Para la mayoría de manifestantes, activistas y periodistas, su teléfono inteligente es una herramienta esencial para organizarse con sus compañeros, acceder y distribuir información, y ayudar a otros. También representa un gran riesgo, ya que es una herramienta que las autoridades pueden usar fácilmente para la vigilancia masiva y selectiva.
La verdadera historia de los luditas: no era tecnofobia, era lucha de clases
Como señala Binfield, “más del 80% de los trabajos perdidos en Estados Unidos desde el año 2000 ha sido debido a la automatización” más que al traslado de fábricas a otros países pero “la clase obrera estadounidense demoniza a los trabajadores chinos y mexicanos como ladrones de puestos de trabajo” en vez de a las mejoras tecnológicas introducidas por los capitalistas para reducir los costes de mano de obra.