Para la mayoría de manifestantes, activistas y periodistas, su teléfono inteligente es una herramienta esencial para organizarse con sus compañeros, acceder y distribuir información, y ayudar a otros. También representa un gran riesgo, ya que es una herramienta que las autoridades pueden usar fácilmente para la vigilancia masiva y selectiva.
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EL OSCURO MERCADO DE LAS MATERIAS PRIMAS: «NO ES QUE OPEREN POR ENCIMA DE LA LEY, ES QUE SIMPLEMENTE NO HAY LEY»
