Para la mayoría de manifestantes, activistas y periodistas, su teléfono inteligente es una herramienta esencial para organizarse con sus compañeros, acceder y distribuir información, y ayudar a otros. También representa un gran riesgo, ya que es una herramienta que las autoridades pueden usar fácilmente para la vigilancia masiva y selectiva.
El turbio negocio de las ayudas al desarrollo
La crisis económica mundial ha generado situaciones de pobreza, recortes de derechos y un endeudamiento que parecen no tener fin en países (como el nuestro) que se creían miembros del club de las élites mundiales. Tras un par de décadas escasas en las que se nos permitió vivir a lo grande, llegaron la bancarrota y el rescate económico como solución de los amos del cotarro. El resultado: élites superacomodadas y una gran mayoría abocada a la indefensión y la precariedad.