ECOSOCIALISMO O DECRECIMIENTO ¿FALSO DILEMA?. MARCO Y HORIZONTE

Ecosocialismo o decrecimiento ¿falso dilema?. Marco y Horizonte

La búsqueda de la mayor unidad no debe confundirnos, pero un Decrecimiento Ecosocialista es posible.

Ante esto se vienen desarrollando análisis y estrategias que se podrían agrupar en cuatro grandes corrientes con sus similitudes importantes y también muy grandes diferencias: decrecimiento (Decrecer), ecosocialismo, colapsismo (colapsología) aceleracionismo. A ellas vengo dedicando numerosos análisis, críticas y propuestas, a los que os remito sobre todo en las notas y recursos recomendados.

En este texto, como lo indica su título, trataré sobre la relación entre decrecimiento y ecosocialismo animada por la publicación de un artículo relevante.

La web del colectivo que publica la revista Viento Sur, ha incluido el 22-2-2021 la traducción de un interesante artículo de Giacomo D´Alisa, titulado “Ecosocialismo o decrecimiento: un falso dilema” (9-2-2021) https://vientosur.info/ecosocialismo-o-decrecimiento-un-falso-dilema/ , también disponible en https://kaosenlared.net/ecosocialismo-o-decrecimiento-un-falso-dilema/

Hace referencia a los argumentos que se manejan desde diversos autores/as ecosocialistas y decrecentistas, con criterios que pueden variar bastante, también al interior de ambas corrientes. Giacomo está por evitar falsos dilemas y acercar todo lo posible las posiciones para llegar a la mayor colaboración, influencia en la gente y efectividad transformadora.

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No seré yo quien se empeñe en hacer de las divergencias abismos insuperables cuando no lo sean, ni en levantar obstáculos insalvables a la colaboración y confluencia en aquello que se pueda. Mi interés es el mayor acercamiento posible pese a las diferencias que, por otra parte, no deben negarse ni disfrazarse pues, a corto, medio o largo plazo, el coste de ese error podría ser grandísimo. La prueba de lo que digo la tenéis en mi reciente extenso texto de análisis y propuesta mundial titulado “El cataclismo que nos amenaza. ¿Cómo evitarlo?” (26-1-2021), publicado en Kaos en la red, con enlace al final de éste.

Este texto lo escribo desde mi posición sobre el tema, que no es la de los decrecentistas que me parecen típicos o predominantes a escala mundial, sino más próxima a los ecosocialistas, pero con mis diferencias también (NOTA 2).

En cuanto al decrecimiento, si tenemos una huella ecológica (consumo de recursos y producción de desechos) que supera ya el planeta y medio, y que tendría muy pronto consecuencias cataclísmicas, está claro que, sí o sí, en términos de resultados mundiales, es necesario empezar por decrecer para reducir esa huella al nivel aceptable (como mucho, la de un planeta), y sólo entonces podríamos aspirar (en términos planetarios, no digo locales) a un crecimiento-desarrollo que fuese sostenible, pues lo que ahora toca es decrecer del modo más humanizado y justo posible. Decrecer es inevitable, y debe reconocerse así, sin eufemismos. Otra cosa es cómo se entienda esto de decrecer (quizás no todos, ni en todas las partes del planeta y menos en la misma proporción), cómo se quiera conseguir (producciones varias, demografía…) y quiénes estarían al mando del proceso (clases sociales, tipo de poder). Por tanto, en principio, cabría distinguir entre, por una parte, decrecer como una necesidad objetiva ineludible a escala del planeta y, por otra, lo que puedan ser las respuestas a esta necesidad por parte de los decrecentistas, los decrecimientos.

Por lo que dice Giacomo, el lema del Decrecimiento tiene ya una gran difusión (detectable en las búsquedas en internet), mucho mayor que la del Ecosocialismo que puede sufrir además de cierto lastre a cuenta de la identificación del socialismo con lo que en realidad era, a mi entender, una modalidad de Capitalismo de Estado de la mano de los regímenes estalinistas (engañosamente presentados como comunistas o socialistas, o “democracias populares” o “dictadura del proletariado” cuando en realidad fueron dictaduras sobre el proletariado o clase trabajadora, y sectores populares). Pero este artículo no es el lugar para entrar nuevamente en ello pues, desde el franquismo, lo he tratado ya en muchos textos (NOTA 3).

Pese a esa dificultad, quienes nos consideramos marxistas, si tomamos en serio nuestros principios (no son como los de Groucho Marx: “si no te gustan estos, tengo otros”) y los intereses que con ellos defendemos (de los trabajadores/as asalariados de todo el mundo, y la Humanidad), debemos buscar que se eleve el nivel de conciencia de la gente (especialmente, de los trabajadores/as), nunca caer en el oportunismo (hacer concesiones y conciliar con lo que no se debe), esto es, rebajarnos, adaptarnos a sus ideas y prácticas erróneas o reaccionarias, traicionarnos para “caer mejor”, ser más aceptados por otros o las mayorías, y fuerzas políticas pequeñoburguesas o burguesas directamente (aunque se presenten como socialistas o democrático radicales…). Debemos saber luchar contracorriente, contra la influencia de la ideología burguesa, los prejuicios y la ignorancia imperantes pues, sabemos por experiencia, a la larga, la opinión de millones de personas puede cambiar (no necesariamente) radicalmente ante la prueba de los hechos, y llegar a estar con nosotros y atender, sin prejuicios negativos, a nuestras propuestas, reconociéndonos como gente fiable, parte de ellos, pues siempre hemos defendido lo mismo (pese a no gustar eso), a diferencia de tantos políticos que dicen a su clientela particular lo que quiere oír y hacen promesas que muchas veces saben que no cumplirán. La gente (sobre todo trabajadores/as asalariados) finalmente apreciará que no hayamos pretendido “hacerla la pelota” (adularla), cediendo a sus equivocaciones, contribuyendo así a que continuase por el mal camino, y que aquello que veníamos defendido sea lo que precisamente acabe queriendo al demostrarse correcto, adecuado a sus verdaderos intereses a largo plazo.

Para descubrir las coincidencias y divergencias entre decrecentistas y ecosocialistas, podríamos meternos en un extenso análisis, con muchas cuestiones de detalle. Hay, a veces, bastantes diferencias entre los decrecentistas, unos anticapitalistas declarados, otros, mucho menos. También las hay entre los ecosocialistas, según corriente política y consideración sobre las posibilidades de salvarnos. Pero por ahí, podríamos acabar por perdernos en el bosque entre la enorme variedad de sus árboles, sin llegar a atrapar lo que puede unirnos y las diferencias que son realmente un obstáculo a la unidad y, sobre todo, cómo se puede avanzar, que es lo más importante, pues seguro que podría haber temas para debatir durante años y en los que tal vez nunca coincidiríamos del todo.

Por tanto, no me enredaré aquí con un análisis teórico y pormenorizado, sino que propondré un método básico, pero que considero poderoso, para clarificar lo fundamental, deslindar y unir, y AVANZAR RÁPIDO, pues el tiempo ¡APREMIA!.

Para centrarnos, entiendo que hay tres cuestiones fundamentales (estrechamente relacionadas) a considerar, y son: 1) hasta que nivel de profundidad se llega en la crítica al capitalismo por parte de los/as decrecentistas y, por tanto, qué intereses de clase representan y qué posibilidades tienen de superar el capitalismo con esa política; 2) cuál es el marco de pensamiento que promocionan a la hora de elaborar estrategia y tácticas e impulsar la lucha por evitar el cataclismo que nos amenaza; 3) cómo se expresa eso en un horizonte temporal capaz de “poner las pilas” a cientos, miles de millones de personas de todo el mundo, ante una tarea mundial central y de extremada urgencia.

Para la cuestión número 1), volveré a citar al marxista y ecosocialista Daniel Tanuro, para así, de paso, invitaros a leer otro libro suyo excepcional. Dice Daniel Tanuro -refiriéndose a los partidarios del “estado estacionario”-, algo que sirve también para la corriente que creo dominante en el decrecimientos:

“condenar vagamente el crecimiento sin denunciar el mecanismo preciso de la acumulación [capitalista…], que no cuestionaría la explotación del trabajo y que bastaría para convencer a los poseedores y poseedoras de que se lleva a cabo. […] Este error es típico de quienes sólo ven la crisis ecológica a través de las gafas del crecimiento – o del consumo-, sin tener en cuenta la acumulación del capital que está detrás y que se basa en la extracción de plusvalía a través del trabajo no pagado.” (NOTA 4).

Es decir, que si de verdad queremos ir a la raíz de las causas del crecimiento-desarrollo capitalista y, por consiguiente, la deriva al cataclismo, debemos llegar hasta la producción y realización de la plusvalía, del trabajo nunca pagado (ni con las mejores “relaciones laborales”, ni legislación social) y que se transforma en el beneficio capitalista que, en parte, se destina a la nueva inversión (acumulación de capital) en medios de producción y –cada vez menos- trabajo vivo humano, que se traduce en crecimiento-desarrollo y, en las actuales condiciones históricas y etapa del capitalismo, en marcha al cataclismo.

Sobre las implicaciones gigantescas que tiene esto de la plusvalía cara a qué hacer para evitar el cataclismo que nos amenaza, sobre qué orientación de propaganda y agitación (propagar el conocimiento, estimular a la lucha), movilización de masas (en especial, de la clase trabajadora) debemos adoptar, podéis encontrarlo todo, muy extensamente y con una exhaustiva argumentación, en mi propuesta mundial “El cataclismo que nos amenaza. ¿Cómo evitarlo?” (26-1-2021), con enlace al final de éste. Sin esto, no cabría hablar de una verdadera orientación marxista, ecosocialista, de la clase trabajadora.

Si un/a decrecentista no está de acuerdo con esto, ya tenemos un serio problema. Podremos alcanzar determinado grado de colaboración pero no hasta el final; y nosotras/os los ecosocilalistas, no debemos atarnos al nivel de unidad posible, pues eso supondría no sólo traicionar nuestros principios y los intereses sociales que defendemos, sino, a mi entender, apostar por nuestra derrota, autosabotear la lucha por evitar el cataclismo, y acabar condenándonos a caer en él. Como ya dije en mi propuesta internacional, el decrecimiento, si no tiene una orientación anticapitalista hasta la raíz, ya de principio, no podrá evitar el curso al cataclismo, aunque no lo busque y haga algo por frenarlo.

En cuanto a la cuestión número 2). Cito a GiacomoUna crítica sofisticada ha recurrido al estudio del lingüista cognitivo y filósofo estadounidense George Lakoff sobre el framing. Kate Rowarth, por ejemplo, propuso a quienes defienden el decrecimiento que aprendan de Lakoff que nadie puede ganar una lucha o elección política si se limita a utilizar el marco mental (frame) de su oponente; y el decrecimiento encierra en sí mismo su visión antagónica: el crecimiento. Economistas ecologistas han esgrimido el mismo argumento de una manera más articulada, viniendo a decir que por este motivo el concepto del decrecimiento resulta contraproducente.

No conozco lo que hayan publicado Kate Rowarth y esos economistas ecologistas a los que se refiere Giacomo sin aportar datos de la fuente, y tampoco me importa demasiado lo que pueda pensar Lakoff del asunto del decrecimiento como marco, ni eso me parece lo fundamental a la hora de juzgar a la corriente del decrecimiento y su eslogan, decrecer.

Hace años que leí a George Lakoff por primera vez, y aunque estoy en desacuerdo con su orientación política próxima al ala izquierda del Partido Demócrata de los EEUU, creo que son muy interesantes sus consideraciones sobre el MARCO (frame) de pensamiento, y sus aplicaciones en la política (la influencia de los modelos de la figura paterna, masculina, el estricto y el protector) como ya he tratado, por ejemplo, en mi texto «“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos» (10-6-2020), enlace al final de éste.

Me pareció tan interesante que me inspiró para crear el eslogan-marco mundial que ofrezco en mi propuesta “El cataclismo…”: “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”. El 14-5-2011 publiqué la primera versión acabada del eslogan-marco mundial HORIZONTE 2050: socialismo o mega-crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de MARCO (incluido en la recopilación con enlace al final de éste). A eso le sucedieron más artículos, extensos, sobre esta problemática. El 20-12-2019 publiqué “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados”enlace al final de éste. Supongo que mi propuesta de eslogan-marco sería correcta incluso con los criterios de Lakoff, pues ofrece algo que siempre se entiende como positivo “superando” (parecido a creciendo, mejorando, sanando, adelantando, ganando…) y asocia el capitalismo a algo negativo “condenados”, y por tanto rompe con el marco de pensamiento del capitalismo. Estimula a hacerse interrogantes en ese sentido, “¿por qué el capitalismo nos puede condenar?, ¿es posible superarlo, cómo lograrlo?”, e impulsa a la acción “no podemos perder tiempo pues ya debiéramos estar superándolo para el 2050 o en esa década”. La palabra crecimiento, aunque puede asociarse con algo negativo, tiene espontáneamente y por lo general profundas connotaciones favorables, no sólo por la economía, sino por la vida en general, en lo físico (el niño crece) y lo emocional (crece la relación, el amor…), como otras palabras (alto, fuerte, mayor, grande, luz, duradero…), y por eso no lo tiene tan fácil decrecer; pero ya no ocurre lo mismo con capitalismo, que tiene cada vez más críticas, aunque no vayan a la raíz y se queden sobre todo en la variante neoliberal.

Y así llegamos a la cuestión número 3). Como argumento muy extensamente y al detalle en mi artículo propuesta “El cataclismo…”, estamos ante una lucha contra el tiempo, y si queremos acelerar al máximo la concienciación y movilización de cientos de millones de personas en todo el mundo, necesitamos de un eslogan-MARCO mundial para impulsar, acelerarla elaboración política y la confluencia de las luchas sectoriales en una tarea común, evitando su dispersión, su derrota y la de todos, sucesor del de “Otro mundo es posible”. Y el eslogan-marco mundial que yo propongo es “Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” en el que podrían caber todos/as los que quieren que desaparezca el capitalismo, sean marxistas, anarquistas… (NOTA 5).

Los/as decrecentistas ¿estarán de acuerdo en compartir este eslogan-marco, aparte de difundir los suyos particulares?. Si es así, estupendo. Si no, lo siento, pues demostrará que el problema no es una cuestión nominal, sino que no entienden el decrecer como parte de la superación del capitalismo, sino como un capitalismo “verde” que supuestamente sería capaz de racionalizar el consumo de recursos y sumideros reduciendo a tope la huella ecológica, evitar el cambio climático, las guerras, el cataclismo. Es posible aceptar que hay que superarlo, aunque no se sepa bien cómo conseguirlo (acabar con las condiciones de existencia de la plusvalía). Si se comprende la raíz del crecimiento capitalista, la conclusión no puede ser la de dar prioridad al término decrecer, sino al de superación del capitalismo y el empoderamiento, ante todo, de los trabajadores/as asalariados. Resistirse a superar el capitalismo, revela una resistencia a asumir la lucha anticapitalista a un nivel relevante, y más hasta la raíz, en la explotación del trabajo vivo humano, la extracción y acumulación de la plusvalía en forma de beneficio capitalista, y el papel protector de ese proceso por parte del Estado burgués (por muy demócrata que se presente). No querer llamar a las cosas por su nombre revela un interés de clase que no es el de los trabajadores/as por su autoliberación.

Como marxista, comunista, revolucionaria, no podría hacer mío un eslogan-marco que dijese simplemente Decrecer, ni siquiera “Horizonte 2050 (o cualquier otro año), Decrecer o condenados” o algo así. El tipo de cuestionamiento, reflexión, elaboración política, luchas y confluencia de las luchas que pueda propiciar ese MARCO es muy diferente. En primer lugar, no se favorece el despertar y protagonismo de los trabajadores/as asalariados de todo el mundo, en particular de China y Asia, sin los cuales es imposible “echar el freno” al capitalismo, decrecer y evitar la marcha al cataclismo, por lo que se trata de un asunto vital (argumentos sobre esto, en mi texto “El cataclismo…”). Es más, ir a determinados países con la denominación del Decrecimiento, supondrá muchísimas resistencias de entrada que podrían evitarse, pues allí la gente si merece crecer, dado su nivel de pobreza. Por consiguiente, ese tipo de horizonte decrecentista, me parece totalmente insuficiente, una apuesta por la derrota que nos condenaría al cataclismo que queremos evitar, tanto ecosocialistas como decrecentistas y también, de otro modo, colapsistas.

Si a los decrecentistas no se les puede exigir que asuman la teoría de la plusvalía, sí a los ecosocialistas que la pongan en un primer plano. Pues como marxistas sabemos que esa superación del capitalismo es absolutamente imposible si no la ligamos a la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias (la explotación del trabajo y la dominación política, el crecimiento económico como exigencia del proceso de acumulación del capital, las crisis económicas, las guerras, el desastre medioambiental, el colapso, las guerras, el cataclismo). De modo que, por nuestra parte, al poner en un primer plano la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, tampoco dejamos opción a que nuestro “superando el capitalismo” se entienda como alguna reforma del mismo o Capitalismo de Estado, etc. Sin la denuncia del “imperio de la plusvalía”, sin la “historia social de la plusvalía”, nuestro GRAN RELATO (lo explico en la propuesta “El cataclismo…”), la discusión terminológica será estéril. Y las/os marxistas no podemos renunciar a eso sin traicionarnos completamente a nosotros mismos (el marxismo, sin la teoría de la plusvalía, no sería lo que es, y habría perdido toda su naturaleza revolucionaria).

Por eso, el eje central de mi propuesta es la tenaza que crea la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, con el eslogan-marco Horizonte 2050, superando el capitalismo. Esto dejaría muy poco margen a la “recuperación” por la burguesía como ocurriera con el término “sostenible”, que acabo siendo un eufemismo para el capitalismo de siempre. Por supuesto, como explico en mi texto-propuesta, son necesarias muchas más herramientas estratégicas y tácticas, pero esta tenaza establece, para los marxistas, el MARCO que encuadra todo lo demás en estas circunstancias histórica que necesitan de instrumentos aceleradores de la conciencia de masas.

Con mi propuesta, se reconoce la necesidad imperiosa de decrecer, pues la huella ecológica mundial es ya de más de planeta y medio y habría que reducirla a uno como máximo. Pero para que este decrecer sea a nuestra manera (del modo más controlado y lo menos perjudicial posible) y no con alguna versión “recuperada” por el capitalismo en colapso, es imprescindible una economía socialista democráticamente planificada, lo cual depende del poder de los trabajadores/as, habiendo acabado previamente con la existencia de los Estados burgueses. Durante todo un largo período histórico, no sería una planificación para el crecimiento general y mundial (tal vez sí en algunos sectores y países), sino para decrecer, reduciendo producción, eliminando productos, distribuyendo los recursos materiales y el trabajo de un modo muy diferente al actual… Algo que seguro será extremadamente complicado no sólo desde el punto de vista material, sino de la justicia social y humanidad, y que tiene cierto parecido (aunque con una finalidad y métodos muy diferentes) sólo con la dirección del Estado burgués durante una economía de guerra total.

Si no reconocemos y no convencemos a la gente de que decrecer es inevitable, vital para sobrevivir a la larga, y que debe hacerse a nuestra manera socialista, la realidad acabará imponiéndolo (necesidad de detener las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, escasez de recursos energéticos, de determinados metales de gran importancia, de fertilizantes…). Eso llegaría de la mano del capitalismo “caníbal”: una fracción poderosa del capital mundial pretendería seguir creciendo a cuenta de la desaparición de otras –tanto en el propio país como en el exterior-, y muchos sectores de bienes de consumo y servicios para la gente menguarían o desaparecerían para centrarse en lo que la burguesía considere más conveniente para ella, y en la economía de guerra, con regímenes políticos totalitarios de hecho, fascistas y genocidas que, en sus luchas, podrían llevarnos a la guerra mundial y la extinción. O simplemente con el descontrol y caos de la descomposición del sistema en el proceso de colapso que tendría derivas de decrecer todavía más brutales, salvajes, para la gente. Incluso haciéndolo con la mejor de las intenciones y del mejor modo posible (organizado, democrático, solidario, humanitario…), existe una gran incertidumbre sobre hasta dónde podremos llegar, dados los recursos planetarios disponibles; pero para esta reflexión os remito a mi texto-propuesta “El cataclismo…”y aquí, unos apuntes en la Nota 2.

Sin embargo, con el mero decrecimiento no se incluye inevitablemente la superación efectiva del capitalismo que sólo es posible si se va hasta la raíz. Por tanto, con un decrecimiento que no sea anticapitalista hasta la raíz o lo sea tibiamente, es mucho el riesgo de acabar haciendo el juego al decrecimiento despiadado del colapso del capitalismo y a todo tipo de maniobras demagógicas, hasta el ecofascismo (decrecer la economía mundial, pero a costa de otros pueblos, los genocidios, etc.). No es lo mismo decrecer la huella ecológica liberándonos a la vez del capitalismo, del poder de la burguesía y sus Estados, que un decrecimiento cuya justicia social y democracia no son tan claras, y que hasta pudiera ser el capitalismo “caníbal” y sus Estados.

Un ecosocialismo que no ponga en el centro la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias, y la necesidad de su superación mediante el poder de los Consejos de Trabajadores surgido de las asambleas (eliminado previamente el Estado burgués), y con la planificación socialista democrática (esto es la verdadera dictadura del proletariado sobre las fuerzas del capital), y que no haga decrecer la huella ecológica hasta niveles de sostenibilidad, fácilmente podría ser “recuperado” por las fuerzas de la burguesía (las surgidas también internamente, en un proceso degenerativo)Un ecosocialismo así que se empeñe en una unidad indebida con el decrecimiento caerá claramente en el reformismo. Esto es más tentador si se parte de una interpretación light del método del Programa de Transición de León Trotsky (o Trotski), al que se siguen aferrando muchos ecosocialistas de origen marxista-trotskista, o se cae en vicios tan frecuentes entre el trotskismo de ir detrás de quién, en un tiempo determinado, parece el movimiento más pujante (determinados países “socialistas”, estudiantes, guerrillas, movimientos anti-coloniales, nacionalismos “radicales”, etc.), que siempre acaba en fracaso por los límites de todos esos movimientos que nunca tienen el potencial revolucionario y transformador que se les ha atribuido y/o que ellos publicitan tener. No entro más en esto pues está fuera del objeto de este texto, pero lo digo también para quien pueda entender y recapacitar, para no caer en lo mismo una vez más (ahora con el decrecimiento) y en un tiempo histórico que pudiera ser la última oportunidad para la Humanidad, pues no estamos en otras décadas en las que, aparentemente, teníamos mucho más tiempo por delante como para “meter la pata” hasta el fondo, pero poder rectificar en el futuro.

Bajo el nombre de socialismo, incluso de ecosocialismo, se podría esconder hasta la más “progre” de las políticas de capitalismo “verde” con presencia importante del Estado burgués a la hora de orientar las inversiones, etc. Basta pensar en el Capitalismo de Estado disfrazado de socialismo que, de existir, hoy podría haber lanzado promesas “ecosocialistas” (esperemos a ver lo que impulsará en China el PCCh), o acordarse de que un partido “socialdemócrata” tan burgués como el PSOE, se sigue llamando “socialista” y “obrero”. ¡Hasta los nazis se autodenominaban el partido socialista (nacional) de los trabajadores alemanes!. Sin un contenido claro y hasta la raíz, cualquier término, simbolismo, etc. radical y “revolucionario” puede acabar siendo recuperado por el capital.

La inmensa mayoría de los que se proclaman decrecentistas, no defienden un anticapitalismo proletario (o sea, de los trabajadores/as asalariados), pues de hacerlo se considerarían también ecosocialistas Un decrecimiento que no sea anticapitalista proletario será, de principio, incapaz de generar una fuerza social lo suficientemente poderosa para conseguir evitar el cataclismo pues, al no abordar la cuestión de la plusvalía como un asunto fundamental, no puede interesar y movilizar a quienes la generan y son los primeros afectados por ella -los trabajadores/as asalariados-, y que debieran ser los principales protagonistas del proceso si queremos “echar el freno” al capitalismo (lo que supone liquidarlo, superarlo, cesar la producción, realización y acumulación de plusvalía). El decrecimiento de ese tipo no tardará en demostrar su impotencia transformadora, como ya ocurrió con el discurso del crecimiento sostenible, y de persistir, correrá un altísimo riesgo de ser “recuperado” por las fracciones “caníbal” del capitalismo y sus Estados fascistizados y genocidas. En nuestra historia socialista, recordemos lo que le ocurrió a la socialdemocracia “marxista” de la Segunda Internacional y su paso al campo de la burguesía apoyando el Estado burgués, el colonialismo, y embarcándose en la Primera Guerra Mundial interimperialista provocando la matanza entre los trabajadores/as y campesinos de Europa, sobre todo, convirtiendo en farsa el internacionalismo proletariado con el que se les llenaba la boca. Y ellos supuestamente tenían más recursos teóricos, políticos y organizativos para resistirse a esa deriva. La mayoría de los decrecentistas, tienen mucho menos.

De aquí se concluye lo que denomino la TAREA POLÍTICA CENTRAL de nuestro tiempo, y cuya asunción deberá revolucionar la elaboración política y la intervención, la temática de las webs, blogs, etc., la propaganda y la agitación, el impulso de las luchas, su confluencia y unificación por un objetivo común. Algo que ni siquiera los grupos políticos ecosocialistas han llevado a la práctica, contradiciéndose así con lo que plantean. Aspectos fundamentales de esa tarea central, los he argumentado y detallado en mi propuesta “El cataclismo que nos amenaza…” a la que os remito para no repetirme.

Renunciar a lo que debe ser nuestra orientación marxista, de clase proletaria, por el deseo de “sumar” fuerzas con el decrecimiento cediendo a su, cuando menos, ambigüedad, es empezar muy mal una marcha con plazo más o menos fijo y cercano (los hay para tomar medidas eficaces contra el cambio climático, y para alcanzar los picos de extracción de determinados recursos de gran importancia), que exige unas medidas URGENTES, haciendo que lleguemos muy tarde y mal para evitar el cataclismo. Una falsa impresión de mayor fuerza ahora bajo el paraguas común del Decrecimiento, acabará finalmente en una débil acumulación de fuerzas y en la imposibilidad de rectificar el curso de los acontecimientos pues, en tanto, se nos habrán adelantado y estarán ganando la partida los discursos del capitalismo “verde”, o peor, del ecofascismo, cuando menos viable parezca ya esa solución “verde”. La crisis civilizatoria y medioambiental no se detendrá esperando a que nos hagamos fuertes para afrontarla. Y el enemigo no está, no estará quieto, sino que aprovechará todas nuestras flaquezas para debilitarnos todavía más, toda nuestra pérdida de tiempo para ganarlo para su estrategia (aunque acabe siendo suicida para la Humanidad, como para Alemania acabó siéndolo la de los nazis). Ya vamos con mucho retraso. La reorientación para hacernos más fuertes no es la de rebajarnos ante el decrecimiento, y hacer alguna suerte de seguidismo, sino la de elevarnos nosotros a la TAREA CENTRAL como la he propuesto y acelerar así nuestra recuperación mundial.

Un ecosocialismo sin decrecer (criterio básico: la huella ecológica), fracasará en su crecimiento-desarrollo sostenible (como el capitalismo “sostenible”), degenerará, se convertirá en alguna forma de capitalismo de Estado o de “autogestión” a la yugoslava, que terminará en conflictos y guerras entre Estados (como URSS y China, Vietnam y China; URSS y Polonia, URSS y Hungría, URSS y Checoslovaquia; o con la Yugoslavia de Tito, o Albania) y comunidades (la guerra generalizada en Yugoslavia y sus “limpiezas étnicas”), por los recursos y los sumideros y, en esa deriva, en un mundo en descomposición, terminando seguro en el cataclismo. Un decrecimiento sin ecosocialismo también fracasará y acabará echándose en los brazos del capitalismo “caníbal” y de ahí, al cataclismo.

Las condiciones aquí planteadas evitan la orientación no revolucionaria existente en el decrecimiento, y recogen en el ecosocialismo la inevitabilidad de un decrecer importante para bajar la huella ecológica a niveles sostenibles para la Humanidad y el planeta. Si se cumpliesen, sí se podría hablar de Decrecimiento Ecosocialista. Otra cosa es la conveniencia de hacer de eso la denominación (etiqueta) de una corriente. El nombre de Decrecimiento no les gusta a muchos y tiene connotaciones negativas pero, si no se encuentra alguno mejor, viene equilibrado con el de Ecosocialista pues, en este caso, la preocupación por decrecer disminuye si es justa socialmente, si no supone la austeridad de la mayoría preservando la riqueza y privilegios de una minoría y viene contralada por una planificación socialista democrática. En caso de verse muchos inconvenientes a denominarse Decrecimiento, bastaría Ecosocialismo siempre que asuma la necesidad de decrecer. La cuestión fundamental no está en el uso de uno u otro término, sino en la orientación política que hay detrás, si será capaz de impulsar o no la fuerza social revolucionaria que necesitamos para hacer los cambios en el mundo que tanto nos urgen, como he explicado y, de entra, el decrecimiento no será capaz. Esta denominación de Decrecimiento Ecosocialista, aunque no es imprescindible, tal vez ayudaría a los ecosocialistas que reconocen la necesidad de reducir la huella ecológica a los niveles correctos, a ser más atendidos por los decrecentistas y a que la lucha de líneas –expresión de intereses de clase divergentes-, se desarrolle entre estos, crezcan los de orientación anticapitalista más radical (por ir a la raíz) y vean reducida su influencia quienes de alguna forma sigan conciliando con el capitalismo, pudiendo algunos de ellos acabar cayendo en los brazos de la peor versión del capital y su Estado (el “caníbal” ecofascista, imperialista y genocida). Sin embargo, a la hora de acercarse a cientos de miles de millones de personas de todo el mundo que todavía necesitan del crecimiento, seguro que no ayudará incluir Decrecimiento en la denominación.

Para no repetir lo dicho en otros documentos, invito a ecosocialitas y decrecentistas a estudiar en serio mi propuesta “El cataclismo…”, en lugar de estar dándole vueltas a cuestiones menores con el riesgo de acabar perdiendo el rumbo correcto, y sin ponerle el eje que necesitamos para avanzar a toda velocidad: la denuncia de la plusvalía y todas sus consecuencias (el Gran Relato), y el “Horizonte, 2050, superando el capitalismo o condenados”, como eslogan-MARCO para el pensamiento y la acción.

De paso, aprovecho para insistir a todos/as de la extrema importancia, vital, de estudiar lo que puede ser el verdadero talón de Aquiles de la Humanidad, aunque controlásemos el problema del cambio climático, las energías renovables, los metales escasos, el agua potable, la contaminación medioambiental, la biodiversidad… Me estoy refiriendo a la agricultura y a los abonos para las plantas, ahora provenientes, sobre todo, de los fertilizantes nitrogenados y del fósforo, obtenidos del gas natural (el pico de producción posible, llegará pronto) y de los fosfatos de roca, respectivamente. Esto puede ser más trascendental que todo lo que podamos discutir sobre el decrecimiento y el ecosocialismo sin tenerlo en cuenta. ¿Decíais colapsoextinción? ¡Ahí lo podríamos tener!. Se entiende que la burguesía quiera que esto sea, de momento, prácticamente un tabú; que la gente no sepa nada o no lo tome en serio porque no se aborda en cumbres mundiales como las del clima, ni en los medios de comunicación de masas. Pero nosotras no podemos caer en lo mismo por la cuenta que nos trae. Que me conste, en España, pocas personas (Manuel Casal Lodeiro, Jorge Riechman…) le prestamos verdadera atención a esto, y si no logramos más, supongo que es por nuestras limitaciones de acceso a la información (altamente sensible, sin duda), aparte de que bastante ocupadas estamos con mil otras cosas también de importancia. ¿Seguiremos jugando al avestruz hasta que ya sea demasiado tarde para la Humanidad?, ¿no hemos aprendido nada de la ocultación, el negacionismo y la extrema irresponsabilidad de la burguesía con respecto al cambio climático, el cenit (pico) del petróleo, el armamento nuclear, etc.?. ¿Servirá este nuevo llamamiento para algo?, ¿deberá aparecerse mi fantasma a Iker Jiménez (programa de tv Cuarto Milenio), repitiendo el mensaje, para que se atienda a esto?. (NOTA 6).

NOTA 1.- Sin pretensión de ser exhaustiva, se podría definir así: la crisis CIVILIZATORIA (crisis económicas capitalistas, del “Estado de bienestar”, armamentismo, desarrollos tecnológicos muy peligrosos, autoritarismo creciente, crisis energética por combustibles fósiles y renovables, alimentaria –tanto por el calentamiento como por los insumos fósiles implicados en la agricultura, provenientes del petróleo, y del gas natural para los abonos nitrogenados-) y MEDIOAMBIENTAL (calentamiento medio mundial, extinción de especies vegetales y animales cruciales, contaminación de todo tipo, deterioro del suelo, escasez de agua potable, riesgo creciente de pandemias…), y que todo esto desemboque en fascismos, dictaduras militares, una lucha “por la supervivencia” que termine en “guerras climáticas”, genocidios disfrazados de hambrunas, guerras por recursos y mercados, guerra mundial, guerra nuclear…, antes o después, en un colapso civilizatorio de mayor o menor profundidad, incluso la extinción humana. Esto es, la amenaza de CATACLISMO (no sólo una catástrofe) que se cierne sobre la Humanidad y millones de especies (sexta gran extinción).

En la correspondencia reciente con un anarquista a raíz de mi texto propuesta “El cataclismo…”, le decía yo: En pocas líneas, me haces un análisis y prospectiva ¡como para darme un patatús! ¡no tienes compasión con una anciana enferma!, 🙂 . Lo malo es que puedes tener toda la razón, y que puedo estar más de acuerdo contigo de lo que quisiera, sobre todo si tenemos en cuenta los problemas de la obtención de abonos nitrogenados a través del gas natural y del fósforo a través de los fosfatos de roca, temas que todavía son prácticamente un tabú, pero que, si antes no nos hundimos en la guerra mundial, acabarán poniéndose en un primerísimo plano, – si no lo impedimos, probablemente cuando ya sea demasiado tarde -, para provocar guerras y genocidios.”.

Entre las muchísimas tareas de estudio que se me van acumulando a lo largo de los años y que me resulta imposible o difícil de abordar (falta de tiempo y energía, o conocimientos previos cuando se trata de cuestiones científicas o tecnológicas), está la de conocer mejor el tema del hidrógeno. Ahora se está dando una enorme publicidad a las posibilidades del hidrógeno como energía renovable alternativa aplicable eficazmente a procesos industriales que necesitan generar mucho calor, a la calefacción, incluso a los ferrocarriles, los camiones pesados con largos recorridos, los buques mercantes y hasta aviones de pasajeros, cosa que hasta ahora se venía descartando. No sé hasta qué punto esto puede ser así y cuánto del problema energético podría ayudarnos a resolver. Pero de entrada intuyo un serio problema al hidrógeno llamado azul pues depende en parte del metano del gas natural que empezará a escasear en pocos años, y para el resto, de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CAC) para inyectarlo en la tierra (no en cualquiera) y que todavía está por desarrollarse. El hidrógeno verde está sólo experimentándose, provendría de la electrolisis a partir del agua (separando el hidrógeno del oxígeno), depende tanto del agua potable (riesgo de que escasee, más con el cambio climático), como de grandes cantidades de electricidad y el problema sería cuánta energía eléctrica podría producirse mediante la energías renovables para poder derivar una parte a otros destinos con el fin de poder sustituir al petróleo en el transporte pesado, sobre todo de mercancías, pero es que además, usar electricidad para obtener finalmente electricidad sólo tiene sentido caso de que en momentos punta se produzca por otras tecnologías (fotovoltaica, eólica) y que gracias a ese trasvase al hidrógeno permita almacenarla para otro momento y destinos. Depende de unas costosas infraestructuras (almacenamiento, transporte, con problemas de seguridad). Y en cuanto a la TRE (Tasa de Retorno Energético, la energía que se obtiene en relación con la energía invertida para obtenerla), es menor de lo que viene siendo por las energías fósiles. Algunas personas importantes en el asunto de la energía opinan que se está exagerando la aportación del hidrógeno, que hay mucha publicidad interesada, y se muestran escépticas. Habrá que estar atentos para enterarse bien.

Pero otra variante del hidrógeno es el hidrógeno molecular (dihidrógeno, antes llamado hidrógeno gaseoso) clave en la producción de algunos fertilizantes nitrogenados de súper-extrema importancia para la agricultura mundial. A este fin, el dihidrógeno se viene obteniendo del metano extraído del gas natural que, combinado con el nitrógeno de la atmósfera, da lugar al amoníaco aplicado a la agricultura. Este proceso industrial se llama de Haber-Bosch.

Lo que me pregunto es hasta qué punto sería posible obtener esos abonos de otras fuentes y, en particular, obtener el dihidrógeno sin necesidad del metano, ni del gas natural, ni de la electricidad. Alguien debiera estudiar esto y ayudarnos a saber las posibilidades que tenemos o por donde se debiera avanzar.

En la Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Dihidr%C3%B3geno , leo: “Síntesis industrial.- El dihidrógeno puede obtenerse de distintas maneras, pero las más económicas implican su extracción a partir de hidrocarburos [el gas natural es un hidrocarburo mezcla de gases ligeros de origen natural, y que principalmente contiene metano]. El dihidrógeno comercial se produce generalmente mediante el reformado con vapor del gas natural. Este proceso consiste en la reacción de una corriente de vapor de agua con metano para originar monóxido de carbono y dihidrógeno, a una temperatura de entre 700°C y 1100 C. […] Muchas veces el dihidrógeno es producido y consumido en el mismo proceso industrial, sin necesidad de ser separado. En el proceso Haber – Bosch para la síntesis de amoníaco (el quinto compuesto más producido industrialmente en el mundo), el dihidrógeno se obtiene a partir del gas natural.” Los subrayados son míos.

NOTA 2.- Yo por ejemplo, podría describirme a grandes rasgos, como una ecosocialista que pone el acento en las probabilidades del colapso hasta de la sociedad industrial (aunque fuese socialista), del colapso alimentario apocalíptico, de la extinción humana, y antes incluso, por la guerra mundial inter-imperialista, y que rechaza muchos aspectos de la corriente marxista del trotskismo (en particular, la influencia del Programa de Transición, de León Trotsky), muy presente en los/as autores/as (como Daniel Tanuro) y las organizaciones que se declaran ecosocialistas, en sus propuestas estratégicas y tácticas. Véase, para los detalles, muchas observaciones al respecto de esta influencia en mi texto-propuesta “El cataclismo…”.

Más a fondo sobre la cuestión programática, en los siguientes libros: “Crítica a los Programas de Mínima y de Máxima (Sobre la problemática del programa revolucionario)” de Raúl Novello y Aníbal Prado. en https://drive.google.com/file/d/0BydHI1oNjF0kS21yVndZdmVndkE/view —– Libro: Critica al Programa de Transición de Leon Trotsky.- Raúl Novello y Pandy Suárez, os lo podéis descargar en http://www.rebelion.org/docs/203943.pdf —- Libro “La revolución socialista y la cuestión democrática Argentina (1972). La «biblia» pro parlamentarista contra el marxismo revolucionario «El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo»(1982)”, es decir, crítica a los planteamientos de Lenin, os lo podéis descargar en https://drive.google.com/file/d/0B7QC4UxZIVgDQ183TFVvNDBXcDA/view . Los libros que están en Google descargadlos cuanto antes, no sea que desaparezcan. Aunque prefiero los anteriores, también es de interés el texto del economista marxista Rolando Astarita “Crítica del Programa de Transición” — https://rolandoastarita.blog/ —https://rolandoastarita.files.wordpress.com/2012/04/crc3adtica-del-programa-de-transicic3b3n-rolando-astarita.pdf . Mi libro “Capitalismo: modo de vida decadente. Notas sobre estrategia y táctica” (20-10-2016), con enlaces al final de este artículo.

NOTA 3.- Una de las más recientes, en mi artículo «“Ciber-comunismo” de Cockshott y Nieto: tema y libro trascendental» (13-10-2020). La planificación económica socialista es factible, con la ayuda además de la cibernética. Comentario del libro e importantes recursos para profundizar en el tema. https://kaosenlared.net/ciber-comunismo-de-cockshott-y-nieto-tema-y-libro-trascendental/ Más recursos en la nota 1 de «“Colapsología” de Servigne y Stevens: ¿horizonte, espejismo, abismo?» (29-10-2020), enlace más adelante.

NOTA 4.- Los corchetes y el subrayado son míos (páginas 113 y 116 del epígrafe “Ecología y economía estacionaria” y el epígrafe “¿Qué se acumula cuando se acumula capital?” del capítulo “4. El error de la ecología política” del libro “¡Demasiado tarde para ser pesimistas! (La catástrofe ecológica y los medios para detenerla)” (Sylone y Viento Sur, Barcelona, 2020, 159 páginas) https://vientosur.info/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas-2/ — http://www.sylone.org/ecosocialismo-c102x3862845 . Un artículo del autor, con el mismo título https://rebelion.org/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas/ . Esta entrevista a Tanuro https://kaosenlared.net/demasiado-tarde-para-ser-pesimistas-la-catastrofe-ecologica-y-los-medios-para-detenerla/

NOTA 5.- La argumentación detallada del por qué de este eslogan-marco, todas sus ventajas y enorme potencialidad, la encontraréis en mi texto de propuesta “El cataclismo…”. En la correspondencia reciente con un anarquista a raíz de mi texto propuesta “El cataclismo…”, le decía yo: «Dices: “Con respecto al lema, yo lo pondría para 2030 parejo a la Agenda progresista 2030”. Esa fecha ya la propuse hace años (nota 2). Pero incluso aunque fuese necesaria, ahora le veo muy serios problemas. Primero. Si lo sueltas ahora, el 99,9% de la gente dirá que entonces no hay nada que hacer, dada la debilidad y desunión existente, y a la inmensa mayoría le provocará tal miedo que lo rechazará y preferirá hacer “como el avestruz” con el tema del Horizonte, por lo que sería contraproducente, perdiendo la oportunidad de dar un enfoque mejor. Por eso, lo mejor para que la gente se atreva a admitir el Horizonte al que vamos y debemos evitar es empezar con 2050, pero ¡empezar YA!. Cuanta más gente haya aceptado ese marco de pensamiento (por eso no es un simple eslogan, sino un encuadre del pensamiento y la acción, inspirado en parte en las teorías de George Lakoff), más fácil podría admitir una actualización del mismo, bien sea un retraso (un alivio) o, peor, una aceleración. Esto no quiere decir que no podamos establecer objetivos parciales para 2030 si hiciese falta. Eso incluso ayudaría a una actualización previa al 2050. Llegado el caso, el Horizonte se establecería en 2030, pero si estuviésemos ahí, creo que nuestras posibilidades de ganar se reducen a nada, y deberíamos esperar los peores escenarios. Cuidado con apostar por el derrumbe de los Estados, algunos pueden fallar muy pronto (ya hay lo que llaman “estados fallidos”), pero otros (los más importantes) aguantarán y mantendrán aparatos burocráticos y policiales-militares todavía extremadamente poderosos (capaces de provocar una guerra nuclear), o pueden verse sustituidos por corporaciones privadas gigantes con sus ejércitos privados, o “señores de la guerra”. Cuidado con establecer como ESTRATEGIA ante la crisis civilizatoria, la idea de generalizar experiencias actuales de tipo supervivencia, cooperativas, etc., pues durante el proceso pueden ser integradas por el capitalismo y sus Estados o expropiadas o barridas por lo que quede del poder de la burguesía y sus Estados, lo que no quiere decir que no puedan aportar cosas importantes para cuando lo necesitemos. […] Nota 2.- “2030. Crisis energética y capitalista. Lucha laboral, de clases y la izquierda. Orientaciones. Campaña Marco. PDF” (2/3/2015) —– con versión PDF — http://kaosenlared.net/2030-crisis-energetica-y-capitalista-lucha-laboral-de-clases-y-la-izquierda-orientaciones-campana-marco-pdf/ — Y directamente al archivo pdf — http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2015/03/Horizonte-2030-en-pdf.pdf ———- “¿Quiebra energética y capitalista desde 2030? Revolucionarios, su chip y pilas. Libro de Fdez. Durán y Glez. Reyes” (10/2/2015) ——- http://kaosenlared.net/quiebra-energetica-y-capitalista-desde-2030-revolucionarios-su-chip-y-pilas-libro-de-fdez-duran-y-glez-reyes/ ——– “Sin petróleo, el socialismo ¿tendrá su oportunidad?. Mega-Crisis. Pronóstico, plazos y estrategia. Hacia 2030” (4-12-2008) , incluido en “Recopilación textos de Aurora Despierta en el viejo old.kaos” (29-5-2017) —- Recopilación selección documentos de diciembre 2007 a diciembre 2011 en el viejo Kaos en la red, en archivo PDF — http://kaosenlared.net/recopilacion-textos-aurora-despierta-viejo-old-kaos-2/ — y descarga directa del archivo PDF en http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/05/Recopilacion-textos-de-Aurora-Despierta-en-OLD-KAOS-PDF.pdf . »

NOTA 6.- Mi estudio “Fósforo y fosfatos ¿moriremos por hambre o guerra? Investigarlo ya” (19-4-2017). Llamamiento e informe para la investigación del asunto de los fertilizantes de fosfato de roca que puede ser crucial para la Humanidad en las próximas décadas. Documento completo con gráficos, cuadros, etc., en el archivo PDF de 30 páginas. En la web http://kaosenlared.net/fosforo-y-fosfatos-moriremos-por-hambre-o-guerra-investigarlo-ya/ —– Para la descarga directa del archivo PDF http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/04/Fosforo-y-fosfatos-Investigar-PDF.pdf . También incluido (sólo texto) en http://plataformadistritocero.blogspot.com.es/2017/04/fosforo-y-fosfatos-moriremos-por-hambre.html . Dana Cordell revisó sus previsiones y lo último que sé (hace mucho tiempo que no lo he tenido para volver a investigar el asunto) es que sitúa la superación de la demanda sobre la oferta de fosfato de roca en la horquilla de los años 2035 a 2075 ¡para echarse a temblar, ya!. Sobre los abonos nitrogenados, abundante información en mi texto-propuesta “El cataclismo…”.

PARA PROFUNDIZAR, recursos para descargar.

El cataclismo que nos amenaza. ¿Cómo evitarlo?” (26-1-2021). Una orientación que podrá revolucionar la lucha contra el cataclismo y una guía para aprender. La crisis civilizatoria y medioambiental provocada por el capitalismo y sus Estados (crisis económicas, crisis energética, crisis alimentaria, cambio climático, sexta extinción, guerras, colapso…), que puede llevarnos a la autodestrucción. Es una propuesta de método para afrontar el asunto del modo más inteligente y eficiente posible, dadas las circunstancias de extrema debilidad por nuestra parte, de incertidumbres en el conocimiento, y de urgencia del asunto, combinando la precaución y la prevención en lo tecnológico y ecológico con la audacia en lo político. Lo que planteo no lo plantea nadie y pudiera ser una gran ayuda para dar un gran empujón al asunto, avanzar y rápido. Una orientación que podrá revolucionar la lucha aportando unos ejes cruciales válidos a escala mundial, convirtiendo de una vez esta lucha, en la tarea política central de nuestro tiempo, si es que queremos salvarnos. Disponemos de la tenaza formada por el Gran Relato de la denuncia de la plusvalía (de la explotación del trabajo a la amenaza de extinción de la Humanidad, pasando por la opresión política, crisis, guerras, colapso) y el eslogan-marco mundial (“sucesor” del de “Otro mundo es posible”) “Horizonte 2050, superando el capitalismo y condenados”, para unir en lo posible a todos los anticapitalistas (marxistas, anarquistas, ecosocialistas, colapsistas…) impulsar la elaboración política, despertar a cientos de millones de personas en todo el mundo, ayudar a que todas las luchas, tras diversos objetivos, confluyan ese objetivo común. Argumentación detallada en el documento. También viene a ser, en las notas, una guía para aprender, facilitando el conocimiento de numerosos autores y la descarga de muchísimos materiales muy valiosos. https://kaosenlared.net/el-cataclismo-que-nos-amenaza-como-evitarlo/ Por el cansancio se me escaparon de reconocer unas cuantas erratas, y la más tonta, el acento a la palabra cataclismo en la imagen. Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=6355 , poniendo su imagen. Al final se puede convertir en archivo pdf, pero entonces “se come” el primer párrafo del documento.

Tierra asfixiante y sumergida. Academia de Ciencias de EEUU y Daniel Tanuro” (6-11-2020) https://kaosenlared.net/tierra-asfixiante-y-sumergida-academia-de-ciencias-de-eeuu-y-daniel-tanuro/ — Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=5298 ; al final del artículo hay la opción de convertirlo en pdf, pero tiene un fallo, pues no incluye el primer párrafo.

«“Colapsología” de Servigne y Stevens: ¿horizonte, espejismo, abismo?» (29-10-2020) – Reseña y comentario crítico del libro. Sobre la amenaza de un colapso de la civilización industrial, autodestrucción de la Humanidad, y qué alternativa debemos construir desde ya mismo si queremos salvarnos https://kaosenlared.net/colapsologia-de-servigne-y-stevens-horizonte-espejismo-abismo/ — Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=5198 ; al final del artículo hay la opción de convertirlo en pdf, pero tiene un fallo, pues no incluye el primer párrafo.

«“Antifa. El manual antifascista” de Mark Bray: Propuesta y recursos» (10-6-2020) reseña del libro de Bray, y mi propuesta de diez ejes para una estrategia y táctica integral por un antifascismo anticapitalista y antipatriarcal, y recursos para ampliar conocimientos. Por eso, en lugar de los dos puntos (:) debiera haber sólo un punto (.) — https://kaosenlared.net/antifa-el-manual-antifascista-de-mark-bray-propuesta-y-recursos/ El mismo día lo copió la web de Germinal Asociación Cultural – Elkarte Kulturala, https://www.asociaciongerminal.org/?p=3711 Se puede convertir en pdf yendo al final del artículo. También en https://contralapropagandamediatica.wordpress.com/2020/06/10/antifa-el-manual-antifascista-de-mark-bray-propuesta-y-recursos/

«“La sociedad autófaga” de Jappe. Capitalismo y narcisismo» (6-2-2020) – una presentación y comentario extenso del libro de Anselm Jappe, destacado miembro de la corriente llamada de la “critica del valor” (wertkritik en alemán), aportando importantes recursos para ampliar y profundizar en su conocimiento – https://kaosenlared.net/la-sociedad-autofaga-de-jappe-capitalismo-y-narcisismo/ Lo copian en https://www.asociaciongerminal.org/?p=2776 , donde, al final, puede convertirse en archivo pdf.

Plusvalía y ganancia. Revisión urgente de una teoría necesaria” (9-1-2020) — un planteamiento nuevo de la teoría de la plusvalía que permite superar el estancamiento en el sindicalismo y el reformismo, luchar mejor contra las concepciones cosificadoras del trabajador/a especialmente peligrosas en los tiempos de la robótica, y que además tiene la ventaja de ser más comprensible para los trabajadores/as. No es una revisión “por la derecha”, sino por la izquierda, reforzando todavía mucho más la teoría de la plusvalía que, tras un siglo, ha quedado debilitada, y de ahí también, en parte, la explicación de su nula implantación en la clase trabajadora, su principal destinataria. De estar en lo cierto sería la mayor contribución a la teoría de la plusvalía, desde Marx. La crisis civilizatoria y medioambiental que amenaza a la Humanidad tiene su raíz en el capitalismo y éste en la plusvalía; sin superar la plusvalía no superaremos el capitalismo y sus Estados, ni evitaremos el cataclismo — — https://kaosenlared.net/plusvalia-y-ganancia-revision-urgente-de-una-teoria-necesaria/ . Lo han copiado en https://www.asociaciongerminal.org/?p=6620 ; al final de artículo hay la opción de convertirlo en pdf, pero tiene un fallo, pues no incluye el primer párrafo.

Horizonte 2050, superando el capitalismo o condenados” (20-12-2019) – estudio de la cuestión del colapso de esta civilización, y propuesta mundial de un eslogan-marco para la elaboración política y la confluencia de las luchas sectoriales en una tarea común, evitando su dispersión, su derrota y la de todos, sucesor del de “Otro mundo es posible” — — https://kaosenlared.net/horizonte-2050-superando-el-capitalismo-o-condenados/

Recopilación textos de Aurora Despierta en el viejo old.kaos” (29-5-2017) —- Recopilación selección documentos de diciembre 2007 a diciembre 2011 en el viejo Kaos en la red, en archivo PDF — http://kaosenlared.net/recopilacion-textos-aurora-despierta-viejo-old-kaos-2/ — y descarga directa del archivo PDF en http://kaosenlared.net/wp-content/uploads/2017/05/Recopilacion-textos-de-Aurora-Despierta-en-OLD-KAOS-PDF.pdf

Más enlaces a textos importantes, en la NOTA 5 de “El cataclismo que nos amenaza…”.

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