, la química, la naval de metal o fibra, la hidro-eléctrica y su red de distribución, la electrónica –incluso de válvulas- y microelectrónica…, los ferrocarriles, los aviones, las autopistas, los puentes capaces de cruzar ríos muy anchos, los túneles que atraviesan montañas, toda la infraestructura debajo de las ciudades con alcantarillado, suministro de agua, electricidad, fibra óptica, depuradoras, satélites espaciales, televisión, la red de internet…), menos productividad, menos bienes de consumo y servicios, menos medios para cuidar de los enfermos y dependientes. Con menos alimentos, menos capacidad para mantener una gran población humana y su fuerza laboral que sustituya a las máquinas en aquello que sea posible (no en la capacidad y velocidad de procesamiento de un ordenador, ni en miles de otras prestaciones de las máquinas y todo tipo de instalaciones e infraestructuras productivas o de servicios). Cuantas más personas deban dedicarse a la obtención de alimentos, menos posibilidades de ampliar la división del trabajo, especializarse en otras tareas, liberar del trabajo a muchas personas durante mucho tiempo (para dedicarse al estudio, etc.). Sólo para empezar, olvidémonos de los viajes baratos en avión para pasar las vacaciones a larga distancia, el automóvil (ni eléctrico) para cada adulto, cambiar de ropa al ritmo frenético de la moda, y mil otros bienes de consumo que hoy nos parecen imprescindibles o muy comunes, pero que ni siquiera existían o eran habituales en la década de los 1950.

Las mayores existencias de fuentes de energía fósil, pero no aprovechables por nosotros (serán recursos, pero no reservas(3), nos serán tan útiles como para nuestros antepasados prehistóricos lo fueron las que sólo desde el siglo XIX hemos conseguido explotar y aprovechar. Aunque sólo perforando un poco el suelo les hubiese saltado un chorro de petróleo, no habrían sabido qué hacer con él, y no lo considerarían ni recurso, sólo sabrían que existe. En cuanto a la alternativa del hidrógeno verde que tanto publicitan ahora, y a la que se están dedicando enormes recursos financieros, con la implicación de los Estados, véase este reciente artículo https://www.15-15-15.org/webzine/2020/12/07/un-breve-analisis-de-la-eficiencia-de-ciclo-completo-de-la-economia-del-hidrogeno-verde/ , y sobre éste y el llamado hidrógeno azul, véase https://es.communia.blog/es-el-pacto-verde-una-salida-a-la-crisis/ . La conclusión es que ciertas grandes empresas podrían conseguir grandes beneficios a cuenta nuestra, vía ayudas del Estado para producir algo que realmente no solucionará nada y en el camino despilfarrará una enormidad de recursos materiales que podrían haber tenido mucho mejor destino. Pero la burguesía está dispuesta a aferrarse a falsos remedios y gastarse los recursos de otros (presentes y futuros), antes que cuestionarse a sí misma y su sistema social.

Ahora volvamos al asunto de los abonos nitrogenados para alimentar a las plantas de las que se alimentan los animales que consumimos y directamente nosotros, y su gran dependencia del metano del gas natural, añadamos las consecuencias del cambio climático en la agricultura y ¿tenemos o no, un problema?.

¿Qué mundo de la abundancia comunista, cuando a cuenta del calentamiento, el agotamiento de insumos de petróleo y gas natural, la amenaza que esto supone para los fertilizantes nitrogenados, y quizás también la escasez de los fosfatos de roca, podríamos abocarnos a una crisis alimentaria para la que el calificativo de bíblica se quedaría corto, salvo que pensásemos en un equivalente al diluvio universal? ¡Esto es lo que tiene más probabilidades de ocurrir, tantas más cuanto más confiemos en que no hay problema para una futura abundancia , más nos demoremos en investigar el asunto a fondo, y más tarde procedamos a una planificación rigurosísima!. Si la burguesía se lo toma “tan” en serio y con “tanta” determinación como con el cambio climático, ¡estamos apañados!.

Ni la tecnología más avanzada aplicada a las energías renovables, ni la inteligencia artificial aplicada a la planificación económica democrática, ni la capacidad de viajar a Marte, etc., podrán evitar que me muera de hambre si no puedo proveerme de los nutrientes que necesito porque las plantas de las que debiera alimentarme no disponen, para desarrollarse, de la suficiente cantidad de nitrógeno y fósforo. ¡Bajemos de las nubes, pues ni siquiera está allí la “nube” de internet!. Si reconocemos dónde hay un problema, en vez de limitarnos a confiar en que ya encontrarán una solución a tiempo (como niños que confían en los regalos con la llegada de los Reyes Magos), lo que haremos será levantar desde YA como reivindicación la necesidad de dedicar personas e importantes recursos económicos para investigarlo y resolverlo (¿ingeniería genética aplicada a la agricultura?) en lugar de en armamentos y tantísimos otros asuntos. Es prioritario el tema de los abonos para cuando no podamos recurrir como hasta ahora al metano proveniente del gas natural. Y cuanto antes sepamos si hay o no solución (puede no haberla, la ciencia y la tecnología no son “varitas mágicas”), mejores medidas podremos tomar al respecto. Lo que no podemos es dejar esto al punto de que miles de millones de personas mueran por hambre pudiendo evitarse, al menos en parte. Esto es mucho más relevante que andar exigiendo ahora nacionalizaciones bajo control obrero y cosas así, pues apunta a los problemas concretos que pueden llevarnos al cataclismo, incluso bajo el socialismo, y sobre los que debe alertarse a la gente, desde YA. A la burguesía no le interesa plantear públicamente el asunto, pues añadido a lo de las crisis, el cambio climático, las energías, las pandemias, las guerras, pondría en cuestión el mundo que ha construido desde el poder y sirviendo a la acumulación del capital. Antes de que podáis ver un film futurista sobre un mundo con un grave problema por los fertilizantes y escasez del gas natural, tendréis que ver mil sobre problemas y peligros tan reales como los zombis, los mutantes con súper poderes, los invasores extraterrestres, etc., pero el verdadero terror vendría antes del gas natural que de todas esas fantasías. Por eso, aunque no era mi intención inicial mencionar asuntos tan concretos (bastaba con remitiros a otros documentos), lo hago también aquí, y para dejar en evidencia que algunos discursos ortodoxos marxistas todavía podían aceparse en la década de los 60s del siglo pasado, pero HOY ya NO. Véase, también más adelante, de Manuel Casal Lodeiro “Nosotros los detritívoros” http://detritivoros.com/ . Para abundar en el tema os remito a mi libro comentando el de Casal “La izquierda ante el colapso…” y mi investigación sobre los fosfatos de roca, fertilizante también fundamental.

Para un marxista no resulta difícil encontrar los fallos, los puntos débiles, en los planteamientos decrecentistas, colapsistas… Pero cuando alguien dice que te está señalando un peligro grave que no habías considerado y que viene a dificultar o estropear tus planes, ante todo debes prestar atención a eso, y no quedarte analizando el dedo, en si la uña es demasiado larga, está sucia, le tiembla el pulso… Mirar a otros “por encima del hombro”, pueda sentar muy bien al ego, pero no evitará que el peligro te alcance y acabe contigo, si es bien real.

1.- Sirva lo siguiente como ejemplo para comprender la relación entre complejidad y vulnerabilidad. Existen las tormentas solares geomagnéticas, con eyección de masa coronal, también llamadas CME (Coronal Mass Ejection) o EMC (Eyección de Masa Coronal). Aunque es muy improbable, supongamos que llegase a la Tierra una extraordinariamente potente. No nos preocuparía si todavía estuviésemos en la Edad Media o antes de la expansión del uso de la electricidad, pero hoy podría llegar a dañar muy gravemente nuestros satélites (GPS, comunicaciones, etc.), sistemas de grandes tendidos eléctricos y aparatos eléctricos encendidos, oleoductos y gasoductos, y entonces volveríamos a cuando no se usaba la electricidad, pero con una civilización que dependiese totalmente de ella y que, por tanto, se derrumbaría en cuestión de muy pocos días. Tanta complejidad que nos permite incluso llegar a otros planetas, con todas sus ventajas, también nos expondría al caos, pues nuestra vulnerabilidad a un fenómeno natural extraordinario como ese sería máxima, total. Léase la guía, realista, del “Observatorio del Clima Espacial. Tormenta Solar – Sistema de Alerta Civil SACCE. Asociación Española de Protección Civil para el Clima Espacial y el EMP (AEPCCE)” https://aepcce.wixsite.com/tormentasolar — “Tormenta Solar Extrema (EMP): ¿Cómo prevenir?» Decálogo básico de buenas prácticas para la autoprotección familiar” https://aepcce.wixsite.com/tormentasolar/como . Una fuente oficial http://www.proteccioncivil.es/riesgos/clima-espacial/presentacion . Al parecer, según diversas fuentes españolas y de la Unión Europea, en España no se ha tomado suficientemente en serio el problema en su dimensión real, para tomar medidas preventivas y de protección civil. En cuanto a su versión militar, mucho más catastrófica la emisión electromagnética a escala geográfica menor, léase https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2018-12-29/la-eurocamara-hara-un-plan-anti-apagon-a-instancias-de-una-asociacion-esp_1730638/ . Un planteamiento un tanto exagerado, pero útil para comprender la relación entre complejidad y vulnerabilidad, la “Guía de supervivencia ante tormenta solar” de Adrián Z. Sánchez https://fdocuments.es/document/guia-de-supervivencia-ante-tormenta-solar-blanco-y-negro.html .

No subestimemos el problema. En un documento, de una web ya desaparecida y que no he conseguido volver a localizar, titulado “Día del Clima Espacial. Informe por: Clima Espacial. En colaboración con DYA” (DYA es Asociación Ayuda en Carretera que, desde el país Vasco, se ha extendido a otras partes de España), que no se publicó antes de 2013, dice: “¿Debería preocuparnos entonces el comportamiento del Sol? No si lo que nos preocupa es que se acabe el mundo de forma apocalíptica. El único problema que merece atención, es el que se refiere a nuestra gran dependencia de la electricidad y la necesidad de solucionar tales deficiencias. […] 3- ¿Todo esto tiene que ver con teorías apocalípticas? Este es un riesgo natural y real que no tiene nada que ver con finales del mundo o teorías sin base. [Y sin embargo, más adelante, dice…] ¿Qué problemas podrían derivar de quedarnos sin luz un tiempo prolongado?: En el peor de los escenarios posibles (un apagón generalizado de duración superior a dos meses), en la mayoría de casos nos enfrentaríamos a dos grandes problemas a tener en cuenta: El primer problema a resolver, sería el desarrollo de capacidades útiles para la supervivencia primitiva dado que las necesidades que ahora tenemos cubiertas por el sistema del mundo desarrollado (como por ejemplo: la obtención de agua, la comida o las necesidades médicas e higiénicas) pasarían a ser responsabilidad de cada cual y esa situación podría ser realmente caótica. El segundo problema nos remite a las centrales nucleares activas, que posiblemente llegarían a la fusión de sus núcleos a causa de la no refrigeración del material radiactivo causando así desastres nucleares muy extendidos. Nuestra recomendación en este caso es la de mantener una distancia a cada central con un radio mínimo de 120 kilómetros y a ser posible trasladarnos a alguna localización sin centrales nucleares activas que pudieran resultar un peligro potencial.”. O sea, que dos meses sin electricidad en un territorio densamente poblado afectando a millones de personas, sembraría el caos, al menos durante bastante tiempo hasta conseguir reparar el desastre. Pero si además afectase a centrales nucleares, aunque estuviesen alejadas (no olvidemos la movilidad de la nube radiactiva en el caso de Chernóbil), no sería el apocalipsis, pero se le acercaría. Que este documento, tan cauto en principio, tan poco sospechoso de tendencias catastrofistas, contemple esta posibilidad (aunque sea muy remota) ya es como para tomarse el asunto muy en serio. También nos ayuda a comprender que es grande la posibilidad de un colapso de la civilización por la combinación del cambio climático, la crisis energética, y las tendencias destructivas del capitalismo y militaristas de sus Estados. Sabemos también que los recursos de la ciber-guerra podrían llegar a sabotear una red eléctrica.

2.- Conseguir los nitratos como abonos a través de la obtención de amoniaco (dicho con precisión: amoniaco anhidro) cuyo componente principal es el nitrógeno, fundamental para las plantas, recurriendo al nitrógeno de la atmósfera (la plantas no pueden aprovecharlo directamente) y al hidrógeno gaseoso (dihidrógeno) –y para obtener éste, metano (a través del llamado gas natural, pues es su principal componente)- necesarios en el procedimiento Haber-Bosch, el más usado hoy en día. Sobre el proceso Haber https://es.wikipedia.org/wiki/Proceso_de_Haber , véase el diagrama, con la entrada de metano; sobre el amoniaco anhidro para la agricultura, véase https://es.wikipedia.org/wiki/Amon%C3%ADaco_en_la_agricultura . Sobre la importancia de los fertilizantes de amoniaco anhidro en comparación con otros https://infoagronomo.net/principales-fertilizantes-fuentes-de-nitrogeno/ . Sobre el problema futuro con los abonos nitrogenados véase, por ejemplo, “El problema de los abonos nitrogenados” https://www.iaea.org/sites/default/files/16502602629_es.pdf que sorprendentemente proviene de la web https://www.iaea.org/ de la IAEAInternational Atomic Energy Agency; aparece con el buscador en el navegador, pero ya no se puede localizar si se pregunta por él con el buscador de la web, pero está también en https://studylib.es/doc/4791765/el-problema-de-los-abonos-nitrogenados ; se deduce que se trata de un documento de, tal vez, 1974, durante la “crisis del petróleo”, pero a mi entender tiene la ventaja de que retrata bastante bien lo que ocurrirá en un futuro cuando se llegue a los límites del petróleo barato y a la necesidad de reducir drásticamente su consumo (emisiones de efecto invernadero) y cuando también flaquee la producción de gas natural necesario para obtener el amoniaco anhidro. Sobre el metano, vease https://es.wikipedia.org/wiki/Metano . Sobre el gas natural https://es.wikipedia.org/wiki/Gas_natural donde se menciona la duración de las reservas conocidas, su duración, y el “progreso” en el descubrimiento de reservas, cito: “Según BP, las reservas probadas a finales de 2017 se sitúan en 193,5 billones (1012) de metros cúbicos3, siendo suficientes para mantener la producción actual mundial durante 55 años más. Las reservas se han incrementado en un 0,2% en el último año.”. El mismo dato de los 55 años y el 0,2% ya estaba en el artículo de 2016. Sin meterme en hacer cálculos, intuyo que pasados los 55 años, con ese incremento anual, no tendríamos para otros 55 años. Al margen de la fiabilidad de la Wikipedia, lo cierto es que los expertos advierten de que el gas natural también está llamado a desaparecer para nuestra utilidad en un tiempo relativamente breve (Antonio Turiel dice que para antes de 2030 ya habremos llegado al nivel de extracción más alto posible y a partir de ahí, el declive). La explotación de yacimientos no convencionales, más difícil y costosa ahora, aumentaría las reservas y alargaría unas décadas el tiempo de extracción, pero con esto puede ocurrir como con el sueño-pesadilla del fracking con el petróleo, con su enorme impacto medioambiental y dudosa rentabilidad final. Pues de poco servirá, como con el petróleo, que siga habiendo importantes cantidades de reservas de gas en la Tierra, si la TRE (Tasa de Retorno Energético) no compensa –en el proceso gastamos igual o más energía de la que obtenemos- , dadas las dificultades crecientes de la explotación, además de otros aspectos económicos, medioambientales… Se investiga la posibilidad de aprovechar los hidratos de metano para obtener metano, pues al parecer sus reservas estimadas son enormes aunque no “para siempre” (duplicarían las reservas convencionales de las energías fósiles), pero están en las profundidades marinas y en el permafrost (capa de suelo permanentemente congelada en la regiones extremadamente frías o próximas a los polos, como el Tibet, la tundra siberiana…), lo que implica dificultades muy grandes para su explotación (traducido al final en alto costo y precio) y con el peligro de que se liberen cantidades de metano que aumentarían peligrosamente el efecto invernadero. Consultad https://es.wikipedia.org/wiki/Hidrato_de_metano , https://es.wikipedia.org/wiki/Permafrost . Me pregunto si puede existir otro procedimiento para obtener hidrógeno gaseoso (dihidrógeno) que no pase por el metano del gas natural y que se pueda aplicar al nitrógeno aéreo para conseguir amoniaco; pero si fuese posible ¿cómo es que no lo han aplicado ya? https://es.wikipedia.org/wiki/Dihidr%C3%B3geno .

3.– Sobre los recursos y reservas, véase : de la Universidad de Murcia explicando la diferencia entre recursos y reservas y las diversas fuentes de energía, https://www.um.es/sabio/docs-cmsweb/materias-pau-bachillerato/tema_8.pdf , sobre los recursos minerales , https://es.wikipedia.org/wiki/Clasificaci%C3%B3n_de_los_recursos_minerales , los recursos energéticos https://es.wikipedia.org/wiki/Consumo_y_recursos_energ%C3%A9ticos_a_nivel_mundial (aunque la última fecha de edición de este artículo sea muy reciente, cuando habla del pico del petróleo y las previsiones, mezcla redacciones en tiempos muy diferentes y distanciados, resultando que presenta como predicción la hecha para algún año que hace mucho pasó ¡una chapuza!; cosas de la Wikipedia; se ve que no hay mucho interés en que conozcamos la verdad), un documento mejicano de 2005, pero que explica extensamente lo que entienden por recursos y reservas sobre todo con respecto al petróleo http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/mepi/de_l_ma/capitulo3.pdf ; un artículo de Pedro Prieto Pérez https://www.eldiario.es/ultima-llamada/ciencia-realidad-energia-mejor-ciencia-ficcion_132_2058558.html ; de Ferran Claudín “Coste exergético y decrecimiento” https://www.crisisenergetica.org/article.php?story=2010071812235861 , también de él “Más límites al crecimiento: los minerales metálico” https://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20090727124640257 , donde denuncia tanta estimación engañosa y de una manera muy sencilla explica la diferencia fundamental: “NO es lo mismo recurso (lo que PUEDE ser explotado… tal vez… acaso… si…) que reserva (lo que se explota)”. Como dice Antonio Turiel, de poco sirve que haya cantidades gigantescas de petróleo (o el recurso energético que sea) en la Naturaleza, si extraerlo se hace cada vez más difícil, más lento, nos cuesta más recursos económicos y obtenemos menos en cantidad e incluso puede que de peor calidad (Tasa de Retorno Energético inferior), hasta que sea imposible de extraer o no compense. Sobre las exageraciones y mentiras en cuanto a las reservas, véase de Marga Mediavilla “La cuestión de las reservas de petróleo” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?p=2136 . Una relación muy interesante de la situación de muchos recursos, con la fecha de su cenit (punto más alto de extracción a partir de la cual empieza el declive, con su escasez y aumento de costes de producción), en la página 18 de “Caminar sobre el abismo de los límites. Políticas ante la crisis ecológica, social y económica” (septiembre 2019) https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/adjuntos-spip/pdf/informe-abismo-limites.pdf ¡para echarse las manos a la cabeza!. Ese cuadro de la página 18 es una actualización del incluido en la página 137 del volumen 2 de la monumental obra “En la espiral de la energía” (datos y enlace en mi Nota 6 ). Las fechas separadas por un guión no significan una horquilla de tiempo, sino las estimadas por diferentes autores que sí están identificados en el libro “En la espiral…”. Al menos hay una que debe ser precisada, y es la referente al fósforo. Dana Cordell revisó sus previsiones y lo último que sé (hace mucho tiempo que no lo he tenido para volver a investigar el asunto) es que sitúa la superación de la demanda sobre la oferta de fosfato de roca en la horquilla de 2035 a 2075 ¡para echarse a temblar, ya! (leed mi investigación “Fósforo y fosfatos ¿moriremos por hambre o guerra? Investigarlo ya”, enlace en mi nota 5).

NOTA 5.- En algunos de ellos encontraréis acceso a multitud de recursos (artículos, libros, videos…). Podéis leer, por orden cronológico, de menor a mayor antigüedad: “Crisis triple ¿Derrota total y destrucción en este siglo?” (18-2-2020) — largo documento sobre la crisis de civilización (decadencia del capitalismo y horizontes de colapso), del sujeto revolucionario (clase trabajadora o proletariado) y de la teoría revolucionaria, y prospectiva del curso histórico — https://kaosenlared.net/crisis-triple-derrota-total-y-destruccion-en-este-siglo/ ———– “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” (20-12-2019) – estudio de la cuestión del colapso de esta civilización, y propuesta mundial de un eslogan-marco para la confluencia de las luchas y la elaboración política, sucesor del de “Otro mundo es posible” — — https://kaosenlared.net/horizonte-2050-superando-el-capitalismo-o-condenados/ ——- “Cuenta atrás hacia el colapso, y nosotros ¡en Babia!” (23-6-2017) —- http://kaosenlared.net/cuenta-atras-hacia-colapso-babia/ . También en http://perrosflautadelmundo.blogspot.com/2018/01/cuenta-atras-hacia-el-colapso-y.html —— “Fósforo y fosfatos ¿moriremos por hambre o guerra? Investigarlo ya” (19-4-2017) — Llamamiento e informe para la investigación del asunto de los fertilizantes de fosfato de roca que puede ser crucial para la Humanidad en las próximas décadas. Documento completo con gráficos, cuadros, etc., en el archivo PDF de 30 páginas. En la web http://kaosenlared.net/fosforo-y-fosfatos-moriremos-por-hambre-o-guerra-investigarlo-ya/ —– Para la descarga directa del archivo PDF http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/04/Fosforo-y-fosfatos-Investigar-PDF.pdf . También incluido en http://plataformadistritocero.blogspot.com.es/2017/04/fosforo-y-fosfatos-moriremos-por-hambre.html —————- «“La izquierda ante el colapso de la civilización industrial” de M. Casal. Debatiendo» (18-2-2017) — libro debatiendo el de Manuel Casal Lodeiro e investigando por mi cuenta — http://kaosenlared.net/la-izquierda-ante-el-colapso-de-la-civilizacion-industrial-de-m-casal-debatiendo/ — ERRATAS: En la página 100 del documento en pdf, o punto 13 del capítulo XIX.- ¿QUÉ SÍ HACER?”, dice:“porque el pico del petróleo ya se habría alcanzado en 2015”, y debe decir: “porque el pico del petróleo ya se habría alcanzado en 2006”. Y un poco más adelante, donde dice: “la culpa al capitalismo (a la gente por su consumismo, etc.)”, debe decir: “la culpa al capitalismo (no a la gente por su consumismo, etc.)” — Para descargar directamente el documento completo en archivo PDF — http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/02/Colapso-libro-debatiendo-PDF.pdf ————– “Libro: “Rutas sin mapa” de Emilio Santiago Muíño. Comentarios” (10-2-2016) — http://kaosenlared.net/libro-rutas-sin-mapa-de-emilio-santiago-muino-comentarios/ ———— “Contra el Cambio Climático: deroguemos la austericida ley LOEPSF” (20-11-2015) —– http://kaosenlared.net/contra-el-cambio-climatico-deroguemos-la-austericida-ley-loepsf/ ———– ““¡No es una estafa! Es una crisis (de civilización)” de Emilio Santiago Muiño. Comentarios” (14-10-2015) —– http://kaosenlared.net/no-es-una-estafa-es-una-crisis-de-civilizacion-de-emilio-santiago-muino-comentarios/ —————– “2030. Crisis energética y capitalista. Lucha laboral, de clases y la izquierda. Orientaciones. Campaña Marco. PDF” (2/3/2015) —– con versión PDF — http://kaosenlared.net/2030-crisis-energetica-y-capitalista-lucha-laboral-de-clases-y-la-izquierda-orientaciones-campana-marco-pdf/ — Y directamente al archivo pdf — http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2015/03/Horizonte-2030-en-pdf.pdf ——————– “¿Quiebra energética y capitalista desde 2030? Revolucionarios, su chip y pilas. Libro de Fdez. Durán y Glez. Reyes” (10/2/2015) ——- http://kaosenlared.net/quiebra-energetica-y-capitalista-desde-2030-revolucionarios-su-chip-y-pilas-libro-de-fdez-duran-y-glez-reyes/ —————– “Recopilación textos de Aurora Despierta en el viejo old.kaos” (29-5-2017) —- Recopilación selección documentos de diciembre 2007 a diciembre 2011 en el viejo Kaos en la red, en archivo PDF — http://kaosenlared.net/recopilacion-textos-aurora-despierta-viejo-old-kaos-2/ — y descarga directa del archivo PDF en http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/05/Recopilacion-textos-de-Aurora-Despierta-en-OLD-KAOS-PDF.pdf

NOTA 6.- La civilización industrial se distingue de las anteriores por el predominio de la industria que hegemoniza la vida economía y social, a diferencia de la industria (talleres) que ya existían antes de la Era Industrial (en sociedades ante todo agro-ganaderas, desde mucho antes del siglo XIX) y que se dedicaban sobre todo a la fabricación de armas: espadas, armaduras, mosquetes, cañones, astilleros para la fabricación de barcos de guerra a vela, etc. La civilización industrial ha permitido a la Humanidad progresar muchísimo tanto en extender cierto nivel de bienestar como en conocimiento científico (por ejemplo, la astrofísica actual –telescopios, antenas, satélites…- sería imposible sin un altísimo nivel científico y tecnológico, impensable sin una avanzadísima industria, imposible a su vez sin una gran provisión de energía no humana, y sin la posibilidad de destinar a numerosas personas a tareas de estudio muy alejadas de la provisión de sus recursos para mantenerse con vida, a diferencia de lo que sería un horticultor autosuficiente). Por ello, en la medida en que pudiéramos conservarla libre del capitalismo y respetando las fronteras y límites medioambientales, debiéramos hacerlo. Por eso es tan importante evitar que el capitalismo, en su deriva cataclísmica, arrastre consigo las posibilidades de conservar una civilización industrial. ¿Persigo la “cuadratura del círculo”, porque me resisto a la inevitabilidad de que perdamos esto –si no queremos que nos ocurra algo peor-, a que no podamos avanzar en esa dirección, nos veamos abocados a un enorme retroceso científico y cultural, a la pérdida de una gigantesca cantidad de conocimiento?. Léase de Emilio Santiago Muiño https://www.15-15-15.org/webzine/2018/07/29/en-dialogo-con-manuel-casal-lodeiro-i-sobre-si-nuestra-civilizacion-es-capitalista-o-industrial/ , y de Manuel Casal Lodeiro http://casdeiro.info/textos/2016/04/04/una-amistosa-discrepancia-terminologica-con-jorge-riechmann-y-emilio-santiago/

Mi último y reciente artículo abordando este tema «“Colapsología” de Servigne y Stevens: ¿horizonte, espejismo, abismo?» (29-10-2020) – Reseña y comentario crítico del libro. Sobre la amenaza de un colapso de la civilización industrial, autodestrucción de la Humanidad, y qué alternativa debemos construir desde ya mismo si queremos salvarnos https://kaosenlared.net/colapsologia-de-servigne-y-stevens-horizonte-espejismo-abismo/ — Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=5198 .

Un artículo de Daniel Tanuro, dedicado al libro https://vientosur.info/es-inevitable-el-colapso-de-las-sociedades-humanas/ Otro de Tanuro, dedicado sobre todo a la crítica del siguiente libro de esos mismos autores https://vientosur.info/la-inmersion-de-los-colapsologos-en-una-regresion-arcaica/# —- Una entrevista a Daniel Tanuro https://www.sinpermiso.info/textos/colapsologia-todas-las-derivas-ideologicas-son-posibles-entrevista —- la misma https://www.lahaine.org/mundo.php/colapsologia-todas-las-derivas-ideologicas ,ídem en https://izquierdaweb.com/cambio-climatico-entrevista-a-daniel-tanuro/ ; Sobre el decrecimiento, Daniel Tanuro “Capitalismo, decrecimiento y ecosocialismo” https://cdn.vientosur.info/VScompletos/VS-100-28-tanuro-capitalismo,decrecimiento.pdf .

El colapso según el anarquista Carlos Taibo https://carlostaibo.com/articulos/texto/?id=519 . Su libro “Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo” (Los libros de la catarata, 2016, Madrid, 223 páginas; ahora va por la 5ª edición https://www.catarata.org/libro/colapso-5a-edicion_105834/ ). Aparte de que yo soy marxista y creo en la autoorganización de los trabajadores/as en Consejos o Soviets con su propio armamento (milicias) y un Estado-Comuna de los trabajadores/as como imprescindible, desde el punto de vista político para impedir la contrarrevolución burguesa y representar los diversos intereses no siempre coincidentes de la clase trabajadora y otros sectores populares, y desde el punto de vista económico para una planificación general democrática de la economía que permita superar las leyes del capitalismo, mi principal divergencia con Carlos Taibo es que, para mí, las probabilidades de que una sociedad post-colapso sea buena son prácticamente nulas y no debemos apostar un euro por ello, si ni siquiera hay una previa revolución socialista-comunista, o al menos, una altísima conciencia y fuerza social anticapitalista y anti-Estado burgués (lo que exige el protagonismo de la clase trabajadora). Esa confianza desvía nuestras escasas fuerzas y nuestros esfuerzos, nos desarma ante las gigantescas amenazas que acechan. Para mí, un escenario así, resulta naif; el equivalente del iluso e impotente movimiento hippie de los 60s (el de las flores, las drogas y “haz el amor y no la guerra”), aunque cree cooperativas, etc., pero ahora infinitamente más peligroso para nosotros (la burguesía y sus Estados se pueden frotar las manos ante esa oposición). Muchísimo más probable es que vayamos a la guerra generalizada (con sólo pensar en los fertilizantes provenientes del gas natural y del fosfato de roca), las dictaduras más terroristas, hambrunas muy extendidas, el genocidio, la guerra nuclear, la autodestrucción de la Humanidad. Para mí la tarea central es la expuesta en este texto, y no pretender prepararnos para sobrevivir tras el colapso, aunque no sea al modo individualista y egoísta de los supervivencialistas (survivalismo, mis recursos, mi refugio, mis armas), sino colectivo de la transición de las ciudades, las ecoaldeas, etc. Desgraciadamente, amigos ¡no resultará!. Temo por vosotras/os y todas/os. Esto no quiere decir que no puedan tener buenas ideas (seguro que sí y muchas) para una sociedad post-revolucionaria que contaría con menos recursos. Pero ahora no me sirve como estrategia ante la amenaza de colapso.

Una traducción y adaptación del último capítulo del libro The Collapse of Complex Societies, de Joseph Tainter, antropólogo e historiador estadounidense https://www.naturalezaindomita.com/textos/teora-del-desarrollo-social/el-colapso-de-las-sociedades-complejas-resumen-e-implicaciones?tmpl=/system/app/templates/print/&showPrintDialog=1 ; para descargar el pdf, dad en el título o directamente aquí https://drive.google.com/file/d/1suBQeA9v-dvFVjg1JrlHEbWPC8yuVOtp/view . Siempre con la debida precaución con la que debe atenderse a los contenidos de la Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedades_complejas , https://es.wikipedia.org/wiki/Colapso_social , — https://es.wikipedia.org/wiki/Colapsolog%C3%ADa

Un interesante debate entre Antonio Turiel, Miguel Fuentes (marxista-colapsista) y Michael Löwy (ecosocialista) https://kaosenlared.net/ecosocialismo-versus-marxismo-colapsista-ii-una-conversacion-con-michael-lowy-miguel-fuentes-y-antonio-turiel/ . Incluyendo este debate (parte 2), pero precedido por la presentación de las posiciones generales, sobre todo de Miguel Fuentes (parte 1), y seguido por la parte final del debate (no incluida en el artículo del enlace anterior) que se concentra en la exposición de Miguel Fuentes (parte 3), y a continuación las opiniones sobre el tema y los anteriores participantes, de Jorge Altamira (Argentina), Jaime Vindel (España) y Paul Walder (Chile) (parte 4) https://uninomadasur.net/?p=2900 , lo mismo en https://www.desdeabajo.info/component/k2/item/40888-ecosocialismo-versus-colapsismo.html , también en https://es.scribd.com/document/441112422/Michael-Lowy-Ecosocialismo-versus-Colapsismo . A la posición de Miguel Fuentes le he hecho alguna crítica en “Horizonte 2050…”, donde aporto enlace a más documentos suyos. Pero le reconozco el mérito de haber pegado una cierta sacudida (aunque en círculos muy reducidos) en los adormecidos medios marxistas, especialmente marxistas-trotskistas, ecosocialistas, particularmente latinoamericanos, demasiado distantes del horizonte del cataclismo y la urgencia de abordarlo, como cuestión central, y no digamos la generalidad de las masas, en Latinoamérica todavía más inconscientes de este asunto que en España, Europa, Norteamérica (para qué hablar de Asia o peor, África, donde se vive permanentemente una versión adelantada del colapso pero sin conciencia anticapitalista alguna).

Una entrevista de Miguel Fuentes a Michael Löwy https://rebelion.org/ecosocialismo-cambio-climatico-y-crisis-civilizatoria/ . Otra al referente de la Izquierda Argentina Lucho Fierro, militante trotskista de la causa ambiental https://rebelion.org/la-crisis-ecologica-como-crisis-estrategica-del-marxismo/ . Entrevista a Peter Wadhams https://www.eldesconcierto.cl/bienes-comunes/2017/02/24/entrevista-a-peter-wadhams-el-artico-esta-en-peligro.html . Artículos de Miguel Fuentes https://rebelion.org/autor/miguel-fuentes/ .

Del ecosocialista Michael Löwy , https://es.wikipedia.org/wiki/Michael_L%C3%B6wy , el Manifiesto ecosocialista http://www.rcci.net/globalizacion/2002/fg259.htm , https://rebelion.org/ecosocialismo-y-o-decrecimiento/ , — https://razonyrevolucion.org/crisis-ecologica-crisis-capitalista-crisis-civilizatoria-la-alternativa-ecosocialista/ . Entrevista https://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2017/05/28/michael-lowy-advierte-sobre-la-crisis-ecologica-es-un-tren-suicida-que-avanza-con-una-rapidez-creciente-hacia-un-abismo/ . Michael Löwy “XIII Tesis sobre la catástrofe (ecológica) inminente y los medios (revolucionarios) de evitarla” – https://vientosur.info/xiii-tesis-sobre-la-catastrofe-ecologica-inminente-y-los-medios-revolucionarios/

Comentario sobre una mini-serie de televisión francesa sobre el colapso de la civilización industrial https://www.15-15-15.org/webzine/2020/07/23/escenas-del-colapso-resena-de-la-serie-el-colapso-leffondrement/ . Un artículo breve de Gaël Giraud https://www.sinpermiso.info/textos/colapso-ecologico-huir-o-hacer-frente

Léanse estos dos polémicos artículos defendiendo un colapso rápido como mal menor, de Carlos de Castro Carranza, primera parte https://www.15-15-15.org/webzine/2015/04/26/en-defensa-de-un-colapso-de-nuestra-civilizacion-rapido-y-temprano/ y segunda https://www.15-15-15.org/webzine/2015/05/11/transicion-versus-colapso-realimentaciones/ ; del mismo autor, éste otro exponiendo varios escenarios posibles https://www.15-15-15.org/webzine/2017/01/18/la-transicion-renovable-durante-el-colapso/ ; más artículos https://www.15-15-15.org/webzine/es/author/ccastro/ ; su blog https://www.gaia-organica.info/blog/ . Su libro “Ecología y Desarrollo Humano Sostenible” (2004) Ed. Universidad de Valladolid, descargable en www.eis.uva.es/energiasostenible/wp-content/uploads/2011/11/Libro-ecolog%C3%ADa.zip

De la ya veterana y muy conocida organización -con apoyo del Gobierno de España-, Ecologistas en Acciónhttps://www.ecologistasenaccion.org/ , que es una interesante fuente de información por su revista y numerosas publicaciones. Aporto enlace a unas pocas: de diciembre 2020 “De París a Glasgow. 5 años sin afrontar la emergencia climática” https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/2020/12/informe-de-paris-a-glasgow.pdf , importante el informe de septiembre 2019 “Caminar sobre el abismo de los límites. Políticas ante la crisis ecológica, social y económica” https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/adjuntos-spip/pdf/informe-abismo-limites.pdf . Otros: https://www.ecologistasenaccion.org/10669/cambio-climatico-se-agota-el-tiempo/ , , https://www.ecologistasenaccion.org/106432/el-informe-del-ipcc-muestra-con-contundencia-que-necesitamos-evitar-un-incremento-de-la-temperatura-global-superior-a-15-oc/ (aquí el informe, en español, del IPCC https://public.wmo.int/es/resources/bulletin/el-ipcc-publica-el-informe-especial-sobre-el-calentamiento-global-de-15-%C2%B0c ).

Un documento a estudiar, de Margarita Mediavilla, Carlos de Castro, Iñigo Capellán, Luis Javier Miguel, Iñaki Arto, Fernando Frechoso (Enero de 2013) titulado “La transición hacia energías renovables: límites físicos y temporales” http://www.eis.uva.es/energiasostenible/wp-content/uploads/2012/02/modelo_marco_es5_alblog.pdf

Un artículo interesante sobre escenarios hasta 2050 y las posibilidades que tenemos si nos libramos de la dinámica del capitalismo https://www.15-15-15.org/webzine/2020/10/24/el-capitalismo-destrozara-la-tierra-para-el-2050-dicen-los-cientificos/

Aunque para entenderlo bien, mejor si se tiene ciertos conocimientos, un artículo muy interesante pues expone diversas teorías sobre el final del capitalismo “Crisis del capitalismo: callejones sin salida y transiciones postcapitalistas” de José Antonio Zamora http://www.foroellacuria.org/JAZam/JAZam-Texto80.pdf , también en https://emakbakea.files.wordpress.com/2018/02/zamora-crisis-del-capitalismo.pdf —– Un texto previo de José Antonio Zamora “Entre la indignación y el voluntarismo: límites sistémicos y posibilidades políticas” http://www.foroellacuria.org/JAZam/JAZam-Texto76.pdf

Un libro que aborda una temática amplísima, de formato más bien grande y con un tamaño de letra tan pequeño que de ser uno más habitual duplicaría el número de páginas, pero que se puede leer más cómodamente en el ordenador: Fernando Prats, Yayo Herrero y Alicia Torrego “La gran encrucijada. Sobre la crisis ecosocial y el cambio de ciclo histórico” (Libros en Acción, editorial de Ecologistas en Acción, España, 2016 y segunda edición de 2017, 298 páginas) — https://blogs.fuhem.es/forotransiciones/wp-content/uploads/sites/51/2017/05/GranEncrucijada_feb2017_baja.pdf — Un resumen de 49 páginas https://blogs.fuhem.es/forotransiciones/wp-content/uploads/sites/51/2017/04/Resumen_COLOR_web.pdf ———- La monumental obra que todos/as debierais tener e ir leyendo, del finado Ramón Fernández Durán y Luis González Reyes “En la espiral de la energía”, dos volúmenes, descargables en https://www.ecologistasenaccion.org/29055/libro-en-la-espiral-de-la-energia/ (le dediqué un extenso artículo) – un “Resumen de “En la espiral de la energía”” https://www.15-15-15.org/webzine/download/resumen-de-en-la-espiral-de-la-energia/ —– Jorge Riechmann “La crítica ecosocialista al capitalismo” – http://www.scielo.org.bo/pdf/rieiii/v6n3/n6a08.pdf

Otro investigador muy importante es Antonio Turiel, especializado en el tema del petróleo y los combustibles fósiles, y su final; su blog https://crashoil.blogspot.com/ , también, pero menos actualizado en https://www.surysur.net/autor/antonio-turiel-the-oil-crash/ ; mucho menos, pero artículos destacados https://www.15-15-15.org/webzine/es/author/aturiel/ . “Por qué esta crisis no terminará nunca” https://www.fundaciomobilitatsostenible.org/dmdocuments/Oil%20Crash.%20Antonio%20Turiel.pdf . Un texto de 2015, que sigue teniendo mucho interés https://www.15-15-15.org/webzine/2015/04/25/el-contexto-de-nuestro-colapso/ – Otro https://www.15-15-15.org/webzine/2019/12/13/explicando-el-peak-oil-de-manera-sencilla/ —– Otro https://www.15-15-15.org/webzine/2017/08/21/el-camino-imposible-hacia-la-transicion-renovable/ ; una entrevista del 30-12-2019 https://tendencias21.levante-emv.com/antonio-turiel-estamos-jugando-con-fuego_a45628.html – . Sobre su último libro “Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) vamos a solucionarla” (Editorial Alfabeto, 2020, 216 páginas), escrito con un especial interés didáctico, consiguiendo que cualquiera pueda entender bien el tema, abordando también el gas natural, carbón, energía nuclear, las renovables, el coche eléctrico, y el cambio climático, con una comprensión anticapitalista, aunque no se remita directamente a la plusvalía, origen del beneficio y de su reparto entre el industrial, bancario, comercial; y esta debilidad teórica tiene sus consecuencias en el capítulo “22 ·Qué es lo que realmente hace falta cambiar” donde propone una serie de reformas, en lugar de la necesaria superación de la ley del valor mediante la economía socialista planificada democráticamente como medio para la superación del capitalismo hasta la raíz; con acceso a entrevista y reseña en https://www.editorialalfabeto.com/item/es/157-petrocalipsis/ ; una reseña interesante https://www.sinpermiso.info/textos/para-dejar-de-creer-en-cuentos-sobre-el-libro-petrocalipsis ; otra entrevista, radiofónica, https://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/boulevard/detalle/7519910/antonio-turiel-petrocalipsis-crisis-energetica-global-/ ; otra entrevista https://www.diariodesevilla.es/entrevistas/imposible-Espana-millones-coches-electricos_0_1516648525.html . Audios en https://www.ivoox.com/Antonio%20Turiel_sb.html?sb=Antonio%20Turiel . Una presentación de 2017 “El ocaso del petróleo” https://www.comillas.edu/images/catedraBP/Presentacion%20Antonio%20Turiel.pdf

Sobre el decrecimiento, un artículo crítico importante de José Manuel Naredo “Reflexiones sobre la bandera del decrecimiento” en https://vientosur.info/category/revista/118/

Ferran Puig Vilar (también como Ferran P. Vilar) lleva años investigando el tema del cambio climático y también de la crisis energética, su blog https://ustednoselocree.com/ . Índice temático https://ustednoselocree.com/entradas/ . Sufrió la censura de Facebook, levantada por la protesta que provocó. Su libro “¿Hasta qué punto es inminente el colapso de la civilización actual?” (2014-5), de 287 páginas https://ustednoselocree.files.wordpress.com/2019/06/hasta-quc3a9-punto-es-inminente-el-colapso-de-la-civilizacic3b3n-actual-ferran-p.-vilar-2015.pdf . Con el mismo título, audio en https://www.ivoox.com/ferran-puig-vilar-hasta-punto-es-inminente-audios-mp3_rf_4160636_1.html . Más audios https://www.ivoox.com/Ferran%20Puig%20Vilar_sb.html?sb=Ferran%20Puig%20Vilar . Un largo artículo de 2010 “Por qué usted, probablemente, no se lo cree” https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/articulos-de-opinion/2010_11ferran_tcm30-70522.pdf . Otro artículo “Por qué no se debe debatir con la negacionía” https://ustednoselocree.files.wordpress.com/2011/08/por-quc3a9-no-se-debe-debatir-con-la-negacionc3ada-sus-101-tc3a1cticas-y-sus-motivaciones-ferran-p-vilar-usted-no-se-lo-cree-27-07-2011.pdf . Una reseña al libro de Ugo Bardi “Los límites del crecimiento retomados” http://www.revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/FerranPuig_UgoBardi-Los-limites-del-crecimiento.pdf . Una serie de artículos todavía en desarrollo https://ustednoselocree.com/background-climatico/otros/mucho-peor-de-lo-esperado/ , sobre cómo se impone entre los científicos, en particular los del IPCC, la “moderación” ajena a criterios científicos.

Pedro Prieto Pérez (generalmente no se menciona su segundo apellido, lo pongo para no confundirlo con otros que aparecen en internet) experto en energía, petróleo y gas natural, vicepresidente en la Asociación Española para el Estudio de los Recursos Energéticos (AEREN), es miembro de Científicos por el Medio Ambiente (CiMA) y del consejo internacional de ASPO (Association for the Study of Peak Oil and Gas). https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Prieto . Es coeditor y cofundador de la página web https://www.crisisenergetica.org/ Dos artículos https://www.eldiario.es/autores/pedro_prieto/ . Un artículo muy sencillo y con ejemplos muy claros https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/2019/07/09/un-lustro-del-manifiesto-ultima-llamada-reflexion-de-pedro-prieto/#more-1430 . “De la realidad ontológica a la percepción social del cambio climático: el papel de la comunidad científica en la dilución de la realidad” https://ustednoselocree.files.wordpress.com/2017/02/el-papel-de-la-comunidad-cientc3adfica-en-la-dilucic3b3n-de-la-realidad.pdf . Una entrevista de 2008 pero con datos interesantes https://www.consumer.es/medio-ambiente/pedro-prieto-vicepresidente-de-la-asociacion-para-el-estudio-del-cenit-del-petroleo.html . “Energía y petróleo. Entrevista a Pedro Prieto” (2012), video en https://vimeo.com/53018449 ; otro acceso, y a otra web y videos http://www.eis.uva.es/energiasostenible/?page_id=578 , que ahora es la web https://geeds.es/ (GEEDS, Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas). El grupo GEEDS y Pedro Prieto han conseguido producir estudios que han causado un gran impacto, contradiciendo muchos mitos optimistas sobre las energías renovables. Una entrevista en 2017 (también está Antonio Turiel) https://www.ivoox.com/economia-humana-15-pico-del-petroleo-audios-mp3_rf_17489934_1.html . Otros audios con Pedro Prieto https://www.ivoox.com/Pedro%20Prieto_sb.html?sb=Pedro%20Prieto

A un importante libro de Manuel Casal Lodeiro (“La izquierda ante el colapso de la civilización industrial. Apuntes para un debate urgente”) ya le dediqué un extenso libro (https://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/02/Colapso-libro-debatiendo-PDF.pdf ) . Sobre el contenido del libro https://www.asociacion-touda.org/product/la-izquierda-ante-el-colapso-de-la-civilizacion-industrial-apuntes-para-un-debate-urgente/ . La edición en castellano del libro de Casal http://www.laovejaroja.es/casallodeiro.htm . La versión en gallego, libre acceso https://www.15-15-15.org/webzine/download/a-esquerda-ante-o-colapso-da-civilizacion-industrial-apuntamentos-para-un-debate-urxente/ . Su blog http://casdeiro.info/wiki/doku.php —- otro mejor y actualizado con artículos — http://casdeiro.info/textos/ , en castellano http://casdeiro.info/textos/category/en-castellano/ . Una entrevista a Casal por su libro, por parte del chileno Miguel Fuentes https://vientosur.info/la-izquierda-ante-el-colapso-de-la-civilizacion-industrial/

Otro de Casal “Nosotros los detritívoros” http://detritivoros.com/ — http://tratarde.org/wp-content/uploads/2014/01/nosotros-los-detritivoros-M.-Casal-Lodeiro-20141.pdf – una entrevista sobre ello https://www.colectivoburbuja.org/juan-carlos-barba/cazarabet-conversa-con-manuel-casal-lodeiro-autor-de-nosotros-los-detritivoros/ , sobre el libro impreso https://www.queimadaediciones.es/index.php/2018/03/15/nosotros-los-detritivoros/ ; audios en https://www.ivoox.com/casal%20lodeiro_sb.html?sb=casal%20lodeiro

Casal Lodeiro y otros autores participaron en la elaboración de la guía en gallego titulada “Guía para o descenso enerxético” (Véspera de Nada, 2013) que se puede descargar en http://galiza.pospetroleo.com/acerca-da-guia/

La web gallega http://www.vesperadenada.org/ . Ahí, en gallego “LÍMITES REVISITADO. UNHA REVISIÓN DO DEBATE SOBRE OS LÍMITES DO CRECEMENTO” de Tim Jackson y Robin Webster http://www.vesperadenada.org/wp-content/uploads/2016/05/Limites-revisitados_digital_2.pdf .

La Asociación Toudahttps://www.asociacion-touda.org/es/ ; artículos recientes, en https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/author/asociaciontouda/ . El Manifiesto Última llamada (junio 2014), de alto valor crítico https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/el-manifiesto/

Emilio Santiago Muiño, autor de varios libros, algunos muy interesantes, y al que le he dedicado algunos artículos, pero ahora de especial interés por su última propuesta política (Green New Deal a la española), cuyo debate es un buen medio de aprendizaje sobre estrategia y táctica. Sobre él https://ecohumanidades.webs.upv.es/team/emilio-santiago-muino/ , https://www.15-15-15.org/webzine/es/author/emiliosantiago/ , su blog, con un nombre curioso que explica (arriba a la derecha) https://enfantsperdidos.com/ , https://enfantsperdidos.com/category/nuevos-articulos/ , https://enfantsperdidos.com/charlas-y-debates-publicos/ (con videos y presentaciones) . En https://rebelion.org/autor/emilio-santiago-muino/ . Un texto “Los límites externos de la acumulación del capital” https://enfantsperdidos.files.wordpress.com/2014/05/emilio-santiago-lc3admites-externos-de-acumulacic3b3n-de-capital.pdf —–; su revisión sobre las previsiones https://www.15-15-15.org/webzine/2019/03/02/futuro-pospuesto-notas-sobre-el-problema-de-los-plazos-en-la-divulgacion-del-peak-oil/ . Una entrevista en tve1, en el programa “La aventura del saber” https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-emilio-santiago-muino/4962419/ (1-2-2019) . Otra https://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-hacer-caso-incendio/5669196/ (23-9-2020) . Otra http://www.rtve.es/alacarta/videos/a-punto-con-la-2/punto-la2-entrevistarutas-13may/3607392/ (13-5-2016). A raíz de una conferencia ‘’¿Green New Deal vs Ecosocialismo?”, audio, videos, textos https://guneekosozialista.noblogs.org/post/2020/01/18/green-new-deal-vs-ekosozialismoa/ , un texto https://guneekosozialista.noblogs.org/files/2020/01/Ecosocialismo-vs-GND.pdf . Más sobre ese debate https://guneekosozialista.noblogs.org/post/2020/02/11/ekosozialismo-vs-green-new-deal-ll/ , un texto comentando versión en castellano https://guneekosozialista.noblogs.org/files/2020/02/GREEN-NEW-DEAL-vs-ECOSOCIALISMO.pdf . La transcripción de la intervención de Emilio Santiago Muiño sobre su libro con Héctor Tejero “¿Qué hacer en caso de incendio? Manifiesto por el Green New Deal” https://guneekosozialista.noblogs.org/files/2020/01/EmilioSantiago2020_01_17EHU.pdf . Una entrevista de la editorial Capitán Swing a los autores del libro https://capitanswing.com/prensa/entrevista-a-hector-tejero-y-emilio-santiago-el-green-new-deal-tiene-que-contribuir-a-la-consolidacion-de-un-horizonte-posneoliberal/ . Otra entrevista, por FACUA https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=14288

Una presentación y opinión sobre el debate que ha provocado el libro, por Miguel Muñiz Gutiérrez http://www.mientrastanto.org/boletin-187/notas/ni-incendio-ni-enfermedad-degenerativa . Una reseña del libro en la que no se hace ninguna crítica https://debate21.es/2019/07/06/incendio-o-green-new-deal/ . Un pequeño coloquio entre el coautor Emilio Santiago, con la investigadora Alicia Valero y el profesor Luis Arenas https://www.eldiario.es/aragon/sociedad/emilio-santiago-luis-arenas-alicia-valero-green-new-deal-cambio-climatico_1_1048364.html . Un comentario de Joaquim Sempere, favorable al libro (con alguna objeción) y que nos permite conocer su contenido general http://www.mientrastanto.org/boletin-181/la-biblioteca-de-babel/que-hacer-en-caso-de-incendio . Un planteamiento del asunto más crítico, el de Asier Arias (autor del libro “La batalla por las ideas tras la pandemia. Crítica del liberalismo verde” https://www.catarata.org/libro/la-batalla-por-las-ideas-tras-la-pandemia_115759/ ) en esta entrevista https://www.15-15-15.org/webzine/2020/12/19/liberalismo-verde-decrecimiento-y-green-new-deal-entrevista-con-asier-arias/ . Una valoración mucho más crítica y certera (me parece), por Adrián Almazán en https://www.todoporhacer.org/green-new-deal-utopismo-selectivo-e-ingenuidad-ante-las-tics/ . Muy crítica, de Jorge Riechmann https://www.15-15-15.org/webzine/2019/10/14/capitalismo-verde-no-tampoco-como-green-new-deal-sino-ecosocialismo-descalzo/ . Al margen de ese libro, otra crítica al GND http://www.izquierdadiario.es/Un-Green-New-Deal-no-puede-salvarnos-una-economia-planificada-si , aunque al final, con el típico escaqueo trotskista a la cuestión del poder político de los trabajadores/as para poder implantar una planificación democrática superadora del capitalismo.

Unas notas críticas muy importantes sobre el libro, por Manuel Casal Lodeiro, en https://www.15-15-15.org/webzine/2019/10/13/pactar-con-el-fuego-la-propuesta-del-green-new-deal/ y sobre todo, mucho más detallado https://www.15-15-15.org/webzine/download/algunas-notas-criticas-acerca-de-que-hacer-en-caso-de-incendio-manifiesto-por-el-green-new-deal/ ; pero no estoy de acuerdo en su defensa de la “estrategia dual simultánea”, que no podría salirse ni del capitalismo ni de su Estado, por tanto, de los límites, en el mejor de los casos, del imposible capitalismo “verde”, y que critico en otra parte de este texto. Otra de Jorge Riechmann http://tratarde.org/la-cosa-va-lenta/

Dedicado a una propuesta de GND en los EEUU, y también a la de España de Emilio Santiago y Héctor Tejero, un artículo de Martín Lallana y Juanjo Álvarez https://vientosur.info/no-deal-apuntes-estrategicos-para-una-revolucion-ecosocial/ en el número 165 de la revista Viento Sur.

Aunque no he leído ese libro de Emilio Santiago Muiño y Héctor Tejero, por lo que veo y leo, todo apunta a un retroceso en sus posiciones políticas, hacia la disolución de la centralidad de la clase trabajadora en “la gente”, el “pueblo del clima” y la alianza con la burguesía “verde”, el etapismo reformista (ahora, el “realismo” la etapa de la reforma del capitalismo; luego, su cuestionamiento total, tal vez), el “pragmatismo” y la pretensión de “ganar tiempo” que en realidad no es sino prolongar para terminar agravando y que nos hará perder un tiempo y recursos preciosos, al no orientar desde ahora a la gente en la dirección correcta diciéndole toda la verdad (el futuro, la naturaleza del capitalismo y del Estado burgués, a abatir), y ateniéndonos a lo que yo entiendo como la tarea central, que no niega, como asunto secundario, la posibilidad de impulsar reformas que nos puedan interesar.

En este artículo, Emilio Santiago Muiño ya apunta a su posterior evolución https://www.15-15-15.org/webzine/2016/03/15/la-lucha-no-es-el-unico-camino-las-tres-vias-para-el-cambio-social-en-tiempos-de-colapso/ . El problema no son las muchas luchas y su supuesta limitación para cambiar las cosas, sino el hecho de cómo están planteadas, y en concreto en las luchas contra el austericidio, en líneas generales ha estado pésimamente planteada en las huelgas generales, “mareas” y “Marchas de la Dignidad”, y de ahí su escaso resultado, como he demostrado durante años en mis propuestas, análisis y balances.

Después de leer la crítica de Manuel Casal Lodeiro a la propuesta de “GND” a la española, más admiro a este autor y activista. Aunque discrepamos en nuestra opción estratégica (yo me situaría más próxima a un ecosocialismo marxista, pero liberado de su mochila trotskista, sobre todo por el Programa de Transición, y más consciente de lo que en general son los ecosocialistas sobre el riesgo del colapso y de un futuro extremadamente complicado en términos de alimentación), me asombra su valor para mirar de frente a los asuntos más delicados y horripilantes. Aprecio que, a diferencia de algunos expertos temáticos sectoriales, siempre busque una visión general, su gran interés por profundizar en las cuestiones de la estrategia y las tácticas (coincidamos o no), sin lo cual el fracaso está garantizado. De estas cualidades podrían aprender muchos marxistas y revolucionarios.

Una exposición de diferentes propuestas tipo Green New Deal (GND), por Carlos Gorrochano https://ecopolitica.org/mas-alla-del-green-new-deal/ . Una crítica a la viabilidad del GND, y un planteamiento alternativo, por Luis González Reyehttps://ctxt.es/es/20190403/Firmas/25368/green-new-deal-transicion-ecologica-smart-cities-luis-gonzalez-reyes.htm . Otro algo critico en unos asuntos y nada en otros, por Marcos Rivero Cuadrado “Las izquierdas ante la catástrofe: Green New Deal o revolución ecosocial” https://ctxt.es/es/20190306/Firmas/24891/cambio-climatico-extincion-green-new-deal-capitalismomarcos-rivero-cudra.htm . Un artículo genérico que menciona el Green New Deal, por Eduardo Robaina https://www.climatica.lamarea.com/capitalismo-tenemos-que-hablar/

Para una crítica a la política económica del partido Podemos ante el futuro que nos espera, Pedro Prieto https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/2014/10/08/pedro-prieto-salirse-de-la-dicotomia-neoliberales-neokeynesianos-en-los-programas-economicos/ . Pedro Prieto dirigiéndose a Vicenç Navarro “Clima, economía y energía” https://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20160301173628772 .

El librito “Decrecimiento vs. Green New Deal”, varios autores, de la revista New left review, en https://www.traficantes.net/libros/decrecimiento-vs-green-new-deal ; descarga directa https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/documentos_nlr_5_web.pdf . Un comentario, por Pepe Campana y Marian R. Gómez https://www.15-15-15.org/webzine/2019/09/03/decrecimiento-vs-gnd/

El blog de Jorge Riechmannimportante y conocidísimo autor ecosocialista, con muchos libros publicados, http://tratarde.org/ . Entrevistas en televisión y radio española https://www.rtve.es/buscador/GoogleServlet?tema=alacarta&q=jorge%20riechmann&start=1 . Una relación de libros (2016) de muy diversos autores, a propuesta de Riechmann http://tratarde.org/treinta-libros-sobre-ecologismo-social/ . El Capítulo 14 “Pero ¿es aún posible lograr la sustentabilidad?” de su libro “Un buen encaje en los ecosistemas” https://transecos.files.wordpress.com/2014/04/capc3adtulo-14-de-un-buen-encaje-en-los-ecosistemas.pdf . Artículo sobre el consumo de carne y veganismo https://vientosur.info/wp-content/uploads/spip/pdf/VS125_J_Riechmann_Puede_comunista_no_ser-vegetariano.pdf . El pdf-presentación “Antropoceno, Gran Aceleración y perspectivas de colapso ecosocial” https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-104576/2.%20Antropoceno,%20gran%20aceleraci%C3%B3n%20y%20perspectivas%20de%20colapso%20ecosocial.%20Jorge%20Riechmann.pdf . Artículo contestando a la aportación de Jaime Vindel en “Como si hubiera un mañana. Ensayos para una transición ecosocialista” https://vientosur.info/sobre-los-puntos-ciegos-del-colapsismo-dialogo-con-jaime-vindel/ . El texto de Vindel en ese libro se titula “Imágenes (dialécticas) de la historia de la filosofía política del ecosocialismo” y un texto de Vindel previo a éste y al que complementa, es el artículo https://vientosur.info/el-marxismo-ecologico-ante-la-crisis-ecosocial/ , incluido en el número 165 de la revista Viento Sur. Vindel responde al artículo de Jorge Riechman, recogiendo las respuestas que dio al cuestionario presentado en el debate referido antes que giraba sobre colapsismo versus ecosocialismo https://vientosur.info/ecosocialismo-versus-colapsismo-notas-para-una-discusion/ . Jorge Riechmann sobre la biomímesis “¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles?. Sobre biomímesis y autolimitación” https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-104576/3.%20C%C3%B3mo%20cambiar%20hacia%20sociedades%20sostenibles.%20Reflexiones%20sobre%20biom%C3%ADmesis%20y%20autolimitaci%C3%B3n.%20Jorge%20Riechmann.pdf . “Biomímesis. Respuesta a algunas objeciones” http://institucional.us.es/revistas/argumentos/9/Art1-RIECHMANN.pdf . Una larga entrevista https://lecturassumergidas.com/2015/04/29/jorge-riechmann-consumimos-el-planeta-como-si-no-hubiera-un-manana/ . Otra entrevista https://secretolivo.com/index.php/2019/03/20/jorge-riechmann-cambio-climatico-sintoma-enfermedad-capitalismo/ . Dos entrevistas en tve https://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-jorge-riechmann-etica-ecologica/1594474/ —– https://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/autoconstruccion-jorge-riechmann-para-combatir-emergencia-climatica/5438017/

El Manifiesto Última Llamada, de 2014, https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/el-manifiesto/ , y su web https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/ , con aportaciones recientes. La Revista para una nueva civilización 15-15-15– https://www.15-15-15.org/webzine/es/ — , apenas he podido explorarla, pero me parece que tiene algunos artículos muy interesantes, cuando menos, el debate de los comentarios.

Miguel Muñiz Gutiérrez, presta también especial atención al tema nuclear, en http://www.mientrastanto.org/search/node/Miguel%20Mu%C3%B1iz%20Guti%C3%A9rrez (no salen en estricto orden cronológico), también en https://rebelion.org/autor/miguel-muniz-gutierrez/ . Algunos de los artículos importantes de Miguel Muñiz Gutiérrez, http://mientrastanto.org/boletin-170/ensayo/los-limites-del-movimiento-ecologista ; https://rebelion.org/sobre-colapso-ecosocialismo-y-coronavirus-i/ y – https://rebelion.org/sobre-colapsos-ecosocialismos-y-coronavirus-y-ii/ ; https://rebelion.org/conocimientos-ignorancias-y-especulaciones-cuatro-documentos-sobre-el-colapso-ecosocial/ , también en http://www.mientrastanto.org/boletin-195/documentos/conocimientos-ignorancias-y-especulaciones-cuatro-documentos-sobre-el-colapso . Dos artículos Miguel Muñiz Gutiérrez sobre la relación entre la pandemia y el colapso https://www.desdeabajo.info/mundo/item/39319-pandemia-geopolitica-y-colapso.html , y https://www.desdeabajo.info/sociedad/item/40032-sobre-colapsos-ecosocialismos-y-coronavirus-y-ii.html . Miguel Muñiz antes tenía una web que ahora remite a una página modestísima en su presentación http://resilienciaecosocial.pangea.org/index.html

Esta web reciente http://www.transicion-ecologica.info/emergencia/ a iniciativa del Grupo Emerciv http://www.transicion-ecologica.info/emergencia/grupo_emerciv con varios grupos vinculados. Ha hecho una propuesta al Gobierno de España para la redacción de la Ley de Cambio Climático y Emergencia Climática (http://www.transicion-ecologica.info/emergencia/_media/sugerencias-mejora-ley-ccte-v1-3.pdf ; una explicación http://www.transicion-ecologica.info/emergencia/introduccion_a_las_propuestas ). El grupo GEEDS de la Universidad de Valladolid también ha hecho sus observaciones sobre la ley http://www.transicion-ecologica.info/emergencia/_media/respuesta-geeds-ley-te.pdf . Una entrada interesante de la web http://www.transicion-ecologica.info/emergencia/cambio_climatico_transicion_energetica_y_transformacion_del_sistema_socioeconomico

De algunas fuentes gubernamentales de España: del ministerio del gobierno de España https://www.miteco.gob.es/es/cambio-climatico/publicaciones/publicaciones/guia_resumida_ar5-ipcc_tcm30-177777.pdf ; Euskadi https://www.euskadi.eus/contenidos/documentacion/klima2050/es_def/adjuntos/KLIMA2050_es.pdf ; Córdoba https://www.cordoba.es/doc_pdf_etc/MEDIO_AMBIENTE/otros/Diagn%C3%B3stico%20Parte%20I.%20Amenazas_Web.pdf ; Junta de Andalucía http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/portal_web/web/temas_ambientales/clima/actuaciones_cambio_climatico/contenidos_transversales/pdf/3_evaluacion_ipcc2001.pdf

La revista Viento Sur, del colectivo del mismo nombre, ligado a Anticapitalistas, y con un pasado en muchos casos trotskista, con una orientación ecosocialista, publica artículos muy interesantes, de autores importantes, tanto en la revista como en la web. Podéis acceder a los de este asunto vías https://vientosur.info/category/temas/ecologismo/crisis-energetica/ — https://vientosur.info/category/temas/ecologismo/emergencia-climatica/ — https://vientosur.info/category/temas/ecologismo/ecosocialismo/ —- https://vientosur.info/category/temas/ecologismo/

No podía faltar Marx. Hay libros sobre la temática de Marx y su visión de la relación con la naturaleza. Por ejemplo: John Bellamy Foster “La Ecología de Marx: Materialismo y Naturaleza” (El Viejo Topo), Alfred Schmidt “El concepto de naturaleza en Marx” (Siglo XXI). Un texto fácilmente accesible, del Seminari Taifa, el “Informe 12: Apuntes sobre Marx y naturaleza” https://seminaritaifa.org/publicacions/informes/informe-12/ acceso directo en https://seminaritaifa.org/files/2018/09/Informe_12_ES.pdf . Un repaso sobre las interpretaciones de Marx y su relación con la ecología, en el texto de Jaime Vindel “Imágenes (dialécticas) de la historia de la filosofía política del ecosocialismo” en el libro “Como si hubiera un mañana. Ensayos para una transición ecosocialista” (Sylone, Viento Sur). Un texto de Vindel previo a éste, el artículo https://vientosur.info/el-marxismo-ecologico-ante-la-crisis-ecosocial/ . Emilio Santiago Muiño https://enfantsperdidos.com/2018/09/02/releyendo-a-marx-ante-el-siglo-de-la-gran-prueba-fetichismo-termodinamica-y-crisis-socioecologica/ — https://enfantsperdidos.com/2018/08/29/un-dialogo-entre-marx-y-mumford-ante-la-crisis-civilizatoria/ . Una entrevista a Kohei Saito http://www.izquierdadiario.es/Karl-Marx-Comunista-revolucionario-Ecologista . Una respuesta de Daniel Tanuro a Kohei Saito https://vientosur.info/era-marx-eco-socialista/ . Un artículo de repaso a muchas cuestiones teóricas y recientes, de Facundo Nahuel Martín https://vientosur.info/un-primer-mapa-de-la-cuestion/

Hay muchos más autores y fuentes. Algunos los encontraréis en mis textos y en otros recomendados. Directamente podéis identificar a algunos desde su fotografía en la web https://www.15-15-15.org/webzine/es/ , aunque puede que en esta web tengan muy poco de algún autor/a en concreto y habría que ir a su web o blog si lo tiene, buscad más en internet. Pero con esto, para empezar, podéis hasta empacharos.

NOTA 7.- Podéis leer mi artículo “Tierra asfixiante y sumergida. Academia de Ciencias de EEUU y Daniel Tanuro” (6-11-2020) Un artículo, publicado por dieciséis científicos/as en el verano de 2018 y comentado por Daniel Tanuro, advierte del riesgo de que, alcanzados los 2° C por encima de las temperaturas preindustriales, incluso cumpliendo los objetivos de los Acuerdos de París (COP 21-2015), se produzca en la biosfera una incontrolable reacción en cadena que nos lleve a la “Tierra invernadero” con una temperatura media mundial de 4° C a 5° C por encima de las temperaturas preindustriales, y subida del nivel del mar de entre diez y sesenta metros más que hoy, lo que sería una hecatombe para nuestra especie y millones más, que podría durar cientos de miles de años, y esto se podría desencadenar muy pronto, de un modo totalmente imparable para los humanos. https://kaosenlared.net/tierra-asfixiante-y-sumergida-academia-de-ciencias-de-eeuu-y-daniel-tanuro/ . Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=5298

De Ferran Puig Vilar “Peor de lo esperado. ¿4ºC en 2060? Viaje a lo impensable” https://ustednoselocree.com/2020/02/20/peor-de-lo-esperado-4-oc-en-2060-viaje-a-lo-impensable/ , y y descargad esta imagen del planeta, con la distribución de las temperaturas según territorios (a veces con un excesivo detalle que puede llevar a error), y texto explicativo de las consecuencias https://ustednoselocree.files.wordpress.com/2020/02/4c-metoffice-2009-en-espac3b1ol-1.pdf . Véase este corto artículo de Ian Angus https://vientosur.info/en-50-anos-el-calor-insoportable-para-3-500-millones-de-personas/ , y este otro sobre el colapso de la vida vegetal y animal https://vientosur.info/la-destruccion-de-flora-y-fauna-silvestres-no-sera-paulatina-sino-por-sucesivos/

Léase este breve y sencillo artículo de una fuente nada sospechosa de catastrofismo y radicalismo antisistema “ecobolchevique”, Javier García Arenas (12-11-2019) “El reto climático: el futuro del planeta en juego”, y atended a los posibles escenarios y las temperaturas que podrían alcanzarse, en https://www.caixabankresearch.com/es/economia-y-mercados/actividad-y-crecimiento/reto-climatico-futuro-del-planeta-juego . En cuanto a las tecnologías de captura y almacenamiento del dióxido de carbono, os remito a las explicaciones de Daniel Tanuro y su crítica a los escenarios del IPCC que cuentan con esas “soluciones”, por lo que el peligro sería mucho mayor de lo que nos dicen.

Un documental de 2007 “Seis grados que podrían cambiar el mundo”, que se ha quedado corto en varias de sus previsiones (la realidad puede ser mucho peor), crea esperanzas en la energía nuclear de fusión (el proyecto ITER sigue en marcha pero a la espera de resultados, dando la impresión de que siempre se van haciendo esperar, prorrogándose el plazo, pero aunque lo lograsen luego habría que traducir eso en reactores nucleares industrialmente viables), en milagros de la ingeniería y los arreglos domésticos; pero como prospectiva todavía tiene cierta utilidad, https://www.documaniatv.com/ciencia-y-tecnologia/seis-grados-que-podrian-cambiar-el-mundo-video_996999c61.html . Sobre otro proyecto de energía nuclear de fusión, véase esta información de marzo de 2018 http://www.izquierdadiario.es/Instituto-Tecnologico-de-Massachusetts-ya-controla-la-fusion-para-generar-energia-limpia?id_rubrique=2653 , y https://unamglobal.unam.mx/mit-y-compania-lanzan-un-nuevo-y-prometedor-diseno-de-reactor-de-fusion-nuclear/ , y ésta sobre lo mismo, de octubre de 2020 https://www.clarin.com/new-york-times-international-weekly/creen-probable-funcione-reactor-fusion-nuclear_0__s9m9vN7k.html donde informa que va mucho más rápido que el ITER, aunque algunos científicos se muestran escépticos.

Un análisis más crudo y realista de las tensiones internacionales y guerras, en el libro de Harald Welzer “Guerras climáticas. Por qué mataremos (y nos matarán) en el siglo XXI” (Katz editores, Buenos Aires y Madrid, 2010, 342 páginas), accesible en pdf en https://agua.org.mx/biblioteca/guerras-climaticas-por-que-mataremos-y-nos-mataran-en-el-siglo-xxi/ que lleva a https://agua.org.mx/wp-content/uploads/2017/04/Guerras-climaticas.-Harald-Welzer-1-1.pdf

NOTA 8.- Mis artículos: “Neurocapitalismo, fascismo e Inteligencia General Artificial. Cómo vencerlo” (4-9-2020) – Neurotecnologías, una amenaza en manos del capital y su Estado burgués. El progreso, no podemos dejarlo en sus manos. Cómo vencerlos —- https://kaosenlared.net/neurocapitalismo-fascismo-e-inteligencia-general-artificial-como-vencerlo/ — Lo copian en http://www.movimientocaamanista.com/?p=2851 ———- “Consciente o no, la inteligencia artificial es y será una amenaza” (12-2-2020) — más pruebas al respecto, de fuentes con prestigio https://kaosenlared.net/consciente-o-no-la-inteligencia-artificial-es-y-sera-una-amenaza/ —– Lo copian en http://apia-virtual.com/2020/02/27/consciente-o-no-la-inteligencia-artificial-es-y-sera-una-amenaza/ con mi nombre y enlace mediante él a “mi página”. También en https://www.asociaciongerminal.org/?p=2779 . También https://plataformadistritocero.blogspot.com/2020/02/consciente-o-no-la-inteligencia.html . También https://contralapropagandamediatica.wordpress.com/2020/02/12/consciente-o-no-la-inteligencia-artificial-es-y-sera-una-amenaza/ Y en este artículo, acceso a otros también muy importantes sobre el tema. “Vigilancia masiva y castigo. China 2020 ¿nuestro futuro?” (6-12-2019) — https://kaosenlared.net/vigilancia-masiva-y-castigo-china-2020-nuestro-futuro/ ——- «“Ética para máquinas” de Latorre. La I.A. psicópata. Llamamiento» (19-11-2019) — un extenso estudio sobre el peligro para la Humanidad de la Inteligencia Artificial General y una orientación política contra ella https://kaosenlared.net/etica-para-maquinas-de-latorre-la-i-a-psicopata-llamamiento/ —– Copiado en https://elcamidelavida.blogspot.com/2019/11/para-ser-derrotados-no-hace-falta-ser.html

NOTA 9.- «“Ciber-comunismo” de Cockshott y Nieto: tema y libro trascendental» (13-10-2020) La planificación económica socialista es factible, con la ayuda además de la cibernética. Comentario del libro e importantes recursos para profundizar en el tema. https://kaosenlared.net/ciber-comunismo-de-cockshott-y-nieto-tema-y-libro-trascendental/ Más recursos en la nota 1 de «“Colapsología” de Servigne y Stevens: ¿horizonte, espejismo, abismo?» (29-10-2020).

NOTA 10.- Libro “Crítica a los Programas de Mínima y de Máxima (Sobre la problemática del programa revolucionario)” de Raúl Novello y Aníbal Prado. en https://drive.google.com/file/d/0BydHI1oNjF0kS21yVndZdmVndkE/view —– Libro: Critica al Programa de Transición de Leon Trotsky.- Raúl Novello y Pandy Suárez, os lo podéis descargar en http://www.rebelion.org/docs/203943.pdf —- Libro “La revolución socialista y la cuestión democrática Argentina (1972). La «biblia» pro parlamentarista contra el marxismo revolucionario «El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo»(1982)”, es decir, crítica a los planteamientos de Lenin, os lo podéis descargar en https://drive.google.com/file/d/0B7QC4UxZIVgDQ183TFVvNDBXcDA/view . Los libros que están en google descargadlos cuanto antes, no sea que desaparezcan Aunque prefiero los anteriores, también es de interés el texto del economista marxista Rolando Astarita “Crítica del Programa de Transición” — https://rolandoastarita.blog/ —https://rolandoastarita.files.wordpress.com/2012/04/crc3adtica-del-programa-de-transicic3b3n-rolando-astarita.pdf

Un mina donde encontrar materiales muy diversos y de gran valor, la BIBLIOTECA de INTER-COMUNISTAS de Inter-Comunistas Blog (antes Comunistas Internacionales; no es una organización) https://www.facebook.com/comunistasinternacionales — Aquí va el enlace de descarga para el archivo ZIP http://www.mediafire.com/file/bseur3id25j9loq/Intercomunistas+-+Biblioteca.zip Dadle rápido al download antes de que emerja un cuadro; si no lo conseguís volved a cargar la página. Y una actualización complementaria para archivos nuevos http://www.mediafire.com/file/ddfxyuc1co7d56o/Intercomunistas_actualizacion_%2824-03-17%29.zip Dadle rápido al download antes de que emerja un cuadro; si no lo conseguís volved a cargar la página. En la sección de Recomendados del documento pdf del mi libro “Capitalismo: modo de vida decadente” [enlace al final], explico el contenido del primer zip y el modo de moverse en él.

Interesante e impactante el artículo de Andreas Malm “Una estrategia revolucionaria para un planeta en llamas” que forma parte del libro “Como si hubiera un mañana. Ensayos para una transición ecosocialista” Varios Autores (Sylone y Viento Sur, 2020, 243 páginas). El artículo se puede leer en https://vientosur.info/Como-si-hubiera-un-manana-ensayos-para-una-transicion-ecosocialista/ ; también, con una mejor presentación y con el título “La Revolución en un mundo que se calienta. Lecciones de las revoluciones rusa y siria”, en https://www.15-15-15.org/webzine/2020/08/22/la-revolucion-en-un-mundo-que-se-calienta-lecciones-de-las-revoluciones-rusa-y-siria/ . El libro se localiza en https://vientosur.info/como-si-hubiera-un-manana/ . De Andreas Malm “El mito del Antropoceno” https://www.15-15-15.org/webzine/2017/06/22/el-mito-del-antropoceno/

Mi artículo «“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos» (10-6-2020) reseña del libro de Bray, y mi propuesta de diez ejes para una estrategia y táctica integral por un antifascismo anticapitalista y antipatriarcal, y recursos para ampliar conocimientos. Por eso, en lugar de los dos puntos (:) debiera haber sólo un punto (.) — https://kaosenlared.net/antifa-el-manual-antifascista-de-mark-bray-propuesta-y-recursos/ El mismo día lo copió la web de Germinal Asociación Cultural – Elkarte Kulturala, https://www.asociaciongerminal.org/?p=3711 Se puede convertir en pdf yendo al final del artículo. También en https://contralapropagandamediatica.wordpress.com/2020/06/10/antifa-el-manual-antifascista-de-mark-bray-propuesta-y-recursos/ ———- Mi libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016) – Libro, archivo PDF de 200 páginas — http://kaosenlared.net/capitalismo-modo-de-vida-decadente-notas-sobre-estrategia-y-tactica/

Artículos de Daniel Tanuro sobre cuestiones de estrategia y táctica — https://vientosur.info/frente-a-la-urgencia-ecologica-proyecto-de-sociedad-programa-estrategia/ —- https://vientosur.info/por-un-ecosindicalismo-de-combate/ — https://vientosur.info/por-el-clima-union-sagrada-o-convergencia-de-las-luchas/ Aunque tengo ciertas reservas, sobre todo por algunos deslices en la línea de Programa de Transición, aportan a la elaboración y el debate. Esta debilidad resulta más evidente y grave en el artículo comentando a Naomi Klein “Entre la radicalidad y la viabilidad inmediata” cuando Tanuro propone:  La reconversión colectiva, bajo control obrero, de los trabajadores y trabajadoras de las industrias inútiles o nocivas (en primer lugar, la industria armamentística y la industria nuclear, pero también el automóvil, la petroquímica, etc.) hacia otros sectores de actividad (comprendido el empleo rural en la agricultura orgánica y el cuidado de los ecosistemas: un cierto éxodo urbano es un elemento que no se puede soslayar de la transición).  La reducción radical del tiempo de trabajo, sin pérdida de salario, con contrataciones compensatorias y reducción de los ritmos de trabajo, con el objetivo de trabajar todos, reapropiarse del trabajo, vivir mejor y gastar menos.”. Estos objetivos atentan radicalmente al beneficio capitalista (reparto del trabajo sin reducción del salario) y sus recursos de poder político interno e imperialista (armamento), y de hecho implican acabar con las relaciones sociales de producción capitalistas (reapropiarse del trabajo) y una planificación económica socialista (asignación de recursos productivos y humanos a determinados sectores en lugar de a otros, realojamiento de parte de la población fuera de las ciudades…). Son imposibles sin el poder político armado de los trabajadores/as, desmantelando previamente el Estado burgués, y por tanto crean ilusiones muy peligrosas, pues pretender lograrlos sin esa condición llevaría a la desmoralización, por el fracaso y la derrota total por la reacción represiva contrarrevolucionaria de la burguesía y su Estado. Lo siento por Trotsky, el trotskismo y Daniel Tanuro, pero no basta con expresar buenos deseos y aquello que supone condiciones incompatibles, mezclarlo como si las compartiesen; no hay atajos “transicionales” (los del Programa de Transición) que difuminan o eluden lo que en realidad no es una transición, sino una ruptura (salvando las diferencias, recordemos lo que en su día, para la España de los años 1970, se llamó ruptura democrática, frente a la llamada y oficial Transición democrática que tuvimos), que es la revolución, la imposición de su poder por los trabajadores/as excluyendo a la burguesía y eliminando su Estado; la transición corresponde al periodo entre la revolución y el comunismo pleno.

Sobre la lucha en las empresas, ligando el cambio climático a cuestiones de salud y seguridad laboral, véase el texto difundido por Jem Bendell https://rebelion.org/huelgas-por-la-seguridad-climatica/ .

NOTA 11.- Mi artículo “Recortes salvajes en la década 2020. ¿Qué hacer?” (10-7-2020) https://kaosenlared.net/recortes-salvajes-en-la-decada-2020-que-hacer/ Previsiones del Banco de España de deuda pública para el 2030, y los objetivos de los acuerdos europeos (TSCG y PEC) y de la ley española (LOEPSF) que, para reducirla, llevarán a una ofensiva de recortes salvajes para esta década, tanto más porque el Estado destinará fondos a las empresas de la llamada transición energética. La estrategia para enfrentarlos con éxito. Otro “Contra el Cambio Climático: deroguemos la austericida ley LOEPSF” (20-11-2015) —– http://kaosenlared.net/contra-el-cambio-climatico-deroguemos-la-austericida-ley-loepsf/ . Una confirmación de la línea que defendía yo en ese artículo la he hallado en el mencionado libro de Naomi Klein cuando dice en la página 255 “Los verdes [entiéndase, los ecologistas] podían haberse sumado a algunas coaliciones de sindicatos, organizaciones de defensa de los derechos civiles y pensionistas que por aquel entonces también veían atacadas conquistas sociales […]y podían haber formado juntos un frente unido contra los recortes del sector público” (corchetes y subrayados míos), exigiendo inversiones del Estado en medidas contra el cambio climático, aunque eso aumentase la deuda pública, y a la vez evitar los recortes sociales a cuenta de reducir la deuda porque la burguesía pagaba menos impuestos, para reservarse así el máximo de beneficio, o sea, de la plusvalía (nuevamente vemos la centralidad de la cuestión de la plusvalía). Una manera estupenda de introducir por fin en amplias masas el problema del cambio climático ligándolo a la lucha contra algo tan directo y perceptible como las políticas de recortes sociales. Si, aparte detalles, eso era correcto ya en la década de los 80-90s (según Klein), más ahora con décadas de recortes y política austericida (objetivos del tratado TSCG de la UE y de la española ley LOEPSF, vigentes). Un artículo de Tanuro, sobre la ofensiva austericida en Bélgica https://vientosur.info/crisis-politica-estrategia-del-choque-a-la-belga/ ; una muestra del potencial de estas políticas para provocar la unidad de la clase trabajadora por encima de las fronteras nacionales, contra la política común de recortes sociales de la Unión Europea. También se ha evidenciado que esta pandemia de la covid-19 (y otras que puedan llegar a cuenta del cataclismo que nos amenaza) tiene una relación estrecha no sólo con el maltrato dado a la Naturaleza (deforestación…) que favorece el paso de virus de una especie animal a la humana (zoonosis), sino sobre todo con los previos recortes en investigación y sanidad, durante años, y con las políticas erróneas en la lucha contra la austeridad, que hemos llevado. Si ya no en esta pandemia, en otras puede ser importante una lucha a escala europea e internacional para que se tomen las medidas adecuadas. Por eso y para aprender para el futuro es importante hacer un balance correcto de lo que ha pasado, mis artículos: “Nuestra culpa en la covid-19 por no luchar contra la austericida LOEPSF” (28-7-2020) —- De haber luchado contra la súper-ley LOEPSF, motor de todos los recortes sociales (incluidos los sanitarios), los habríamos reducido y seguramente habría muerto menos gente, el desastre económico sería algo menor y nos habríamos fortalecido mucho en la resistencia contra la estrategia austericida, tanto en España como en Europa a cuenta del “padre” de la LOEPSF, el TSCG de la UE. https://kaosenlared.net/nuestra-culpa-en-la-covid-19-por-no-luchar-contra-la-austericida-loepsf/ Una errata evidente pero que no quiero dejar pasar, cuando digo “y posiblemente las consecuencias económicas y sociales no habrían sido menores”. Originalmente decía “no habrían sido tan enormes”. Al querer modificar y poner “menores” se me olvidó suprimir “no”. Por tanto, como dicta el sentido general del texto, debe decir “sociales habrían sido menores”. Y “Morir, covid-19, narcisismo, capitalismo y recortes. Alternativas” (21-7-2020) — https://kaosenlared.net/morir-covid-19-narcisismo-capitalismo-y-recortes-alternativas/

NOTA 12.- En el libro Como si hubiera un mañana. Ensayos para una transición ecosocialista (https://vientosur.info/como-si-hubiera-un-manana-ensayos-para-una-transicion-ecosocialista/ ) se incluye la contribución de Manuel Garí Ramos (militante de Anticapitalistas) titulada “Clase obrera, productivismo y crisis climática”. Su principal mérito es que reclama la centralidad para la clase trabajadora en la lucha por evitar el cataclismo que nos amenaza, pues no podrá ser de otro modo que superando el capitalismo y su Estado, lo cual es imposible sin una revolución protagonizada por los productores de la plusvalía. Propone una serie de reivindicaciones interesantes para la lucha desde las empresas que, como mínimo, puede servir de inspiración, pero sin hacerse muchas ilusiones sobre lo que puede conseguirse dentro del capitalismo. Esto es una contribución a la táctica. Sin embargo, ya se confunden definitivamente los límites de lo posible y lo imposible, la reforma y la revolución, lo táctico y lo estratégico, cuando dice, refiriéndose a la lucha de los sindicatos todavía en el capitalismo: “es necesario que intervengan, junto al resto de las representantes populares, en las decisiones fundamentales de la economía en el nivel de empresa y los niveles sectoriales y territoriales y particularmente, como se ha señalado, en qué se produce, cómo y para quién”(página 163) Los subrayados son míos. A primera vista suena muy bien y resulta muy ambicioso y radical pero, en realidad, es totalmente engañoso, pues semejantes pretensiones no pueden ser asumidas por el sindicalismo, deberían serlo por otros organismos de lucha similares a los Consejos de Trabajadores/as y, lo más importante, semejante cuestionamiento del capitalismo, del poder empresarial capitalista y del Estado burgués, sólo puede ser efectivo y llevarse a término, eliminando el poder del Estado burgués y de los capitalistas (revolución mediante), no con una supuesta colaboración sindical con el poder de ayuntamientos, gobiernos autonómicos, parlamentarios y gobierno central del Estado burgués, u organismos populares, ni con imposibles pretensiones democratizadoras de las empresas y del Estado en el capitalismo. Si esto no se presenta con extrema claridad a los trabajadores/as, sólo se excitan sus esperanzas reformistas con el capitalismo y su Estado, no se les prepara ideológica, política y moralmente para el enfrentamiento necesario, para el salto cualitativo, rupturista y revolucionario, y sembrando esas confianzas se les debilita ante la inevitable contraofensiva contrarrevolucionaria burguesa, creando las condiciones favorables para su derrota más dolorosa pues, o bien avanzan aplastando el poder del capital, o retroceden hasta ser vencidos, reinstaurándose plenamente del poder de la burguesía que aprovechará para echar abajo, en el menor tiempo posible, todas las reformas previamente obtenidas por la clase trabajadora, que la incomoden.

Este fallo me ha hecho sospechar de inmediato la influencia del “Programa de Transición” de Trotsky, lo que se ha confirmado de pleno al llegar, dentro del artículo, a “Apuntes V: El asalto al palacio [alusión al Palacio de Invierno, de los zares, en Petrogrado, asaltado por la revolución de octubre de 1917] no es cosa del domingo, se prepara desde el lunes” (página 170). Comienza con una cita clave del “Programa de Transición” (1938) de León Trotsky que expresa su propósito. Gari defiende la utilidad de la metodología de ese Programa para elaborar la táctica-estrategia que hoy necesitamos. No puedo estar más en desacuerdo, y los argumentos los encontraréis en los textos sobre programa, estrategia y táctica, a los que os he remitido en la Nota 10. Con la guía de esa metodología trotskista nos pasaríamos del domingo, del mes y del año, sin llegar nunca a la revolución y desembocando en su derrota, lo que, hasta cierto punto, viene confirmado por los múltiples intentos de aplicarla. El hecho de no darnos por vencidos en nuestros objetivos finales, no quiere decir que debamos insistir una y otra vez con aquello que tanto en la teoría como en la práctica se puede demostrar que está equivocado. No nos quedan ni tiempo ni fuerzas para perderlos en más y más ensayos fallidos, pues muy pronto pasará el último tren de pasajeros voluntarios y, de no tomarlo, sólo le seguirán los que nos lleven a los nuevos “Auschwitz”.

Sobre la cuestión del Estado también observo una gran confusión en el libro de Andreas Malm El murciélago y el capital, pues no cree posible un Estado del poder de los trabajadores/as previa la demolición del Estado burgués y, por tanto, aspira a ¡obligar al Estado burgués a cumplir un papel que reconoce que no le es propio!, ¡presionando también a la social-democracia para ir más lejos de su propios límites! ¿no es esto “pedir peras al olmo”? (páginas 209-10, 175). Una cosa es que, en tanto no seamos capaces de imponer nuestro propio Estado (pero seguimos empeñados en esa línea estratégica), debamos presionar al Estado burgués para que tome algunas medidas importantes que estarán al límite de sus posibilidades (correcto) y otra, muy distinta, creer que nuestra presión sobre ese Estado puede obligarle a tomar medidas contra natura de su carácter de clase burgués, sustituir la necesidad del nuestro (de los trabajadores/as) para tomar todas las medidas que hacen falta, llevarlas hasta el final y que, ya de entrada, debamos renunciar a imponerlo, pues con el Estado burgués presionado a tope, bastaría. Esto último supone en la práctica que, sin Estado proletario (de los trabajadores/as), se perpetua el capitalismo inevitablemente y, por tanto, confiar de hecho en un capitalismo verde y su Estado burgués y, por consiguiente, una claudicación política que lleva a la derrota y el fracaso final de la lucha, y la catástrofe inevitable. Mi crítica a Malm se ha visto confirmada al leer ésta que se le hace, más detenidamente, sobre el problema del Estado y la estrategia que plantea Malm (sabotaje…), incluso desde el trotskismo http://www.izquierdadiario.es/Pandemias-crisis-climatica-y-leninismo-ecologico-Debate-con-Andreas-Malm

Una entrevista interesante a Juanjo Álvarez sobre este mismo libro en el que hace una contribución. La entrevista tiene ya el acertado título de “EL ECOLOGISMO TIENE QUE EMPEZAR A HACER POLÍTICA REVOLUCIONARIA DE MASAS” https://www.asociaciongerminal.org/?p=6258

Aunque sólo he podido leerlo un poco, me parece que tiene mucho interés el libro de Joao Camargo y Samuel Martín-Sosa “Manual de lucha contra el cambio climático. Nada volverá a ser como antes, ni el clima ni la sociedad” https://www.economiasolidaria.org/wp-content/uploads/2020/08/manual-de-lucha-contra-el-cambio-climatico.pdf

NOTA 13.- “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” (20-12-2019) – estudio de la cuestión del colapso de esta civilización, y propuesta mundial de un eslogan-marco internacional para la elaboración política (estrategia y tácticas) y la confluencia de las luchas sectoriales en una tarea común, evitando su dispersión, su derrota y la de todos, sucesor del de “Otro mundo es posible” — — https://kaosenlared.net/horizonte-2050-superando-el-capitalismo-o-condenados/

La gente estamos tan “verdes” (inmaduros), tan negacionistas (aunque sólo sea en lo emocional), de lo que se nos puede venir encima que, si no queremos cosechar un rechazo total en lo inmediato, lo primero sería conseguir que se implantase (relativamente) el horizonte para 2050. Recordad que no estamos hablando de un plazo para el capitalismo “verde”, Green New Deal, etc., sino de “superando el capitalismo”, ¡casi nada!, es decir que apunta claramente a que para el 2050, esa década, ya debiéramos estar cambiando radicalmente de sistema social.. Una vez se acepte esto por sectores relativamente amplios (entre la gente luchadora en su sector, al menos), si supiésemos que el horizonte debería adelantarse inevitablemente para 2040, (¡2030!, ya no daría tiempo), habría que decirlo ya bien claro en el eslogan-marco, pues contaríamos ya con una importante corriente que acepta la cuestión de fondo, y “sólo” debería admitir el nuevo plazo. Eso significa empezar desde YA con el 2050, no sea que “nos pille el toro”, entonces o mucho tiempo antes, aunque sólo sea porque nos tome la delantera un movimiento de corte populista de derecha, proto-fascista o directamente fascista, en buena parte, porque no hayamos planteado a la gente la verdad de la situación y nuestra alternativa.

El eslogan “Otro mundo es posible” supuso una idea-fuerza importante en su momento, a escala mundial, pese a sus muchas limitaciones; pero tenía la ventaja de estar abierto a muchas versiones de ese otro mundo. ¿Por qué razón el eslogan-marco que propongo, mucho más adecuado a las actuales circunstancias históricas, no podría alcanzar todavía más fuerza y trascendencia? “Condenados” apunta con suficiente contundencia a lo que nos espera con el capitalismo, sin entrar a especificar exactamente ese horizonte, estando abierto a múltiples interpretaciones. “Superando el capitalismo” deja el objetivo lo suficientemente claro y hace falta, pues sin eso, vamos muy mal orientados (hacia el capitalismo “verde” o cosa parecida), pero no presupone una estrategia ni tácticas concretas (marxista, anarquista…), así que está abierto a la confluencia de todos/as los que busquen, a su manera, ese objetivo. Durante el proceso se irá dando una mayor clarificación, unas corrientes irán adquiriendo, por su eficacia, más peso que otras, pero permitirán que el movimiento en su conjunto se haga más fuerte. ¡Mientras podamos, marchemos unidos, pues eso nos hará más fuertes!

Si “Otro mundo es posible” tuvo cierto valor para vosotros/as, ¿por qué no éste, en un momento histórico trascendental para la Humanidad en el que, desesperadamente, necesitamos echar mano de todo lo que pueda ayudarnos a salvarnos?. ¿Porque lo propongo yo, una “don nadie”, no vais a ser capaces de “recoger el guante” y levantar la iniciativa? Precisamente porque lo propone una “don nadie”, porque no supone aceptar lo que dice una organización con la que tenéis importantes desacuerdos y con la que hayáis tenido conflictos, ni proclamaros de alguna manera mis seguidores cuando no lo queréis (yo tampoco lo busco; seguro que habría alguno/a con el que no me llevaría nada bien, y tampoco estoy en condiciones de dirigir nada), es por lo que más fácilmente podéis hacerlo VUESTRO, desde AHORA MISMO. ¡No tiene derechos de propiedad intelectual, es de copia y difusión libre, como este texto! ¿A qué esperáis? ¿A que se organice una cumbre internacional de organizaciones ecologistas, políticas, etc., alguien lo proponga allí, y sea capaz de llegar a este acuerdo? ¡Puede que no ocurra nunca! ¡Tomad la iniciativa; es la mejor manera de impulsarla y que otros también la adopten! ¿No es esta la sociedad de los videos virales, de las chorradas que se expanden en cuestión de días u horas por todas las redes sociales llegando a millones de personas? ¿Vais a ser tímidos con una cuestión tan importante que puede ayudar a cambiar en pocos años la correlación de fuerzas a escala internacional?. ¡Ponlo ya en tu web, en tu blog, en tu camiseta, en la próxima pancarta, donde quieras y puedas! ¡Ya no es sólo mío, es TUYO!.

Para los anticapitalistas, tiene además una enorme ventaja. Pues como eslogan-marco, puede ayudarles a competir directamente con otros movimientos cómplices del capital y combatirlos, pues pese al escándalo que montan, contribuirán a nuestra más completa derrota, como los que pretenden que sólo cabe adaptarnos al colapso (sin combatir siquiera el capitalismo y sus Estados), o a Extinction Rebellion –abreviado, XR– (“entro a saco” con ellos en la Nota 2), u otros que sin duda surgirán. Y nos ayuda a vacunar a la gente contra la intoxicación de los movimientos fascistas y similares que sin duda surgirán, al poner el objetivo de superar el capitalismo en un primer plano, por ser la causa principal de lo que padecemos y padeceríamos si no acabásemos con él.

¿Os imagináis a cientos de miles, millones de personas por todo el mundo, apoyando este eslogan y lo que significa? ¿El cuestionamiento del sistema mundial capitalista que implicaría, la retirada total de su legitimidad, preparando el terreno para que un movimiento de masas aun mayor derribase sus Estados y lo desmantelase?. Sería una ofensiva ideológica internacional, no el intento de retirada local cada uno a su “ecoaldea” o “ciudad en transición”, etc. en un “sálvese quien pueda” un tanto colectivizado, pero pretendiendo eludir lo inevitable si no se quiere ser aplastado: el combate contra el capitalismo y sus Estados.

Si sólo fuera por mí, el eslogan-marco sería “Horizonte 2050, superando el capitalismo y sus Estados, o condenados”. Pero incluir el tema del Estado supondría, desde el comienzo, restringir innecesariamente la amplitud del movimiento y dividir nuestras fuerzas (diversas estrategias ante el Estado, ¿sólo el Estado burgués, cualquier tipo de Estado, incluso el Estado-Comuna proletario de Marx, la anarquía de Bakunin o no hay eslogan-marco común…? ¿ocupar el Estado y transformarlo desde dentro?). Eso ahora no es una prioridad que deba expresarse en un eslogan mundial, y a estas alturas empezar con esas divisiones es un lujo que no podemos permitirnos. Pero no puede eliminarse lo de capitalismo, pues entonces ni siquiera estaríamos marcando la diferencia y negando el paso a quienes defienden el capitalismo “verde”, el Green New Deal, implícitamente el Estado burgués, etc. Quedaría en algo así como “Horizonte 2050, superando la marcha actual, o condenados”, que podría firmarlo cualquier capitalista con dos dedos de frente, y adoptarlo hasta una empresa de energía renovable y los bancos que la financien, o la Unión Europea y hasta la ONU. Para eso, mejor seguimos como estamos, en lugar de sembrar más confusión. De hecho, hay muchos eslóganes-marco referentes al 2050, para tales o cuales objetivos. Y precisamente, el que vengo proponiendo, sirve para confrontar también con esos eslóganes, dar una perspectiva diferente (no nos salvarán con sus proyectos para 2050). En cuanto a lo de “condenados”, deja abierta la interpretación, que puede ir desde el sometimiento a un capitalismo todavía mucho peor, al colapso de la civilización industrial, a un gran retroceso histórico en el modo de producción (neofeudalismo, esclavismo…) o incluso a la extinción como especie. “Condenados” es un término lo suficientemente fuerte (todos se pueden imaginar algo terrible a cuenta del cambio climático, etc.) como para satisfacer a todos/as como un marco comúnAparte, cada colectivo, puede defender su visión por su cuenta y luchar porque los demás la vayan asumiendo, y quizás consiga que el marco común termine recogiéndolo. En tanto, tiene una vocación unitaria que impide nos separemos por uno y otro final.

De no actuar así, sin mostrar un acuerdo mínimo, el resultado sería mucho peor que todas las campañas negacionistas y “escépticas” sobre la existencia del cambio climático. Recordad cómo, durante décadas, han aprovechado cualquier desacuerdo real o supuesto entre los científicos para intentar cuestionar la fiabilidad de su criterio. Al menos, con nuestro Horizonte común, podremos decirle a la gente corriente cosas como ésta: “no estamos, de momento, totalmente de acuerdo en todo y puede que nunca lleguemos a estarlo, pero en esto, que es lo fundamental, sí.”

NOTA 14.- Además de abordar muchos temas sobre el problema que tenemos entre manos, es importante lo que dice Jorge Riechmann sobre el subtitulo de su libro “¿Vivir como huérfanos? Ensayos sobre el sentido de la vida en el Siglo de la Gran Prueba” (Los libros de la catara, 2017, España, 283 páginas).

Sobre la llamada Adaptación Profunda (Deep Adaptation) ante la perspectiva de colapso civilizatorio, véase este largo artículo con acceso a documentos en inglés, de Jem Bendell https://www.15-15-15.org/webzine/2020/09/24/para-una-critica-a-la-adaptacion-profunda-comiencese-por-aqui/ . Este informe titulado “Adaptación profunda: Un Mapa para navegar por la tragedia climática” http://lifeworth.com/DeepAdaptation-es.pdf . Un comentario a este documento https://www.kolapsos.cat/newpage203fc149 . De Jem Bendell “Adaptación profunda a un posible colapso, una agenda mejorada para activistas climáticos” https://rebelion.org/adaptacion-profunda-a-un-posible-colapso-una-agenda-mejorada-para-activistas-climaticos/ . En la estela de Jem Bendell, este artículo de Dahr Jamail y Barbara Cecil https://rebelion.org/replantear-el-activismo-frente-al-catastrofico-colapso-biologico/. De Jem Bendell https://rebelion.org/huelgas-por-la-seguridad-climatica/ .

Mis artículos, aportando muchísimos e importantes recursos: “Opios del pueblo: final feliz, viaje del héroe, progreso, victoria final segura” (22-9-2020) ilusiones, mitos y autoengaños de todo orden que debemos superar si no queremos la derrota total y la autodestrucción; recursos importantes para profundizar – https://kaosenlared.net/opios-del-pueblo-final-feliz-viaje-del-heroe-progreso-victoria-final-segura/ — Lo copian en la editorial FCE https://fondodeculturaeconomica.com/Noticia/3456 ——– el ya mencionado «“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos» (10-6-2020) ——- «“La sociedad autófaga” de Jappe. Capitalismo y narcisismo» (6-2-2020) – una presentación y comentario extenso del libro de Anselm Jappe, destacado miembro de la corriente llamada de la “critica del valor” (wertkritik en alemán), aportando importantes recursos para ampliar y profundizar en su conocimiento – https://kaosenlared.net/la-sociedad-autofaga-de-jappe-capitalismo-y-narcisismo/ Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=2779 ——- “Tu enemigo está en ti. Mírate en este espejo. Una clave de lo que nos pasa” (29-3-2016) con un análisis detallado del concurso-experimento “La zona extrema” del documental “El juego de la muerte”—— http://kaosenlared.net/tu-enemigo-esta-en-ti-mirate-en-este-espejo-una-clave-de-lo-que-nos-pasa/ ——- “Zombis: un género contra el precariado (trabajador precarizado)” (24-8-2015) — un comentario mío —- http://kaosenlared.net/zombis-un-genero-contra-el-precariado-trabajador-precarizado/ .

Reflexiones interesantes -en un libro que también lo es- en el capítulo 9 de “Capitalismo, izquierda y conciencia social. Hacia una renovación del marxismo” José María Chamorro, edita Gavagai, Sevilla, 2019, 582 páginas bien densas, http://www.gavagai.info/ donde se pueden leer algunas partes del libro; también es de ayuda “Esperanza activa. Cómo afrontar el desastre mundial sin volvernos locos” de Joanna Macy y Chris Johnstone (Ediciones La Llave, Barcelona, 2018, 323 páginas).

NOTA 15.- Una analogía para explicar lo que es un punto de vuelco (tipping points) nos la ofrece Manuel Casal Lodeiro en la crítica al libro de Emilio Santiago Muiño y Héctor Tejero, mencionado en mi Nota 6 : “Voy a intentar explicar de otra manera cuál es el problema de la visión que Santiago & Tejero tienen a este respecto, esta vez mediante una analogía, pues me parece muy relevante y que condiciona todo su planteamiento estratégico. En ella pretende que se aprecie muy literalmente lo que significa un punto de vuelco. Imaginemos un barco (la Tierra) al que, en plena mar, se le abre una importante vía de agua en una de las bodegas de estribor (o de babor, que para el caso, tanto da). Comienza a entrar agua, que no se consigue achicar, y cada vez aumenta más dentro del casco haciendo peligrar la embarcación. Una ingeniera abordo calcula entonces que a ese ritmo de entrada de agua apenas quedan 60 minutos para que el agua acumulada desplace el centro de gravedad del barco hasta el punto en que perderá su estabilidad y volcará. Bien, pues en este caso los miembros de la tripulación Emilio y Héctor nos dirían que las cosas no son “todo o nada” y que siempre se podrá seguir achicando el agua, que no hace falta ser alarmistas ni catastrofistas. Pero una vez el barco vuelca, todo cambia, y no es que no se pueda hacer nada, pero lo que antes servía (taponar la vía de agua, redoblar el ritmo de achique, comunicar las bodegas para que se reparta uniformemente el agua…), ya no sirve y las opciones de actuación ahora se limitan a llegar a las lanchas salvavidas e intentar que no muera nadie ahogado. Así pues, los tipping points sí que crean puntos que describen un todo o nada de manera prácticamente binaria, según se sobrepasen o no: el barco flota, o se hunde; el agua está en forma sólida o líquida; el metano está en el permafrost o está en la atmósfera.”

NOTA 16.- No vale una “estrategia dual simultánea o en paralelo” de “ocupación” del Estado burgués y a la vez desarrollo de la autoorganización fuera del Estado y contra el Estado burgués, pues lo primero siempre acaba subordinando a lo segundo y quedándose en reformismo condenado al fracaso en lo principal. Tampoco sirve una “estrategia dual secuencial” que, al comienzo, primaría la autoorganización desde fuera para luego lanzarse a la “conquista del poder” del Estado burgués, o peor todavía, a la inversa. La estrategia, es decir, el plan general de la carrera de fondo hasta el final, no puede ser dual en ningún sentido; la táctica, es decir, el paso y el movimiento en un momento dado, en una circunstancia concreta y transitoria, sí; pero no podemos hacernos la “trampa al solitario” de hacer pasar por táctica, una “táctica” permanente que en realidad sería una estrategia de tapadillo. La táctica puede contemplar (en determinadas circunstancias especiales a analizar siempre, pues todo está en movimiento y se modifica), la participación en alguna institución del Estado (como el Parlamento), pero nunca en el Gobierno del Estado burgués por ser su papel central el que es y de pretender lo contrario, tiene garantizadas las maniobras reaccionarias de acoso y derribo, cese por el Parlamento, los tribunales de “justicia” e incluso golpe de Estado, y en tanto, el Gobierno deberá velar ante todo por la estabilidad del sistema, y sobre todo, abonará las ilusiones reformistas de la gente, aumentando el peligro de su derrota.

La “estrategia dual” siempre tiene el peligro de que si se quieren sacar muchos votos, para que el voto sea “útil” (alcanzar cotas de poder, no tener una presencia institucional meramente testimonial…), el discurso y el programa electoral deberán adaptarse al nivel de conciencia de mucha gente, con el riesgo de que sea más bajo de lo que se necesita potenciar dado el momento histórico, y que esto también frene a la autoorganización desde fuera, para no perjudicar la vía electoral (aparte de privarla de militantes que dejarían “la calle” para centrarse en lo electoral e institucional). Esto se agrava todavía más con la “estrategia dual secuencial” que primero primase “conquistar el poder” para desde él pretender impulsar la autoorganización; la pérdida de tiempo (y de recursos) sería enorme y con el peligro de que empeorase la situación, aumentase el descontento y la ultraderecha se nos adelantase. La “estrategia dual” que pretendiese “conquistar” el Estado burgués, para desmantelarlo desde dentro, me parece todavía más ilusoria y suicida, pues en vez de hacer depender ese desmantelamiento desde la autoorganización y armamento de masas, acabaría dependiendo de la buena voluntad de burócratas, policías y militares, llenos de tentaciones golpistas, apoyados por el enorme poder económico de la burguesía. Dicho esto, es, sin duda, una cuestión muy complicada y delicada.

Esto no quiere decir que las/os comunistas no podamos llamar a votar a partidos reformistas, para sacar el mayor partido posible de la situación, pues las elecciones pueden ser un espejo distorsionado de la real correlación de fuerzas entre las clases (engañoso para los trabajadores/as si creemos que el voto –basta con introducir una papeleta en la urna- refleja la fuerza real necesaria para imponer una política contra la oposición de la burguesía y sus impresionantes recursos de poder fuera y dentro del aparato del Estado); también para evitar que ganen las elecciones fuerzas reaccionarias (no queremos hacer el juego a la reacción y no nos opondremos a las posibles reformas positivas que se puedan conseguir); también llamar a presionarlos “desde la calle” para que vayan más allá de lo que por sí mismos estarían dispuestos, pero también a oponerse a sus actuaciones perjudiciales (las habrá, seguro); a la vez que explicamos a la gente las limitaciones y peligros de tal opción reformista, y que la solución está en la autoorganización democrática (Consejos de Trabajadores/as o Soviets) totalmente independiente del Estado, para imponer su poder y acabar con el Estado burgués y su “democracia”. De esta manera mantenemos y no comprometemos una política independiente del Estado burgués con las servidumbres que implica participar en el Estado al más alto nivel.

El rechazo de la “estrategia dual” no quiere decir que caigamos en la anti-política, que no planteemos exigencias muy importantes al Estado burgués en tanto todavía no seamos capaces de implementarlas por nosotros mismos con nuestro Estado (nuestro principal empeño es lograr cuanto antes la correlación de fuerzas y el poder que permita esto, no demorarnos o perdernos en el camino, por empeñarnos en conseguir reformas del Estado burgués), tanto para que las lleven adelante, como para ponerle en evidencia si no quiere hacerlo (cuidando de no crear ilusiones reformistas en cuanto a la naturaleza transformable del Estado). Pero la fuerza no vendrá de los votos en las elecciones, sino de la capacidad de movilización y presión desde los centros de trabajo, estudio y “la calle”.

Sin embargo, esto último, no quiere decir que, en general, debamos estar por el abstencionismo electoral. En las actuales circunstancias históricas, teniendo en cuenta todo lo que nos jugamos (todo), cuando ascienden las fuerzas más reaccionarias y peligrosas (potencial genocida), cuando el tiempo corre en nuestra contra a toda velocidad y no dará lugar a muchas oportunidades para recuperarnos, y que partimos de una debilidad extrema, siendo así, la abstención electoral como principio, o siquiera como norma general, me parecen, por decirlo suave, un error estratégico y táctico trágicos. Tanto es así, que, llegado el caso, debiéramos estar dispuestos hasta a lanzar mensajes como éste: “Vota a X, pese a que no merece tu confianza. Es más, es tu enemigo y si todavía no lo has descubierto, en el futuro lo harás. Es un mal, pero ahora es el mal menor. Votar no te compromete más allá del día de la votación. No te obliga a “casarte” con ellos, ni con el Estado. Pero si te abstienes de votarles, estarás facilitando el ascenso de fuerzas políticas todavía peores, y en lo inmediato. Más adelante puede sernos más difícil “darle la vuelta” a la situación, y no tendremos muchas oportunidades para lograrlo. Vienes tragando muchas cosas durante toda tu vida y no por eso te avergüenzas pues no siempre tenías otra opción. Ahora no hagas del voto un drama, no te estás traicionando, sino tomando la mejor decisión posible en una situación muy difícil. Después de votar, sigue luchando y organizándote independientemente de todos ellos y contra todos ellos. Ahora vótales, ganemos un poco de tiempo para luchar y organizarnos mejor, ¡aprovéchalo, no te des descanso, pues no te darán tregua!, y así, en el futuro, podrás botarles (echarles), a todos.”

El criterio general se fundamenta en que, en el capitalismo, el Estado no puede ser sino burgués; no es un Estado, por naturaleza, neutral; o cuyo carácter de clase dependiese de la orientación del partido político que lo ocupase; o que de burgués pueda ser transformado –desde dentro o desde fuera o desde ambos- a popular o proletario. De aquí que, estratégicamente, sea nuestro enemigo; que, por tanto, tácticamente también lo sea en la inmensa mayoría de las circunstancias, y en la mejor, un oponente que, aunque ceda, no es nada fiable. Por consiguiente que, estratégicamente, debamos acabar con él y que, tácticamente, sea muy complicado, resbaladizo, arriesgado, pretender que nuestra presencia institucional o presión desde fuera pueda servirnos en cuestiones que no sean menores, salvo que acumulemos desde fuera una fuerza extraordinaria. En Rusia, ni siquiera durante el llamado período de doble poder (de un lado Gobierno burgués demócrata-“socialista” con su aparato de Estado, policía, oficialidad del ejército, etc. / de otro, Soviets de obreros, soldados armados, campesinos), de febrero a octubre de 1917, se consiguió terminar con la intervención de Rusia en la Primera Guerra Mundial imperialista, pese a los sufrimientos atroces que provocaba. Con esto respondo también a la estrategia defendida (aunque sea en sus teorizaciones ideales y más radicales), entre muchísimos otros, por Izquierda Unida, Podemos, Íñigo Errejón, Emilio Santiago Muiño en su libro con Héctor Tejero, respondido por Manuel Casal Lodeiro, en documentos referidos en otras notas. No me extiendo más, pero os ofrezco un montón de materiales para profundizar.

NOTA 17.- En nuestra tiempo histórico pre-cataclismo (no digo, en esta coyuntura política, de una precisa de correlación de fuerzas), la nacionalización de la industria petrolera tendría como objetivo la progresiva paralización de sus explotaciones para ser sustituida en lo posible por otras energías, renovables y sin sus efectos climáticos. Veamos como lo entendía Lenin cuando, en sus circunstancias, para superar la catástrofe, el objetivo era necesariamente el contrario, aumentar su producción. En Rusia había, tras echar al zar (febrero 1917), un gobierno republicano burgués (demócratas burgueses, con la colaboración de socialdemócratas mencheviques y eseritas), los obreros estaban organizados en Soviets, compitiendo por el poder con el Gobierno del Estado burgués, y contaban con el apoyo armado de los Soviets de soldados, en tanto los campesinos se rebelaban en el campo y tomaban las tierras de los terratenientes. Tras haber derrotado los Soviets y los bolcheviques (la fracción socialdemócrata –comunistas- de Lenin) la intentona de golpe de Estado, contrarrevolucionario, del militar Kornílov (finales de agosto 1917), Lenin escribe este texto a mediados de septiembre, en tanto Rusia seguía (desde su inicio en el verano de 1914) metida de lleno en la Primera Guerra Mundial y perdiéndola, con horrorosos padecimientos para los soldados y el pueblo, con la amenaza del hambre (ya bajo racionamiento), por lo que a finales de octubre tendrá lugar la revolución socialista. Cuando Lenin escribe este texto, Rusia se hallaba, por tanto, en una situación desesperada y explosiva, pre-revolucionaria muy desarrollada, a punto de la revolución. Es importante entender el contexto, la coyuntura política, pues las consignas (en este caso, de nacionalización bajo control obrero y abolición del secreto comercial), como la siembra de unas semillas, no pueden lanzarse al tun-tun, en cualquier momento y circunstancia, si se quiere que fructifiquen, no se tome a chufla o se desgasten. La exigencia de nacionalización de la industria petrolera (bajo control obrero), iba acompañada de la nacionalización de otras muchas industrias de importancia estratégica en aquellas condiciones, incluida la banca, y la abolición del secreto comercial. Lenin insiste en que no habría expropiación de los capitalistas, sino la toma de la dirección de las empresas, nacionalizada y bajo control obrero. Cito de la parte correspondiente a la industria petrolera:

Fijémonos en la industria petrolera. Ha sido ya “socializada” en proporciones gigantescas por el desarrollo anterior del capitalismo. Un par de reyes del petróleo maneja millones y cientos de millones, dedicándose a cortar cupones y embolsarse ganancias fabulosas de un “negocio” que esta ya, de hecho, organizado técnica y socialmente a escala nacional y es dirigido ya por cientos y miles de empleados, ingenieros, etc. La nacionalización de la industria petrolera puede efectuarse inmediatamente y es, además, una medida obligada para un Estado democrático revolucionario, sobre todo si ese Estado atraviesa una crisis gravísima, en la que urge ahorrar a todo trance trabajo del pueblo y aumentar la producción de combustible. Huelga decir que un control burocrático no serviría de nada ni haría cambiar nada, pues los “reyes del petróleo” vencerían a los Teréschenko y los Kereski, a los Avxéntiev y los Skóbeliev con la misma facilidad con que vencían a los ministros zaristas. Los vencerían con dilaciones, excusas y promesas y luego con el soborno directo e indirecto de la prensa burguesa (la llamada “opinión pública”, a la que “tienen en cuenta” los Kerenski y los Avxéntiev) y de los funcionarios públicos (a quienes los Kerenski y los Avxéntiev mantienen en sus antiguos puestos en el viejo aparato estatal hasta ahora intacto).

Para hacer algo serio hay que pasar, y pasar con procedimientos verdaderamente revolucionarios, de la burocracia a la democracia, es decir, declarar la guerra a los reyes del petróleo y a los accionistas, decretar la confiscación de sus bienes y el encarcelamiento de cuantos den largas a la nacionalización de la industria petrolera, oculten los ingresos o los balances, saboteen la producción o no adopten las medidas conducentes a elevarla. Hay que apelar a la iniciativa de los obreros y los empleados, convocarlos sin demora a conferencias y congresos y poner en sus manos una determinada parte de las ganancias, a condición de que asuman el control en todos sus aspectos y velen por el aumento de la producción. Si esos pasos democráticos revolucionarios se hubiesen dado sin dilación, inmediatamente, en abril de 1917, Rusia, uno de los países más ricos del mundo por sus reservas de combustible líquido, habría podido hacer mucho, muchísimo, durante el verano para abastecer por vía acuática al pueblo del combustible necesario.”

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